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Nueva Zelanda

 
Un país muy prolijo con paisajes alucinantes.

Dos islas, cuatro millones y medio de habitantes y la cultura maorí que impregna este pequeño país, condensado en poco más de 2 la tierra de la gran nube blanca y de paisajes tan diversos como maravillosos, con volcanes -muchos activos-, fiordos, montañas, lagos y playas de postal.  La Nación de Buenos Aires, Grupo de Diarios América.

ISLA NORTE

1. Subir a la Sky Tower en Auckland

La ciudad más poblada de Nueva Zelanda tiene un interesante aire cosmopolita y cientos de cosas para hacer. Si hay que elegir, el ícono de Auckland es la Sky Tower, una torre futurista que con 328 metros es la estructura más alta del hemisferio sur. En sólo 40 segundos se llega en ascensor a la cima. Allí, el piso es transparente y la imagen de la ciudad a los pies del visitante es única, igual que el horizonte, con vistas de hasta 80 kilómetros en cualquier dirección. ¿Más emoción? Se puede saltar desde otro punto más bajo de la torre -a 192 metros nada despreciables- o sentirse como el Hombre Araña, dando una vuelta a esa misma altura, pero sobre una plataforma de 1,2 metros de ancho, arnés de por medio.

www.skycity.co.nz

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Acá no pudimos resistir la tentación de interpolar dos videos. Mientras en el Empire State, la Tour Eiffel y casi todos los edificios altísimos, se esfuerzan en poner obstáculos para que la gente loca no se suicide, acá les ponen comodidades para que puedan arrojarse sin riesgos. Es algo que seguro nos diferenciaría, pues aunque fuera una interesante fuente de recursos, los montevideanos nos inclinaríamos por la seguridad…. creo.

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2. Nadar, navegar y disfrutar del sol en Bay of Islands

Es todo lo paradisíaco que puede imaginarse al pensar en las playas neozelandesas. Esta bahía de islas está bien al norte de la Isla Norte (en la foto de portada)  y se compone a su vez de más de 150 pequeñas islas deshabitadas entre las que se puede navegar, nadar solo o con delfines, o simplemente tirarse en la arena a contemplar el mar turquesa. Entre las ciudades destacadas está Pahia, preferida por los locales para vacacionar, y también Kerikeri, con bellos paisajes y huertos -fuente laboral para trabajadores temporarios- de kiwis y cítricos.

www.bayofislands.co.nz

3. Contemplar un atardecer en Maunganui

El monte Maunganui es en verdad un volcán inactivo, parte de la ciudad de Tauranga -pintoresca y con mucha vida nocturna- en la región de Bay of Plenty. Es una meca del surf e, indudablemente, una de las playas más bellas de Nueva Zelanda. Aquí, el paisaje lo es todo: un angosto banco de arena que ofrece dos costas y en la punta de la península es coronado con el imponente volcán.

www.mountmaunganui.co.nz

4. Vivir la cultura maorí en Rotorua

Lo primero que se percibe en Rotorua no es lo más grato: el mal olor, debido a la alta presencia de sulfuro y otros minerales. Afortunadamente esto se compensa con todo lo que ofrece la ciudad: fuentes termales, géiseres y lagos, y la herencia maorí -más de un tercio de la población-. Desde las artesanías y leyendas hasta los museos que ahondan en la cultura aborigen local hacen a una de las experiencias para vivir la Nueva Zelanda nativa.

www.rotoruanz.com

5. Atravesar el volcán Tongariro

Se lo conoce como uno de los diez mejores trekkings de un día del mundo. A pesar de haber inspirado el infernal Mordor de El señor de los anillos, lo impredecible del paisaje y del clima, que viran de un momento a otro, hace a lo fabuloso de esta caminata. Son casi 20 kilómetros que se comienzan bien temprano en la mañana y culminan en la punta opuesta, por la tarde. En el medio, escenarios agrestes, otros grises y casi lunares, se alternan con cráteres y los míticos lagos volcánicos, de un asombroso color esmeralda por sus componentes minerales.

www.tongarirocrossing.org.nz

6. Ver las cuevas iluminadas de Waitomo

En la región de Waikato, al sur de Auckland, hay un sistema de cuevas de más de dos millones de años. La más popular es la Glowworm Cave (cueva de Luciérnagas), conformada por estalactitas y estalagmitas e iluminada por millones de pequeños insectos que dibujan una especie de Vía Láctea surrealista.

www.waitomo.com

7. Pescar en un lodge de lujo en Taupo

El nombre de la ciudad bautiza al lago más grande de Nueva Zelanda, en el centro de la Isla Norte. Aquí se ofrecen múltiples actividades de aventura, como bungee jumping o salto en paracaídas. Pero para los amantes de la pesca, aquí tiene su hogar uno de los lodges de pesca más prestigiosos del mundo, el Huka Lodge. A la vera del río Waikato -que, correntoso, asombra por su impactante color esmeralda-, el alojamiento es de lujo y se ofrecen actividades dignas de un lodge tradicional, como pesca con mosca. Entre sus huéspedes más famosos están las reinas de Inglaterra y Holanda, y también, claro, la princesa Máxima.

www.hukalodge.co.nz

8. Cavar un spa en la arena, en Coromandel

Un río subterráneo de agua caliente fluye bajo la arena de las playas de la península de Coromandel, a 175 kilómetros de Auckland, sobre el océano Pacífico. La mejor manera de disfrutar de un baño de aguas termales y cálidas es cavando en la costa cuando hay marea baja. Lo importante es estar atento a los horarios, porque además, las condiciones sólo se dan durante dos horas al día. La experiencia es tan popular en la zona -conocida como Hot Water Beach- que si se olvidó de la pala no tiene que preocuparse, allí las alquilan.

www.thecoromandel.com

9. Beber vino en Hawkes Bay

Napier y Hastings -en la región de Hawke’s Bay, costa este de la isla norte- son dos de las ciudades principales de Nueva Zelanda, donde se gestan los llamados vinos del Nuevo Mundo. Con más de 150 viñedos y 90 vinotecas para visitar y degustar, el varietal recomendado es el Sauvignon Blanc, según algunos entendidos el mejor del mundo.

www.hawkesbaynz.com

10. Conocer la historia de NZ en los museos de Wellington

La capital neozelandesa es bella, vibrante, cultural. Si hay algo imperdible en ella son sus museos. El Te Papa Tongarewa, la atracción principal y con arquitectura de vanguardia, rinde homenaje a la historia del país con exhibiciones que enseñan desde su geografía hasta la herencia maorí y todo su arte. Otro imperdible es el Karori Sanctuary Trust, reserva de 225 hectáreas que se propuso recuperar el entorno natural tal como era antes de la llegada del hombre y de los depredadores, preservando especies de flora y fauna típicas del país.

www.tepapa.govt.nz

www.sanctuary.org.nz

EN LA ISLA SUR

11. Andar por el Abel Tasman National Park

Bien al norte de la Isla Sur, en la región de Nelson, el paraíso espera. A pie o en kayak, o combinando trekking con regreso en lancha, en dos y hasta en cinco días… La experiencia de atravesar arenas doradas, montañas y playas de aguas verdes sólo es posible en este rincón del mundo. En total, 51 kilómetros para recorrer mochila al hombro y con el plus de acampar en la montaña al menos una noche.

www.abeltasman.co.nz

12. Ver un partido de los All Blacks

Para los amantes del deporte y en especial del rugby, ver un partido de los All Blacks es casi obligado. El equipo nacional juega en estadios en las grandes ciudades. Para seguir las fechas y no perderse el próximo juego hay que ingresar en:

www.allblacks.com

13. Vivenciar la reconstrucción de Christchurch

Después del terremoto que en febrero de 2011 destruyó parte de esta ciudad, la reconstrucción es un hecho. Muchas novedades hacen que siga valiendo la pena incluir a Christchurch en el listado de lugares por recorrer. Si bien parte del centro sigue cerrado, una nueva Christchurch emerge y la esencia inglesa sigue latiendo fuerte. Lamentablemente la imponente catedral de 1881 quedó destruida, pero el célebre arquitecto japonés  está a cargo de la construcción de la catedral temporaria -estará lista en diciembre próximo-, mientras se reconstruye la original. El detalle y sello de este arquitecto reconocido por su trabajo en zonas de desastre es que la construcción será sostenible, en base a cartón, vigas de madera y acero.

www.christchurch.org.nz

14. Avistar ballenas en Kaikoura

A 183 kilómetros al norte de Christchurch, Kaikoura propone un encuentro cercano con estos gigantes de los mares, que pueden avistarse todo el año, ya que allí viven colonias residentes. El plus, ver otras estrellas marinas, como delfines Dusky y focas.

www.kaikoura.co.nz

15. Atravesar la Isla Sur en tren

Posiblemente, una de las travesías en tren más increíbles del mundo, el TranzAlpine pasa por los Alpes del sur entre Christchurch y Greymouth, atravesando literalmente el país, de Este a Oeste, ida y vuelta, del Pacífico Sur al mar de Tasmania. Surca la llanura de Canterbury, el río Waimakariri y los Bealey Valleys, pasando por el Arthur’s Pass, para luego atravesar un largo túnel llamado Otira, de 8,5 kilómetros. La imponente belleza de los Alpes y el lago Brunner hacen al paseo inolvidable. La travesía puede completarse en un día, ya que el viaje comienza temprano en la mañana, llegando a Greymouth al mediodía, y volviendo a Christchurch para el atardecer.

www.tranzscenic.co.nz

16. Esquiar en Mt. Cook

También conocido como Aoraki -el que atraviesa las nubes-, el Mt. Cook es la montaña más alta de Nueva Zelanda, con 3754 metros, y da nombre al parque nacional en la región de Canterbury, al oeste de Christchurch. De las 27 montañas que hay en el país, 22 están dentro de este parque, y los picos llegan, en promedio, a los 3000 metros, conformando los Alpes del sur. La temporada de esquí, que coincide con la argentina, es mundialmente famosa, aunque una de las actividades distintivas es el heliski, ascendiendo a bases más altas en helicóptero.

www.mtcooknz.com

17. Navegar entre fiordos en Milford Sound

A 295 kilómetros de Queenstown -casi a la misma distancia de la ciudad más austral del país, Invercargill-, Milford Sound está dentro del Parque Nacional Fiordland, sobre el mar de Tasmania, y es uno de los destinos más visitados de Nueva Zelanda. Cuenta la leyenda maorí que los fiordos aquí fueron esculpidos por el semidiós Tu Te Rakiwhanoa, y no es difícil imaginar por qué ellos lo creyeron así. Se puede navegar entre los inmensos picos en un espectáculo más divino que terrenal. En general los barcos son pequeños y las excursiones, de pocas horas. Algunos ofrecen la opción de pernoctar.

www.milford-sound.co.nz

18. Hacer trekking en un glaciar

La experiencia es casi sobrenatural. Los glaciares Franz Joseph y Fox están sobre los Alpes del sur de Nueva Zelanda, y con guía mediante se puede hacer un trekking en el hielo de pocas o varias horas. Incluso se ofrecen heli-hikes, con la opción de ascender a zonas inaccesibles a pie y disfrutar de la espectacular vista desde el aire.

www.franzjosefglacier.com /

www.foxguides.co.nz

19. Bungee jumping en Queenstown

En el sur de la Isla Sur sube la adrenalina. Si bien todo el país ofrece actividades de aventura, Queenstown ostenta el título de ser la cuna del bungee jumping, creado por los locales A. J. Hackett y Henry van Hash. Y aunque hay decenas de puentes y plataformas con paisajes únicos desde donde tirarse, el Kawarau Bridge Bungy es el original, donde todo comenzó en los 80. Son 43 metros de caída libre y es el desafío ineludible tanto para los fanáticos como para los que quieran hacer su bautismo, en el histórico puente.

www.bungy.co.nz

20. Visitar a El señor de los anillos

Nueva Zelanda también es famosa por ser la Tierra Media donde Peter Jackson imaginó las escenas de El señor de los anillos. La trilogía fue filmada en paisajes de las islas y muchos tours guían a través de los pasos de los hobbits Sam y Frodo. Los Jardines de Isengard y Lothlorien en Wellington, la aldea de Hobitton en Matamata, Waikato, la ciudad de Edoras en la llanura de Canterbury, sólo por mencionar algunos de los lugares de fantasía en este rincón del mundo único y sorprendente.

www.firstlighttravel.com
Más información: www.newzealand.com.