Por 2.700 pesos te llevás una pitón
Más silenciosa, guardiana y hasta fiable que un doberman, no pierde pelo y no hay que sacarla a hacer ejercicio.
Además, la podés dejar sola en el apartamento dos semanas o más que no extraña y ni siquiera le da hambre. Hay que reconocer que te puede asustar a las visitas, lo cual no siempre es una desventaja. ¿Te imaginás la sorpresa de los ladrones?
Las ofrecen en Alternatus Uruguay (Criadero de Reptiles) y te la venden con todas las garantías: documentación del MGAP que demuestra que no te vas a hacer cómplice de tráfico ilegal de especies, factura con IVA (faltaba más) y una guía de cuidados, porque vamos a aclarar, no te la venden si no los convencés de que las vas a tratar con cariño. Acá no se trata de cuidarte a vos, sino de cuidarla a ella.
Esta es la que podés llevar para tu casa:
Pero aseguran que la pitón Bola no te va a ocasionar problemas, pues se trata de esa pitón y no de la anaconda uruguaya, que también tenemos aunque pocos se acuerden de eso. Más abajo te informamos de esta otra. Pero, vayamos por partes. La pitón Bola, es una serpiente africana particularmente tranquila, que se siente cómoda a la misma temperatura que nosotros y en cautiverio vive hasta 40 años. Rara vez supera un tamaño de 1,5 metros y su peso promedio es de un kilo y medio. Si se le pudiera enseñar a mover la cola e ir a buscar un palo, su éxito como mascota sería fenomenal.
Me interesó el tema porque en la versión Facebook de Viajes alguien colgó una notificación del Reptilario Alternatus, ese criadero que ya muchos conocen en Piriápolis y que muchos más deberían darse el gusto de una visita, no solo por la curiosidad, sino porque con la entrada que paguen estarán contribuyendo a la construcción de un centro de atención para jóvenes con discapacidad intelectual (ACRIDU). Son ellos quienes también ofrecen las crías de estas pitones, seguramente porque con la primavera tienen exceso de ejemplares.
Video filmado por uno de los visitantes:
Alternatus está en el Parque La Cascada, a la entrada de Piriápolis, en la Ruta 37, kilómetro 1,4. Pero podés llegar hasta allí ahora mismo ingresando en https://www.facebook.com/CriaderoDeReptiles, donde encontrarás toda la información necesaria para llegar y aprovechar la visita. Si fueras en grupo, te convendría coordinar por los teléfonos 098296206 o 091818542 o el mail alternatusuruguay@gmail.com. En general el personal, muy vocacional, te programa visitas guiadas y si el clima y la ocasión se presta, podría ocurrir que puedas alternar con los animalitos como la hace la gente de las fotografías.
En mi caso, no dejaría el mate tan a la mano, no por temor a las anacondas que se mueren de envidia porque no pueden fruncir los labios, sino por los lagartos overos que no de van a dejar un cimarrón sin darle una probadita. Porque además de serpientes de todos los colores, tamaños y enroscados, acá hay lagargos, geckos, iguanas y tortugas, entre otros reptiles, excluyendo los que uno podría encontrar en la oficina, porque esos son demasiado venenosos hasta para los expertos.
Bien, entonces, está hecha la invitación. Pero te queríamos contar de una pitón con la que deberíamos estar más familiarizados, porque es oriunda de Uruguay La anaconda amarilla o curiyú (Eunectes notaeus), es unaespecie de anaconda, de la familia Boidae, nativa de Sudamérica. En idioma guaraní es llamada: mbói kurijú. Así lo informa la docta Wikipedia, donde algún colaborador seguramente uruguayo agregó que aunque es común en Bolivia, Paraguay, oeste de Brasil y nordeste de Argentina, ocasionalmente se la encuentra en Bella Unión, en el departamento de Artigas. Por ahí hay un cuero (porque apenas vieron una, la cuerearon) de 3,84 metros de largo como para que te imagines qué es lo que te roza los pies cuando te estás bañando en el Cuareim.
Acá las tenes, siempre en la rosca, siempre asociadas con lo erótico:
Lagarto overo muy manso, puede medir hasta 1,5 metros http://www.youtube.com/watch?v=r9B6cNc1n7o
No te preocupes, nuestra pitón amarilla no es agresiva, aunque hay algunos reportes de mal humor, quizá no le guste que la andes desenroscando. Aún en esos casos no se detectó riesgo para la gente, aunque más vale que el perrito se abstenga de jugar con ella. Porque resulta que también puede ser doméstica, y en las zonas rurales de Argentina se las cría para combatir roedores en las proximidades de los graneros.
Claro que, además de roedores, también comen peces, aves, cerdos y hasta venados, porque para llegar a esos cuatro metros que tiene la hembra adulta, hay que alimentarse con dedicación. Hay quien asegura haber encontrado ejemplares de más de siete metros. No tiene veneno y no muerde salvo para retener a su presa o comenzar a comerla luego de triturarla, como hace cualquier pitón que proceda profesionalmente. En fin, que al ser humano no lo miran como una presa, incluyendo los niños… dicen.
Por más poderosa y atemorizante que sea, la pitón amarilla es otra de las especies en peligro de extinción, aunque haya presas abundantes, aunque tengamos arroyos y arroyitos donde puede acechar a su gusto sacando fuera solo los ojitos, porque en Uruguay, Paraguay, Bolivia y Argentina, abunda el peor de los depredadores, el enemigo de todas las especies, de todos los sistemas ecológicos y de los hábitats de cualquier bicho. ¿Apostaron por el ser humano? Entonces la embocaron. Para que tengas una idea, los guaraníes también las criaban como mascotas… pero para comérselas cuando llegaba el invierno. Asada o frita, como todavía la preparan en Paraguay, solo como para demostrar que no solo todo bicho que camina va a parar al asador. Los que se arrastran, vuelan y nadan no tienen mejor suerte. ¡Qué bicho dañiño que somos!
En lo personal, ni loco me traigo una serpiente, pero el lagarto overo, ¡qué se yo! me parece tierno y no hablo en el sentido gastronómico:
Aunque estaba en el Facebook del criadero, esta foto seguramente no tiene nada que ver; es antigua, de otro lugar y en Alternatus Uruguay no hay cocodrilos ni yacarés… pero mirá que los niños de hoy son capaces de esto y mucho más… Eso sí, quizás los preparen para domar yacarés, pero no les permiten ser homofóbicos.
De paso, un afectu0so recuerdo para el amigo Horacio Mayer, ahora radicado en Miami y preocupado porque allá unas pitones foráneas les están comiendo los cocodrilos en lugar de dejarlos deambular por los jardines de los inmigrantes.
Guillermo Pérez Rossel