¡Feliz año nuevo en marzo!
¡Pahhh, se me enloqueció Maurizio o se le adelantó el almanaque! Eso es lo que uno puede pensar con este saludo, pero no; resulta que en Florencia celebran el inicio del 20 el 25 de marzo, al menos este año.
Uno como montevideano, tiene un horizonte histórico que ni siquiera llega a los tres siglos. Pero los florentinos lo tienen que ir a buscarlo en el origen de los tiempos y lo sumergen en las mayores glorias de la cultura… y las mayores perversidades humanas, como las de Savonarola, contemporáneo y protagonista de estas cosas que nos cuenta Maurizio. Para empezar, el fraile que pintó la Anunziata era tan devoto o tanto temor le tenía a Savonarola, que él mismo quemó en la hoguera muchos de sus cuadros considerados pecaminosos.
¿Querés una paradoja? Entre los cuadros que quemó, había un retrato que le hizo al propio Girolamo Savonarola. Los uruguayos nos creemos estrambóticos e irrepetibles (buenas razones tenemos), pero los fiorentinos nos pisan el palito. ¡Miralos festejando el inicio del año en nuestra frenéticamente laica Semana de Turismo, antes de que arribe el último competidor de la Vuelta Ciclista y se caiga el último gaucho de la Semana Criolla. Te queda claro que si es la Anunciación, lo que debería festejarse es la Navidad, pero los florentinos prudentemente audaces, resisten hasta hoy al Calendario Gregoriano, sin arriesgar tanta hondura.
Vamos a dejar que mi amigo nos lo cuente en primera persona
Por Maurizio Tafani
¡Qué tal Guillermo! Veo siempre tu foto entre los periodistas “Jurásicos” que se reúnen una vez por mes para ese almuerzo fraterno. No te preocupes por el título de este mail. No me enloquecí… todavía. Lo que pasa es que aquí en Florencia festejamos el ano nuevo el 25 de marzo. Te voy a contar.
El nuevo año florentino comenzaba, calculado “ab incarnatione”, con el calendario litúrgico. El 25 de marzo, es la fecha del aniversario de la Anunciación a la Virgen María y la concepción de Jesús. Según este cálculo, del enero al 25 de marzo todavía era el año anterior, y esto debe tenerse en cuenta al traducir una fecha de acuerdo con el cálculo moderno. Lorenzo il Magnifico, por ejemplo, nació, según documentos antiguos, el 1 de enero de 1448, pero esta fecha debe ser entendida en la cuenta corriente 1449.
El cálculo del Año nuevo “Ab incarnatione» caracteriza a un tipo de calendario en uso en muchas partes de Italia antes de la reforma gregoriana. El uso “Ab incarnatione» se usó en muchas regiones italianas, como Toscana (Pisa, Florencia, Siena). Sin embargo, en la cuenta de los años entre el uso florentino (que pospuso el comienzo del año de casi tres meses) y el de Pisan (que lo anticipó a más de nueve) hubo una diferencia de un año.
¡Fijate vos! en 60 km de distancia había un año de diferencia.
La afección de los florentinos de su año nuevo, sin embargo, fue tan grande que esperaron hasta enero de 1750 para adoptar el calendario gregoriano que se estableció por decreto del gran duque Francisco Esteban de Lorena.
Hoy día el evento es recordado con un desfile histórico y una procesión solemne comenzando desde el Palagio di Parte Guelfa, que queda atras del Palazzo Vecchio en el municipio de Florencia y serpentea a través de las calles de la ciudad, hasta la Basílica de las SS. Annunziata, donde antes los campesinos peregrinaban para rendir homenaje a la imagen sagrada de la Virgen, que esta conservada en la iglesia medieval de la Santísima Anunciación.
¡Ya van a ver esos gibelinos!
Fue creada en el 1250 por los siete fundadores de la Orden de los Servitas, una compañía de siete hombres, siete santos, algunos de origen noble y otros burgueses. Inicialmente eran un grupo de amigos, que decidieron vivir el Evangelio, ante la situación de corrupción y violencia que por esas épocas se vivía en Florencia y en el resto de mundo conocido. Siguiendo este ejemplo el mundo tendría que estar lleno de cofradías de este tipo.
Se dice que estos monjes pertenecían a la parte Guelfa desde hacía siglos, pero no debemos pensar que los religiosos se distrajeron de esto en el compromiso más importante. Después de la asistencia al Santuario y a la actividad apostólica se afanaban en inquietudes culturales, centradas en el estudio de las Escrituras, de la Patrística, que fue propia de la Orden desde el principio, y que se integró con otras disciplinas humanísticas. La patrística es el estudio del cristianismo de los primeros siglos y de sus primeros autores conocidos como padres de la Iglesia.
Por fuera, la iglesia no impresiona… pero es la que eligen las novias fiorentinas para dejar junto a la Virgen el bouquet de su casamiento y pedir una bendición para el matrimonio.
El primer documento probatorio de las inquietudes culturales en la Orden nos llega precisamente desde el convento de la Anunciación, donde, en la primera década del siglo XIV, varios frailes destinan espontáneamente de sus ingresos anuales, una buena porción de dinero para que jóvenes frailes puedan formarse en París, en la Universidad de la Sorbona. Entre estos promotores de la cultura de la Orden, se está notando también el último de los Siete Fundadores, el hermano lego Alessio, aún vivo a principios de 1310.
En ese entonces hubo una lucha entre las dos partes en que se dividió Florencia: Guelfi e Ghibellini (Güelfos y Gibelinos). Su contexto histórico era el conflicto secular entre el Pontificado que pasaría a estar apoyado por los güelfos, contra el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico apoyado por los gibelinos que se disputaban el dominium mundi.
Este conflicto implicaba el reconocimiento de una autoridad suprema, lo que generó una prolongada guerra política y espiritual entre el poder imperial y el poder eclesiástico, representados por los dos líderes: el Emperador y el Papa. En Florencia es un asunto muy interesante, que ya te contaré y que sigue hasta nuestros días. De hecho la gente de Florencia sigue dividida entre la izquierda y los católicos. Como dice el griego en la Biblia: Nihil sub sole novum.
Pero volviendo al desfile histórico del ano nuevo, llegamos a la iglesia y a la imagen sacra.
Sobre esta imagen, la historia popular cuenta que los curas hicieron pintar el fresco de su «Virgen Gloriosa» en el año 1252 a un cierto fraile Bartolomé, también conocido por su nombre real, Baccio dalla Porta. Pero el artista piadoso, cuando se encontró enfrentado a crear el rostro de la Virgen, fue tomado por un vacío creativo y no pudo avanzar en el trabajo; hizo varios intentos que lo dejaron cada vez más insatisfecho, tanto que el pobre hombre casi decide abandonar el trabajo.
Una noche, inesperadamente, se sintió presa de una extraña somnolencia y al despertar, cuenta la leyenda, el rostro de la Virgen apareció ante él prodigiosamente pintado por los ángeles. Esta imagen fue considerada milagrosa y fue objeto de gran veneración, especialmente por los cónyuges que aún van a la Basílica para dejar el bouquet de flores de la esposa y pedir la bendición del matrimonio.
Cuando entrás en la iglesia te sentís extraño, porque las bancas están al revés. En efecto, se vuelven hacia la imagen de la virgen, que se encuentra entrando a la iglesia a la izquierda. Esto es muy particular, pero toda la historia de Florencia es así. No nos asombra, los uruguayos también estamos acostumbrados al desconcierto. A mediados del siglo XV, Piero di Cosimo de ‘Medici, muy devoto a la imagen de la Anunciación, hizo construir al arquitecto Michelozzo el templo de mármol en el estilo antiguo que aún hoy protege el icono sagrado.
¿Creíste que te iba a dejar sin las imagenes clásicas de la ciudad más linda del mundo?
El episodio de la Anunciación también tiene una tradición festiva que se remonta, según la declaración de las fuentes, a los años 20 – 30 del siglo XV: el de la representación que se celebra cada año, por lo general el lunes después de Pascua, y no el 25 de marzo para no interferir con las funciones de Cuaresma, en la iglesia de San Felice, por la hermandad de Santa Maria Annunziata y del Oriuolo. El éxito de este espectáculo, atestiguado a finales del siglo XVI, está estrechamente ligada a la de la familia Medici, y se confirma también por la frecuencia con la que el sujeto se representa en el período de su hegemonía, en los frescos, pintados y loza vidriada.
De manera que si bien se asume el calendario gregoriano, hay igual una sorda resistencia a una innovación que no fue toscana, que les vino de afuera donde poco saben de pintura, escultura, literatura y todas esas cosas estéticas. ¡Pobre gente!
No solo lo clásico está representado en esta ‘fiesta’, que también se define por testimonios contemporáneos. Por ejemplo, el uso de una compleja de puesta en escena, reforzada por la iluminación y soluciones musicales de gran efecto, que mostraban la imagen del paraíso colocado en las vigas del techo de la iglesia. La descripción mas completa de este aparato es ofrecida por Giorgio Vasari en su Vida de Brunelleschi que atribuye la autoría intelectual.
Te mando tambien unas imagines de lo que te conté. (la iglesia, el desfile, el afiche, la capilla de la Virgen)
Un abrazo, Maurizio
Maurizio en la Scuola de Montevideo, cuando todavía se portaba bien.
Nota del Editor: ya lo he presentado, pero lo repito, Maurizio Tafani es un entrañable montevideano radicado en Florencia, destacado sommelier y privilegiado esposo de una adorable florentina (Gilda Quagliata), también destacada, pero como chef.