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Los simbólicos cerezos de Washington

Jefferson Memorial is seen trough cherry blossom trees adjacent to the Tidal Basin on the National Mall in Washington, DC, on March 17, 2012. The iconic trees are beginning to bloom, with the National Park Service forecasting peak bloom between March 20 and 23, one of the earliest years on record due to warmer than average temperatures. AFP PHOTO/MLADEN ANTONOV

La segunda guerra mundial los distanció seriamente, pero en 1912 las relaciones entre Estados Unidos y Japón no podían ser mejores. Los cerezos de Washington fueron y son una colorida demostración de amistad que supera las más amargas instancias.


Fueron nada menos que 3.000 los arbolitos que el alcalde de Tokio Yukio Ozaki obsequió a la capital estadounidense. Llegaron el 27 de marzo de ese año y aunque pequeños y sufridos por el viaje, muchos de ellos llegaron a florecer en las siguientes semanas. Sus pétalos rosados y blancos estallaron en las riberas de la Cuenca Basin, en el parque West Potomac, ante la admiración de vecinos que los supieron valorar.

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No hay forma de confundir a un japonés con un estadounidense… pero hay rasgos que podrían serles comunes, al menos en Washington, una ciudad donde muchos de sus habitantes renuncian a tener gatos porque privilegian la vida de las ardillas. Así que apenas florecen los cerezos de la capital de Estados Unidos anunciando la llegada de la primavera boreal, se celebra el Festival Nacional de los Cerezos en Flor, no del todo simultánea con una festividad similar pero mucho más multitudinaria que se celebra en Tokio (y en todo Japón) por la misma razón. Tokio tiene muchos buenos lugares para ver cerezos en flor, pero se han puesto de moda las orillas del río Sumida, al pie de la torre Tokyo Sky Tree. Son 1.300 metros que se cubren de flores apenas comienza la primavera.

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Todo este justificado alboroto por la flor del cerezo no es milenaria, como tantas cosas japonesas. Comenzó en 1717 cuando Tokugawa Yoshimunhe, octavo sogún de su dinastía, ordenó plantar cien cerezos en ese lugar. A los vecinos les gustó la idea y continuaron plantando por su cuenta, sin que nadie los multara ni ahuyentara, hasta completar miles y miles de arbolitos. De ahí proceden también los 3.000 cerezos de Washington.

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Ya veremos lo que hacen los japoneses de Tokio y de todas las islas; en cuanto a los estadounidenses, sus festejos duran dos semanas, comenzando con una ceremonia de apertura y continuando con una apretada agenda de cosas divertidas para hacer. Me detengo un poco para reflexionar junto contigo. Acá no se nos ocurre juntarnos para festejar las primeras flores del ceibo o del Mburucuyá y si un intendente de cualquier partido lo propusiera, le lloverían las críticas por ocuparse de nimiedades.
Nimiedades, ¡mirávo! Es por esa actitud que somos tan amargados, nos rebelamos contra la alegría de vivir. Y eso que tenemos un Jardín Botánico que debiéramos visitar en todas las estaciones.

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El Jardín Japonés en el Museo Blanes

Apenas si le damos un poco de pelota al pabellón de las rosas del Prado y solo algunos iluminados disfrutan del Jardín Japonés que tenemos atrás del Museo Blanes. De lo que sí podemos estar orgullosos y refregárselo a los vecinos de Washington y de Tokio con todas sus maravillas, es de nuestras calles arboladas que en verano se cierran sobre nuestras cabezas. Aún así, y salvando la honrosa y bellísima excepción de los palos borrachos y algunos jacarandás, ¿me podés explicar por qué no usamos más vegetación florida? ¿Le tenemos miedo a los pétalos?

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En Washington, el festival de dos semanas se inicia con una ceremonia de apertura, seguida de un conjunto vertiginoso de actividades y eventos culturales. Cada día hay una degustación de sushi y sake, clases sobre los cerezos en flor, y un tour en bicicleta alrededor de la Cuenca Basin, nos ilustra la Wikipedia. Durante estos días se desarrollan muchas exposiciones de arte, tanto de fotografía (local y asiática), como de escultura, animación, y variedad de actividades culturales a lo largo de Washington. Además se puede ver rakugo, desfiles de kimonos, bailes, conciertos o muestras de artes marciales.

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Así disfrutan de los cerezos en Washington
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Festival en Kyoto
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En Osaka es algo de no creer
La Carrera de las 10 millas de los Cerezos en Flor tiene lugar el primer domingo de abril como parte del festival. Debido a que el festival se tiene que celebrar con bastante antelación, a veces no se consigue celebrar en el punto máximo de esplendor de los cerezos, continúa la Wiki. El último día del festival hay una cabalgata que se repite hace 30 años, y le sigue un festival callejero japonés Sakura Matsuri, que es una celebración de Japón presentada por la Sociedad Nipona-Americana de Washington.

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El festival se viene celebrando desde 1935. En 1994 el festival se extendió hasta su formato actual de dos semanas. El festival está organizado por la compañía National Cherry Blossom Festival Inc., que actúa como agrupación de muchas organizaciones gubernamentales, cívicas y de negocios.

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Acá corresponde una aclaración. Casi todas las variedades de cerezo que se cultivan con fines ornamentales, no fructifican. Es algo parecido a lo que ocurre con nuestro ciruelo de jardín, un bellísimo arbolito que parece injustamente pasado de moda. Esas cerezas que disfrutás “al marrasquino” y que suelen adornar helados y postres, casi seguro que las produjo algún árbol de las especies Prunus avium o Prunus cerasus.

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Washington (arriba) y Osaka, dos ciudades hermanadas por los cerezos.

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Aunque no es la flor nacional (es el crisantemo), el cerezo que en Japón llaman Sakura, tiene un significado poco menos que religioso, particularmente entre quienes profesan el sintoísmo. Aunque hay otras especies, las que se reconocen con particular afecto, son tres de ellas. Esas son las que se repiten una y otra vez en los paseos diseminados por todo el país. La flor representa la inocencia, la simplicidad y, naturalmente, la primavera, el renacer de las cosas.

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En Japón las celebraciones son multitudinarias… pero también hay actividades familiares y reuniones con amigos para cenar bajo los cerezos. A esa celebración la denominan Hanami y como puede verse en las fotografías, en los lugares adecuados se la homenajea embarcado… pero nunca en una moto de agua, a lo sumo en un crucero colectivo, pues lo deseable es una embarcación a remo o a vela. Nada que haga ruido, por favor, no me espantes a las flores.

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Guillermo Pérez Rossel

http://www.nationalcherryblossomfestival.org

http://www.lifestylemiami.com/washington-celebra-el-centenario-de-los-cerezos-en-flor

http://www.alasviajeras.com/blog/es/el-festival-nacional-de-los-cerezos-en-flor-de-washington /