ir arriba
Uruguay

America del Sur

America del Norte y Central

Europa

Africa

Asia

Oceania

Destacado

Home » Europa, Portada El Pais

Sarlat la Caneda

Prestá atención, porque André Malraux se había enamorado de esta ciudad y era un tipo que sabía lo que hacía, lo que escribía… y también lo que saboreaba.

Ocurre que esta ciudad medieval que no llega a los 10.000 habitantes, es conocida no por los lances caballerescos ni por las degollatinas  que abundaron en aquella Europa piadosa, sino por el paté foie gras y por las trufas. Y si tenés ocas y gansos para el foie gras y hay trufas a la mano, entonces también tenés el paté trufado, manjar de manjares.

Como de esto vive buena parte de la población de la ciudad, el producto local no solo es excelente, sino también un poco más en cuenta, aunque no te hagas ilusiones, pues las trufas andan por los 1.200 euros el kilo. Si lo que querés es un atracón, entonces préndele a las confituras, pues en Sarlat la Caneda las hacen tan buenas como en todo el Périgord Noir.

Pues estamos en Aquitania en el suroeste de Francia lo que ya es decir, pero además estamos en la Dordoña francesa bañada por el río de ese nombre. La capital de la Dordoña está en Perigueux y se divide en cuatro prefecturas: el Périgord Noir, el Périgord Pourpre, el Vert y el Blanc, colorida categorización debido a las tonalidades de sus bosques y con esto te digo todo, pues apuntes para donde apuntes, el paisaje, la arquitectura, la gente y sus productos, son impresinantes. ¿Cómo es que todavía no fuiste a la Dordoña? Veamos si con esta ciudad medieval te convencemos y no me hagas una recorrida a la apurada que ni te permita escanciar pausadamente un vino local para acompañar al  paté. Si  llegás a pedir una hamburguesa te expulsamos inmediatamente de esta cofradía.

Sarlat-la-Caneda es la capital del Périgord Noir, una zona de valles y acantilados bañada por el Dordoña y repleta de castillos y fortificaciones medievales.  La erosión originó muchas grutas y cuevas que sirvieron y sirven de asiento a residencias desde tiempo inmemorial. Hacete tiempo para conocer la Grotte du Gran Roc en Les Eyzies o la Goufre de Proumeyssac en Le Bugue.

 

Ahora, sacate el sombrero, vamos a entrar a Sarlat. No te quedes con lo que te digo, mejor entrá a la web oficial cuya factura estupenda ya te habla de la calidad de los nativos: http://www.sarlat.fr/index.asp. Tienen este mapa interactivo que te ayudará a planificar la caminata, real o digital; y también tienen una web de turismo (http://www.sarlat-tourisme.com/) con todo lo necesario para una visita y para una estadía. Fijate si serán piolas los sardaleses que tienen visitas guiadas teatralizadas, todo un placer, particularmente la de «La Belle Sarladaise». No dudes en quedarte algunos días, alquilar bicicletas y recorrer todos los pueblitos que componen el Périgord Noir y tienen centro en Sarlat. En tu lugar, durante cuatro o  cinco días, me dedicaría a tomar los paquetes de actividades que te proponen los operadores locales incluyendo una excursión en canoa por el Dordoña, con una trepada a un acantilado.

Y, sin duda, experimentaría el ascensor panorámico en pleno corazón de la ciudad. También podrías utilizar el servicio de autobuses interurbanos “Sarlat Bus”, ¿o te gustaría más aprovechar para recorrer la ciudad en un “segway”, que es mucho más estable de lo que parece? No descartes un imponente recorrido en helicóptero. En cuanto al alojamiento, te llevarás una sorpresa, pues hay desde sencillos hotelitos y estupendos chalets, hasta residencias campestres que te permitirán conocer también el Périgord Noir rural y no te pases de listo con los gansos porque te pegarán un susto.

Para empezar, no te pierdas este video, pues como toda ciudad medieval, es fácil de filmar pero difícil para fotografiar. Desgraciadamente ya no existe la muralla que rodeaba la ciudad, cuyo contorno es fácil de imaginar con solo mirar el mapa. Ya existía con anterioridad a la Guerra de los Cien Años, pero en ese tiempo y luego en el siglo XVI durante las Guerras de Religión, fue perfeccionada con varias torres algunas de las cuales se conservan, como la Torre del Verdugo.

Otro de los imperdibles de Sarlat es la Abadía de Santa Clara, de tumultuosa historia, que en el Siglo XVIII fue cárcel, en el Siglo XIX pensionado para jóvenes. Caminando, pedaleando o sacudiendo calles con el Segway, llegarás a la Iglesia de Santa María, el Hotel de Vienne o de Maleville, con una impresionante chimenea renacentista. La Linterna de los Muertos es un extraño edificio levantado sobre un antiguo cementerio benedictino, en El Presidial se dictaba justicia y en la Iglesia Saint-Sacerdos se pedía perdón y luego se volvía a pecar.

En fin, todo eso y mucho más es lo que se puede hacer mientras el sol está en alto; pero para algunos lo mejor comienza en el crepúsculo, cuando las calles comienzan a llenarse de gente joven que quiere parranda y gente vieja que quiere contemplar, recordar y darle de punta al tinto de Burdeos, que para algunos es la más soberbia experiencia en este especial lugar del mundo y con ese entorno imperdible.

Y si no lo disfrutás, peor para vos.

Aunque les resulte inusual en un artículo periodístico, en este caso vamos a meter una post data: si sos operador turístico, te aconsejo revisar profesionalmente las dos webs locales. Seguro que encontrás buenas ideas, no solo en el desarrollo del marketing virtual, sino en el aprovechamiento a tope de los recursos turísticos de una región. A la región llegan dos millones de personas cada año y no hay apretujes, ni carestía, ni inversiones sin rédito. Nada rutilante, solo exitoso.  Por algo será.