El tenista descuartizador
Este es un viaje breve a la elegancia del 900 presente hasta en la crónica policial. Nada de asaltos y copamientos; en el 900 los asesinatos eran inesperados y sanguinolientos. Y las maletas de viaje eran más grandes que las de ahora.
Cuando examiné el material del colaborador me asaltó ese pudor editorial referido a las imagenes cruentas. Hoy jamás un diario publicaría una foto o un dibujo realista del contenido de esa valija, pero en aquél entonces el diario que no lo hiciera estaba condenado a desaparecer. Imaginate esa pudibundez en el siglo V de Pericles, cuando La Ilíada y la Odisea eran poco menos que textos escolares… y sin embargo, había tanta poesía como precisión detallista en la descripción de algún rebanado a cargo de Aquiles. La propia Biblia no queda muy atrás en algunas sangrientas descripciones y en los museos del mundo hay imagenes horrendas o excitantes hasta un extremo que el periodismo las hubiera tenido que descartar. Estoy muy de acuerdo en ahorrarle al lector un exceso de tetas y de vísceras. Pero tampoco seamos tan pacatamente hipócritas, ¿ehh? Porque los lectores ven una de esas fotos que luego critican, y se tiran de cabeza. En la graduación del que publica y en la educación del que lee está el justo enfoque de este asunto.
Por Alberto Moroy
La portada pertenece a un diario francés del 18 de agosto de 1907 cuyo título dice “El tronco sangriento”. Está relacionada con una valija encontrada en la estación de tren de Montecarlo. Había sido despachada a Marsella como equipaje no acompañado por “Sir Thomas y Lady Goold”. Decia otro periódico: “Goteaba sangre y el olor que emitía no era tranquilizador”. La pareja alegó que dentro había aves de corral recién sacrificadas. Cuando la abrieron encontraron el cadáver descuartizado de una mujer. Seguramente los gendarmes ya suponían qué había dentro antes de abrirlo: el cadáver descuartizado de la infortunada señora Emma Levin.
El comienzo de esta macabra historia
Vere Thomas «St. Leger” Goold (1853-1909) fue un tenista irlandés, quinto hijo de un magistrado en Co Waterford, su abuelo era un barón y su abuela era una hija del conde de Kenmare. Se interesó por el tenis de césped y ascendió rápidamente en las filas de la Liga de Tenis de Irlanda, ganando el Abierto de ese país en 1879 a la edad de 25 años.
Vere Thomas (St. Leger «Goold) /Thorneycroft Hartley
La final de Wimbledon
Goold, compitió en el tercer torneo de la historia de Wimbledon y era el favorito para ganar debido a su espléndido revés. Llegó venciendo a sus oponentes con facilidad. Sin embargo lo derrotó el reverendo John Thorneycroft Hartley, siendo el único el único clérigo que ha vencido en Wimbledon.
La final John Thorneycroft Hartley / Vere Thomas (St. Leger «Goold)
Primer torneo de damas en Wimbledon 1884
Entonces la estrella de Goold se desvaneció: llegó a la final del primer torneo abierto celebrado en Cheltenham y perdió en un partido muy igualado. Luego no pudo defender su título de Irlanda en 1880, Goold continuó jugando hasta 1883. Su única victoria notable fue en 1881 en un torneo oficial irlandés-Inglés internacional.
La carrera de Goold fue cuesta abajo, se convirtió en bebedor y opiómano. Se trasladó a Londres, donde un periodista local escribiría más adelante de él: «Los que lo conocieron lo describieron como un hombre de culto, educado y cortesano, de maneras encantadoras.
Se casó con una modista francesa, Marie Giraudin, dos veces viuda Después de casarse, se informó que la pareja de haber alquilado una casa amueblada bastante grande en el West End de Londres, donde llevaban a cabo grandes fiestas y vivían en forma extravagante.
La caída
A principios de 1902, la pareja se encontró con serios problemas financieros. Dejaron de pagar el alquiler y cuando el propietario fue a la casa se encontró con que la habían limpiado, pero no en el mal sentido ¡se había llevado hasta los muebles! Desde Londres, el Goold huyó a Canadá, donde María volvió a su negocio en Montreal. Prosperaron, pero se la gastaban en el juego. Volvieron a Liverpool donde Goold estableció un negocio de lavandería. Para entonces, la pareja se había reinventado a sí mismos como “Sir Vere y Lady Goold”
Sir Vere y Lady Goold en Mónaco
Fueron vistos con frecuencia en el casino y siempre estaban bien vestidos y “pagaban sus facturas de forma regular». Su sobrina, Isabelle, que se quedó con ellos, era «una de las bellezas de la temporada» Según el Irish Times, «se mezclan con la mejor sociedad». En esas circunstancias conocieron a Erica Alhquist (Emma Levin), una viuda danesa, esposa de de un comerciante de Estocolmo. La convencieron de una martingala, pero la señora Levin que tenía una “amiga íntima” llamada Madame Castellazzi, desconfió la pareja. Tenía razon, le habían quedado debiendo a Levin 1000 francos y las joyas, valoradas en 80.000 francos, que había prestado (?).
Emma Erica Alhquist de Levin Helene Mathey. Hija adoptiva / La pareja siniestra
“Sir Vere y Lady Goold” en Mónaco
La desaparición de Emma Levin
Sir Vere y Lady Goold (Vere Thomas y Mary) sacaron billetes de tren de Marsella a Londres. Madame Castellazzi acudió a la policía, denunciando la desaparición de Emma Levin. Desplazados a su hotel, los investigadores encontraron su habitación empapada en sangre, así como un martillo y una sierra. El tren procedente de Monte Carlo entró con puntualidad en la estación de Marsella. Eran las 5.38 de la mañana del 6 de agosto de 1907. El señor Goold y su mujer Marie descendieron del vagón y requirieron los servicios de un mozo, al que confiaron un baúl y un bolso de mano para que los guardase en la consigna. Al oficinista de servicio, llamado Pons, le encomendaron que su equipaje fuese enviado a Londres. Éste se dio cuenta de que el arcón olía mal y rezumaba sangre.
Sir Vere acusó a Castellazzi: declaró que los hechos sucedieron cuando estaba pidiendo otro préstamo a la señora Levin, que entonces irrumpió ella, y la mató en un arranque de celos. Ellos sólo habían ocultado el cadáver para no verse involucrados. Otras veces acusó a su esposa. Sin embargo, la policía concluyó que el hecho sólo podía haber sido cometido por dos personas.
Fotos de época / ídem Caras y Caretas
El final
El juicio en Monte Carlo duró tres días y había 30 testigos. Aunque confesó Vere Goold, el jurado cree más probable que Marie Goold fuera la culpable. En el juicio surgió que sus dos maridos anteriores habían muerto en circunstancias sospechosas. El finalista de Wimbledon y su pareja escaparon a la guillotina pero su destino alternativo no fue mucho mejor Vere Thomas fue condenado a cadena perpetua en la terrible colonia penal de la Isla del Diablo, donde se suicidó en 1909. Su esposa, condenada a muerte en un primer momento, fue finalmente sentenciada a cadena perpetua, y falleció en la cárcel de Montpellier, en 1914.
Ref.
http://www.marca.com/tenis/2016/11/01/5817c2a646163f71788b456d.html
https://dirkdeklein.net/category/waterford/