¿Hamburguesa o chivito?
¿Cómo fue posible que las hamburguesas conquistaran Uruguay, un país pionero en «minutas» y «comidas al paso»?.
El amigo Moroy vivió de cerca los entretelones de esta aventura alrededor del mundo que no será tan heroica como la de Magallanes… pero que mueve mucho más dinero. En Uruguay teníamos una catedral de la comida rápida como el Rodelú, éramos tan creativos como para en un mundial, inventar nuestro sándwiche «olímpico», mucho antes que el chivito, otra creación que nos hace famosos.
Pero también teníamos las «minutas». Vos te sentabas y en minutos te servían algo preparado en el momento, sin contar con «el plato del día» que te lo traian antes de que terminaras de pedirlo y era más barato por esa cuestión de economía de escala. Estaban también las «picadas» que sustituían un almuerzo o una cena, con decenas de platitos con los que se esmeraban los bolicheros. Cuando llega la hamburguesa, parecía que el círculo se había cerrado, que no había para más. Pero sí que había.
Ahí aparecieron primero un adelantado argentino, y luego Mac Donald y Burguer King apelando a esa manía norteamericanófila de la que no zafa ni el más frenético frentista. Odiará a los yanquis, pero se le prenderá a las hamburguesas acompañando a los hijos. Porque la apuesta venía con «cajita feliz», juguetitos, castillos inflables, toboganes, payasos y sobre todo, el marketing como nunca habíamos visto. Esa magia que mueve montañas.
Aseguran que éstas son las mejores hamburguesas del mundo
Todo esto tiene una historia, y nosotros ya tenemos quien nos la escriba.
Por Alberto Moroy
Hace unos cuantos años aterrizo en Montevideo en la esquina de Rio Negro y 18 de julio la hamburguesería “Pumpernic” de Argentina. Para ese entonces llevaba unos cuantos años en Buenos Aires. Lo primero que pensé fue ¡Que aventureros! La comida al paso en casi todos los rincones de Uruguay, mas en Montevideo, sumada al chivito uruguayo y “otras menudencias” hacían presagiar un fracaso en puerta. Duró un par de años más hasta que cerró. En Buenos Aires, luego de idas y vueltas, cambio de firma y en 1999 se declaro en quiebra.
Publicidad Argentina
Una digresión
Unos cuantos años después, todo cambió y sin proponérmelo conocí el comienzo de la primera hamburgeseria internacional en Argentina. La prima de un amigo, salía con la persona encargada de aportar los primeros datos sobre el mercado argentino, quien según decia, había conseguido este cargo, sin saber nada del oficio, debido al fallecimiento de su amigo, quien se estaba alistando en EE.UU.
Mi interés era venderle papas procesadas. Mientras tanto este hombre concurría asiduamente a la hamburguesería Pepino, sobre la Av. Liberador en el barrio de Martínez, San Isidro, famosa por tener las mejores hamburguesas (Hoy sigue con su liderazgo). Así, de primera mano, nos fuimos enterando según sus cálculos de los clientes y lo que consumían, cuánto facturaba etc. Con el tiempo le perdí el rastro, no le pude vender las papas procesadas, solo porque estaba sujeto a directivas de la casa central.
Pepino hoy / Hamburguesas similares en cuanto a su formato casero, no al pan
La hamburguesa en Uruguay
Para el 2002 una firma de origen norteamericano contaba con 27 restaurantes en el país, más otros dos que únicamente abrían durante la temporada de verano, ubicados en Atlántida y Piriapolis. Por la crisis del 2002 tenía previsto cerrar varios (*) Creo recordar que el primero instalado en el país fue un carrito ubicado en la entrada de Atlántida, por las comienzos de la década del 90.
(*) fuente http://www.lr21.com.uy/comunidad/99321-mcdonalds-se-dispone-a-cerrar-diez-restaurantes-en-urugua)
¿Por qué creció la hamburguesa?
En principio fue por el precio, la limpieza, el servicio rápido de despacho y el marketing para los más chicos. Eso llevó a que muchos adultos llevasen a sus hijos a este formato de comida rápida. Luego por los mismos motivos le siguieron los más grandes. A esto, se sumo subliminalmente el sabor y olor del aceite hidrogenado de algodón, posiblemente de origen brasilero que produce olor y sabor similar al de la grasa vacuna. Al menos ese consumía Pepsico-Brasil.
Hamburguesa a la parrilla, en respetable versión porteña
Este olor-sabor, aportaba a las papas fritas “un valor agregado” El argumento era su conservación debido al hidrogenado y el sabor venia de yapa, no obstante al menos el 30% del aceite usado en los fritadores se va por la chimenea y no lo absorbe la papa. Esto deja en claro que un local que produce mucho, repone su bach (sartén) varias veces al dia, por lo que siempre le ingresa vía reposición, aceite nuevo para evitar que se ponga rancio y ácido. Desde hace unos años el hidrogenado fue remplazado por aceite de girasol “alto oleico” en EE.UU para evitar demandas millonarias, debido a al aporte de grasas trans, entiendo que por estos pagos también lo cambiaron.
Marketing olfativo y adicciones
http://www.lineaysalud.com/nutricion/alimentos/las-grasas-son-adictivas
El chivito
Fue mutando de forma, de contenido, de tipo de pan y de complementos. Los de la década del 60 y un poco mas acá eran “espartanos”, El pan era el llamado catalán, bien distinto en la corteza y miga al actual del mismo nombre, adentro menos “chirimbolos” y al plato no existía.
De nuevo el simpático porteño Luciano, ahora con el chivito uruguayo a la parrilla
Los cambios fueron para mejor, solo que al agregarle valor su precio quedó relegado a la clase media… y de vez en cuando. Entre otros, este fue uno de los motivos del avance de las hamburguesas, siendo el chivito un plato mucho más rico.
Chivitos uruguayos / Pan catalán hoy
La ruta del chivito