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El tren abandonado bajo el Waldorf Astoria

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¿Cuántos saben que bajo el Waldorf-Astoria hay una abandonada estación de trenes, o que hay colmenas en el techo para proveer su propia miel, o que tiene un salón donde los dignatarios podían (pueden) reunirse y espiarse mutuamente?

Por nuestra versión impresa ya sabrás que se vendió, porque no hay tradición, ni memoria, ni sacro recuerdo que sobreviva a una oferta de dos mil millones de dólares. ¿Quién sino los nuevos dueños del mundo (los chinos, naturalmente), podría arriesgar semejante cantidad de dinero en un hotel que fue desplazado de la cinematografía por el esplendoroso Plaza y que ya no es el más caro de Nueva York, pues el St. Regis es la preferencia de los opulentos que no desean que eso se sepa.

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El Plaza y el Waldorf, siempre se sacaron chispas, pero creo que nunca recibieron a un presidente uruguayo. Acá lo hubiéramos incinerado por el gasto superfluo, lo cual es digno, pero raro.

Dicen que se clausura… pero eso no es del todo cierto, después de la reforma que durará años, el hotel reabrirá con unas 300 habitaciones que costarán un ojo de la cara a súbditos, consumidores o contribuyentes. Porque no te imaginarás que ni reyes, ni potentados ni gobernantes gastarían su dinero en esos lujos. No señor, para solventar esas cosas estamos nosotros. Nuestros colegas chinos ya hicieron lo suyo al aportar esos dos mil millones de dólares que le costó a la aseguradora china Ambang apropiarse sin estridencias de un pedazo de la historia de Nueva York, de Estados Unidos y de alguna manera, de este mundo que está cambiando de eje.

Sin bombas atómicas ni guerrillas cruentas, pasamos de un capitalismo a rajacincha a un comunismo chino que es diferente, pero no lo parece. Y dos mil millones de dólares te dan permiso para cualquier cosa. Tampoco nos pongamos muy cáusticos porque no quiero ni imaginarme lo que cuesta hacer mantenimiento a un edificio como ese y en estos tiempos, los que prosperan son los hotelitos de tres estrellas. Llegó la hora de sufrir para hoteles del nivel del Waldorf o del Plaza, el otro abanderado de Nueva York, también en proceso de reciclado.

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Pero comencemos por lo más curioso, la estación de tren. Esta sorprendente información la encontré en El Financiero, un muy interesante periódico mexicano que en este caso no cita fuentes. Dice que a la estación no puede detectarse desde la superficie, pero hay una misteriosa extensión ferroviaria desde la Grand Central, que lleva justo debajo del Waldorf-Astoria. Fue construida en la década de 1930 para trasladar discretamente a Franklin Delano Roosevelt afectado de poliomielitis.

De hecho, la locomotora y el tren que usaba el Presidente están abandonados debajo del hotel, dice El Financiero. “Quedó allí para protegerla de la intemperie” explica el historiador Daniel Brucker, “en 1945 la estaban preparando para un supuesto viaje presidencial cuando Roosevelt murió repentinamente”. La única evidencia de la estación secreta se puede ver en la calle 49, entre las Avenidas Park y Lexington donde la numeración “101-121” indica que hay una salida.

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Vos decís: bueno, al Tupí Nambá le fue peor que al Waldorf, pues tenía el corazón de la historia montevideana y le bajaron el hacha con tanta misericordia como la que tuvieron con el Sorocabana. Al menos al Waldorf le  van a rehabilitar 300 habitaciones. Sí, puede ser, siempre que no sea un cuento chino para enajenar y chau. Pero y ¿las seis colmenas que el Waldorf tiene en el techo? Porque te podrás imaginar que los chef que contrata el hotel se iban a conformar con miel traída quien sabe de dónde. No señor, ellos tenían esas colmenas y las abejas harían miel con hormigón, digo yo. Pero no, las abejas vuelan hasta 8 kilómetros para encontrar las flores de su prefrerencia y el Central Park, tanto como el Jardín Botánico están mucho más cerca que eso. En cambio, los depredadores no llegan hasta el techo de la torre. A que no sabías eso, ¿eh?

Duquesa de Windsor

Kennedy con la duquesa de Windsor

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Sinatra y Reagan, cuando todavía se podía fumar

En sus 120 años de historia, una multitud de reyes, príncipes, presidentes, mandatarios, dictadores, estafadores y presuntuosos de todos los lugares del mundo ascendieron por esas escaleras mirando por encima del hombro para ver qué efecto hacían. Entreverados con ellos, andaban Marilyn Monroe, Sofia Loren y Elizabeth Taylor cuando eran las actrices mejor pagadas y más seductoras del planeta. Se cruzaban con Frank Sinatra y con Mia Farrow, quienes vivieron en un apartamento del piso 25 durante dos décadas. También vivieron y se comportaron como caballeros, varios de los gangsters más famosos, como Lucky Luciano.

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Elizabeth Taylor con Conrad Hilton y Mohamed Alí con Richard Nixon, parejas desparejas.

 

Cuando alguien diga que con 300 habitaciones el Waldorf no desmerece a ningún hotel, hay que darle la razón… pero hacerle notar que antes de esta reforma, había (todavía hay) 1.400 habitaciones todas lujosamente equipadas. Son 47 pisos (191 metros) de rutilante art déco, en el 305 de Park Avenue, la creme de la creme. Hasta su venta, pertenecía al grupo hotelero Hilton, que tiene varios establecimientos con ese nombre y sigue construyéndolos. Pero ¿quién resiste una oferta de 2.000 millones de dólares?

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Servicio las 24 horas, en cualquier lugar…

En los hechos es una de las grandes torres de Manhattan y fue asombro en 1931, cuando la inauguraron los arquitectos Schultze y Weaver, para sustituir el viejo edificio en la quinta avenida, pero donde también desde 1931 está el Empire State. El viejo Waldorf se comunicaba con otro elegante hotel, el Astor, por medio de un pasillo o paseo de cien metros de largo que denominaban Peacok Alley, el Paseo de los Pavos, refiriendo burlonamente al estilo ampuloso de los elegantes pasajeros del hotel. De ahí el nombre de Waldorf-Astoria, escrito así, separado por un guión. Los neoyorkinos, que figuran entre los más burlones de los norteamericanos, no vacilaron un instante y rebautizaron “Hyphen” (guión) al hotel.

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Nueva York tiene historias que parecen escritas por humoristas. Vean la razón del guión: resulta que dos primos que no se podían ver pero querían competir, hicieron dos hoteles uno frente al otro en la 5ª  y la 33ª . Eran William Waldorf Astor y John Jacob Astor. Pero la sangre tira y finalmente volvieron a la entrañable relación que los había traído a la gran manzana. Entonces conectaron ambos hoteles con ese pasillo y los nombres con un guión, ahora era un solo hotel con dos dueños. Por el camino se les atravesó la voracidad inmobiliaria de quienes querían erigir el Empire State Building, vendieron los hoteles a los inversores y el nombre se lo regalaron ¡por un dólar! (lo del dólar, como con Alaska, es una manía) a Lucius Boomer, quien mandó construir el edificio que nos ocupa.  Así nomás, se mandó el hotel más grande del mundo en ese tiempo.

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Lucius no era un tipo de ambiciones pequeñas; estaba tan bien relacionado que cuando inauguró el edificio el anuncio lo hizo el propio presidente Herbert Hoover desde la Casa Blanca: «La apertura del nuevo Waldorf Astoria … marca la medida del crecimiento de la nación en el poder, en la comodidad y en el arte», dijo. Y no le faltaba razón, el Ritz de París, el más famoso del mundo, tiene apenas 157 habitaciones…

¿Dejarán los chinos que sobreviva el icónico reloj de péndulo que teníamos que ir a mirar y escuchar su melodía arrobados los cholulos que asomábamos en el hall solo para poder decir que estuvimos ahí? Supongo que sí… pero sospecho que la conserjería donde íbamos a comprar entradas a buen precio y buenas ubicaciones para los espectáculos de Broadway no le permitirán brindar ese servicio. ¿O dejarán esos vestigios así como el bar de la esquina, en el mismo edificio y con cierto aire Waldorf, donde se podía tomar un estupendo desayuno sin gastar demasiado?

 

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Sunday Brunch en el Waldorf. Siempre soñé con este gustazo, pero nunca me animé ni a preguntar cuánto salía la farra.

 

Frank Sinatra y Marilyn no fueron los únicos inquilinos por mes (adelantados de lo que ahora ocurrirá), también vivieron allí durante los años 50 y 60 el ex presidente Herbert Hoover, el general retirado Douglas MacArthur y el inventor Nikola Tesla. No vivieron, pero fueron asiduos visitantes personajes tan lucidos como el Duque y la Duquesa de Windsor.

El que fue medio vergonzoso fue Hossein Gholi Noori, enviado por Irán como embajador durante la presidencia de Grover Cleveland, quien en cierta festividad musulmana causó gran alboroto cuando sacrificó una oveja en el balcón de su suite. No lo podían echar del hotel… pero el Departamento de Estado lo invitó a ir a matar ovejas en balcones de otros países.

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¡Esas cosas no se hacen en el lugar donde se inventaron las cupcakes! Bueno, dije que los neoyorquinos son humoristas… también son un poco temerarios con estas cosas. Parece cierto que las cupcakes son originarias de Nueva York… pero no parece que las haya inventado algún chef del hotel. Lo que sí inventaron en el Waldorf es la ensalada que lleva ese nombre, los huevos Benedict y el servicio a las habitaciones disponible las 24 horas.

Fue el maitre Oscar Tschirky, pero en el viejo hotel Waldorf, aunque el nuevo sigue siendo un referente tanto para este plato como para los huevos Benedict, adjudicados al mismo Oscar… aunque como en todo, esta historia tiene varias bibliotecas. La receta de Oscar no llevaba nueces, se las agregaron poco después. Hasta su cierre en el Waldorf ofrecían dos versiones: una con nueces caramelizadas y vinagreta de trufa y otra con nueces en almíbar de cilantro.

Si bien la receta original no llevaba nueces, éstas fueron incorporadas a comienzos del siglo XX. En el Waldorf-Astoria se presentan dos variantes, una de las cuales lleva nueces caramelizadas y vinagreta de trufa negra, mientras que la otra condimenta las nueces con almíbar de cilantro.

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Receta básica, con el agregado de nueces ya tradicional

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La waldorf con una salsa cremosa como me gusta a mí, que si me dejan, le agrego yogurt o crema doble con ganas.

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Ahora volvamos a El Financiero y sus revelaciones sobre los misterios del Waldorf. La belleza del Gran Salón de Baile justifica plenamente que sea el lugar preferido para los grandes eventos sociales. Tiene una araña con finísimos cristales y 15 elegantes balcones para instalar a los asistentes con y sin discreción. Pero hay otra razón: tiene una distribución tal que una empresa de seguridad la puede inspeccionar en pocos minutos. Son frecuentes reuniones de dignatarios que se sonríen entre sí, pero se matarían si pudieran y escogen este salón porque la seguridad los puede vigilar a todos estrechamente desde un control ubicado justo frente al escenario, disimulado como si fuera únicamente un equipo de audio.

Esa vajilla espectacular que nosotros tan poco cuidamos en nuestro Hotel Carrasco en años de vaivenes e incertidumbres, en el Waldorf-Astoria está al cuidado de una unidad con 100 empleados cuya tarea es cuidar la cristalería, cubiertos, manteles y bandejas de las nueve cocinas.

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Lo de las cupcakes que ya mencionamos tiene en El Financiero una curiosa vuelta. Se reconoce que no los inventaron en el Hotel… pero sí fueron quienes lograron hacerlos rojos sin alterar su salubridad. Eso era un secreto que se develó cuando un huésped VIP reclamó que le explicaran cómo lo lograban. Cuando se enteró de que los coloreaban con remolacha se indignó, andá a saber por qué, y reveló la información a diestra y siniestra.

En fin, hay unos cuantos secretos más que revela El Financiero, pero ninguno hubiera sido tan sustancioso como en qué se entretenían Marilyn Monroe y James Dean cuando desafiando a sus parejas de entonces, se reunían en el apartamento que la actriz ocupó hasta que la llamaron al orden por los gastos. Eso era lo que querían saber quienes los veían muy entretenidos en el balcón con mejor vista del hotel… pero lo que fuera que hicieran uno lo puede imaginar, pero no lo puede saber porque nadie lo reveló.

En fin, podrás echar pestes contra el lujo, pero primero asegúrate que no sea envidia e hipocresía lo que te anima.

Guillermo Pérez Rossel

 

http://www.elfinanciero.com.mx/bloomberg/waldorf-astoria-conoce-los-increibles-secretos-de-este-hotel-en-nueva-york.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Waldorf_Astoria

https://es.wikipedia.org/wiki/Ensalada_Waldorf

http://www.albertogranados.com/planetaenconserva/hotel-waldorf-astoria-nueva-york/