Esta sí que es la Reina de la Chatarra
A los dietéticos y vegetarianos, ¡que los parta un rayo! Este es el paraíso de Gargantúa y Pantagruel, la orgía del colesterol.
El restaurante se llama Waldgeist, está en Hofheim, Alemania y se precia de servir la milanesa más grande del mundo. No te gastes en pedir milanesa en ningún lugar que no sea Uruguay o Argentina, tampoco en Milán donde te miran ofendidos de que te quieras comer a una de sus conciudadanas. En el resto del mundo pedí “escalope” y en Alemania pedí Schnitzel.
Supongo que en Hamburgo tampoco sabrán lo que es una hamburguesa y que en Frankfurt ignorarán que hay un país del mundo donde denominamos así a ese tipo de salchicha que vos sabés; pero esa es otra historia.
Esta vez hablamos de este restaurante que no podríamos decir que se especializa en “Fast Food” pues ni el más angurriento sería capaz de despachar rápidamente una de esas porciones. Y hay de todo eso y mucho más, siempre con la condición de que el colesterol chorree por el suelo, donde yacen desmayados algunos cardiólogos y dietistas que entraron por equivocación.
Entonces vos, que fuiste de curioso nomás, porque te divierte ver eso pero no querés participar en esa loca carrera hacia una hemiplegia, te pedís una sopita. “A mi esta sopita”, decís con una sonrisa pudorosa señalando el menú en alemán. Y mirá lo que te traen.
Por eso hay carteles que advierten que es un restaurante “XXXL”, para gente que usa esa talla o que quiere llegar a ella lo más rápidamente posible. Quienes van con ellos para acompañar y aunque hagan un esfuerzo no puedan terminar ni con la mitad de su porción, pueden pedir que les envuelvan el resto para tener comida como para una semana guardada en la heladera.
Te la traen primorosamente empaquetada en aluminio, porque el personal será muy ruidoso y carcajeante, pero es adorablemente cortés. Te lo traen de manera bien ostentosa, como para que los demás se den cuenta y te griten como es usanza en el lugar: “¡cobarde!”. Eso en el caso de que no conozcan otra manera más contundente de calificar al que no se anima a terminar su plato y decide llevarse lo que sobró.
¿Y cómo se hace para bajar toda esa cantidad de comida aunque se tenga buena voluntad y buen estómago? No te quede duda, hay que acompañarlo con suficiente bebida. Una jarra de cerveza de dos litros, por ejemplo, que es la estrella de la casa. ¿O te le animás al “Der Bembel des Todes”, un vaso de 5 litros lleno de Barcardi-Cola?
Las jarras de dos litros y el «especial de la casa», que trae simplemente todo.
Semejante cantidad de Ron, capaz de emborrachar a toda la tripulación del Perla Negra de Piratas del Caribe, cuesta apenas 35 euros, un regalo. Esa milanesa para la cual tuvieron que encargar platos especiales y que puede llevar hasta cuatro huevos fritos (¡Dios libre y guarde!), cuesta 8,5 euros, de manera que acá no es el dinero lo que te debe preocupar, sino la cantidad de grasa que puede discurrir hacia tus coronarias.
Claro que el canto y la francachela ayuda la digestión, pero aún así…
Y ahora le voy a revelar una cosa a los montevideanos que aunque vayan a Punta del Este, desconocen lo que es un “Tortugón”, eso que ves en la foto. Esa monstruosidad gastrónomica en cuatro o cinco versiones según rellenos, supongo que surgió en los alrededores de la Feria de los domingos de Maldonado, o quizás en ese quiosquito ubicado una esquina de la Calle Sarandí, esa lindísima peatonal. Los argentinos ya conocen a los tortugones, pues llevan tres y comen seis, groseramente. La relación cambiaria los desalojó de El Floreal y Lo de Tere, para instalarlos en la góndola de los fiambres de El Dorado y en cosas como éstaa. No se preocupen hermanos, ya vendrán tiempos mejores. Nosotros lo deseamos tanto como ustedes.
Los tortugones, casi tan grandes como los alemanes, son iguales de baratos (o más baratos todavía) y ya te los sirven cortados en cuatro como para que dos personas (léase seres humanos, no campeones de la angurria) queden ahítos. Y perdóname que use esta palabra, pues la tenía clavada en mi léxico sin poderla lucir hace como un año. Buscala en el diccionario y vas a ver que no hay otra más indicada para describir la situación.
http://www.youtube.com/watch?v=nOuNVlzCtgM
Ahora los datos del restaurante y la página web, para que no digas que me lo inventé: “Cafe Und Restaurant Waldgeist, Schloßstraße, 70 (Hofheim)”
http://www.derwaldgeist.de/cms/website.php