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No viajes en submarino

Alberto Moroy nos trae el relato de horror de los tripulantes de un submarino chileno sorprendido por el reciente tsunami.

 


De origen japonés, su significado es «ola gigante que llega al puerto». (TSU: puerto o bahía, NAMI: bahía).  El 96% se produce por maremotos (movimientos sísmicos en el lecho marino) Otras causas son las erupciones volcánicas, los desplazamientos de lava hacia el mar, el choque de meteoritos contra las aguas, derrumbes costeros, desprendimientos glaciarios e incluso explosiones de gran magnitud (pruebas nucleares). El  reciente Tsunami en Chile fue la consecuencia de un maremoto, lo que nunca nos imaginamos es como será pasarlo dentro de un submarino como el  SS-2 Carreras, dentro del puerto de Talcahuano, justo cuando viene la ola, la que al parecer trepo como mínimo hasta los 10/12 m. de altura
 
La historia
El comandante del submarino «General Carrera» relata al diario el Mercurio de Chile lo que vivieron él y su tripulación.  Poco después de las 3:30 de la mañana del sábado 27 de febrero, el capitán de fragata Hernán Parga (42 años), comandante del submarino Scorpene (clase de submarino)  «General Carrera» (SS-22), se despertó abruptamente, como muchos otros chilenos, debido al terremoto.

 

Submarino SS-2 Carreras                                                        Interior del submarino                             
 
Cuando pudo ponerse en pie se dio cuenta de la gran intensidad del movimiento y fue a buscar a sus hijos que dormían en el cuarto contiguo en su casa en Talcahuano. «Tuve que despertar a uno de ellos, que ni siquiera sintió el temblor», cuenta. A los pocos minutos, sonó su celular. Era el oficial de guardia del submarino, que estaba fondeado en la base naval listo para su revisión de rutina en los diques de Asmar. «Se sintió como si el agua nos diera latigazos. El submarino saltaba del movimiento», cuenta el Cabo primero José Riffo, que estaba de guardia. El comandante le ordenó aplicar el protocolo que indica la Armada para terremotos: prepararse para zarpar.  Él llegaría lo antes posible para liderar las maniobras. Parga tomó su auto, fue a dejar a su familia a un sitio seguro, y luego bajó hacia la base. Habían pasado unos 30 minutos. Aunque aún no había información oficial sobre un posible maremoto, ya estaban junto a él el segundo comandante y los oficiales ingeniero y electricista. 

 

Grafico de Tsunami
 
El «Carrera» estaba listo para zarpar, pero Parga notó que el nivel del mar estaba bajando demasiado. La lancha remolcadora «Fueguino», que ayuda a la flota de submarinos a moverse en superficie durante las maniobras de puerto, ya estaba transportando la nave hacia fuera. Cuando de pronto se sintió un ruido, el submarino había tocado fondo, estaban atrapados.»En ese instante, escuchamos por nuestra vía de comunicación para emergencias que los buques que ya habían salido del puerto avisaban que venía el mar», dice el comandante. Ante la imposibilidad de hacer otra cosa, dio la orden de que todo el personal ingresara al submarino, donde no tuvieron más opción que esperar el golpe de las olas. «Estábamos cuatro en cubierta cuando, a lo lejos el teniente Álvarez vio la ola. Aseguramos todo y nos metimos al submarino», agrega Riffo. La ola los arrastró y los hizo girar durante casi una hora, junto a otros barcos, como en una licuadora.

 Lancha de la gobernación marítima de Talcahuano  (Antes y despues)
 
Los minutos de terror
 
Posado como estaba, en el fondo barroso del puerto de Talcahuano, el submarino no pudo evitar el impacto. Con un gran estruendo, la primera ola lo levantó y arrojó unos metros más atrás, dentro de las dársenas del puerto, un sector semi-cerrado con buenas condiciones para el amarre de embarcaciones debido a la poca corriente, pero que en ese momento se convirtió en una verdadera licuadora. «Estábamos posados, pero sentimos como la ola nos levantaba», dice Riffo. «La fuerza del mar nos arrojó hacia adentro, donde empezamos a dar vueltas», agrega el comandante. Entonces comenzó el infierno, pues no sólo el «Carrera» quedó confinado en un espacio de 300 x 300 metros y de cerca de 12 metros de profundidad. La fuerza del mar provocó que cuatro diques flotantes, un barco mercante y un pesquero de gran tamaño soltaran amarras y fueran llevados hacia el mismo lugar, «Nos movíamos para todos lados y chocábamos con distintas cosas. Cada vez que algo nos rozaba, adentro sonaba muy fuerte. Desde el puente de mando veíamos cómo pasaban los buques por arriba de nosotros, sin tocarnos. El mercante pasó a un metro y nos tratamos de comunicar con ellos, pero al parecer eran chinos, no nos entendían. El ancla pasó rozándonos», cuenta Parga. Uno de estos obstáculos no pudo ser evitado. En uno de los giros, el «Carrera» colisionó contra un dique flotante de Asmar (foto abajo). La situación podía ser gravísima. El submarino seguía a flote, pero no había cómo saber la magnitud de los daños. Durante 45 interminables minutos, y casi sin sentido de la orientación, los tripulantes maniobraron para mantener al submarino estable y eludir colisiones. «Había miedo, sí. pero mantuvimos la frialdad. Al menos comprobamos que no había vías de agua», cuenta el cabo.
 «Luego de eso, el nivel del agua bajó y la corriente empezó a calmarse. Como necesitábamos salir de ahí, envié a algunos hombres a cubierta para ver qué pasaba», recuerda Parga. Recién en ese momento, la tripulación del «Carrera» se dio cuenta de lo que había pasado «No se veían los barcos que antes habían estado en los astilleros. Todo estaba destrozado en la base. Y eso que no teníamos vista de la ciudad», dice el comandante.
 

Dique flotante antes                                                          Despues
   
Los héroes , Balladares y Muñoz
 
Lo que si es totalmente cierto es que el «Carrera» las vio negras con el tsunami que afectó a esa zona después del terremoto, el pasado sábado 27 de febrero, y que se salvó de sufrir desperfectos mayores gracias a una increíble y heroica acción de dos marineros: el sargento segundo Héctor Balladares de 39 años (con 22 en la institución) y el cabo primero José Muñoz, de 31. Esa Madrugada, cuando las olas golpeaban a las embarcaciones atracadas en la Isla Quiriquina, el submarino «O´Higgins» alcanzó a salir a capear las marejadas, pero el «Carrera», adquirido el año 2005 y cuyo valor ronda los 230 millones de dólares sobre, no pudo. En ese minuto Balladares y Muñoz, que no pertenecen a la tripulación del sumergible, abordaron la lancha remolcadora «Fueguino», de escasos 4,5 metros de eslora y una capacidad para cinco personas, y estuvieron hasta el amanecer, más de dos horas, apuntalando al «Carrera» por un costado y por otro, empujándolo y acomodándolo para que no se golpeara contra el muelle ni contra otra nave.»Fue tan arriesgado lo que hicieron que en un momento el mar se recogió y ellos tocaron fondo con su lancha, pero en vez de huir esperaron a que el agua recuperara su nivel para seguir empujando al Carrera a un lugar seguro»,
 
 

 Submarino Carrera en dique seco
 
Video del terremoto en Talcahuano (Chile)
http://deftech.wordpress.com/2010/03/01/terremoto-en-chile-talcahuano-base-naval-y-asmar-presentan-serios-danos/
http://deftech.wordpress.com/2010/03/01/terremoto-en-chile-talcahuano-base-naval-y-asmar-presentan-serios-danos/
Simulación de tsunami chileno a través del pacifico
http://www.youtube.com/watch?v=_aHVRf45Ds8&feature=player_embedded#
Video submarino clase Scorpène
http://www.fierasdelaingenieria.com/diseno-del-submarino-scorpene/
Imágenes del submarino
http://www.revistanaval.com/galeria/1-2004-11-24-CARRERA
Datos del Tsunami  en chile
http://esmok.blogspot.com/2010/03/tsunami-en-talcahuano.html