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Viaje al carnaval historico

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Ya en 1580 está documentado que los hombres se disfrazaban como mujeres. El Carnaval siempre se prestó a equívocos y a conductas licenciosas. En 1830 se celebró el primer carnaval en Montevideo ante horrorizadas moralinas. Un cañonazo indicaba el comienzo y otro el momento en que todos los sobrios volvían obligatoriamente a la normalidad.

Por Alberto Moroy

Tenemos la tendencia a creer que el Carnaval fue siempre más o menos igual; eso es porque nuestros parámetros del tiempo están directamente relacionados con los de la vida. La influencia de la raza negra en América se produce a partir de la introducción de la esclavitud,  en una fecha posterior a 1492, no obstante en Europa se festejaba al menos 500 años antes.

Lo licencioso de estas festividades fue permitiendo que poco a poco se incorporase los desposeídos, entre los se encontraban tambien los indígenas. Así, mientras en la región andina la influencia nativa fue incorporando sus bailes, vestimentas y rituales al Carnaval, en el Rio de la Plata, Brasil y el Caribe la impronta africana fue la más intensa

En la portada «El entierro de la sardina», obra del artista José Gutiérrez Solanas y representa una ceremonia con la que en España se anuncia el fin de los carnavales y otras fiestas populares. Sorprendentemente para nosotros, los entierros suelen consistir un desfile carnavalesco que parodia un cortejo fúnebre y culmina con la quema de alguna figura simbólica. El vintén pal judas, tiene ese origen, al igual que el de los monigotes, solo que en Uruguay esta desfasado en el tiempo. Hoy el «judas» está desapareciendo, por estigmatizador.

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Vinten pal judas

 

Rastros Historicos

La palabra Carnestolendas proviene del latín «dominica ante carnes tollendas» (el domingo antes de quitar las carnes) y es el conjunto de  tres días que preceden al Miércoles de Ceniza y por lo tanto, a la Cuaresma. La palabra carnaval proviene de la italiana carnevale, y ésta del latín carne levare (quitar la carne), por ser el comienzo del ayuno de Cuaresma. 

El Carnaval de Venecia, es el más impresionante y, sin duda, es el más conocido Novecientos años han transcurrido desde la primera referencia documentada de esta histórica celebración. Existen rastros históricos del Carnaval desde el año 1094. En un documento de Doge Falier Vitale se habla del entretenimiento público en los días anteriores a la Cuaresma. El «jugar con agua» en carnaval alude a una intención purificadora, tal como ocurre en ceremonias bautismales y de exorcismo, donde el líquido elemento cobra poderes de desencantamiento o prodigios mágicos .Como casi la totalidad de las manifestaciones lúdicas que llegaron a América, el carnaval lo hizo vía España. aunque muchas costumbres se basan en los rituales pre-cristianos, por ejemplo los ritos elaborados participación de figuras enmascaradas en el carnaval suabo-alemánico.

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Venecia 1268 Mattaccini tirando ovulos (huevos) / Mascara veneciana/ Mascaras suavo-alemanas

 

Madrid 1580 «Menciones literarias del Carnaval»  (Gaspar de Lucas Hidalgo)

«Martes era, que no lunes, Martes de Carnestolendas, Víspera de Ceniza, Primer día de Cuaresma, Ved que martes y qué miércoles, Qué víspera y qué fiesta; El martes lleno de risa, El miércoles de tristeza. La mujer se viste de hombre, y el hombre se viste de hembra. ¡Qué abundancia de cosas, Qué de aparato de mesas, Capones, pavos, perdices, conejos, gallinas tiernas.¡ Qué de gritos por las calles, Qué de burlas, que de tretas, Qué de harina por el rostro, Qué de mazas que se cuelgan; Trapos, chapines, pellejos, Estopas, cuernos, braguetas”.

Para mediados del siglo XVIII Calderón de la Barca en «Las Carnestolendas y en los Diálogos de Hidalgo Turbulento», relata las siguientes costumbres » arrojar salvado y harina ,quemar estopa, correr gallos , mantear perros y gatos , colgar de la cola de estos, mazas, vejigas y botes , arrojar agua con pucheros jeringas etc. a los transeúntes , apedrear con huevos y naranjas, colgar y mantear (Hacer saltar a uno en una manta de cuyos extremos tiran varias personas) muñecos de trapo o paja , fustigar y aporrear con vejigas, porras, producir ruidos con artefactos especiales (bramaderas zumbaderas).

Bramadera, ¡seguro que nunca escucharon una!

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En el Rio de la Plata 

En 1690 El virrey del Perú, Juan de Mendoza, con jurisdicción en el Río de la Plata, sanciona varias ordenanzas donde establece que las danzas y reuniones de indios y negros tengan lugar a la «vista .

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Juan Mendoza y Luna (Virrey del Perú) / vejigas ¡para aporrear!

 

Los principios básicos en que se basaban los regocijos de carnestolendas eran las máscaras y los disfraces, la práctica de arrojar agua y algunos objetos, casi nunca contundentes, a los viandantes, a los espectadores, a los curiosos que se asomaban a las ventanas o balcones y a los integrantes de las comparsas (grupos de disfrazados), propias y ajenas. Los huevos eran vaciados y llenos con agua, pero no siempre con agua aromatizada, a veces solo se tiraban huevos podridos. Entre la gente acomodada se usaba, comprar los huevos de ñandú, rellenos de agua con olor a flores, como hoy se venden las bombitas los huevos se vendían en las esquinas.

En 1700, los negros se incorporan a las celebridades de la Iglesia Católica. Se utilizan sinónimos: calenda, tango, lariate, candombe, chicha, bámbula y semba. El tango, no es folklore,  su nombre ´tan-gó´ nace allá por el año 1700, está tomado del tum tum, del batir del parche tamboril de los negros ,´a tocá tangó´, toda vez que querían compadrear con la milonga (palabra de origen africano y significa lío, problema, batahola, enredo), de sus candombes. El origen de esta población no fue de un África homogénea, sino que fue de un África multiétnica y culturalmente muy variada. Siendo la mayoría ( 70%) del área ( Camerún, Gabón, República del Congo, República Democrática del Congo, Uganda, Kenia, Tanzania, Angola, Zambia, Malaui, Mozambique, Zimbabue, Namibia, Botsuana Sudáfrica.),  el resto era de origen no Bantú, de África Occidental: Guinea, Senegal, Gambia, Sierra Leona y Costa de Oro (hoy Ghana).

El Padre Labat, quien viajó en las Antillas en la décimo-séptima centuria, describe una calinda de 1698 de la siguiente manera: “El baile más común y uno de los que los esclavos más disfrutan se llama Calenda. Vino de la costa de Guinea, probablemente de Andra. Los españoles lo han aprendido de los negros y lo bailan por toda América exactamente como los negros lo hacen. “Ya que las posturas y movimientos de este baile son altamente obscenos, los maestros decentes prohibieron a sus esclavos practicarlo y vigilan para ver que ellos han desistido. Todavía los esclavos lo adoran de tal manera que, incluso los niños, quienes difícilmente pueden caminar, tratan de imitar a sus padres cuando los ven bailando y empleando días enteros practicando.

En 1747, el padre comendador de la Merced de la ciudad de La Paz ( Bolivia), después de presenciar una de estas batallas, escribió: «El carnaval del diablo ha sido muy pecaminoso, los hombres, con pretexto de untarles con harina la cara y los pechos a las hembras, cometían tratamientos que conducen al pecado.

f4 (27)Calenda 1783 EE.UU  François Aimé Louis Dumoulin / Padre  Labat

En 1806, un decreto del Cabildo de Montevideo prohíbe los «bayles» conocidos con el nombre de «tangos». El virrey Elío prohíbe los “tangos” de los negros en Montevideo. Más tarde, los bailes de morenos en Buenos Aires son desplazados hacia el barrio del Retiro para evitar el bochinche que altera las noches del vecindario de Monserrat y Concepción. La danza hegemónica en estos primeros tiempos es el fandango, también reprimido o perseguido en España y en el Río de la Plata. Para 1810  ya habían ingresado más de 20 mil esclavos  en Montevideo.

En 1820 un viajero inglés, que vivió en Buenos Aires, relataba que en carnaval se ponía en práctica «una desagradable costumbre: en vez de música, disfraces y bailes, la gente se divierte arrojando cubos y baldes de agua desde los balcones y ventanas a los transeúntes, y persiguiéndose unos a otros de casa en casa. Se emplean huevos vaciados y rellenados de agua que se venden en las calles. Las damas no encuentran misericordia, y tampoco se la merecen pues toman una activa participación en el juego. Los diarios y la policía han tratado de reprimir estos excesos, pero sin éxito alguno.

El naturalista francés Auguste de Saint-Hilaire describe las danzas africanas que observó en Montevideo en 1820. «Paseándome por la ciudad, llegué a una pequeña plaza donde danzaban varios grupos de negros. Movimientos violentos, actitudes innobles, contorsiones horrorosas, constituían los bailes de estos africanos a los que se entregaban apasionadamente con una especie de furor: realmente cuando danzan se olvidan de sí mismos.

Cinco años después en Montevideo algo le debió de llamar la atención a Giovanni Maria Mastai Ferretti, (futuro Papa Pío IX), para que en sus relatos de viaje describía como era el carnaval de Montevideo en el año 1825″en los últimos días de carnaval se divierten arrojando por la ventana gran cantidad de agua hasta con gamenlas ( tachos). Se ven en varios negocios huevos vacíos y algunos llenos de agua y otros que para mayor galantería tienen agua olorosa y se tiran a la gente ; los de América tienen la misma imbecilitas ( escasez de razón; perturbación del sentido) que nuestros petit maitres ( Dandy) de mostrarse con los trajes sucios de confetis que les han arrojado en las mascaradas. La estación estival hace parecer menos extravagantes esta mezquina ambición. Leí también en la Gaceta de Buenos Aires que el gobierno allí le pondría freno a estas mojadas».

El primer carnaval de la Patria fue el del año 1830

El 7 de febrero de 1831, próximos los días de carnaval, en los que por desgracia aun en nuestro país se cometen toda clase de tropelías, distensiones y aun crímenes por algunos jóvenes y plebe desconsiderada, creyéndose autorizados por la costumbre soez y propia solo en tiempos de ignorancia en que tuvo su principio; para evitar en lo posible los excesos consiguientes a este juego proscrito ya en todos los pueblos civilizados, se previene a V.S Ordene su prohibición, en los departamentos como lo está en la Capital

José Ellauri- Ministro de Gobierno del Presidente Rivera.

 

Pocas años después no solo se jugaba con agua a baldes

Reglamentado el juego del carnaval en Montevideo sitiado, la ordenanza del departamento de policía de 1848 que firma el comandante Faustino López dice en el

Art.6º Tambien se prohíbe disparar armas de fuego, cohetes  con los que se pueda dañar, arrojaran aguas inmundas, tirar huevos de avestruz…. arrojar sobre los individuos bolsas tarros o cosa alguna que se le pueda hacer mal

Art.1º)  El juego dl carnaval solo tendrá lugar en los tres días de costumbre, es decir el domingo lunes y martes desde las 10 de la mañana hasta ponerse el sol

Art. 2º)  Dos tiros de cañón de la batería «Presidente Suárez» fijaran las horas de comenzar y concluir dicho juego. Con el tiempo las señales las dieron los cañones del fuerte san José.

En Brasil 

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la población empezó a agruparse, en la  fiesta del carnaval en asociaciones que tenían diferentes denominaciones que aún hoy se mantienen. Las más importantes son sociedades, clubes, blocos y cordões: cada uno de ellos tenían una función distinta en el carnaval. Los cordões (lazos) son originales de Río de Janeiro: eran grupos de personas que iban por la calles cantando y bailando: son precedentes directos de las escuelas de samba actuales; sus conjuntos instrumentales están formados casi en exclusividad por percusión. Por su parte, los blocos (bloques) son grupos de personas que se disfrazan de forma similar y desfilan de una forma relativamente organizada; su origen es posterior, ya que los primeros no aparecieron hasta finales del siglo XIX y no alcanzaron popularidad hasta los años veinte del siglo pasado.

Los ranchos actualmente están prácticamente extintos. Eran agrupaciones de personas de origen predominantemente africano. En los desfiles de los ranchos había un personaje que interpretaba al rey y otro a la reina y escenificaba el cortejo del primero a la segunda. Interpretaban canciones influidas por la tradición portuguesa del viejo continente, predominando los instrumentos de cuerda y prescindiendo de la percusión, seguían un ritmo más pausado que la samba. Los clubes y las sociedades, en lugar de participar en los desfiles, organizaban bailes de disfraces privados o abiertos al público.Paralelamente, todos estos grupos asistían a bailes de máscaras al estilo parisiense disfrazados. Los más importantes aún son los de Pierrot, Arlequín y Colombina.

En Buenos Aires 

Los negros se juntaban a danzar al ritmo de sus candombes, algunas de sus agrupaciones se llamaban Cabinda, Ménguele, Independencia, Rubolo, Congo y Angola. Otras se denominaban Mozambiques, Muchagua, Quiparà y Mondongo.El mismo Rosas concurría donde los morenos festejaban. En 1838 acudió a la fiesta realizada en la esquina de las actuales calles  San Juan y Santiago del Estero, acompañado de su esposa Encarnación y su hija Manuelita.Una costumbre en esta época era la llamada “día del entierro”. Los vecinos de cada barrio colgaban en algún lugar un muñeco de paja, al que llamaban Judas, que luego era quemado, en medio de una fiesta general. Los desmanes y escenas “poco decorosas” aumentaron, llegando a ser “repulsivas”. Rosas decidió cortar por lo sano y prohibió todo festejo de carnaval el 22 de febrero de 1844. Las celebraciones se reanudaron recién en 1854, con Rosas fuera del poder. En los años siguientes comenzaron a predominar las comparsas En 1886  actuaban las siguientes comparsas Habitantes de «Carapa- chay», «Los Habitantes de la Luna», «Los Negros» y «La Marina» En Carmen de Patagones (Arg. 1000 km al Sur), para 1837 el 38% de la población era de origen africano, por lo que los Carnavales hasta al ano 1900 se festejaban igual que en Uruguay.

En Montevideo

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Candombe 1870 /  Daniel Muñoz Int. de Montevideo (Sansón Carrasco)

 

Febrero 4 de 1883  De «Crónicas Montevideanas de un siglo atrás» de Sansón Carrasco.

Los edictos policiales solo prohibían el uso de huevos de avestruz, y otras armas por el estilo, capaces de dar en tierra con los transeúntes, y el comienzo del juego se anunciaba con un cañonazo, disparado desde la que fue fortaleza de San José, y no hay para que pintar la ansiedad don que los jugadores esperaban, reloj en mano, el estampido guerrero para emprenderla con el primer incauto que pasase.

Todo era sonar el cañonazo y echarse a la calle centenares de muchachos, con canastas los unos, y con cajones los otros, colgados con un cordel de los hombros, anunciando a grito pelado ¡A los buenos güevitos de olor pa las niñas que tienen calor! A lo que otros contestaban: ¡A los buenos güevitos de triquitraque pa las niñas que usan miriñaque!

Llevaban los muchachos su frágil mercancía muy arreglada en hileras rojas, verdes, azules y amarillas, según el color dado a la cera con que se tapaban las cáscaras despues de llenarlas de agua nominalmente perfumada, a razón de un frasco de «eau de cologne», de aquellos larguiruchos, por cada balde de agua, y retobadas con trapos de todos colores, cortados en redondo, y sumergidos dentro de la cera hirviendo para pegotearlos en el huevo relleno, que quedaba convertido en temible proyectil.

Estos chicuelos surtían a los jugadores accidentales, paseantes que se entusiasmaban al recibir un balde de agua, y devolvían la fineza con una docena de balazos, que no de huevazos, según era la fuerza con que arrojaban las cáscaras, muchas de las cuales, mal rellenas, se estrellaban en el aire, disolviéndose la carga de agua en menudísima lluvia, tal era el impulso que llevaban.

Pero el jugador típico era el orillero de sombrero gacho, poncho, pañuelo de golilla, y en la mano otro atado por las cuatro puntas, dentro del cual llevaba su provisión de hasta dos docenas de huevos, bastantes para divertirse los tres días. A buen seguro que mi hombre lanzase un huevo a la ventura. Apuntaba como quien va a tirar al blanco, revoleada el brazo dos o tres veces, y si consideraba dudoso el golpe, volvía a guardar el huevo, para no malgastarlo.

Y así se recorría toda la ciudad, soportando los baldes de agua que de las azoteas y balcones le llovían, o recibiendo en plena cara uno de esos jarrazos traicioneros que salían de atrás de una puerta entornada, disparados generalmente por una fornida gallega o por alguna morena de esas que tienen cada brazo como un tronco.

Al caer la tarde, se veía venir en una u otra direccion una gran comitiva, precedida y seguida de una turba de muchachos. Eran los jugadores de alto tono, la juventud dorada de Montevideo, que salía a jugar por lo fino, con cáscaras de cera y cartuchos de confites. Era de verlos tan ufanos y alegres con sus garibaldinas azules o rojas, pantalón blanco, bota de charol a la granadera, lujosa faja de seda, y en la cabeza una boina graciosamente achatada hacia un lado. Allí era el salir apresuradamente a los balcones las señoritas, armadas de sus jarros, echando agua con una mano sobre aquellos peripuestos donceles, y defendiéndose con la otra de los proyectiles que ellos le arrojaban con toda mesura, a barajar, para no lastimarlas.

Habia tambien los jugadores hípicos, grandes jinetes que se lucían cerrándole piernas al caballo para pasar por entre dos cantones en medio de una granizada de huevazos y una lluvia de bombas, costaleando el caballo sobre las piedras azorado con la bulla, con los proyectiles que lo herían, con lo resbaladizo del suelo y con la constante amenaza de los lados y del frente y de atrás, sin atinar por donde huir para librarse de aquel infierno.

Cuentan los relatos que en Montevideo del 1884 candombe de reyes precedido por «14 menos quince» el ultimo de nuestros reyes congos. En 1885 el achacoso monarca y su compañera casi centenaria. El curioso nombre surge cuando le regalaron un reloj a José Gomez legendario rey de la la nación conga como no sabía la hora cuando le preguntaban decia “14 menos quince” y asi le quedo este mote.

Las «comparsas de señoritas», en los carnavales de las décadas de 1870 y 1880. Las Tentadoras, Las Irresistibles, Las Misteriosas o Las Hijas del Amor.

En 1910 el carnaval Montevideano ya tenía murgas y sus nombres eran variados: Échale papita al loro, En busca de la figazza, No me empujes que es peor, Borrachos protestantes

Los versos de las comparsas  año 1886

1870 Que linda niña / Jesé que cosa /mira que talle/ mira que pie /amita mia/ si yo pudiera/ me casaría / me casaría / con su merce/

1877  Los negros lubolos Bengan caña /vengas vasos y empecemos a beber que los negros pocas veces disfrutamos del placer, si los negros con los blancos confundidos hoy están, solo dura la locura mientras dura el carnaval ( la letra era de Julio figueroa ),

1877  Los componentes de la nación bayombe decían: No nos callamos si nuestra amita/ no nos da un beso con su boquita/ y si se enia tanto peo /polque entonces queremos dos

Los esclavos de guinea Yo veo en los ojos/ del ama un fulgo/ que lice a la lengua / que precisa amo

1877  Sere su esclavo niña/ si asi lo dispone usted/ prometo servir en todo cuanto mande su merce/ tan solo le pido a cambio/  que cuando presente este / no le haga caricias a un blanco/ que de celos morire

La. Comparsa de los negros La mas constante v leal, A las amitas saluda, En el nuevo carnaval, Vá las niñas, como esclavos. Se ofrecen para servir, Esclavos de cuerpo y alma Y fieles hasta morir.

Coro  Oh uiüas blancas! Por compasión, Oíd de los negros La triste voz. Que aunque sus rostros Son de color Tienen de fuego El corazón. A las rubías ó morenas Venimos mjui á cantar El candor de las primeras, De las secundas la sal. Sin ambicionar en cambio Como premio á su canción (¿ue «na sonrisa en suh labios (¿que es la moneda mejor?)

En 1879 el dictador Latorre Yampen daba el mal ejemplo junto con algunos de sus ministros, bombardeando con huevos a los que pasan enfrente de su casa en la calle Convención  Según los comentarios de la prensa el 11 de marzo de 1889 las quintas de la Av. Agraciada ofrecían un aspecto encantado La arcadas ventanas y columnas del palacete arabe de la familia  Eastman  estaban cubiertas de farolitos de colores que indicaban con sus luces la línea principal del frente de la casa Los Farini habia hecho lo propio con estatuas  fuentes y glorietas de su jardín En tanto la legación argentina salpicada de adornos e iluminada con luz eléctrica lucia esplendorosa Sr Conrado Hughes habia cubierto los sauces de su quinta con centenares de luces de colores y habia decorado un botecito que surco una y otra vez las aguas del Miguelete, lanzando cohetes luminosos y luces de bengala. Durante más de dos horas la avenida Agraciada se vio colmada de carruajes entre los que descolaron el de la familia.Illia con una enorme sobrilla chinesca y el del entonces presidente de la republica Gral. Máximo tajes totalmente cubierto de flores naturales.

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Carnaval 1890 plaza independencia

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Rumbo al corso

 

Montevideo 7 de marzo de 1892

Habiendo demostrado la experiencia que el juego de carnaval a mas de originar frecuentes desgracias entre el pueblo, dificulta el desenvolvimiento del trabajo. Como es notorio, al carnaval no se lo suprime por decreto.

El presidente de la republica decreta

Art.1º) suprímese el juego del carnaval en todo el territorio de estado

Art.2º) Comuníquese , publíquese tec.

Herrera y obes- Francisco Bauza.

Muy buena lectura Milita Alfaro ( El carnaval heroico (1800-1872)

Índice

http://books.google.com.ar/books?id=IMb-Jql5zIwC&pg=PA5&lpg=PA1&hl=es&output=html

Parte del libro

http://books.google.com.ar/books?id=IMb-Jql5zIwC&pg=PA27&lpg=PA143&ots=G9TGZXlEVn&dq=carnaval+de+buenos+aires++1825&hl=es&output=html

 

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