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No es para vos, que te mareás en la Cacciola

 

Definitivamente no es tan aventurero como viajar en el Perla Negra de Los Piratas del Caribe.

Tampoco tan yorugua como embarcarse en el Capitán Miranda ni tan arriesgado como correr la Whitbread Round, pero es lo que podés hacer, no lo que podés soñar como un delirante que no tiene ni razones para estar a bordo de la nave uruguaya ni estado físico como para semejante desafío.

Ellos te aceptan, navegan con dos clippers, uno de los cuales es el más grande del mundo y te llevan por todo el Mediterráneo en el verano de ellos, cuando la crisis todavía azota a Europa y cuando el dólar recién comenzó a remontar. No digo que sea barato, pero ¿cuándo se te va a presentar otra oportunidad?

Hay varias compañías con esta oferta, pero nosotros daremos a conocer la del mayorista de aventuras en todo el mundo que se llama Agama, solo porque también contrata a nuestra amiga Yonka Bakardgieva, la búlgara que nos escribió varios artículos sobre su país y que ahora tiene un encumbrado cargo en el turismo de su provincia.

Andá a http://www.agama.net/scluxc.htm y mirá todo lo que hay. Podés viajar en estos veleros partiendo de Roma, Estambul,  Venecia y Atenas, pero si te ponés en exquisito, te pueden llevar pausadamente por el Mekong, introducirte los fiordos noruegos, llevarte al Caribe o producirte un viaje privado que repita con la mayor exactitud posible, los periplos de Ulises o de Simbad el Marino, que le cambiás el lenguaje y algunas historias y resulta ser el mismo tipo pródigo en ardides ¡las vueltas que da la literatura! Y si no te gusta navegar, Agama te propone grupos en motocicleta por las rutas de California. Entre otras locas cosas.

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En fin, que si querés algo personalizado te va a salir muy salado, porque estos veleros con capacidad para 200 pasajeros, no se las arreglan con menos de cien tripulantes. Le  vamos a meter un cuernito a Yonka, porque en la web http://www.senorespasajeros.es/espais.aspx?VerBloque=1  encontramos una lista muy detallada de todas las opciones para este verano europeo.

Vayamos a las naves, que seguro es lo que te interesa. El Star Flyer y el Star Clipper despliegan nada menos que 36.000 metros cuadrados en sus cuatro mástiles y, para entrar a puerto o cuando les toca calma chicha, usan motores diesel. El Royal Clipper ya es cosa muuuy seria: en algunas de esas fotos que mostramos, tiene 56.000 metros cuadrados de velas al viento. No se si te queda claro: son más de cinco manzanas, suficientes como para hacerle sombra toda la Feria de los domingos en el Parque Rodó… o al Estadio Centenario. O casi.

Los mástiles de 197 metros de alto son los más grandes que se hayan construido, cuenta con un spa con piscina, sala de actos y hasta un rellano en una escalera de tres pisos, donde instalaron un piano, porque ¡¡no se te va a ocurrir reclamar orquesta en un viaje con un velero!!

Aunque las tiene, la idea no es la de dar un confort de cinco estrellas, sino la de proporcionar una aventura sin sufrir las privaciones habituales de los marinos. No tendrás un chef francés a cargo de la cocina, pero tampoco te van a zampar galleta. Hay un excelente menú y hasta dietas especiales para celíacos, también champagne y esas cosas, pero no es un viaje lujurioso.

Si te da el paño (literalmente), te dejan trepar y manipular el velamen… hasta te dejan llevar tus propias píldoras contra el mareo. Porque nadie te engaña, estate seguro que se mueve, porque ¡qué gracia tendría viajar en un velero si fuera lo mismo que navegar en uno de esos gigantes de los mares que se matan de risa ante cualquier oleaje! Más allá de eso, es probadamente seguro y tienen personal que sabe muy bien todo lo que hace, no hacen ninguna tontería como esa rubia que se trepa por las escalas de cuerda como Wendy escapando del Capitán Garfio sin recordar (¿o si?) que sólo a los dibujitos de Disney no se les ve nada por debajo.

 

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El Royal Clipper no solo es el más grande del mundo, es el único con cinco mástiles y dicen que cuando hay buen viento y está todo desplegado, parece como que la nave va a levantar vuelo. Entonces, ya apagados los motores, solo se siente el rugir del mar mientras la proa se abre camino entre delfines, gaviotas … y balsas con inmigrantes ilegales que vienen del norte de África.

Vos podrás despeinarte a gusto en los 1.800 metros cuadrados de cubiertas o darte un remojón en cualquiera de las tres piscinas. El atrio de tres niveles difunde la luz del sol en el restaurante que sustituye el lujo tipo Las  Vegas con el buen gusto europeo, el cual también se manifiesta en las comidas.

Te gustará bajar a puerto y recorrer las ciudades en cada parada, pero también puede atraerte hacer deportes náuticos o submarinismo desde el propio velero, pues tendrás todos los implementos a tu disposición.

Todos los camarotes son confortables, prácticos y concebidos en un estilo calurosamente náutico, dice la propaganeda. Todos tienen baño privado y en cada cabina los  viajeros encuentran un secador de pelo, una caja fuerte y un teléfono directo. Las cabinas exteriores disponen de un televisor. Además las cabinas de categoría 1 y las de lujo disponen de minibar y jacuzzi.

¿Se te sale la plata por las orejas? Entonces reservá una “Suite del Armador”, con 40 metros cuadrados, balcón privado y un inesperado baño de mármol. En un velero es casi una grosería, como la tuya de ser tan ricachón.

El Star Clipper y el Star Flyer son más chicos, pero no creas que muy diferentes en sus comodidades. En lugar de tres, hay dos piscinas, pero –seamos francos—es imposible usarlas todas a la vez, por más gordo que seas.