Bofetada a racistas, misóginos y estúpidos
De las mujeres a quienes les he dedicado un artículo, es quizás la única con excelente corolario: la justicia, el reconocimiento y el respeto pueden ser posibles. Pero con esfuerzo.
No sé hasta dónde su historia es generalizable, porque Oprah Winfrey tiene algo que la distingue del resto de nosotros: es absolutamente genial, su cociente intelectual debe romper los cánones y su equilibrio racional impresiona con un juicio desapasionado, mezclado con una pasión salvaje hacia las buenas causas. Sin equivocarse en una. ¡Admirable; una bofetada a racistas, misóginos y estúpidos! Y otra bofetada a las misándricas, es decir a esas mujeres o lo que sea, que disfrazan su odio a los varones describiéndose como feministas, que no es su caso. Son dos formas antagónicas de una idéntica patología. Para rematar, lo de haberse hecho inmensamente rica, es menos relevante que –si se le antojara—podría postularse con éxito a ser presidenta de Estados Unidos.
En fin, vayamos al personaje, que nació 29 de enero de 1954 en Kosciusko, un pueblito de Misissipi donde también nació, pero en 1933, James Meredith, el primer afroamericano aceptado por la Universidad de Misisipi, activista contra el racismo, herido de bala en las confrontaciones, curiosamente devenido republicano en el final de su carrera.
Cuando nació todavía no había sido erradicado de la Constitución el artículo en que se esquivaba la condición humana de los negros, admitiendo únicamente que coincidían con las personas en tres quintas partes. Y no te me pongas sobrador y antinorteamericano, porque acá legalmente eso era reprimible, pero en la cruel realidad los derechos de los negros siguen relegados. Pensá un momento y respondete con objetividad: ¿podría acá un negro postularse a la presidencia y ser votado en mayoría como ocurrió con Barack Obama? ¿Y una mujer como Hyllary Clinton? Así que mejor aguántate ahí y tratá de que por lo menos esto sea motivo de vergüenza.
Te voy a hacer un vaticinio: si a pesar de sus desmentidos Oprah se postulara para presidente, le podría caer encima un escándalo como el que enchastró a Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, a quien nadie puede imaginar en la oscuridad de la noche pergeñando la manera de que su criatura cibernética viole la intimidad de las personas. El estallido mediático contra Mark ocurrió poco después de que se lo señalara como posible candidato en Estados Unidos, trascendido que también desmintió. En lugar de disfrutar de sus 68 700 millones (seguramente mas al dia de hoy) y de seguir regalando cientos y miles de millones cada año, ese rubio genial con cara de bobo andaba pensando cómo escamotear algo al fisco y lograr que el Estado invierta en cosas mas loables que en guerras lejanas. ¡Andá! Hay que ser muy inocente para creer que los aparatos políticos de demócratas y republicanos iban a aceptar de buen grado que el tipo más rico, más influyente y más inteligente se les metiera en las campañas electorales.
¿Qué Oprah tampoco no hizo nada malo y no la pueden acusar? Dejá que un experto le revise el currículum y vas a ver qué cosas pueden someter a escrutinio, aunque sea haciendo como le hicieron a Mark, a quien alguien se la pasó por el jopo mientras se distraía con la filantropía. Mi admirada negra no se compara, tiene apenas 3.000 millones, pero no fueron el resultado de artilugios bursátiles ni del desarrollo explosivo de un producto genial como Facebook. A Oprah le costó muchísimo esfuerzo ganarse cada puñado de diez mil dólares y no salió de la nada, salió de debajo de la nada.
Su madre, soltera y pobre trabajaba de doméstica y no tenía tiempo para cuidarla; la confió a su abuela tan pobre como ella, quien le cosía ropa con bolsas de papas, razón por la cual la llamaban “niña bolsa”, porque la crueldad no distingue etnias. No le faltaron muñecas… pero estaban improvisadas con mazorcas de maíz. Ponéselo como ejemplo a esos niños que solo aceptan milanesas y que exijen a los gritos unos championes Nike para que los compañeros no se burlen de ellos.
Tenía nueve años cuando su madre la pudo llevar con ella a la ciudad de Milwaukee, donde fue violada primero por un primo y luego por otros familiares y amigos de la familia. A los 13 años fue enviada a un centro de detención juvenil y a los 14 años quedó embarazada, aunque perdió al bebé en un parto prematuro. Las posibilidades de que una niña con esos inicios despegue de su penoso destino, deben ser de una en 325 millones (la población de Estados Unidos). Y si bien las cosas ya estaban cambiando, sin su tenacidad y capacidad, no hubiera podido superarse.
A los tres años daba indicios de sus capacidades, cuando entrevistaba a su muñeca de choclo ante los cuervos que observaban atónitos desde el cerco, emulando lo que veía en la televisión. Era tan buena hablando, que en la iglesia la llamaban “la predicadora”. Su relación con su padre Vernon Winfrey mejoró en la adolescencia y pasó a vivir con él, tras ser reconocida. Vernon la hizo leer un libro por semana y entregarle un informe de lo que había leído. Con solo eso y su talento, se hizo una excelente estudiante.
A los 17 años ganó un concurso de belleza para escoger a “Miss Prevención de Incendios” y fue convocada a una emisora de radio en Nashville donde, a modo de broma, en lugar de entrevistarla la hicieron narrar las noticias. Deslumbró tanto que le ofrecieron su primer empleo de periodista. Ahí comenzó oficialmente su carrera… pero el impulso lo tenía de antes.
Esa lucha de niña negra contra la injusticia y el abuso, la llevó a promover lo que luego fue la Ley Nacional de Protección a la Infancia. “Hablo aquí en nombre de los niños que desean ser escuchados, pero cuyos gritos, deseos y esperanzas creo que, con frecuencia, caen en oídos sordos», dijo ante el Congreso. Dos años después, el presidente Bill Clinton firmó la norma conocida como la «Ley Oprah».
La Wikipedia la presenta como periodista, presentadora de televisión, productora, actriz, empresaria, filántropa y crítica de libros. Fue varias veces ganadora del Premio Emmy por su programa de entrevistas The Oprah Winfrey Show, iniciado con éxito descomunal en 1986 para culminar sin haber menguado un ápice su popularidad, 25 años después. Nuestra heroína se había jugado por entera a un nuevo proyecto periodístico, su canal televisivo Oprah Winfrey Network. El Show fue considerado por la revista Time como el mejor programa de televisión del siglo XX.
Tanto rating convocaba Oprah que la empresa Pontiac se quiso asociar presentando en el Show su modelo G6, para lo cual puso a su disposición los automóviles que fueran necesarios para las personas que se hicieran presentes en el plató. ¡¡Fueron 276!! y para sorpresa de todos, cada uno se fue con su automóvil.
Vive en pareja con Stedman Graham desde hace 32 años, muchos más de los que cumplen muchos de quienes exhiben libreta. «Si nos hubiéramos casado, quizás no estaríamos juntos», explicaron.
1986 fue un año muy especial en su carrera. Fue nominada al Oscar como mejor actriz secundaria por su papel en la afamada película El Color Púrpura. Tras tomarle el gusto al espectáculo, fundó Harpo Productions (Oprah=Harpo), con la cual no solo produce su Show, sino también radio, su revista personal, películas, audiovisuales y una cadena de televisión. Finalmente no ganó el clásico Oscar de la Academia por los filmes en los que participó… pero le anunciaron en la misma ceremonia el Oscar Humanitario Jean Jersholt, como reconocimiento a sus causas sociales y filantrópicas. Oprah impulsa una fundación que lleva su nombre, dedicada a apoyar a las mujeres y niños del mundo y entre otras acciones, destina cada año millones de dólares para ayudar a estudiar a muchos jóvenes sin recursos de ambos sexos.
A pesar de todos esos méritos, en Uruguay sabemos poco de Oprah y quiero creer que sus producciones no nos llegaron por un problema de costo de traducciones… prefiero no pensar en otras causas. El estallido de Oprah en nuestro medio lo produjo el discurso que pronunció en la ceremonia de los Globos de Oro de 2018, contra el acoso sexual… pero también contra muchas otras injusticias de este mundo. Lo hizo en apoyo del movimiento MeToo y en lugar de mostrar tetas y apedrear iglesias como en Montevideo, pronunció con su voz fuerte, vibrante y clara, una argumentación aplastante contra esas cosas insoportables que continúan ocurriendo.
Deberías prestar atención a lo que dijo, mirar la traducción, pero no dejar de escucharla. Todo eso tan impecable, fue una improvisación… seguramente ensayada… pero no una lectura pese a la perfección sintática y conceptual. Por eso decimos que es genial.
Guillermo Pérez Rossel
http://www.oprah.com/index.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Oprah_Winfrey
https://www.facebook.com/oprahwinfrey
https://es.wikipedia.org/wiki/The_Oprah_Winfrey_Show
https://www.infobae.com/2015/10/30/1766030-la-verdad-el-escandalo-del-hijo-secreto-oprah-winfrey/