La principal razón es la proximidad de Buenos Aires y Colonia con la desembocadura del Paraná.
Así, sin la «p» final y con al menos cuatro bolsitas en la mano. No lo podías comprar donde quisieras, sino únicamente cuando alguien te lo ofrecía.
Se llenan la boca con la zona Art Déco de Miami, pero Montevideo es más representativa.
Hay otra versión, pero no es tan divertida. En todo caso, el esperpéntico perro del forzudo de la espinaca duró mucho menos que el vehículo que capturó el corazón de casi todos.
El archipiélago es un paraíso que solo visitan 6.000 personas al año. Sin embargo, hay muchas razones para viajar hasta allí. Algunas de ellas son aterradoras.
Lo iniciaremos en el Tren Papal que sale del propio Vaticano… pero no esperes un convoy lujoso sino austeros vagones con bancos de madera.