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¡Viva la Pepa!


El origen del dicho popular y un excelente pretexto para conocer Cádiz.

“La Pepa”, esa exclamación tan poco digna, identifica la Constitución que se juró en las Cortes de Cádiz hace más de  200 años. Es curioso que haya tenido tanta fama una carta magna con vigencia fugaz y accidentada. Lo de la Pepa viene del hecho de que el 24 de setiembre se conmemora el día de San José y su importancia histórica responde a que fue la primera constitución promulgada en España y una de las más liberales de su tiempo, razón por la cual los liberales la festejaron con ese grito y los absolutistas transformaron ese mismo grito en una expresión que denota desorden y falta de autoridad. Los derechos que consagraba y la resistencia a otorgarlos fueron la causa de su fama y su accidentada vigencia.

En todo caso no era un problema de vacío legal, toda España era un “Viva la Pepa” apenas dos años después, cuando las fuerzas napoleónicas impusieron a José I de España, cuando casi todos los territorios peninsulares organizaban su oposición y cuando casi todos los territorios coloniales organizaban su liberación. En cuanto a “la Pepa”, cómo los absolutistas no la iban a calificar horrorosamente si imponía, además de la soberanía que en esos momentos era crucial, también una monarquía constitucional, separación de poderes, libertad de imprenta, libertad de industrias y hasta reparto de tierras. ¡Si hasta todos los hombres podían votar aunque no fueran hidalgos! Hombres, dije… lo las mujeres debió esperar algunos siglos más.

El absolutismo español se encargó de eliminar todo rastro de estos principios liberticidas y el franquismo continuó oscureciendo a la querida España hasta que el retorno de la democracia le demostró a los españoles que las libertades y los derechos además de justicia, traen prosperidad y bienestar social.

Con Cádiz tenemos unas cuantas cosas en común, aparte de ser «ciudades hermanadas». El famoso carnaval de Cádiz tiene numerosas similitudes con el nuestro, tantas que podría suponérselo como inspirador y para completar, a Cádiz se la llama «Tacita de Plata», un apodo que mereció Montevideo hace muchos, muchos años.

Es posible que Cádiz sea la más antigua de las ciudades europeas, tanto que algunos de los  restos arqueológicos encontrados se remontan a 3.100 años, cuando los fundadores fenicios la encontraron ideal para generar una fortificación y desde allí ingresar al Atlántico para operar con el norte de Europa y con las islas británicas en su extraordinaria búsqueda de metales, tecnologías y mercados. No conquistaban nada, solo ponían factorías y llevaban civilización. Les salió caro, pues como masacraban a pocos y no tenían generales ilustres, la historia les da muy poca pelota. Después de ellos, prácticamente no hubo cultura que no contara con Cádiz para algo, incluyendo a la España de la conquista de América. Si mirás el puerto y su ubicación en el Mediterráneo, la causa de esto te quedará clara.

Sara Baras, no se puede ser más gaditano

En fin, dijimos que lo de Viva la Pepa era un pretexto, no lo transformemos en una monserga histórica. Si te interesa el tema, repasá tus conocimiento en http://es.wikipedia.org/wiki/La_Pepa, y revisá en http://www.lavozdigital.es el calendario de las actividades que tendrán lugar con ese motivo a lo largo del año. No te los podemos anticipar porque ellos no son uruguayos, pero son españoles que para esto es masomeno lo mismo. Y además de españoles, gaditanos y a mucha honra. Lo único que te podemos decir es que tendrás oportunidad de ver en vivo a Sara Baras y que si no la vas a ver, siempre lo lamentarás.

Cádiz por sí sola bien vale un viaje a Europa. Ademas, como hacían los fenicios la ciudad puede ser el trampolín para conocer Jerez de la Frontera y Algeciras que forman parte de los 44 municipios en que se divide la provincia, ubicada al sur de la comunidad autónoma de Andalucía. Y de ahí en más, toda la Europa que quieras, en excursiones terrestres, en cruceros, con auto alquilado, con el Eurailpass y con lo que se te antoje.

El imponente puente «de la Pepa» que une desde hace poco la isla con el continente, cuando mejoraron los servicios de tranvías y trenes de alta velocidad, lo que hizo de Cádiz un eje de comunicaciones para conocer y disfrutar sus playas y sus bellezas naturales e históricas.  Cada noviembre se celebra en la ciudad el IX Festival de Música Española (Manuel de Falla era gaditano) y naturalmente, si tu idea es ir por allí, una excelente elección sería hacerlo en Carnaval.

Dicen que Cádiz es la ciudad española más parecida a América, lo que no es válido para la afrancesada Montevideo o la tana Buenos Aires, pero en cambio resulta bien notoria para Cartagena de Indias, Quito, Lima, San Juan de Puerto Rico y, particularmente La Habana. Es que de aquí partían no solo las naves de la conquista y de la colonización, sino también los arquitectos y las disposiciones urbanísticas.

Desfile de modas en plena Calle Ancha, que no es tan ancha, pero sí es donde todo ocurre en Cádiz.

De la  Plaza de San Antonio corazón de la ciudad, derivan algunas de las calles más notorias, como la calle Ancha, desbordante de cafés, vidrieras y librerías, donde todavía puede conseguirse pescado frito en cartuchos de papel, como quien come maníes o como, quienes tienen memoria, recuerdan nuestra ocasional majuga frita idénticamente servida en la calle. Aunque no le cambia el sabor y pierde cierto dejo de autenticidad, el pescaíto frito de la gastronomía gaditana te lo sirven en los mejores restaurantes.

La web oficial del turismo gaditano te propone una ruta relacionada con el aniversario de aquella Constitución, el cual comienza en el Palacio de la Aduana, la Diputación. Como Aduana fue edificado, pero era tan suntuoso que fue elegido como Regencia por los invasores napoleónicos. Ante él se leyó por primera vez el texto constitucional. La Plaza de España y Monumento a Las Cortes, está construida en un espacio ganado al mar cuando se derribaron las murallas del puerto. Las Casas de las Cuatro y Cinco Torres, conforman una manzana construida con el objetivo de arrendar vivienda a los comerciantes que llegaban solo a hacer negocios.

El Barrio de San Carlos, un tesoro del siglo XIX, repleto de miradores, cerámicas y prolijas ornamentaciones, es uno de los paseos insoslayables, junto con las Murallas de San Carlos ubicadas junto a la Plaza de España, recordando la muralla que defendía la ciudad de los ataques marítimos.

Frente a la Bahía, remontando las murallas, luce la Alameda Apodaca considerada como uno de los paseos más hermosos de la ciudad. En ella se encuentran monumentos a personajes españoles, pero también destinados a recordar a escritores y personalidades latinoamericanas.

Lo mejor que podrías hacer sería conseguirte un mapita orientador de estas recomendaciones, o dejarte llevar por la oleada de turistas que recorrerán además de todo esto, lugares como El Caminito, la Capilla de nuestra Señora de las Angustias, Iglesia del Carmen y la Plaza del Mentidero, llamada así porque allí se supone que se reunía la gente a compartir información extraoficial, a veces mentirosas  y otras veces cruelmente verdaderas.

Siguen la Plaza de San Antonio, el Casino Gaditano que no es lo que da a suponer su nombre, sino una antigua y bellísima residencia que hoy aloja al Centro de Estudios Constitucionales 1812. Si sos timbero, te gustará darle una mirada a una placa que está en el No. 1o de esta plaza, pues allí se señala el lugar donde se celebró la primera lotería de la que salen nuestros juegos de azar.

Al Museo de las Cortes de Cádiz deberías ingresar aunque solo fuera para ver la monumental maqueta de la ciudad tal como se la veía en el siglo XVIII. Siguen en la reseña oficial, la Iglesia de la Conversión de San  Pablo, el Oratorio de San Felipe y la casa de José María Pemán, el famoso literato y dramaturgo.

¿Ya saliste de tapas? No te vayas a perder uno de los mejores deportes nacionales de España en un lugar como Cádiz, donde te podés encontrar con las tortillas de camarones, con las cuales no se puede parar, lo mismo que con el pescao frito. Aunque los embutidos ibéricos, los quesos curados de la sierra y una cantidad de manjares que son el fruto de tantas culturas milenarias concentradas en estas calles. La mejor zona de tapeo es el Puerto de Santa María: Ribera del Río, Ribera del Marisco, Plaza de la Herrería, etc.

A esta altura también habrás disfrutado de la vida nocturna y asistido a algún tablado andalúz. Es hora de ir a la playa aunque haga frío, y si no lo hay, es imprescindible para darse un baño y hasta para aprovechar que nadie conocido te observa, para darte una vuelta por alguna de las playas nudistas de la zona, donde se acabó definitivamente la pacatería. En la zona hay 1.200 kilómetros de costa y 200 kilómetros de playas, así que hay para elegir.

A un paso de Cádiz está el Parque Nacional de Doñana, la mayor reserva biológica de España. Allí está la popular playa de Bajo de Guía. Chipiona con cuatro extensas playas de arena parecida a la nuestra, era el balneario elegante y suntuoso del siglo pasado. También en las proximidades, la ciudad de Rota con el Castillo de Luna y varias iglesias dignas de admiración. Jerez no es una ciudad costera y merece una visita por su casco histórico y por ser sede de la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.

Más playas encontrarás en Chiclana y en Conil, que es un típico pueblo de pescadores. Para los amantes de las cosas marinas se impone una pasada por Vejer, una población típica medieval próxima al Cabo de Trafalgar, escenario de la famosa batalla naval. Barbate te tienta con más playas y con acantilados de casi cien metro de altura, en tanto que Tarifa a apenas 14 kilómetros de la costa africana, se impone por haber sido el primer asentamiento musulmán en el año 711. Conserva su encanto árabe, pero también destacan las ruinas romanas de Baelo Claudia, casi en la Playa de Bolonia.

Guillermo Pérez Rossel

http://www.cadizturismo.com/esp/recursos/recursos.php