Misteriosa tumba ¿vacía?
Sin ninguna inquietud referida a lo que pudo ser un hecho real o una leyenda, se excavó frente al cementerio, donde estaba la fábrica de jabón. El tiempo no pasa para los misterios y de eso se ocupa nuestro sabueso histórico Alberto Moroy.
Parecería que a la gente de ahora no le mueve un pelo aquél sonado tesoro, con perfiles garibaldinos e impresionante intriga que tanto conmovió a los montevideanos. Como todos los olvidos, este también es injusto, pues hay tesoros de mayor valor intangible en toda esta historia como lo demuestra el artículo de Alberto. ¿Dónde está la curiosidad periodística? ¿Alguien preguntó a la empresa de demoliciones si no se encontró ningún túnel u otro de los tantos rastros de los que siempre se habló? ¿Son ahora diferentes los parámetros de la curiosidad? ¿Y si fue un saqueo garibaldino el origen del «tesoro»?
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En la portada, la lapida de la tumba de la hija de Giuseppe Garibaldi que está o estuvo en el Cementerio Central de Montevideo, la que según afirmo su nieta en 1930, no tenía nada adentro. Esta historia es apasionante, llena de supuestos, que vamos a narrar sin entrar en afirmaciones temerarias, ni juicios de valor, en cuanto a los hechos. Sin embargo las afirmaciones de su nieta, Anita Italia Garibaldi, que por casualidad encontré en una revista del año 1930 (Caras Y Caretas), es decir 20 años antes del arribo de las hermanas Masilotti a Montevideo , van en consonancia con la versión uruguaya de que podria haber alojado el ataúd de su hija Rosa.
Ana María de Jesús Ribeiro da Silva (Anita Garibaldi) / Giuseppe Garibaldi
Dicen que el tesoro habia sido escondido por el abuelo de Clara Masilotti durante el sitio a la ciudad de Montevideo que duro desde 1843 a 1851, que valía seis o siete millones de dolares de entonces El 21 de mayo de 1951 cuando comenzaron los trabajos, comenzó la primera especulación de la prensa: se trataría de un tesoro que Garibaldi habría ocultado para financiar su ejército antes de regresar a Europa. Rosita, falleció. La mujer fue sepultada en la Capilla Vieja del Cementerio Central. Según cuentan algunos rumores urbanos, precisamente en su ataúd –con o sin permiso de Garibaldi, no se sabe, iba disimulado el tesoro, siendo así como llegó al cementerio. Los testimonios más importantes en este sentido fueron proporcionados por los dos operarios que en su momento tuvieron a su cargo la tarea de conducir el sarcófago con el cuerpo de la niña hacia su sepultura, quienes aseguraron que el mismo tenía un peso descomunal para un cuerpo tan chico
Para los que por edad llegaron tarde
http://viajes.elpais.com.uy/2011/10/24/el-tesoro-de-las-masilotti-2/
Anita Italia Garibaldi / Su padre Riciotti Garibaldi (Hijo de Giuseppe)
Biografía del hijo de Garibaldi (Ricciotti)
http://es.wikipedia.org/wiki/Ricciotti_Garibaldi
El relato de su nieta 1930
Anita Italia Garibaldi, nieta del Héroe de Ambos Mundos. Sin más riqueza que sus ilusiones y lo que es más noble, sin ninguna esperanza «agropecuaria», ha recorrido gran parte del Brasil y de la República Oriental del Uruguay, siguiendo el rastro de su ilustre abuelo. Ahora, en la Argentina (Enero de1930), continua rastreando las huellas gloriosas a través de los archivos y a través de la crónica viva de los contemporáneos. «Desde el Brasil vengo siguiendo el rastro de aquella alma romántica, triste, peleadora. Puede usted decir no más que he venido a buscar el alma de mi abuelo. Los tres pueblos en cuyos vientos Garibaldi peinó su cabellera, Brasil, Uruguay, Argentina, conservan intacto, profundo, el recuerdo de ese estupendo Don Quijote de Italia. Existen numerosos papeles probatorios de que Garibaldi fué, en América, un lírico. ¡Fué un soñador exclama Anita!
Continúa…
Entre las pruebas que he encontrado en el Brasil acerca del idealismo de mi abuela (ref. Anita) , hay una emocionante. Me refiero a la alegría que experimentó cuando, en presencia de los pasajeros de la misma goleta, declaró «libre’ a cinco negros esclavos de la tripulación. Los cinco negros no quisieron abandonarlo nunca. Lo acompañaron en su peregrinación batalladora. Cuatro murieron a su lado, en América. El último murió también junto a su jefe, luchando heroicamente en la entrada de Roma. El cadáver de aquel valeroso negro brasileño está enterrado con otros héroes garibaldinos en una de tas siete colinas romanas, cerca de la estatua que los criollos alzaron a la memoria de mi abuelo.
Garibaldi rechaza una fortuna
Estoy muy agradecida a la gentileza de los uruguayos. El gobierno me rindió honores de huésped oficial. Aquel pueblo no olvida que mi padre, el general Riciotti Garibaldi, nació en Montevideo. Se pusieron a mi disposición todos los archivos. En ellos pude hallar el testimonio de que mi abuelo, en 1845, rehusó, en homenaje a sus principios morales, una fortuna que hoy valdría millones… En efecto. Garibaldi, con su legión garibaldina, había contribuido a la victoria republicana de Montevideo contra la tiranía. En la batalla del Cerro y en la de la Boyada, peleó con tal heroísmo que el general Rivera decidió premiar su valentía enviándole la escritura de una gran extensión de terreno; los campos comprendidos entre el arroyo de las Avenas y el arroyo Grande, en el Río Negro. ¡Una fortuna!
General Rivera en una carta que acompañaba a la escritura de una donación de tierras
“No es, por cierto, proporcional a los servicios prestados por usted y su legión. Es apenas un débil homenaje a los relevantes servicios dispensados a mí país por ese aguerrido cuerpo de valientes.»
Garibaldi dirigió a Rivera esta carta magnífica:
«Los oficiales italianos de mi Legión, después de haberse impuesto del contenido de la carta de usted, han manifestado, por unanimidad, que: al solicitar armas y ofrecer sus servicios a la República, no pensaron nunca recibir otra recompensa que no fuese el honor de compartir los peligros que corrían los habitantes de una ciudad tan generosa y hospitalaria como Montevideo. Obrando así cumplían con los mandatos de su propia conciencia… Tengo, pues, el honor de comunicarle el pensamiento de la Legión Italiana, a cuyos principios me adhiero del modo más firme e incondicional. Por lo tanto, devuelvo a usted la escritura de dotación. Que Dios le conceda larga y feliz vida «Jose Garibaldi»
La tumba vacía en el cementerio Central de Montevideo
Giuseppe Garibaldi tuvo, con Anita, una hija, a la que pusieron el nombre de Rosa. La niña nació en Montevideo. “A los tres años falleció. Mi abuelo amaba a su hijita con locura, jugaba con ella hasta en el campamento. Su muerte le produjo una pena tan grande, que lloró sin consuelo durante varios meses. Le hizo para paliar la angustia en Montevideo, un nicho en el Cementero Central qua ostenta una chapa de mármol con la Inscripción: «Rosa Garibaidí». (La de la portada) He visitado en el cementerio (1930) en la pequeña tumba cuelgan ramos de flores tristes”. ¡Qué melancolía me produjo! Muchas personas creen que detrás de esa lapida (Portada) estaba el cadaver de Rosita Pues bien ¡¡¡La tumba estaba vacía!!!
Asi se habria llevado el ataúd
Pocos dias despues del fallecimiento de su hija, mi abuelo tuvo que regresar a Italia Solicito el permiso de conducir a Niza los restos de Rosita. No accedieron al pedido de la exhumación en virtud al reglamento que exige diez años de espera. Garibaldi con la personalidad que tenía, no se resignó. Una noche reunió a varios amigos, escaló con ellos la tapia del cementerio por el lado del rio, abrió el Nicho, extrajo el ataúd con el cadaver y volvió a poner la lápida en su sitio y se la llevo a Niza.
Un detalle
Pocos meses despues de la muerte de su hija ocurrido el 23 de diciembre de 1845 Garibaldi organizó una unidad militar que fue denominada “La Legión Italiana”, al frente de la cual se puso, ofreciéndose al servicio del gobierno de Montevideo, conocido históricamente como el Gobierno de la Defensa. Entre las acciones militares en que participó Garibaldi, se destaca la que tuvo lugar en las afueras de las murallas de Montevideo, llamada «Combate de Tres Cruces», por haberse realizado en el paraje así denominado, el 17 de noviembre del 1843. Luego de ello, embarcado en una nueva flotilla de una veintena de naves, con unos 900 hombres de tropa para desembarco, y contando con el amparo de las escuadras de Francia e Inglaterra, pudo ocupar en agosto de 1845 la ciudad de Colonia (Uruguay).
Relatos sobre ocupación de Colonia del Sacramento
«Las jóvenes corrían despavoridas por las calles de Colonia, aullando de terror con sus ropas desgarradas. Los saqueadores arrasaban con todo lo que encontraban. El cielo parecía cobrar vida con el relumbre de los incendios. El jefe de los vándalos, (que nació en Niza pero fue criado en Italia) echó las culpas a lo “difícil de mantener la disciplina que impidiera cualquier atropello, y los soldados anglo-franceses, a pesar de las órdenes severas de los almirantes, no dejaron de dedicarse con gusto al robo en las casas y en las calles. Los nuestros, al regresar, siguieron en parte el mismo ejemplo aún cuando nuestros oficiales hicieron lo posible para evitarlo. La represión del desorden resultó difícil, considerando que la Colonia era pueblo abundante en provisiones y especialmente en líquidos espirituosos que aumentaban los apetitos de los virtuosos saqueadores” Ni siquiera la iglesia se libró de los desmanes, ya que en ella se celebró la victoria con orgías y borracheras. Días después, la escuadra de mercenarios italianos, con sus talegos rebosantes de oro y plata, leva anclas y se interna en el río Uruguay.
Asalto a Gualeguaychú
http://www.revisionistas.com.ar/?p=9880
Al llegar la noche del 19 de setiembre de 1845, Bernardino Gómez guió a Garibaldi y su tropa hacia la ciudad de Gualeguaychú. Llegaron a la medianoche y atacaron a la ciudad dormida, que fue tomada totalmente por sorpresa. Solamente nueve soldados estaban despiertos y fueron reducidos tras una corta pelea. Tres guardianes quedaron heridos, uno de ellos de gravedad y el resto fue hecho prisionero. El comandante Villagra fue capturado en su cama y se lo llevaron en calzoncillos a Garibaldi, que había tomado posesión de la casa de Don Juan González de Cossio por ser mas linda del pueblo y la convirtió en su cuartel central. Todos los hombres adultos fueron hechos prisioneros antes del amanecer.
Los hombres de Garibaldi saquearon Gualeguaychú desde el amanecer del 20 de setiembre de 1845 hasta las 3 de la tarde del día siguiente, cuando los invasores abandonaron la ciudad. Comerciantes extranjeros rogaron y finalmente evitaron, que Villagra y sus soldados fueran degollados. Cuando se enteraron los unitarios de Montevideo, se disgustaron muchísimo con Garibaldi, porque en aquella época ningún bando dejaba prisioneros vivos. Finalmente se supo que la magnanimidad de Garibaldi había sido comprada con 400 onzas de oro (27 gr. por onza igual una moneda igual 10 Kg. 800 gr.) No obstante hay mas denunciantes particulares sobre robos (ver link de la Gazeta abajo)
En Entre Ríos quedó el dicho de «Viva Garibaldi Pum», porque su tropa era de gatillo fácil y eso fue lo último que escucharon muchos entrerrianos antes de morir asesinados.
Continúa el relato
http://www.lagazeta.com.ar/garibaldi.htm
Historia de Entre Rios
http://www.nerosumi.com/er/310.html
Observaciones del autor
La vida de garibaldi resulta apasionante, fue glorificado, amado por los que benefició y repudiado por los que perjudicó. Fue un hombre diferente al común de la gente. Existe una vasta bibliografía en casi todos los idiomas sobre esta persona tan controvertida en la historia de la humanidad. Hasta tuvo tiempo de escribir una extensa autobiografía, por lo que podemos conocer su propio punto de vista. Una inmensa variedad de países, tan lejanos y diferentes entre sí, tienen sus estatuas y han usado su nombre en calles, plazas, parques, reservas naturales, hoteles, ciudades, villas y barrios. A lo largo de su larga vida conoció o tuvo algo que ver con los principales personajes de su tiempo en la historia occidental.
Giuseppe Garibaldi en San Marino / Con Anita en su muerte
¿Coincidencias en los relatos del cementerio?
Hay coincidencia entre el relato de la nieta de Garibaldi y los dichos de época en Uruguay, en relación al cajón que supuestamente estuvo dentro la tumba de Rosa (su hija de 3 años) en el cementerio Central de Montevideo y que mostramos en la portada. Tambien los comentarios de las Masilotti en relación a que lo vinculaban con Garibaldi.
No concuerda el relato de su nieta en relación a la fecha en que Garibaldi habría retirado el cajón con los restos de Rosa unos meses despues de su fallecimiento, previo a su viaje a Italia ya que este fue dos años despues. No obstante, sí pudo haber retirado el cajón en la fecha señalada (unos meses despues de su fallecimiento) si es que adentro «habria otra cosa». Tampoco nos imaginamos a Garibaldi tratando de expatriar los restos de su hija, ni al gobierno uruguayo negándoselo, cuando en los meses posteriores a diciembre de 1845 (fecha de su defunción) «el horno no estaba para bollos».
Legión italiana en Uruguay Continua…
http://belgranoamoretti2.blogspot.com.ar/p/12-el-sargento-antonio-belgrano-la.htm
Las dos campanas de «La heredad»
Se dice que la casa en la isla de Caprera la compró con este supuesto botín (el de «su gira» por el rio Uruguay). Felice su hermano nace en 1813, si murió a los 43 años 1856 murió en 1855, a la edad de 42 años, cuando era un empleado de escritorio de una firma Napolitana. Félix (Felice) se convirtió en el representante de la empresa «Avigdor» en Bari en 1835 y en 1851 compró un molino de aceite en Bitonto.
Historia pendiente en Montevideo
Como sea, sería interesente investigar por medios no invasivos, si el féretro de la hija de Garibaldi esta efectivamente en su nicho En 1930 el gobierno uruguayo pudo haber leído este articulo. No me imagino como podia investigarlo debido a la magnitud histórica que llegó Garibaldi y a la situación de los emigrantes italianos en nuestro pais, muchos declarados anarquistas que venían poniendo bombas desde muchos años atrás.
¿Garibaldi era un hombre rico?
No parece que lo fuera , por lo que su comportamiento y explicaciones del vandalismo estarían vinculadas a su ideología libertaria, similar a la de los «Ácratas» o a la de los «anarquistas expropiadores», que metieron bombas «a lo pasto» durante muchos años, justificando los robos con los mismos argumentos que Garibaldi justificó los suyos con el eufemismo de «Virtuosos saqueadores». No es muy distinto al «anarquismo expropiador» que utilizaba una misma modalidad de financiación y obtención de recursos económicos, realizando de asaltos, robos y la falsificación de dinero y tambien asesinatos como los del cambio Messina en Uruguay en 1928. Los atracos realizados se denominaban «expropiaciones» a la burguesía, argumento que hoy mismo es retomado por quienes defienden a los «okupas».