Extravagante Titanic II
Será tan idéntica la nave como los pasajeros, que deberán vestirse a la usanza de la época.
El sueño del multimillonario australiano Clive Palmer es completar el interrumpido viaje del Titanic, pero ahora sí con las garantías suficientes como para que ningún témpano frustre el proyecto… y con salvavidas de sobra para todos los pasajeros.
Una aclaración importante e inquietante: no confundir este Titanic II con el otro sorprendente Titanic II del film que pretendió sin éxito, ser una segunda parte de la exitosa película de James Cameron con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. En esta otra versión, el Titanic no solo se estrella contra un iceberg, sino que también se enfrenta a un tsunami, ¡qué querés que te diga! Si la cinematografía se pone a exagerar llega a récords increíbles.
Titanic II, la película, el colmo de la mala suerte.
¿Por dónde empezamos? Bueno, lo primero sería dar por sentado que nadie se convierte en multimillonario por estúpido, de manera que la idea aunque descomunal, debe ser redituable o al menos logra satisfacer algún sueño personal sin poner en riesgo su fortuna. Vamos a suponer que te sacás el Cinco de Oro, todos hemos tenido sueños al respecto, pero seguro que a ninguno de nosotros se le ocurriría reconstruir al Titanic. Capaz que no tenés garra para hacerte tan millonario y/o tan extravagante como Clive Palmer.
Ahora, los multimillonarios australianos tienen esa manía de ser originales hasta parecer maniáticos, como Rupert Murdoch, el coleccionista de empresas periodísticas. Clive Palmer amasó una fortuna con bienes raíces en Australia antes de dedicarse a la minería del carbón, pero tanto carbón ya lo tiene aburrido, o quizás le dio por la ecología. Cambiar de ocupación no es problema para alguien que tiene unos 5.200 millones de dólares estadounidenses. ¿Qué tal si invertimos en la industria de los cruceros, que cada año factura más?
¿Qué otras excentricidades tiene este multimillonario? Porque estas cosas no vienen solas; de manera que las vertiginosas biografías periodísticas surgidas tras la noticia, cuentan que en el año 2009, como una de sus compañías, la Waratah Carbon, aumentó su producción un 30%, regaló a los empleados diez millones de dólares en bonos, vacaciones en el extranjero y ¡¡55 Mercedes Benz!! Antes de eso, compró un club de fútbol con el que no le fue muy bien y acusó a la CIA de financiar al movimiento Greenpeace, seguramente porque le reprochaban sus actividades mineras.
Claro, suena a disparate… pero en estos tiempos que corren no habría que descartar nada de lo que se asegura. ¿Querés algo más? De la alegría que le dio, dejó de teñirse el pelo y asumió un aspecto más formal, que induce a mayor confianza a los accionistas, pues por aquí debe estar el misterio de tanta aventura mediática. En todo caso, el Titanic II es el primero de una serie de cruceros encargados a una compañía china y con ese arranque mediático, la inversión será cualquier cosa menos desconocida.
Los pasajeros que embarquen en Southampton no solo deberán vestirse a la usanza (ya imagino tiendas de Clive Palmer proporcionando las prendas), sino que también almorzarán y cenarán el mismo menú. Está claro que pagarán una fortuna por cada pasaje y aunque uno crea que la gente tan rica no abunda, según Palmer ya hay 40.000 anotados para los primeros viajes. Por más que tengan la plata y las ganas, deberán esperar pues solo hay 840 840 lujosísimas cabinas.
A Palmer no le fue fácil conseguir un astillero capaz de hacerlo, con ganas de hacerlo y con confianza en su propuesta. Pero finalmente encontró a la CSC Jinling Shipyard, una descomunal empresa china ahora contratada por la empresa naviera que fundó Palmer: la Blue Star Line Pty. Ltd. Puesta así con todos sus nombres, para tranquilidad de todos quienes conocen a la prestigiosa naviera de histórica relación con nuestras latitudes. Ya le encargó otros cuatro transatlánticos, pero no todos serán cruceros, algunos serán embarcaciones de carga.
También contrató un equipo de historiadores para que la réplica sea lo más exacta posible, pero también se consiguió ingenieros y diseñadores que le aseguraran no solo la seguridad de la nave, sino también su economía y su responsabilidad con el medio ambiente. El Titanic II tendrá cuatro enormes chimeneas como el original, pero serán puramente decorativas, pues en lugar de carbón, será impulsado por motores diesel dentro de tres años, en el 2016, cuando en medio de bocinazos y fuegos artificiales, suelte amarras en Southampton.
En realidad, Palmer ya había dado señales públicas de su proyecto, pero el dinero para la inversión no aparecía. Ahora sí lo pudo asegurar durante una conferencia de prensa en el Museo del Espacio, el Aire y el Mar en Nueva York. El Titanic II medirá 269,138 metros de largo, 0,076 metros más que el barco original. ¿Por qué tan mínima diferencia? ¿Para superar un poquito? Andá a saber, con Palmer uno no puede anticipar respuestas.
Andá mirando el proyectado bowling como para asumir que respetarán la historia, pero no a rajacincha.
Para el astillero chino estos contratos son música del cielo,pues anticipan más y más pedidos internacionales en un momento crítico para esa empresa estatal. Un portavoz de la empresa, Wenbao Li, quien informó que el año pasado recibió 21 contratos, en su mayoría del extranjero. La misma fuente, citada por el diario China Daily, aseguró que el “Titanic II será lo último en comodidad y lujo, con gimnasios y piscinas a bordo, bibliotecas, restaurantes de alta categoría y suites de lujo. La mayor diferencia estará por debajo de la línea de flotación . El buque estará propulsado por diesel en lugar de carbón, e incluirá una proa de bulbo para una mayor eficiencia energética, además de un timón ampliado y hélices de proa para mejorar la maniobrabilidad”.