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Mi pariente Bruno Mauricio de Zabala

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Era manco, pero no necesitaba que nadie le diera una mano. Se las arregló para ser reconocido como un personaje heroico y se atrevió a fundar Montevideo en un lugar que carecía de agua y leña… pero podía ser mejor defendido militarmente.

En fin no engrandece el brillo del fundador su parentesco con nuestro colaborador Alberto Moroy, pero a él lo dejó sorprendido descubrir un hilo familiar que lo unía, en medio de una investigación sobre la fundación de Montevideo. Algunos españoles venían a estas tierras con mandato de la corona… y otros como la rama de Moroy Aboitiz, venían porque estaban hartos de comer salteado.

 

Por Alberto Moroy

¿Que existió primero, el huevo o la gallina? El filósofo griego Aristóteles (Siglo III A.C) comparó esta interrogante con la existencia del hombre y dijo que si hubo un primer hombre, este existió sin padre ni madre, lo que parece imposible. De la misma forma les cuento que sin la existencia de Nicolás Ibáñez de Zabala, padre de Mauricio Zabala, ni él ni yo hubiésemos existido. Lo mío es intrascendente, pero sin él tal vez Uruguay seria parte del territorio brasileño y quizás Montevideo tuviese otro nombre.

Bruno Mauricio Zabala, un manco todo terreno

Nació en el Palacio de Zabala de Durango el 6 de octubre de 1682 y murió sin haberse casado en Santa Rosa, cerca de Santa Fe (Arg.), a los 53 años, el 31 de enero de 1736. Según parece tuvo por hijos ilegítimos a María Nicolasa, Francisco Bruno (1718-1800); Criollo, fue Coronel y Gobernador de las Misiones, Luis Aurelio; Alcalde de Buenos Aires y José Ignacio de Zabala. Estuvo en los sitios de Gibraltar y Lérida, en el bombardeo de Namur (Bélgica), en la Guerra de Sucesión, perdiendo un brazo. Desde entonces usó uno de plata. También asistió a las campañas de Flandes.

En el Río de la Plata se enfrentó a los portugueses, que intentaban establecerse en los territorios hoy  uruguayos. En el año 1724 recuperó Montevideo, ocupada por los portugueses y construyó una fortaleza, que fue el núcleo de la futura ciudad. Fundada entre 1726 y 1730  como plaza fuerte, Montevideo fue asentamiento de trece familias canarias.

Reprimió las revueltas de los comuneros, en 1725 contra José de Antequera y Castro, y en 1735 contra los seguidores de éste, a los que derrotó en Tapabuy. En 1731 fue nombrado capitán general de Chile aunque no llegó a tomar posesión del cargo. Fue nombrado Caballero de la Orden de Calatrava (exp. 1272). Nada mal para un manco.

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Brazo ortopédico “Le Petit Lorrain”. 1633 Ambroise Paré

 

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Bruno M. Zabala / ¿Seria así su brazo ortopédico? ¡Estos son de 80 años antes!

Este brazo de hierro, obviamente, no obedecía las órdenes de su portador, aunque presentaba alguna articulación capaz de sostener cosas. Un escudo o una espada, por ejemplo. El brazo que le faltaba a Zabala era el derecho, el que en el monumento de Montevideo sujeta las riendas y la espada. Dicen que  el medio brazo y mano de plata, que  lo llevaba en el cabrestillo, otros que le colgaba del cuello.

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Bruno M. Zabala / Bosquejo monumento Plaza Zabala (Montevideo)

 

Plaza Zabala – Montevideo – Uruguay

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Monumento Plaza Zabala Montevideo

 

Monumento a Zabala en Montevideo. Interesante reseña de su construcción

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/748208.pdf

Ubicación estratégica de Montevideo

Montevideo fue fundada en esta ubicación por motivos estratégicos, de hecho su contorno es escarpado por el lado Sur y Oeste, a tiro de piedra por el Norte y solo había que parapetar el lado Este, además la zona de fondeo quedaba cerca y esto resulta importante. Si así no fuese estaría asentada más próximo a las fuentes de agua de aquel entonces. De hecho la fundación de Montevideo estaba resuelta por los portugueses, pero el gobernador de Colonia se interpuso, y uno de los argumentos era la falta de agua y de leña. El informe de Sebastián Veiga Cabral fue decisivo, para no fundar Montevideo en 1701. Veintidós años después, deciden hacerlo, pero Zabala lo impide. En 1719 El gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, cumpliendo reales ordenes, encarga al Cap., Ing. Domingo Petrarca un relevamiento de la ensenada de Montevideo, el que constituye el primer relevamiento topográfico de la bahía. En él se identifican ”los manantiales de agua dulce y terreno a propósito que se puede poblar y fortificar siendo el elegido la península hoy denominada Ciudad Vieja.

Continúa

http://viajes.elpais.com.uy/2015/07/14/por-que-tardaron-en-fundar-montevideo/

Una digresión

Sin duda el titulo de esta nota es presuntuoso… aunque si revolvemos la genealogía, muchos se llevarían sorpresas como yo. Esta relación parental de la que no tenía idea, surgió a partir de la búsqueda de información de Bruno M. Zabala para esta nota. Si sabía, que dentro de las primeras familias canarias que llegaron a Montevideo, tenía ancestros (Catalina Francisca de Oliva y Respeto y Juan Martín Carrasco, Padrón de Montevideo de 1726). Hoy haremos una recorrida ecléctica por la vida del fundador de Montevideo, a todas luces un fiel servidor de la corona española. Al final dos cartas del Rey Felipe V  a Zabala en la que se trasluce de primera mano (sin la interpretación de historiadores), su estima y aprecio por su lealtad y compromiso con la tarea asignada

A raíz de informarme más sobre Bruno Mauricio Zabala me encontré que algunas generaciones atrás “éramos parientes” Pedro Antonio Aboitiz y Acordagoitia estaba casado con Maria de Zabala, sobrina nieta de Bruno Mauricio de Zabala e hija de su hermano Juan de Zabala y Cortázar. El último Zabala en mis ancestros fue Matheo Aboitiz Zabala, mi tatarabuelo quien murió en Lekeitio (Municipio de la provincia de Vizcaya, España), alrededor de 1870. No eran de fortuna, todos eran pastores y uno de sus hijos, mi bisabuelo Aboitiz, migró a Filipinas como tantos otros vascos que en sus caseríos comían salteado. Mi apellido materno es Aboitiz.

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Zabala-Aboitiz

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Casa natal de Zabala en Bizcaya (España)

Durango Bizkaia País Vasco (Hoy)

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Primeras familias canarias

Vista de su casa natal Durango, Provincia de Vizcaya

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Viaje al Rio de la Plata

Una vez finalizada la guerra y en recompensa por los servicios prestados, el nuevo monarca Felipe V ascendió al cargo de mariscal de campo a Bruno Mauricio de Zabala, antes de que hubiera llegado a cumplir los 35 años de edad. Además de eso fue nombrado gobernador y capitán general del Río de la Plata.

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Felipe v  / Archiduque Carlos de Austria (Enemigo de Felipe v)

Motivo de la fundación de Montevideo

Se ha discutido si la voluntad de fundar Montevideo cupo a don Bruno Mauricio o al rey Felipe V. Está fuera de dudas que el rey buscaba enfrentar el expansionismo portugués en el Río de la Plata y por ello nombró para la misión a este general, valiente pero manco, cosa que no deja de tener relevancia en esta historia. El proceso fundacional de Montevideo comenzó con la carta real que lo ordenó, fechada en San Ildefonso el 11 de octubre de 1716. Zabala asumió recién el 11 de julio de 1717 como gobernador  cargo que desempeña hasta el año 1735, descollando con obras que han perpetuado su memoria. La más importante, el proceso fundacional de Montevideo: desde la toma militar de la Península, desalojando a Manuel de Freitas Fonseca en el año 1724, hasta 1726, con la llegada de las familias canarias. Instala también el primer Cabildo de Montevideo el 1 de enero de 1730. Al darle estatuto jurídico a la ciudad, de acuerdo a las Leyes  de India quedó definitivamente enraizado San Felipe y Santiago de Montevideo en la sociedad y el derecho españoles. Su Rey  lo designó para ejercer la Capitanía General de Chile, cargo que no pudo ocupar, pues le sorprendió la muerte, repentinamente (apoplejía), el 31 de enero de 1736 a la edad de 54 años.

Carta del Rey Felipe V,  Aranjuez, a 16 de abril de 1725.

“Teniente General don Bruno Mauricio de Zavala, Gobernador y Capitán General de la ciudad de la Trinidad, y Puerto de Buenos Aires, en las provincias del Río de la Plata.

En diferentes cartas que se han recibido, el mes de junio del año próximo antecedente, dais cuenta con autos de que, el día primero de diciembre de 1723, os dio noticia un práctico del Río de la Plata de haber encontrado en la ensenada de Montevideo un navío de guerra portugués, con 50 cañones, mandado por don Manuel Henrique de Noroña, y haber desembarcado hasta 200 hombres que estaban fortificándose, con cuya novedad despachasteis un capitán con carta para el gobernador de la Colonia, a fin de que informase de tan impensada e irregular conducta; dando al mismo tiempo otras providencias para reforzar la guardia de San Juan (hoy Colonia del Sacramento), observando los movimientos de los portugueses, impedirles disfrutar la campaña y la comunicación con la Colonia por tierra; encargando al capitán con Alonso de la Vega que a su arribo escribiese al comandante portugués que no podíais permitir su demora en aquel paraje, si bien tenía orden para franquearle lo que necesitase para sus avíos, suponiendo sería accidental su detención. A que le respondió venía con expresa orden de su Soberano, a tomar posesión de las tierras de su dominio, por lo cual os obligó a manifestarle la extrañeza que os causaban sus operaciones, por ser opuestas a la buena correspondencia; y que, respecto de no haber duda alguna en ser mío el territorio de Montevideo, procurase suspender la fortificación y retirarse de aquel paraje y demás dominios míos; porque, de no ejecutarlo así, lo reputaríais por hostilidad, y os sería indispensable valeros de aquellos medios a que la justicia, la razón y el derecho os obligaban.

A que os respondió el comandante portugués en la misma forma que había respondido a vuestro oficial. Y enterado vos de que los portugueses llevaban adelante su intento, no obstante varias cartas y respuestas que hubo de una a otra parte, dispusisteis los navíos de registro, juntamente con un navío inglés del asiento, y por tierra también tropas, para dicho sitio de Montevideo; y habiendo pasado a la guardia de San Juan el día 21 de Enero, tuvisteis el día siguiente la noticia de haberle desamparado los portugueses dejando una carta el comandante, escrita el mismo día 19, diciéndoos se retiraba por no quebrantar las paces, protestando la posesión que había tomado en nombre de su Soberano. Con cuya noticia dispusisteis se mantuviesen en el surgidero los dos navíos de registro; y el patache del navío inglés, con la artillería y municiones, pasasen al sitio de Montevideo, y en él empezasteis la construcción de una batería y otras fortificaciones   -precisas a la seguridad de aquel puesto; expresando también quedar concluida la batería, y muy individualmente todas las operaciones y medios de que os valisteis, remitiéndoos a los autos.

Expresando que en todos estos accidentes no habíais dado motivo para que los portugueses creyesen pudieseis tener orden mía para inquietarlos; pero que, viendo se querían establecer en nuestros dominios, tuvisteis por indispensable oponeros con todo rigor, para evitar las consecuencias que resultarían de hacerse dueños de tan importante puesto, sin que para esta resolución os hiciesen balancear las reiteradas amenazas con que os manifestaron el desagrado que me causaría, esperando me daría por servido de lo que vuestro celo había manifestado, procediendo con el amor y lealtad que acreditaba el mismo suceso. Concluyendo con expresar la necesidad que había de remitiros gente de guerra de España, por la poca con que os hallabais para cubrir tantos puestos, y lo mucho que convenía el poblar de familias aquel puesto; pues, aunque lo habíais solicitado con eficacia con el cabildo secular de esa ciudad, y ésta lo había solicitado también por su parte, no se había podido conseguir por falta de familias.

Visto en mi Consejo de las Indias, con todo lo demás que sobre este asunto expresáis, así en vuestras representaciones como en los autos que con ellas acompañáis, y consultándome en ello, he resuelto, con reflexión a todo, manifestaros la aceptación con que se han recibido estas noticias, y lo digno de aprobación que ha sido todo lo que en esto habéis ejecutado, por lo que os doy muchas gracias y en mi real nombre os mando se las deis a esa ciudad, militares y demás vasallos que concurrieron a esta función. Y atendiendo a la importancia de mantener los dos puestos de Montevideo y Maldonado, de forma que ni portugueses ni otra nación alguna puedan en tiempo alguno apoderase de ellos, he resuelto así mismo pasen en los presentes navíos de registro, del cargo de don Francisco de Alzaibar, 400 hombres, los 200 de infantería y 200 de caballería, con armas y vestidos, a fin de que con esta gente, y la demás con que se halla ese presidio, puedan subsistir vuestras disposiciones. Y para que se puedan poblar los dos expresados e importantes puestos de Montevideo y Maldonado, he dado las órdenes convenientes para que en esta ocasión se os remitan en dichos navíos de registro 50 familias, las 25 del reino de Galicia, y las otras 25 de las islas de Canarias. (Esas 24 familias gallegas llegaron a Islas Canarias tras una navegación tan accidentada que posiblemente nunca más lograron subirlos a un barco. Por eso, las familias fundadoras fueron todas de origen canario).

También se dan las órdenes necesarias a mi Virrey del Perú, y Gobernadores de Chile, Tucumán y Paraguay, para que os den cuantos auxilios puedan para atajar los intentos de los portugueses, y particularmente para que del distrito de cada uno pasen las familias que fueren posibles, para que con las que (como va dicho) se os remiten de España se apliquen a estas poblaciones. Previniéndose también a esa ciudad que, siendo interés propio suya las poblaciones referidas, pues por este  modo asegura las campañas de la otra banda, a donde es preciso recurrir ya por la falta de ganados que se experimenta en esas de Buenos Aires, y no asegurándose este sitio queda expuesta dicha ciudad a que con el tiempo los portugueses se hagan dueños de él, como lo han intentado, procure también por su parte, con la mayor vigilancia, atraer las más familias que pudiere para que vayan a poblar dichos sitios, suministrándoles los medios que necesitaren, pues a este mismo fin coadyuvaréis por vuestra parte.

Advirtiendo también a la ciudad proceda, en las licencias que diere para el transporte de cueros, con la debida reflexión y consideración, no dudando que en vista de estas providencias, y de que procuraréis castigar a los españoles que fomentaren y coadyuvaren a los portugueses, se contendrán a éstos, a quienes requeriréis para que en el término de un mes desalojen los territorios que ocuparen, fuera del que les está permitido dentro del tiro de cañón, y se retiren a sus límites, advirtiéndoles que, si no lo ejecutaren pasado el referido término, los arrojaréis con la fuerza. Lo cual ejecutaréis así, pues con las providencias expresadas podréis hacerlo, procurando (como no lo dudo de vuestro amor y celo a mi real servicio) practicar en este caso todas las disposiciones que fueren posibles, con la conducta que hasta aquí. Y de lo que se adelantare en este asunto, me daréis cuenta en las primeras ocasiones que se ofrecieren.

Yo, el Rey”.

——

“Teniente General don Bruno Mauricio de Zavala, Gobernador y Capitán General de la ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires.

En carta de 17 de mayo de este presente año participáis que, habiéndoos transferido a mediado de diciembre del de 1729 a San Felipe de Montevideo, dispusisteis a vuestro arribo nueva repartición de tierras de campo entre los vecinos de su población, ejecutándose en presencia vuestra la creación de cabildo de la referida ciudad, para el gobierno político y económico de ella, según constaba del informe que acompañabais de don Pedro Millán, quien intervino por su práctica y experiencia a la providencia de su establecimiento, arreglado en lo mejor que se pudo a las ordenanzas y leyes; excepto la nominación anual, que se acordó en las elecciones, por ser conveniente en la coyuntura presente, en la igualdad de los sujetos pobladores, por quitar e impedir sus disputas, cuya deliberación se observará hasta que se ordene otra cosa; esperando la aprobación de lo que a prevención se ha dispuesto, con el deseo del mayor acierto para el aumento de esta nueva ciudad, la que expresáis tiene pretensión para  la fundación de un convento de religiosos de San Francisco, con la expectativa de que le concederé para ello el permiso, lo que tenéis por muy esencial e importante, por estar los vecinos pendientes para los actos espirituales de un cura y de otro religioso de San Francisco que alternativamente marcha destinado para la guarnición de los destacamentos del presidio. Y visto en mi Consejo de las Indias, con lo que dijo mi Fiscal de él, he venido en aprobaros (como os apruebo) todas las providencias que hasta aquí habéis dado del repartimiento de tierras y formación de cabildo; y os mando me informéis del vecindario que se ha establecido ya en esta nueva ciudad, y si se puede esperar población considerable en ella, según la calidad de las tierras de su jurisdicción y disposiciones de situación y frutos para el comercio, lo cual ejecutaréis en las primeras ocasiones que se ofrezcan. De Sevilla, a 7 de diciembre de 1731.

Yo el Rey”.

Un poco más

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/fundacion-de-la-ciudad-de-montevideo–0/html/ff8a40c0-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html

Una perlita

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Homenaje a Zabala en su casa natal, tribiutado por la Selección Nacional de futbol 1924

Se cumplen 99 años  de la visita del combinado suramericano a la villa en la que nació el fundador de la capital uruguaya, Montevideo. Llegó por barco a Bilbao la selección Nacional de fútbol de Uruguay que debía competir en los VIII Juegos Olímpicos de París, cuya apertura se celebró el 4 de mayo de 1924. El combinado suramericano quiso aprovechar la ocasión para rendir homenaje al fundador de Montevideo, capital de Uruguay, Bruno Mauricio de Zabala. De hecho, la placa está colocada en el palacio en el que nació el militar. El homenaje consistió en la colocación de la placa. Con tal motivo se celebraron en Durango grandes festejos. Los deportistas llegaron de Bilbao en tren a las cuatro de la tarde y fueron recibidos por un numeroso público que aplaudió su llegada. La Banda Municipal de Música tocó el Gernikako Arbola.