Hay gente que se cree uruguaya y de caballos solo sabe lo que aprendió en la calesita del Parque Rodó.
Puede que el 21 de diciembre no se acabe el mundo, pero es un excelente último día para pasarlo en la riviera maya.
Lo habitual no es eso, pero siempre conviene experimentar y eso es lo que hacen en el Carnival Victory.
Mi marido es un fanático de Uruguay, pero también implacablemente crítico.
Tan tierna, tan elegante, tan maldita. La gaviota le da alas a nuestra imaginación.
Nadie debería dudar: el espacio entre asientos es la peor de las pesadillas en un avión.