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Hipatia, bella, sabia y despellejada

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Dos amigas me instigan para que continúe rescatando historias de mujeres poco reconocidas en nuestro machista Uruguay. Algo así como un viaje a una igualdad que ni las mujeres quieren… ¿a quién le apetece un hombre buenito?. Claro que nada justifica algo tan aterrador y canallesco como lo que le hicieron a nuestra heroína.

La figura de Hipatia resplandece entre todas las mujeres del pasado. No la quemaron viva como a Juana de Arco, pero el sufrimiento de la santa no puede compararse con el de nuestra bibliotecaria, despellejada viva con cáscaras de ostras. Primero la arrastraron por Alejandría, la desnudaron y la golpearon, agonizando tras el despellejamiento, la despedazaron y completaron su hazaña quemando los trozos en un crematorio llamado Cinarón, según relató Sócrates Escolástico. Esto ocurrió en marzo del año 415, quizás del 416 después de Cristo, es decir, hace poco más de 1.600 años. Pero todavía duele.

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¿Cuál fue el horrible pecado de Hipatia? No había cometido infidelidad, que en el hombre es festejada pero en la mujer resulta imperdonable. Tampoco era hereje (aunque tampoco era cristiana tal como lo exigía el oficialismo del momento) o practicaba la brujería. Era algo peor que todo eso, se la consideraba la mejor científica de su época, quizás celosa guardiana de los tesoros del conocimiento que se guardaban en la Biblioteca de Alejandría. Era una mujer más culta que los reyes de la tierra y que los príncipes de la Iglesia, es decir que encarnaba una situación deleznable en aquél tiempo e intolerable en el nuestro, cuando la mujer debe tener un salario menor al del hombre. Para colmo de males, era bella. Así que para aquella deleznable gente, espellejarla es lo que se merecía.

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Los misóginos aplaudieron en el momento, pero luego se arrepintieron y cargaron contra la muchedumbre del linchamiento y también contra la autoridad religiosa que se señala todavía hoy como instigadora. No queda claro si entendieron que el linchamiento había sido exagerado  porque Hipatia solo quería que la gente entendiera mejor el mundo en que vivía… o que la mujer merece consideración siempre y cuando sea virgen, e Hipatia lo era. Ese detalle de la virginidad de Hipatia te atropella en todas las fuentes en que buscás información. Importa más su hímen que su sabiduría, incongruencia que atraviesa limpiamente 16 siglos sin que nadie se pregunte qué mierda importa si era o no virgen.

El absurdo martirio de la científica virgen y hermosa (si hubiera sido fea, ni medio capitulo), fue usado en la Ilustración, como un arma contra el Cristianismo y sus autoridades. No hay un solo dato de la historia que no sea controvertido; principalmente se niega que haya sido directora de la célebre Biblioteca de Alejandría. Arden maldiciones contra quien diga lo contrario o quien señale que la muchedumbre fue instigada por Cirilo, el Arzobispo de Alejandría. Eso por un lado, mientras que por el otro –salvo el detalle de la virginidad, en lo cual hay unanimidad—se insiste en que las fuentes católicas tergiversan todo a su favor.

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Cirilo, el principal sospechoso

¿Qué hacer? No tengo ninguna licenciatura, ni me la mandarían por correo desde La Habana, si presumiera de tenerla. No sé a ustedes, pero a mí Carl Sagan siempre me resultó un tipo bien informado y bastante alejado de los apasionamientos. Entre sus trabajos tiene uno titulado “Sobre Hipatia y la Biblioteca de Alejandría”. Entonces me juego a la cómoda: cito la fuente y refrito sin jugarme, por la versión que más me acomoda… reconociendo que la otra tiene buen sustento.

    “El último científico que trabajó en la Biblioteca fue una matemática, astrónoma, física y jefe de la escuela neoplatónica de filosofía: un extraordinario conjunto de logros para cualquier individuo de cualquier época. Su nombre era Hipatia. Nació en el año 370 en Alejandría. Hipatia, en una época en la que las mujeres disponían de pocas opciones y eran tratadas como objetos en propiedad, se movió libremente y sin afectación por los dominios tradicionalmente masculinos. Todas las historias dicen que era una gran belleza. Tuvo muchos pretendientes pero rechazó todas las proposiciones matrimoniales. La Alejandría de la época de Hipatia —bajo dominio romano desde hacía ya tiempo— era una ciudad que sufría graves tensiones. La esclavitud había agotado la vitalidad de la civilización clásica. La creciente Iglesia cristiana estaba consolidando su poder e intentando extirpar la influencia y la cultura paganas. Hipatia estaba sobre el epicentro de estas poderosas fuerzas sociales. Cirilo, el arzobispo de Alejandría, la despreciaba por la estrecha amistad que ella mantenía con el gobernador romano y porque era un símbolo de cultura y de ciencia, que la primitiva Iglesia identificaba en gran parte con el paganismo. A pesar del grave riesgo personal que ello suponía, continuó enseñando y publicando, hasta que en el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, rompieron sus vestidos y, armados con conchas marinas, la desollaron arrancándole la carne de los huesos. Sus restos fueron quemados, sus obras destruidas, su nombre olvidado. Cirilo fue proclamado santo.

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La antigua y la actual biblioteca de Alejandría. No es lo mismo, pero es un loable intento.

    La gloria de la Biblioteca de Alejandría es un recuerdo lejano. Sus últimos restos fueron destruidos poco después de la muerte de Hipatia. Era como si toda la civilización hubiese sufrido una operación cerebral infligida por propia mano, de modo que quedaron extinguidos irrevocablemente la mayoría de sus memorias, descubrimientos, ideas y pasiones. La pérdida fue incalculable. En algunos casos sólo conocemos los atormentadores títulos de las obras que quedaron destruidas. En la mayoría de los casos no conocemos ni los títulos ni los autores. Sabemos que de las 123 obras teatrales de Sófocles existentes en la Biblioteca sólo sobrevivieron siete. Una de las siete es Edipo rey. Cifras similares son válidas para las obras de Esquilo y de Eurípides. Es un poco como si las únicas obras supervivientes de un hombre llamado William Shakespeare fueran Coriolano y Un cuento de invierno, pero supiéramos que había escrito algunas obras más, desconocidas por nosotros pero al parecer apreciadas en su época, obras tituladas Hamlet, Macbeth, Julio César, El rey Lear, Romeo y Julieta. (pp. 335-6)”

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Estoy seguro que en Villa Española, por poner un barrio cualquiera, ni pelota le darían a este tema… pero en la Inglaterra del siglo XVIII dio lugar a algún célebre debate, como el trenzado entre el deísta John Toland (estamos en Inglaterra, hay pocos católicos en la vuelta) quien defendió a ultranza al clero de aquella Alejandría de Hipatia, y el historiador Thomas Lewis, quien escribiera una obra que lo dice todo en el título: “La historia de Hipatia, la imprudentísima maestra de Alejandría, asesinada y despedazada por el populacho en defensa de San Cirilo y el clero alejandrino. De las calumnias del señor Toland”. Leés el título y te ahorrás la lectura del libelo.

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Hipatia by Amenábar

Veamos los méritos de nuestra heroína según los cánones de hoy: matemática, filósofa, astrónoma, escritora, inventora y astróloga, todo en uno. Hija y discípula del astrónomo Teón, es la primera mujer reconocida como científica en la historia. En la Wikipedia se resalta que escribió sobre geometríaálgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios —instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste— e inventó un densímetro. También se indica que aunque en los programas de Tinelli no se la mencione, Hipatia es verdadero mito: desde la época de la Ilustración se la presenta como a una «mártir de la ciencia» y símbolo del fin del pensamiento clásico ante el avance del cristianismo. No obstante, en la actualidad se destaca que su asesinato fue un caso excepcional y que, de hecho, la escuela neoplatónica alejandrina, progresivamente cristianizada, floreció hasta pleno siglo VII. Porque tampoco la Edad Media es tan horrible como te la pintan.

En cuanto a la virginidad, mirá hasta donde llega la obsesión. Hay respetadas fuentes que aseguran que estuvo diez años casada con otro filósofo llamado Isidoro… pero se apresuran a aclarar que pese al matrimonio, se mantuvo virgen. Es realmente una manía.

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Hipatia, en un detalle de La escuela de Atenas (1509-1510) de Rafael Sanzio: se encuentra en los Museos Vaticanos.

En cuanto a la calidad de sus escritos, jamás la podremos apreciar, pues ninguna de sus obras se ha conservado. Solo se sabe de ellas gracias a las menciones de sus discípulos Sinesio de Cirene y Hesiquio de Alejandría. Reseñando a ambos, surge esta enumeración:

 

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Hipatia, imaginada por el pintor inglés Charles William Mitchel en 1885, cuando las londinenses ya se depilaban las axilas.

Todo este período histórico está plagado de información interesada e incluso deliberadamente tergiversada, como una carta atribuida a Hipatia donde se atacaba al cristianismo. Con el tiempo se probó que la autoría fue falsificada con el propósito de justificar (¿?) el linchamiento. Pero también abundan las manipulaciones intencionadas, cuyo objetivo era convertir a Hipatia en una mártir del helenismo ultimada por los malvados cristianos.

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Hypatia, fotografía de 1867, interpretada por Julia Margaret Cameron

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Una actriz, posiblemente Mary Anderson, en el papel principal de la obra Hypatia, circa 1900.

En cuanto a la literatura, el teatro, las artes plásticas, la astronomía, la ciencia ficción y hasta la tipografía se ocupan de Hipatia. Hay un tipo de letra llamado Hypatia Sans Pro llamado así en su honor. La esplendorosa y curvilínea Rachel Weisz fue escogida para representarla en la película “Ágora”, escrita y dirigida por Amenábar. Elogiaron su actuación pero varios pusieron en duda la virginidad exigida para el papel. En la luna hay un cráter y un sistema de canales llamados Hypatia. Su nombre también caracteriza al asteroide 238 descubierto en 1884 y el núcleo de un cometa que impactó en el Sahara hace 28 millones de años.

Guillermo Pérez Rossel

Ahora pondré los créditos porque es lo justo… pero si te interesa la matemática y quisieras saber cómo postularte al amor de alguien como Hipatia, al final de todo pongo el requisito que ella exigía a sus amantes.

https://www.britannica.com/biography/Hypatia

http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/hipatia-la-cientifica-de-alejandria-2_9797

https://es.wikipedia.org/wiki/Hipatia

http://www.bib.uc3m.es/~nogales/csagan.html

http://www.ehu.eus/~mtwmastm/HIPATIA.pdf

http://web.archive.org/web/20100418191131/http://ciencia.astroseti.org/matematicas/articulo.php?num=3515

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Se dice que Hipatia era una mujer muy bella pero, como científica y filósofa, poco interesada en el sexo opuesto. Esto no impedía por supuesto que muchos pretendientes intentaran casarse con ella. Cansada de la insistencia de uno de ellos finalmente le dijo:

“Consideraré tu propuesta si adivinas el año en que nací. Cuando yo tenga x años será el año x2. ¿Cuándo nací?”

Hubo un matemático griego llamado Sinesio de Cirene, discípulo de ella y de su padre Theón, que al estar tan enamorado de ella, procedió a determinar el año de su nacimiento, pero se dio cuenta de que le faltaba algo de información para poder encontrar la respuesta, por lo que decidió acudir a Hipatia y preguntarle:

“Aquí me falta un dato para poder resolver tu acertijo”, a lo cual Hipatia contestó: “Ah, sí, perdóname haberlo olvidado, nací en año bisiesto”.

Con esta información, cuenta la leyenda que Sinesio de Cirene fue capaz de determinar su año de nacimiento y tener el derecho a casarse con ella, aunque no narra si finalmente lo hizo o no.

¿En qué año nació Hipatia?