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No lea esto si está desvelado

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Podríamos probar como nuestros antepasados, ponernos en los pies unas rodajas de pan mojadas en vinagre.  Pero igual que ellos, tampoco recuperaríaos el sueño y solo conseguiríamos que nos echen de la cama.

Dormir demasiado es malo para el alma, aseguraban los líderes religiosos y solo duerme bien el que tiene la conciencia tranquila, decían los moralistas, haciendo como que no se daban cuenta que los peores pecadores y malvados suelen dormir a pata suelta porque ni siquiera se cuestionan lo que hacen… o creen que con unos padrenuestros el domingo lo arreglan todo.  ¿Y si probáramos como nuestros abuelos dormir en dos tandas, primer y segundo sueños?

 

Por Alberto Moroy

 

La falta de sueño es uno de los problemas que más aqueja a las personas en la actualidad. A casi todos  nos preocupa quedarnos desvelados durante la noche, sin saber que eso podría ayudarnos. Tanto la ciencia como la historia parecen confirmar cada vez más que ocho horas de sueño podrían ser anti-naturales. La mayoría de las personas parecen haberse adaptado bastante bien a dormir ocho horas, se cree que muchos de los problemas del sueño tienen sus raíces en la preferencia del cuerpo humano por segmentar el sueño, así como en la omnipresencia de la luz artificial, mucho más en la última década. La conexión permanente a los aparatos tecnológicos han sido el caldo de cultivo para varios trastornos del sueño, entre ellos el insomnio.

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“La siesta”. Álvaro Reja

 

Diferentes épocas, distintos horarios

«Durante la mayor parte de nuestra evolución hemos dormido de una manera determinada», señala el psicólogo del sueño Gregg Jacobs (especialista en medicina del sueño) «Despertarse durante la noche es parte normal de la psicología humana. El sueño fragmentado era el horario de los monjes benedictinos, que acostumbraban a retirarse entre las siete y las once de la noche, permanecían despiertos durante unas tres horas durante la celebración de maitines y laudes, y volvían a sus lechos hacia las dos de la mañana.

Los que ya tenemos algunos años, por lo general vivíamos con luz diurna, nos levantábamos a las siete de la mañana o antes para ir al colegio, ídem el liceo y de ahí en más cada uno hizo la que pudo, siempre condicionado a la forma de vida. Para que esto fuese así, se requería cierto orden familiar en cuanto a qué hora cenar, acostarse y desayunar. No existía toda la parafernalia de artículos electrónicos que hoy nos rodea, los cuales seguro nos contaminan y provocan insomnio y ansiedad, a lo que se suma  la influencia de campos magnéticos.

Las funciones del sueño

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Ritmo circadiano alterado 

Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo. Dormir por la noche y estar despierto durante el día es un ejemplo de un ritmo circadiano relacionado con la luz. Todo cambio, nuestro ritmo circadiano trata de adaptarse a la modernidad y queda desfasado de la otra parte de la sociedad que se maneja por horarios no condicionados o si, pero al modo vida del pasado. Muchos sin obligaciones laborales o sin actividad física que los obligue a irse a dormir temprano y además híper-conectados al celular, ya en calidad de adictos, prolongan la vigilia hasta altas horas de la noche, restándole tiempo al “reseteo cerebral”, y  en muchos casos generando individuos con trastornos de ansiedad.

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Ritmo Circadiano: ¿Como esta tu reloj interno?

 

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¿Cuantas horas deberíamos dormir?

Creemos que lo natural es dormir ocho horas seguidas; sin embargo, antiguamente lo habitual era dormir alrededor de cuatro, permanecer despierto durante un intervalo de una o dos horas, y volver a dormir otras cuatro más. Frente al patrón actual de sueño monofásico (7/8 horas), durante muchos siglos predominó el sueño segmentado: bifásico o incluso polifásico.

 

¿Cambio de patrón?

Hoy, la mayoría de las personas parecen haberse adaptado bastante bien a dormir ocho horas, pero A. Roger Ekirch  (EE.UU.) cree que muchos de los problemas del sueño tienen sus raíces en la preferencia del cuerpo humano por segmentar el sueño, así como en la omnipresencia de la luz artificial. Esto, sugiere que podría ser el origen de un trastorno llamado «insomnio de mantenimiento», en el que los afectados se despiertan durante la noche y tienen problemas para volverse a dormir(*). Esa condición fue descrita por primera vez en la literatura de finales del siglo XIX, al tiempo que el sueño segmentado desaparecía.»Durante la mayor parte de nuestra evolución hemos dormido de una manera determinada», señala el psicólogo del sueño Gregg Jacobs. «Despertarse durante la noche es parte normal de la psicología humana». La idea de que debemos de dormir en un único bloque podría ser perjudicial, dice, si eso hace que la gente se despierte por la noche ansiosa. Esa ansiedad, agrega, puede impedir a algunos volver a dormirse y es posible que se extienda al resto de la vida.

(*) Mi caso

Neurociencia el Sueño

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¿Dormir dos horas al día? El mito del sueño polifásico

https://hipertextual.com/2016/05/sueno-polifasico

Sueño Bifásico

https://www.sebascelis.com/sueno-bifasico/

 

Interesante

https://www.revistadelibros.com/resenas/sasha-handley-sleep-in-early-modern-england-maria-tausiet

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Jan Saenredam Noche (1595). / Don Quijote y Sancho

 

Don Quijote y Sancho

Describía Cervantes (1605/1615 Cap. LXVIII ) “De la cerdosa aventura que le aconteció  a don Quijote)  a propósito del famoso hidalgo y su escudero («Cumplió don Quijote con la naturaleza durmiendo el primer sueño, sin dar lugar al segundo, bien al revés de Sancho, que nunca tuvo segundo, porque le duraba el sueño desde la noche hasta la mañana, en que se mostraba su buena complexión y pocos cuidados.

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Tobías Venner / Vía Recta ad Vitam Longam

 

Terapias para dormir 1637 

En 1637, el médico Tobías Venner sugirió una variedad de terapias para aquellos que confrontan la infelicidad de la `observación » nocturna, incluyendo ‘un buen trago de leche de almendra soporífera’ mezclada con cebada, flores de borraja y violetas y agua de rosas endulzada con azúcar. Los remedios menos convencionales incluían unir pequeñas bolsas de anís a las fosas nasales o atar rebanadas de pan empapadas en vinagre a las plantas de los pies. De 1620 a 1660, varias ediciones de su Vía Recta ad Vitam Longam se publicaron en formato cuarto en Londres.  Además de su respaldo a las aguas termales en Bath (sudoeste de Londres), el libro dio consejos sobre higiene y salud, así como la teoría del humorismo de Galen. Venner explica cómo trabajar en seis factores «no naturales» (ambiente, dieta, sueño, ejercicio, excreción y pasiones de la mente) podría afectar el equilibrio de los cuatro humores, sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra, y así mejorar la calidad de vida y la longevidad.

El rezo antes de acostarse

Durante mucho tiempo, el sueño tranquilo, considerado requisito indispensable para la salud corporal, se asoció fundamentalmente al estómago y a la buena digestión; sólo a partir de finales del siglo XVII empezó a relacionarse más bien con el cerebro y el sistema nervioso. Sea como fuere, hasta muy recientemente ha pervivido la creencia de que la salud espiritual se pondría en juego cada noche, no sólo ante la amenaza de posibles pesadillas o tentaciones oníricas, sino por el riesgo de morir en pecado, en especial teniendo en cuenta la convicción de que el demonio atacaba sobre todo de noche y a través de los sueños9. De ahí la costumbre de realizar un examen de conciencia, arrepentirse, rezar y encomendarse a Dios antes de acostarse.

Por si quieren comprarlo

https://listado.mercadolibre.com.ar/libro-via-recta-ad-vitam-longam-or-a-plain-philosophical_NoIndex_True

 

¡Los pecadores no duermen! (¡qué ilusos!)

Tanto entre católicos como protestantes predominaba la idea de que dormir mal era consecuencia de los pecados; y dormir bien, de la virtud. Al mismo tiempo, muchos teólogos, entre ellos Richard Baxter (1615-1691), aseguraban que quienes poseían una fe fuerte eran más resistentes, por lo que debía bastarles con dormir cinco o seis horas (se dice que Calvino no pasaba de cuatro) y que levantarse tarde era perjudicial para el alma. El famoso fundador del metodismo, el anglicano John Wesley (1703-1791), en uno de sus sermones sobre «el deber y las ventajas de levantarse temprano», aseguraba que dormir demasiado era «la razón real y principal, aunque insospechada, de todas las enfermedades nerviosas».

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“Molestando al marido”  / Richard Baxter

 

¡La cama para quejarse!

Un grabado en el que aparece un matrimonio en la cama resulta especialmente expresivo y si se fina en el de más arriba la situación paree ser la misma, “casi un habito que llego a nuestros días”. En él se muestra al marido, acostado de espaldas a su mujer en camisón y con gorro de dormir, fingiendo estar dormido. Mientras tanto, la mujer, igualmente ataviada y sentada a su lado, intenta hablar con él, poniéndole una mano en el hombro y otra en la cabeza. El dibujo sirvió de ilustración a una colección de lecciones morales publicada en 1640 sobre el mal comportamiento femenino. En este caso, su autor, el escritor inglés Richard Brathwaite, reprobaba el hecho de que muchas esposas aprovecharan el momento de ir a la cama para «quejarse» a sus maridos, no permitiéndoles descansar7. Como apunta Handley, en una frase que continúa vigente en la actualidad, «era en la cama donde maridos y mujeres compartían sus pensamientos más íntimos, así como las emociones y experiencias del día, lo que a veces llevaba al conflicto».

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El caballero inglés. 1631-33. Richard Brathwaite / Sir Thomas Browne

 

 Notable definición de los sueños 

Hacia 1650 Sir Thomas Browne (escritor inglés)  escribió: Pasamos la mitad de nuestros días en la sombra de la tierra, y el hermano de la muerte exige un tercio de nuestras vidas. Gran parte de nuestro sueño está zurcido de visiones y de objetos fantásticos. Por más que los sueños puedan resultar falaces respecto a sucesos externos, a menudo se revelan verdaderamente significativos dentro del hogar y por eso nos hacen entendernos mejor a nosotros mismos. Fabricar sueños es un arte, como también lo es interpretarlos. Si algunos han llegado al éxtasis, otros también han muerto en sueños, pues la muerte no es sino un arrobamiento (Estado de la persona que siente un placer, admiración o alegría tan intensa), confirmado.

 

Paris la ciudad Luz 

En 1667, París se convirtió en la primera ciudad del mundo con alumbrado público, que utilizaba cirios de cera en lámparas de cristal. Se le sumó Lille en el mismo año y Ámsterdam dos años después, donde se introdujeron unas lámparas de aceite más desarrolladas. Londres no incorporó este servicio hasta 1684, pero para finales del siglo, más de 50 ciudades importantes de Europa ya tenían alumbrado nocturno. La noche se puso de moda y pasar horas tirado en la cama pasó a considerarse una pérdida de tiempo.

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Paris, así debió ser/ Ídem Cuerpo de vigilancia zonal para encender y apagar

 

Primero y segundo sueñ o 

La mayoría de los europeos se acostaba entre las ocho y las diez de la noche, dormían hasta las doce o la dos, y a continuación realizaban una serie de tareas, hasta que llegaba el segundo sueño, ya avanzada la madrugada.  Lo chocante es que durante el período intermedio de vigilia estaban bastante activos. Aunque una minoría se quedara en la cama en silencio, rezando, leyendo o escribiendo, lo más común era charlar con los compañeros de cama, jugar a las cartas o manteniendo relaciones sexuales También era muy frecuente levantarse, hacer las tareas de la casa o incluso visitar a los vecinos.

 

Finales del siglo XVII, desaparece el primer y segundo sueño 

Las referencias al primer y segundo sueño empezaron a desaparecer a finales del siglo XVII entre las clases altas de Europa del Norte. Pero esta tendencia, que iría extendiéndose al resto de la sociedad occidental a lo largo de doscientos años, no se consolidó hasta finales del siglo XIX. Especialmente en las ciudades, la propagación de la iluminación artificial, lámparas de gas, primero; eléctricas, después, y la enorme incidencia de la Revolución Industrial, que forzó a los obreros a adaptarse a ritmos de trabajo intensivos, provocaron un cambio definitivo en el ritmo circadiano. Sólo la costumbre de la siesta, aunque en retroceso, todavía se mantiene en algunos países mediterráneos y en el Rio e la Plata, representa un pequeño testimonio de la alternancia sueño-vigilia característica de otras épocas (historiador norteamericano  Roger Ekirch)

Por lo general, se creía que había que dormir con las ventanas, o, por lo menos, las puertas abiertas, permitiendo que circulara el aire fresco; que los niños pequeños debían estar expuestos a la luz y no era conveniente dejarlos a oscuras en la cuna durante mucho tiempo para evitarles deformaciones físicas; que la mejor ropa de cama era la de lino (un material asociado a la pureza o limpieza espiritual desde la Edad Media); que ciertas flores, como las rosas o las amapolas, poseían propiedades soporíferas, etc.

Las camas, invariablemente de madera, no se consideraban simples muebles para dormir: entre las clases privilegiadas, sobre todo, constituían símbolos importantes del estatus de sus ocupantes y de la historia familiar. Como reflejaría posteriormente Hans Christian Andersen (Escritor danés 1805-1875) en el cuento La princesa y el guisante”, cuantos más colchones separaban al durmiente del suelo, mayor era su bienestar; pero también más elevado su puesto en la escala social.

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Hans Christian Andersen

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‘Mr & Mrs Caudle’, publicado en ‘Punch’, 1845-50. ¡Notable como se hace el dormido!

 

Los ritmos circadianos de las plantas y las personas 

Los científicos también comenzaron a rastrear las conexiones entre los ciclos de sueño de las plantas y las personas. Nuestra comprensión actual del ciclo del sueño humano se origina en las observaciones de quienes notaron que la vida de las plantas se rige por los ritmos circadianos, que determinan los movimientos de las hojas y las flores de acuerdo con las fuentes de luz en el medio ambiente. El reloj del cuerpo humano funciona de acuerdo con principios similares, ya que está diseñado para estar activo durante el día y para descansar durante las horas de oscuridad. En consecuencia, los médicos establecieron conexiones intuitivas entre las plantas con ciclos de sueño inusuales y las personas con sueño alterado, y recomendaron tratamientos basados en plantas «somnolientas» para insomnes y plantas «despiertas» para dormilones.

Ya en 1920, la idea de un primer y segundo sueño había desaparecido por completo del imaginario colectivo .Una de las razones de este cambio, según el experto, se debió a las mejoras en el alumbrado público, la llegada de la electricidad a las casas y la proliferación de salones de café, que en ocasiones estaban abiertos toda la noche.

 

Una adenda 

Por estas fechas perdimos el norte, ni segundo sueño ni primero.  Entre ruidos, preocupaciones, celulares a full, plasmas enfrente de la cama, modem radiando ondas  UHF en 2 ,4 GHz (802.11b) y 5 GHz (802.11ª),  ampliación de señal  del mismo enchufados a la línea de 220v, controles remotos tambien en la banda de UHF en frecuencias de  433MHz y de 315MHz., hacen un combo de dificil predicción.  Dicen que  dormir aislados de fuentes electromagnéticas beneficia la producción natural de la melatonina.

Se sabe que la sobre-exposición a la “luz azul” altera nuestro ciclo de sueño/vigilia modificando estado de alerta y la cognición.  Además, la luz azul es muy importante en la regulación del ritmo circadiano (el ciclo de sueño y vigilia natural del cuerpo). La exposición a la luz azul durante el día ayuda a mantener un saludable ritmo circadiano, pero demasiada luz azul en la noche (leer una novela en una tableta o en un lector electrónico a la hora de acostarse, por ejemplo) pueden interrumpir este ciclo, lo que puede provocar noches de insomnio y fatiga diurna.

De aquí en más, todos los que por diferentes motivos nos develamos en la mitad de la noche, deberíamos tomar algunas precauciones si  somos sedentarios,  Dejar celulares y televisores apagados, no en “stand by”. El modem lo más lejos posible del cuarto y tambien apagado y sobre todo no ir a  la cama por aburrimiento. Ahora si tiene organizada su vida para volver al “segundo sueño” y en su casa no se le complica, pruébelo