¿Vos creés que cuidar las tradiciones es un gasto ocioso? Este tranvía transporta siete millones de pasajeros por año y cada uno paga 6 dólares para viajar colgado.

San Francisco no sería lo que es sin éste, el tranvía más fotografiado del mundo. En cuanto al nombre de la ciudad, leí por ahí que somos nosotros los turistas quienes la apocopamos como Frisco y que a los oriundos eso les cae tan pesado que han desarrollado una “Friscofobia”. Por eso, dos precisiones. La primera es que no fuimos los turistas internacionales quienes cometimos eso que parece un atentado violento a las tradiciones; fueron los propios estadounidenses de otras ciudades quienes lo hicieron. Y la segunda, consiste en que me atrevo a dudar que los nativos se ofendan por eso. Más se ofenderían si te referís a ellos por el gentilicio, que debería ser sanfranciscan en inglés y sanfranciscano en español. ¡Aterradores!
Dicen que ellos se refieren cariñosamente a su ciudad como “la ciudad junto a la bahía”, lo cual es muy romántico, pero hay que estar poco apurado para usarlo. Como curiosidad, te cuento el resto de los nombres que le adjudican a la ciudad The City by the Bay; Fog City; San Fran; The City that Knows How; Baghdad by the Bay (antiquated); The Paris of the West. Llamala como quieras, pero para mí, es quizás la más querible ciudad de Estados Unidos y una de las más lindas del mundo. Y el tranvía tiene que ver con todo eso.

.

Cuando viajes en el tranvía, andá mirando la infaltable presencia de escaleras de incendio en absolutamente todos los edificios. En EEUU es obligatorio, pero en San Francisco al arquitecto que se olvida no te cuento lo que le amputan como castigo. La foto de abajo muestra como fondo, el pavoroso incendio que en 1906 causó más muertos que el terremoto que la prendió fuego. Todos las líneas de tranvías quedaron destrozadas, pero la heroica defensa de la gente salvó a tres de ellos para que dieran testimonio.

.
Las unidades no tienen ningún motor, ni siquiera un motor eléctrico, sólo una palanca las que afirma o descuelga del cable que gira de manera constante dentro de un carril, debajo de la calle. Imaginate un aerocarril con el cable puesto por debajo y moviéndose con seguridad dentro de un compartimento en el cual no cabe el pie de un niño (¡Dios nos libre!).

El cable que sube a los tranvías por las empinadas avenidas, es el mismo que las baja y en el hecho de que las unidades que suben y bajan se sirven de mutuo contrapeso, también podríamos comparar el sistema con los cables que mueven un ascensor, mientras una placa de metal y hormigón, compensa los pesos. No fue el único cablecarril del mundo; hubo uno en Gales y está el Elevador do Lavra, en Lisboa, aunque éste es en realidad un funicular. Será funicular, pero también es espectacular.

Los tranvías a caballo no servían de nada en la calle Powell, la principal de San Francisco. Caerían muertos por el esfuerzo brutal y unidades con motores a vapor, como los ferrocarriles, no son aconsejables en medio de una ciudad, a la cual contaminarían sin remedio. En cambio, esos motores ubicados en los extremos de cada línea, permiten que hasta un tipo tan elegante como Clark Gable abandonara sus lujosos automóviles para dar una vueltita. “Sí, pero que no me filmen subido”, habría dicho durante el rodaje de “San Francisco”, una de las primeras superproducciones, junto con “Lo que el viento se llevó”. El galán era un seguro de rentabilidad para proyectos como esos. Pero en San Francisco, por las dudas, le pusieron al lado a Jeanette Mac Donald, que no era especialmente linda ni buena actriz … pero estaba de moda.

El inoportuno terremoto que interrumpió los aplausos a Jeanette Mac Donald justo cuando estaba haciendo popular la canción que es un himno a la ciudad.

.

Por si querés viajar en el cable carril cuatro días antes del terremoto de 1906. Fue una de las primeras películas de 35 milímetros jamás filmadas.

.

En esta otra filmación, cómo quedó la ciudad

-El terremoto y posterior incendio de 1906, al que se refiere la película, fue tan pavoroso que el libretista resolvió lo impensable: obligar a Clark Gable a despeinarse y hasta a que se le rompiera (un poquito) la ropa. La verdad es que no corresponde tomarse a la ligera una catástrofe que dejó sin hogar a cerca de 300.000 personas en una ciudad que en ese entonces solo tenía 400.000 habitantes. ¿Cuántos murieron? Nunca lo sabremos; las cifras oficiales hablaron de 478 fallecidos, pero queda claro que fueron muchos más y que a los muertos del barrio chino ni siquiera los contaron. Parece muy clasista, pero hoy San Francisco se caracteriza por ser la ciudad más liberal y tolerante de Estados Unidos… donde te descuides, también una de las más tolerantes del mundo. Así lo aseguran especialmente los gays, como antes lo dijeron los hippies.

.
No encontré ni una línea referida a accidentes con el cable car. No me cabe en la cabeza por más medidas de seguridad que tengan; no voy a dudar de la libertad de prensa en Estados Unidos, pero a diferencia de los medios de acá, hay algunas noticias que interesan poco a los periodistas. En todo caso, no da para alarma; si hubiera alguna historia terrorífica, seguramente saldría a luz.

Además, ahí están los “Gripmen”, los conductores, tipos grandotes y forzudos pues a esa palanca no la mueve un alfeñique. Los lugares de detención siempre son bastante horizontales y esa es otra precaución. Allí, mediante un movimiento coordinado de palancas, el conductor suelta el agarre al cable y al mismo tiempo acciona el freno para que el tranvía no salga disparado a pesar de que está en una posición horizontal en ese momento. El cable sufre mucho desgaste y es cambiado cada pocos años (les cuesta 20.000 dólares cada cable), en tanto que la maquinaria de arrastre es vigilada de manera constante.

.
No te quepa duda que con esas bajadas y subidas, el cable car sigue siendo un medio de transporte eficiente, pues no depende de la adherencia de las ruedas al pavimento, sino que agrega la fuerte sujeción a un cable de acero reiteradamente probado. Tampoco es una locura de velocidad la que desarrolla, apenas 9,5 kilómetros por hora, paso de hombre. Eso sí, resistí la tentación de bajarte con el tranvía andando, pues ahí si que te lleva por delante algún otro de los vehículos con los cualescomparte la calle.
Lo malo del cable car es su popularidad. Hay horas en que es prácticamente imposible subirse a uno. Victoria Rodríguez, no la nuestra sino una colaboradora del diariodelviajero.com, nos da algunos consejos al respecto. La mayoría de los turistas se agolpa en la intersección de las calles Powell y California, donde se cruzan las tres líneas. Es un buen lugar para tomar fotos, pues los desniveles dan buen escenario, comenta Victoria… pero es un pésimo lugar para subirse a uno de esos tranvías. Lo mejor es salir temprano, ir a una de las terminales y tener un poco de suerte. Las compras hacelas después, porque con paquetes sí que es imposible subir.
A mediodía o a la tardecita, tendrías que arrimarte a Fisherman’s Wharf, en cuyas proximidades están las terminales de dos de las tres líneas que quedan de las 23 creadas entre 1873 y 1890. Allí están además los famosos coches antiguos y si trepás por la subida unos 300 o 400 metros, llegarás a un lugar donde podrás sacarles fotos inolvidables con la bahía de San Francisco y la isla de Alcatraz como fondo.

.De allí parte (o regresa) la línea Powell/Manson que es la preferida de Victoria Rodríguez, pero todas ellas son dignas de ser recorridas, por lo cual te convendría en lugar de gastar 6 dólares en un viaje (y de ida solamente), comprarte el billete de día completo por 14 dólares. Si vas a estar una semana, quizás te convenga comprar el City pass (http://es.citypass.com/san-francisco/muni-cable-car) de siete días por 94 dólares (2015), pues te da derecho a viajar en todos los medios de locomoción, incluye entradas a algunas atracciones y te dan un mapa interesante de tener. La mala noticia es que si tenés dificultades motrices quizás el cable car no sea para vos; la buena noticia es que el resto de los medios de transporte tiene comodidades para subir una silla de ruedas y hasta existe un servicio de taxis especial para lisiados.

No te confundas, estás en Fisherman’s Wharf, pero ese no es un cable car, sino un tranvía de la línea histórica «F».
La caminata en busca de la buena foto te debe haber despertado el apetito. Tenés suerte, estás en Fisherman’s Wharf y no me digas que no te gusta el pescado. Este es un barrio y un viejo puerto y una de las zonas más animadas de la ciudad, tanto a mediodía como de noche. Pero tené cuidado, porque acá nadie almuerza después de las 14 horas ni cena después de las 21. Te pueden cerrar la puerta en las narices. En ese caso no importa, casi siempre encontrarás un puestito callejero donde preparan cocteles de cangrejo y te sirven pescado fresco cocinado de mil maneras diferentes. Pero te convendría ir con tiempo, pues en este lugar hay un Parque Marítimo, está el Centro Comercial Cannery, un museo de cera, la isla Forbes y el Museo de Ripley, aunque vos no lo creas.

.
Otra opción es bajarse del tranvía en el barrio chino, en la famosa Chinatown, donde encontrarás los más auténticos platillos y donde la galletita de la suerte tiene un vaticinio que siempre se cumple. Me lo dijo un chino entrecerrando los ojos. Quizás prefieras detenerte en Union Square, donde hay restaurantes especializados en comidas de todos los rincones del mundo. Y también está Little Italy el barrio de los tanos de San Francisco, también conocido como North Beach.

En fin, ya hablamos hasta demasiado de este tranvía, mejor mirá este video que te muestra como es el museo que podés visitar y que no cobra entrada. Y no te olvides que en San Francisco te podés hacer una panzada de tranvías, pues además del cable car, están los street cars, que son otro medio de transporte histórico.

Son un fenómeno estos tipos pues las unidades de estos tranvías son extraordinariamente variadas, son un museo en movimiento, que en su línea “F” tiene ejemplares traídos de Hiroshima, Moscú, Oporto, Hamburgo y otras ciudades. Lamentablemente no les dimos la oportunidad de que compraran uno de los nuestros, pues la memoria de ellos es más confiable que la nuestra.

Guardate un tiempito para parar en el Café Buena vista y mandarte un Irish Coffe, que es una mezcla de muy buen café (no el agüita del café americano), con leche espumosa y un generoso chorro de Whisky Irlandés que te da vuelta los ojos. Lo inventaron en ese boliche.

.
Las grandes ciudades de Estados Unidos disponen de una guía on line que es extraordinariamente completa y que en esta ciudad lleva el nombre (en español) de Disfrutá San Francisco. Abajo te incluyo el link. Acá encontrarás información siempre actualizada sobre hoteles, restaurantes, servicios, vuelos y todo lo que se te pueda ocurrir, incluyendo los paseos y excursiones que deberás hacer… porque el tranvía está macanudo, pero la zona tiene cosas tan fantásticas para ver como el puente del Golden Gate, detrás del cual está el simpático pueblito de Sausalito, más allá el Muir Woods con sus gigantescas seqoias y todavía un poco más lejos el valle de Napa donde podrás recorrer bodegas y agarrarte una curdela regular… siempre que no manejes.

.
Todas las indicaciones, todos los mapas y todos los precios están en esta web, así que me ahorro las descripciones, sin peruicio de que tanto el Golden Gate como Muir Woods, Chinatown y posiblemente Berkeley, merecen alguna nota por separado.

.
Guillermo Pérez Rossel

.

Si no pudiste subir, viajá en Youtube

http://gayleelima.com/?p=68

http://www.diariodelviajero.com/america/los-tranvias-de-san-francisco-consejos-para-viajar-y-fotografiarlos-y-que-no-te-pise-la-marea-de-turistas

http://es.citypass.com/san-francisco

http://www.disfrutasanfrancisco.com

http://en.wikipedia.org/wiki/San_Francisco_cable_car_system