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Corsarios simulando balleneros en el Río de la Plata

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Tanto te capturaban una ballena, como acometían contra una fragata bien pertrechada de cañones y marinos con una partidita de 21 ingleses embarcados en dos botes.

James Mortlock era un inventor, descubridor, comerciante, pero en los ratos libres era un temible pirata. Los españoles no eran menos audaces… ya volvían tranquilamente a España a bordo de la fragata Santo Domingo de la Calzada cuando en el extremo sur de África para les advirtieron que había corsarios haciendo tropelías en el Río de la Plata. Así que renunciaron a la comodidad y seguridad bien ganados, para acometer un viaje de casi 6.000 kilómetros y enfrentarse a dos enemigos formidables: unos piratas ingleses bien armados y mejor entrenados y –lo peor de todo—el  del Río de la Plata, devorador de naves y marinos.

                                                                                         

Por Alberto Moroy

Mientras Jose Gervasio Artigas de 41 años se encontraba de licencia en Montevideo, en Portsmouth Inglaterra, el almirante británico Home Riggs Popham esperaba ansioso “las políticas sobre América del Sur”, en  las costas del Rio de la Plata (Maldonado y Montevideo), corsarios ingleses hacían estragos. Esta nota está referida a las  peripecias que pasó la  fragata española “Santo Domingo de la Calzada”, alias “Príncipe de la paz “ que se salvó por milagro, aunque luego fue incendiada y hundida en las cercanía del Puerto de Montevideo durante  las invasiones iglesias de cuyos registros, a saber no figuran en los anales de la arqueología sub-acuática uruguaya. Si uno de estos lobos con piel de cordero,  “El Duke de Clarens” quedo “fondeado” de por vida en aguas de Piriapolis, nadie oficialmente lo ubicó.

Rio de la plata entre febrero y junio de 1805

Los corsarios ingleses con proyectos “multi-rubro”, andaban al acecho. Podían cazar ballenas o lobos y de paso piratear barcos enemigos, habida cuenta que estaban bien artillados, tres de ellos, eran el corsario Antelope (Antílope), un bergantín capitaneado por el temido capitán James Mortlock, inventor, descubridor, comerciante, corsario (*). También estaba la fragata Bellona, al mando del capitán William Dean, un buque de 200 toneladas y 40 tripulantes que contaba con solo 10 cañones a bordo. La tercera embarcación de la que hablan los directores de la Compañía de Filipinas en su oficio al secretario Soler, era la Duke of Clarence de 180 toneladas.

Más sobre este increíble capitán devenido en corsario

http://www.mortlock.info/encyclopedia/Navigator.pdf

http://www.mortlock.info/encyclopedia/islands2.html

(*).En octubre de 1805 el Antílope con el capitán Murdock  habia tomado cinco navios cerca de Montevideo (una fragata americana y dos bergantines. uno de ellos español) y según dicen había había forzado al buque de guerra español “Nuestra Señora de Asunción” a encallarse en el banco Ingles y posteriormente hundirse. La nueva guerra entre España e Inglaterra a raíz de la batalla del cabo de Santa María (Portugal), hizo que las rutas marítimas de la península se llenaran de corsarios enemigos, que irrumpieron en el estuario del Río de la Plata y procuraron bloquear su navegación, al punto de crear verdadera alarma entre las autoridades de Montevideo y Buenos Aires

El Duke de Clarens El 6 de Junio 1805

La fragata inglesa «Duque de Clarens» de  porte de 180 toneladas, de Liverpool, con patente real para la pesca de la ballena en los mares del S. y de corso contra españoles y franceses. Con cargamento de sal para los cueros de lobos y útiles para dos años de navegación. Cuarenta y siete hombres de tripulación, diez y seis cañones de hierro; siendo catorce del calibre de a doce y cuatro de a seis, treinta y dos fusiles, diez o doce pares de pistolas y los víveres. 

El capitán dijo haber estado en el puerto de las Islas Terceras, de donde se dirigió al Rio de la Plata y avistó las tierras altas de las costas de Maldonado del 20 al 22 de Mayo. El día 5 del corriente estando fondeado cerca de la isla de Lobos, por el tiempo fuerte y haberle faltado el cabo, perdió la vela y esa misma noche fue a fondear en la costa de Pan  de Azúcar en las cercanias de Piriapolis, donde naufragó (tres años antes que el bergantín “Le Consolateur” del que ya publicamos su historia).  

A continuación transcribiremos un documento español referente a la fragata  ‘Santo Domingo de la Calzada’  que se salvó por poco del ataque de estos corsarios disfrazados de balleneros, donde su  capitán el Killiner declara a las autoridades de Maldonado.

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Represtación de una fragata hundida

 

El nueve de Junio de 1805

Ante el Sr. Don Juan Joseph Moreno Teniente Coronel de los Reales Ejércitos y Comandante Militar de Maldonado compareció quien dijo ser el Capitán de la embarcación que naufragara en las costas de Pan de Azúcar y cuyos tripulantes ingleses fueron conducidos por una partida de tropa desde aquel lugar. Efectuado el juramento de rigor que dijo hacerlo según costumbre de religión y país comenzó su declaración, todo ello traducido por Don Daniel Whitney, anglo-americano residente en Maldonado, actuando como intérprete. Otros veintiuno marinos habrían desembarcado en las costas de Maldonado o en la isla de Lobos con la intención de sorprender a la fragata Príncipe, navío que según Killiner había sido inglés y cuya captura era uno de los objetivos de la expedición.

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Lloyd’s List №4174.

21 marinos en botes a Montevideo ¡122 km. de un tirón!

Pero el hecho más sorprendente fue las respuesta que dio el Dr. King (cirujano)  cuando fue interrogado sobre donde estaba el resto de la tripulación. Relató que al segundo día de haber avistado la costa de Maldonado, veintiún hombres de la tripulación se embarcaron en dos botes con rumbo a Montevideo; el objetivo, capturar una fragata española que procedente de Lima estaría fondeada en dicha bahía. Fue el propio capitán, quien dijo poseer información proporcionada por el dueño de la “Clarence”,  de la mencionada fragata, capturada a Inglaterra llamada “El Príncipe”.

Captura en Montevideo

La noticia de los prisioneros ingleses que entraron en la ciudadela según los días en que lo verificaron. El 30 de mayo dos. El 1º de junio seis.  El 2 de junio trece, total veintiuno Esta captura confirma lo declarado por el Dr. King y a la misma debe agregarse los 23 náufragos remitidos de Maldonado el 18 de junio, apareciendo el total de los 44 en la revista practicada en el presidio de la Real Ciudadela el 30 de junio de 1805.

Continúa…

http://www.histarmar.com.ar/AcademiaUruguayaMyFl/2004/NaufragiosPandeAzucar.htm

Un poco más de la Clarence

Eslora  30,5 m   Manga: 7,2 m) la Clarence provenía también del activo foco corsario de Liverpool, rada de la que había partido el 4 de marzo de 1805 al mando del capitán Henry Killiner. Según los registros del Almirantazgo, cargaba 12 carronadas y 35 tripulantes. Testimonios de los propios componentes de la expedición aumentan estos guarismos hasta los 16  entre carronadas  y cañones de hierro

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Carronada de 140 mm  peso de la bala 24 lb = 10,88 kg.

Al igual calibre o peso de la bala, era mucho más liviano que un cañón.  Una carronada de calibre 32 (160 mm) tenía un largo de 1,23 metros y un peso de 870 kilos. Un cañón tradicional del mismo calibre tenía un largo de 2,90 metros y un peso de 2800 kilos. Esto la hacía mucho más maniobrable. Utilizaba menor cantidad de pólvora por disparo. Un cañón normal de a 32 necesitaba 5 kilos mientras que una carronada de igual calibre solo 1,2 kilos.

Disparo de una carronada de 36 libras

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La fragata española que se salvo por milagro

Se llamaba Santo Domingo de la Calzada” de 600 tn.  (Aprox. 53 mts de eslora por 12 de manga).  Estaba construida en 1796  paso prácticamente cuatro años encerrada en el puerto porque estaban en guerra con Gran Bretaña y las costas estaban bloqueadas. Hace dos viajes a Filipinas,  con fines comerciales por cuenta de. La Compañía de Filipinas creada 10 de marzo de 1785 y continuadora  del Galeón de Manila.   La empresa el fomento del archipiélago filipino, estableció el comercio directo Cádiz-Manila por la ruta del cabo de Buena Esperanza, tenía con treinta cañones para protegerse de potencias extranjeras o de piratas y corsarios, su capitán era Juan de Latre. Sin dudas, las referencias del Capitán  Henry Killiner de la Clarence en cuanto a la fragata Príncipe se relacionaba con ésta.

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Similar eslora y Tn.  la fragata Santo Domingo de la Calzada / Autor: Félix Genérelo Gil

 

Fragata Santo Domingo de la Calzada, alias “Príncipe de la paz”

El 12 de diciembre de 1804 largó velas nuevamente en dirección a la Península Ibérica llevando 207 fardos de elefantes, 98 fardos de tejidos de coco Manila/Compañía de Filipinas, 12 fardos pañuelos de la costa, 130 sacos de pimienta, 753 cajones de mahones, 10 cajones de abanicos, 3 cajones de fichas de juego. 360 cajas de canela. 277 cajas de té Cantón/Compañía de Filipinas, 3550 sacos de pimienta, 1 cajoncito con muestras de té, 27 fardos mantangue crudo, 1 cajoncito con jalea de burro, 2 cajones medias de seda, 104 cajones de azúca,r 8 zurrones de miel Manila /particulares, 57 cajones arpillados, 11 cajones arpillados. También embarcaron una cantidad de plata considerable 200.000 pesos fuertes.

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El cabo Buena Esperanza (África del Sur)

Cuando estaba frente a Ciudad del Cabo, encarando ya el Atlántico para ir a España, se encuentra con un barco americano que avisa que los ingleses han atacado barcos españoles y decide “apuntarle” a Montevideo ¡¡3200 millas náuticas (5.900 km)!!

Camino a Montevideo

El 12 de junio, a su llegada a aguas brasileñas, la nave española  se topa con una zumaca portuguesa que informaba de la presencia en aquella región de un corsario inglés, al que el capitán luso denominaba “pirata” por no llevar patente de corso: … ¡nos aseguró no haber cruceros de ingleses en el Río de la Plata!

Una semana más tarde, la Santo Domingo de la Calzada” enfilaba la entrada del Río de la Plata, pero las condiciones meteorológicas desfavorables (el viento, la mar gruesa y la cerrazón) le impedirían entrar. El 22 de junio se confirmaban los peores temores: los expedicionarios avistaban una fragata “muy velera de guerra” que hacía esfuerzos por darles caza; sin embargo, Latre y sus hombres consiguieron burlarla con la llegada de la noche. A partir de ese momento, los afanes por alcanzar Montevideo se redoblaron.

El día 24, las corrientes y el viento volvieron a echarlos del estuario, cuando habían llegado a penetrar en él lo suficiente para avistar el Cerro de Montevideo. El día 25 avistaron la isla de Lobos y el 26 alcanzaron a ver otra vez la de Flores, pero una turbonada los obligó a fondear al abrigo de esta. Las condiciones no mejoraron al día siguiente, y «viendo que el viento se mantenía firme y fresco y que por las corrientes “nos sotaventábamos”, optaron por buscar refugio en el puerto de Maldonado, al que llegaron la mañana del viernes 28 de junio de 1805.

Arribamos a las 10 de la mañana del 28 de junio en demanda de Maldonado, no obstante carecer de plano y práctica de su ancladero y entrada; tiramos en sus inmediaciones con el pabellón de la compañía  un cañonazo pidiendo práctico, pero no moviéndose persona alguna del pueblo nos dirigimos a buscar la boca del SE (Entrando) que juzgábamos más franca y era en extremo la más peligrosa y con sondas de banda y banda, y vigías repartidas en todas partes del buque nos metimos dentro como a las 3 de la tarde del referido día 28; y al ir a fondear el ancla en 6 brazas arena, tocamos de refilón con una laja (*) que nos desarmó el timón sin que el casco de la fragata hubiera recibido el menor daño” . A causa de este imprevisto postrero y de la presencia amenazante de los corsarios. Latre se vio completamente inmovilizado en Maldonado. Unas semanas antes se habían reclutado varias naves para la flotilla ligera al mando de Santiago de Liniers en Buenos Aires.

(*) La caldera o Grey rock, esta 1300 m de la posible zona de fondeo Resulta obvio que la maniobra a vela con una fragata necesita de una buena distancia por lo que parece más que probable es que primero golpearon y luego fueron a buscar el fondeo. Años más tarde, el HMS Agamemnon repite la acción provocando su hundimiento en la bahía de Maldonado.

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Ubicación

Cuando los curas tenían lanchas cañoneras

En Buenos Aires se habían armado dos lanchas cañoneras y dos zumacas fueron estas « la Belén propiedad de los Padres Betlemitas, y la Santo Domingo, de Domingo Nevares, a las cuales debía armarse con dos cañones de a 18 en sus proas y cuatro carronadas. Con estas fuerzas, Liniers cubrió la retirada de la fragata Santo Domingo de la Calzada hacia Montevideo. (Diego Telles Alarcia Diego Tellez Alarcia Universidad de La Rioja España).

La Santo Domingo de la Calzada a Montevideo

El 20 de julio de 1805  escoltada por las lanchas cañoneras de la ciudad, conseguía hacer su entrada definitiva en el puerto de Montevideo.  Nada presagiaba entonces que, con esta entrada, la fragata comenzaba a excavar su tumba.

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Invasiones inglesas en Montevideo

 

El final  de la Santo Domingo de la Calzada (1805-1807)

En sus papeles,  el capitán Latre manifiesta de un modo que su intención a la llegada a Montevideo era salir de inmediato hacia la Península si las condiciones lo permitían. Solo que el navío estaba a la miseria. Así remataron su carga.  El capitán aparece tiempo más tarde remontando el Rio Uruguay con otro navío. EL 3 de febrero de 1807, las tropas británicas al mando del comandante Samuel Achmuty tomaron por asalto la principal base militar española en todo el Atlántico sur: la ciudad de Montevideo, usando a  la deteriorada fragata Santo Domingo de la Calzada (Alias el Príncipe) como polvorín al servicio de la Real Armada, que la habría embargado a tal efecto. Por lo que se refiere a su destino final, no se hace mención alguna de su eventual utilización como prisión, sino que simplemente se consigna su incendio y destrucción a manos de los ingleses durante la evacuación de Montevideo, en julio de 1807.

Mucho más ¡Interesante!

http://www.academia.edu/35762548/Una_fragata_de_la_Real_Compa%C3%B1%C3%ADa_de_Filipinas_en_el_ocaso_de_un_imperio._La_Santo_Domingo_de_la_Calzada_1803-1807_._Parte_II