Bulgaria, balcanización total
Nieva en Bulgaria y a mi amiga Yonka Bakardjieva se le debe haber acabado la rakia, porque se puso a revisar su oferta de turismo.
Antes que nada, dos advertencias. Si te apasiona lo glamoroso y lo que sale en las páginas de sociales, esta propuesta no es para vos. Acá va la segunda: si te gusta conocer lugares, gentes y costumbres en la mayor profundidad posible y volver con nuevos amigos del alma, entonces sí disfrutarás esto.
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¿Qué tipo de viajes promueve Yoni?, que así la llamaba la uruguaya con la que compartía residencia en Barcelona, cuando ambas estudiaban turismo. Lo que ella hace es ¿aventura, expedición cultural, una inmersión en costumbres exóticas, un viaje a nuestros ancestros tracios, que Homero llamaba dárdanos en la Ilíada? Yo diría que ella te ofrece una balcanización a tope.
Hablando de tracios, también Orfeo lo era y si viajás con Yoni, tendrás la oportunidad de entrar a la cueva donde se dice que Orfeo se había instalado para llorar a su amada Eurídice. ¿Te acordás de este Orfeo que tocaba la cítara tan bien que el sol salía a escucharlo cada amanecer… pero tenía una suerte de porquería, pues todo le salía mal por mas esfuerzo que hiciera? Es que hay cosas que no se arreglan cantando, ni gritando, ni apedreando… aunque tantos lo crean así.
¿Por dónde empezamos este relato? Propongo que lo comencemos con esta foto en la que vemos a Yonka con sus dos hijitos por las calles de uno de esos deliciosos pueblitos de montaña, bebiendo ayran y boza. Buena introducción, porque el ayran es una de las bebidas más clásicas de los Balcanes, casi una golosina y no es otra cosa que el yogurth que todos conocemos… pero de oveja, espeso, generalmente con limón, pero también con sal, ajo molido y menta. No te asustes y probá, si les gusta a los hijos de Yonka por algo será.
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La nena más bien bebe boza, que es una bebida fermentada de trigo de mijo, con apenas un 1% de graduación alcohólica, nada de temer, hasta el punto que es el desayuno clásico de cualquier niño búlgaro, y mirá lo sanos que se ven.
Pero cuando yo me encuentre con mi amiga, celebraremos con rakia, una grappa de frutas muy popular en los Balcanes que puede ser fabulosa si está bien hecha. La hacen de duraznos, peras, manzanas, higo, membrillo, uvas (en cuyo caso la llaman grappa) y de ciruelas, esta última la más difundida y preferida por muchos. Si es de ciruela, que en el idioma de Yonka se pronuncia Slivov, entonces es slivovitza. Pero yo (y vos, si te entusiasma esta propuesta) tomaré lo que mi amiga aconseje, que no será solo rakia, ayran y boza, sino también el exquisito vino búlgaro que está ganando mercado en todo el mundo.
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En la portada tenés a unos nenitos bailando el Hora, anticipando lo que también podrías hacer si te viene la gana, porque te invitarán a salir al ruedo, no tengas duda. Cuando se derrite la nieve en los Balcanes, Yonka sale con su miniván lejos de las rutas super-pobladas de viajeros de todas las latitudes, porque Bulgaria está de moda. Nosotros, me explica, hace 10 años conformamos este programa de dos semanas que es tan flexible como puede serlo un grupo de 12 personas y una guía con buena onda. Y como gusta mucho, lo repetimos.
No se nos escapa nada que tenga espíritu búlgaro, desde una destilería familiar de rakia en la montaña, hasta las fuentes de aguas termales que hacen la delicia de los viajeros, sin esquivar uno o varios pueblitos en la montaña donde todavía se practican las costumbres más tradicionales y más de un pope anda a los tumbos rumbo a su monasterio. Dormirás en la montaña y en el valle, advierte Yonka, te despertarás con el rumor de las aguas en el mar Negro y descubrirás que no es nada negro sino azul “como los ojos de un ángel”. Deambularás por las callejuelas de Plovdiv, que con 7.000 años es una de las ciudades más antiguas del mundo, anterior a Roma, anterior a Atenas, contemporánea de Troya. Mi amiga tiene devoción por los artesanos y te llevará a los talleres, donde quizás puedas capturar la esencia de esa singular estética búlgara… porque ya te habrás dado cuenta con las fotos, que la belleza tiene su aire en este país, tanto en los objetos, como en los sabores, como en los edificios y en la manera de pensar y comportarse. Winston Churchill decía que eso se lo debían al yogurth… pero estoy seguro que quiso referirse a la rakia, que tiene entre 40 y 60 grados, según tu audacia.
Te vamos a aclarar que esto no es publicidad, quizás un poco de amistad y curiosidad personal, pues no he disfrutado este viaje. Dicho esto, te aclaro que se trata de 15 días viajando en minibús, con alojamiento, actividades, pensión completa (incluido vino búlgaro y alguna copita de rakia si mencionás mi nombre), seguro de viaje y los servicios de guía de Yonka. No es algo grabado en piedra, es algo que el viajero acuerda con mi amiga, quien gustosa le arma un plan a la medida, suenore que logre reunir un grupo de cinco personas.
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Bulgaria pertenece a la Unión Europea, de manera que no se necesita un visado extra para ingresar. Pero sí es imprescindible cersiorarse como anda ahora por allí el maldito virus en cualquiera de sus versiones. Yonka Bakardjieva es licenciada en historia y filología búlgara, se conoce de memoria todos los rincones de su país… pero en algunas ciudades, monasterios, parques o museos, puede que te acompañe un guía local, amigo de ella, claro está. Todo sigue en familia.
A continuación, un programa detallado tal como lo propone mi amiga:
Día 1. España – Sofía
Salida en vuelo con destino Sofía. Normalmente hay vuelos directos a Sofía desde los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Valencia. Recepción en el aeropuerto por parte de la guía del viaje, Yonka Bakardgieva. Llegada y traslado al hotel. Según la hora de llegada, inicio de las visitas de Sofía. Cena y alojamiento en un céntrico hotel en Sofía.
Día 2. Sofía – Monasterio de Rila – Bansko (200 km)
Desayuno. Antes de salir de Sofía visitaremos la iglesia de Boyana (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), cuyos frescos del s. XIII se consideran como un estilo previo al Renacimiento europeo. Dejamos la capital para dirigirnos en dirección sur, por carreteras de montaña, hacia la montaña de Rila, donde se encuentra el monasterio que le da nombre. Rila es todo un símbolo, no sólo para los búlgaros, sino también para el mundo ortodoxo. Sus frescos e iconos se consideran una de las joyas del arte balcánico y del renacimiento búlgaro (siglos XVII y XIX). Visitamos cada rincón de este gran monasterio (con gran actividad en la actualidad).
Desde el monasterio, realizaremos el primero de nuestros paseos (aptos para todos), hasta el lugar en el que vivió el ermitaño Rilski, el fundador del monasterio. Visitaremos su cueva, lugar venerado por los cristianos ortodoxos. Seguiremos nuestra ruta hacia la región de Macedonia, en el corazón de la cordillera de Pirin. Esta región y el país vecino tienen el mismo nombre… porque históricamente eran una única entidad, que formaba parte de Bulgaria. Avatares históricos la partieron en dos, y hoy en día, una parte es un estado independiente, y la otra sigue perteneciendo a Bulgaria. Pararemos en Bansko: se trata de un pueblo monumetal que conserva su estilo arquitectónico desde la epoca del Renacimeiento búlgaro. Durante el dominio turco fue un importante centro cultural y económico, refugio del espíritu búlgaro. Aquí nacieron algunos de los héroes del Renacimiento bulgaro (siglos XVII al XIX).
Hoy en día, Bansko es la mejor estación de esquí alpino de Bulgaria, de modo que por un motivo u otro, la mayor parte del año recibe a gran cantidad de visitantes. Alojamiento. Hasta la cena dejamos un tiempo para relajarnos con el SPA de nuestro hotel, o pasear en el casco de Bansko. Cenaremos en una taberna local en la que degustaremos la deliciosa cocina macedonia y escucharemos la musica de Pirin (muy popular en todo el país).
Día 3. Bansko – Leshten (90 km)
Desayuno. Visita de Bansko: la casa de Delyan, el museo de iconos y la iglesia de la Santa Trinidad.
Desde la montaña Pirin entramos en la región de Rodopi. Este lugar, en el que se encuentran restos de una civilización anterior al Neolítico, es la cuna de los mitos de Dionisio y Orfeo, durante la época de máximo esplendor de los tracios. Llegada a Leshten, un pueblo al suroeste de Rodopi, situado a una altura de 1050m, con vistas espectaculares. El pueblo contiene un inmenso patrimonio arquitectónico y cultural. Nos alojamos en un hotel familiar que además de poder disfrutar de unas vistas espectaculares, ofrecen una cena y desayunos caseros, con productos de su propia huerta. Quién quiera, podrá participar en la elaboración de distintos platos de la cocina local: cordero a la parrilla, patatnik (con patatas), klin (empanada de arroz), pimientos rellenos… Almuerzo. Dedicaremos la tarde a pasear por Leshten y iremos andando hasta el vecino (y precioso) pueblo de Kovachevitsa.
Regreso a nuestro hotel para cenar.
Día 4. Los secretos de Rodopi… (115 km)
Desayuno. Seguimos nuestra estancia en Rodopi, saliendo hacia Gela: se trata de uno de los pueblos más antiguos de Rodopi, que se encuentra sobre un antiguo centro de culto a Dionisio. Hoy en día es famoso por el festival de gaitas que se celebra cada año, el primer domingo de agosto. De camino pasaremos por el desfiladero de Trigrad y visitaremos una de las cuevas más misteriosas: “La garganta del diablo”, donde se encuentran las cascadas subterráneas más altas de los Balcanes. Las leyendas cuentan que fue aquí desde donde Orfeo bajó al infierno, a buscar a su amada Euridice…Almuerzo. Por la tarde llegada en Shiroka Laka. Nos alojaremos en un hotel con mucho encanto, con propio SPA, en el pintoresco pueblo de Shiroka Laka: un pueblo con una arquitectura monumental.
Situado en la parte central de Rodopi, es famoso por su escuela de música tradicional, con la caba (gaita búlgara de Rodopi) y el popular kukeri. Reciben el nombre de kukeri los que se disfrazan con pieles de cabra y cencerros y bailan. Es famoso tambien por el festival de gaitas que se celebra cada año, el primer domingo de agosto en el pueblo vecino de Gela. Conoceremos leyendas e historias de esta montaña. Aprovechamos el resto de la tarde para disfrutar con el SPA, montar caballo o pasear por el pinturesco pueblo de Shiroka Laka. La cocina en la taberna donde cenaremos hoy tiene mucha fama, aqui preparan la comida con productos de agricultura ecológica y especias de Rodopi. Tienen una verdadera coleccion de hierbas aromáticas y vinos. Entre las comidas destacan el cordero a la parrilla, patatnik, setas, pimientos rellenos, el klin de Rodopi, la trucha a la barbacoa….. Y no dejaremos de probar el popular te Muskalski, el te de Rodopi.
Día 5. Shiroka Laka – El monasterio de Bachkovo – Plovdiv (100km)
Desayuno. Por la mañana haremos una caminata (de unas 2 horas, por una senda muy agradable a través del bosque) y acabamos nuestra estancia en los pueblos de Rodopi con picnic-almuerzo, preparado de todo corazon de una familia del pueblo, junto a una capilla que tiene una zona para poder comer y preparar una barbacoa. Conoceremos leyendas e historias de esta montaña. Antes de marcharnos conoceremos el museo de Shiroka Laka, situado en una casa – conac (ayuntamiento turco). Ademas tendramos la ocasión de escuachar la famosa caba gaita de Rodopi (un gaitero del pueblo va a tocar para nosotros). Por la tarde salimos hacia Plovdiv, la «ciudad de las colinas», puerta de entrada o salida de Rodopi. Poco antes de nuestra llegada a la ciudad, y aún en la zona de montaña, pararemos en el monasterio de Bachkovo. Junto al de Rila y Troyan, se considera uno de los tres «grandes». Durante la invasión turca (que recordemos, duró 5 siglos), Bachkovo fue uno de los grandes centros culturales donde se mantuvo la cultura y tradición ortodoxa búlgara. Destacan unos frescos de los siglos XI y XII (algo poco frecuente, pues la invasión turca o destruyó o convirtió en mezquitas la mayor parte de los templos cristianos), en una cripta junto al monasterio, además de un refractario (comedor de los monjes) con otros frescos del siglo XVII. Por otro lado, también podremos contemplar los frescos del famoso pintor búlgaro del siglo XIX Zajari Zograf. Finalmente, llegaremos a Plovdiv. Alojamiento en hotel en el casco antiguo. Tiempo libre hasta la cena.
Día 6. Plovdiv
Desayuno.Este dia nos dedicamos a conocer Plovdiv. Se trata de una de las ciudades más antiguas de Europa (se cree que fundada 6000 a.C., contemporánea de Troya) entre las ciudades más emblemáticas del país, puesto que ya fue una de las capitales de Filipo de Macedonia (el padre de Alejandro Magno, rey de Macedonia). En nuestra ruta vamos a visitar el casco antiguo de Plovdiv, situado en una de las colinas… calles estrechas, tranquilas, con una interesante arquitectura que algunos especialistas definen como barroco balcánico. Los siglos XVIII y XIX fueron quizás entre los más opulentos de su historia, y ello se manifiesta en las casas de los comerciantes, las iglesias que fundaron…
Hoy en día, la ciudad mantiene su espíritu, y el viejo Plovdiv nos ofrece buenas galerías de arte, anticuarios, terrazas muy agradables donde tomar café… y todo ello, sin olvidar el magnífico teatro romano, construido durante el reinado del emperador Trajano.Visitaremos el teatro romano,algunas de las casas mas emblematicas,el museo de iconos, una de las iglesias mas importantes: San Konstantin y Elena…
Cenaremos en este barrio, en un restaurante que fue un monasterio de derviches (musulmanes sufíes turcos), junto a la muralla romana: un entorno con historia con una carta excelente, y regado con vinos de la región de Plovdiv. Alojamiento.
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Día 7. Plovdiv – Nesebar (270 km)
Desayuno. Hoy nos dirigimos hacia el Mar Negro. Las playas del Mar Negro están marcando la vida del este de Bulgaria, que cuenta con dos grandes puertos: Varna (al norte) y Burgas (al sur), Nos instalaremos cerca de Burgas, en Nesebar (una pequeña península unida a tierra por un estrecho istmo), pueblo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por su legado arquitectónico y cultural. Se trata de una de las ciudades más antiguas de Europa, fundada en la edad de Bronce (III milenio a.C.). Los tracios la llamaron Melsambria. En el siglo IV a.C. se instalaron en la ciudad los primeros colonos griegos, de origen dorio.
Hoy en día, paseando por sus calles podemos contemplar las murallas de los siglos II y IV, sus iglesias medievales (entre los siglos X y XVI) con un fuerte componente bizantino: en su casco antiguo hay catalogadas hasta 42 de ellas, algunas transformadas en galerías de arte.
Alojamiento en un hotel encantador en el casco antiguo de Nesebar. Almorzamos en alguno de sus restaurantes frente al mar, en la terraza si el tiempo lo permite (y en Nesebar, suele hacerlo). Haremos una ruta guiada por la península en la que visitaremos el museo de arqueología y algunas de las basílicas medievales. Entre ellas, destaca la iglesia de San Esteban (siglo XI), que fue sede episcopal y que guarda en su interior unos frescos bien conservados de gran belleza. Seguiremos con las ruinas de la antigua residencia de los obispos (IV-V), la basílica del Cristo Pantocrator y la iglesia Aliturgetus (XII-XIV), y pasearemos entre murallas griegas, termas y fuentes bizantinas, baños turcos (XVIII), molinos de viento, y residencias del renacimiento nacional búlgaro….
A parte de esta inolvidable entrada en la historia en la costa del Mar Negro, en nuestra estancia en Nesebar tendremos la posibilidad de disfrutar del pescado de mar Negro y del delicioso vino de la costa: en Pomorie, cerca de Nesebar, se encuentra una de las más famosas bodegas de Bulgaria, donde probaremos su vino y evidentemente, la rakia de esta bodega. Por la tarde, tiempo libre para disfrutar de la playa. Cena en restaurante frente al mar. Alojamiento en el casco antiguo.
Aprovecho para explicarte que no todas las fotos se corresponden con los textos anexos. No soy adivino… y en ese magnífico surtidor de fotos que es Google Image, no siempre son explícitos.
Día 8. El Mar Negro (Nesebar)
Desayuno. Haremos una excursión hasta Sozopol, otra perla de la costa del Mar Negro. Sozopol fue una colonia griega (polis), puerto comercial y gran mercado. Su nombre antiguo es Apolonia (por el dios Apolo, cuya estatua de bronce estaba en Sozopol en la antigüedad). Hoy en día impresiona por la arquitectura de su casco antiguo y con el festival de arte que cada año se celebra aquí en septiembre. Pasearemos por el casco antiguo de Sozopol y visitaremos el complejo arquitectónico: la muralla del sur (muy interesante por ser un conjunto de restos de la antigüedad, de la Edad Media y del Renacimiento).
Almorzamos en una terraza muy agradable sobre el mar. Por la tarde, tiempo libre para disfrutar de la playa o simplemente, para relajarse en cualquier rincón de historia. Regreso a Nesebar. Cena y alojamiento.
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Día 9. Nesebar – Zheravna (160 km)
Desayuno. Desde las orillas del Mar Negro, iniciamos nuestro regreso hacia Stara Planina (los Montes Balcanes) para hacer una parada de un día en Zheravna. Es una reserva arquitectónica del Renacimiento búlgaro, con una rica decoración de pinturas murales y exquisitas tallas de madera, estrechas calles empedradas y numerosas fuentes. Alrededor del pueblo brotan muchos manantiales, cuya agua es canalizada a las tomas de las fuentes. 172 de las casas del pueblo han sido declaradas monumentos culturales. Aquí se celebra un festival del traje tradicional. Nos alojamos en un hotel familiar con un precioso entorno. Dispondremos de la cocina, y una vez más, podremos seguir la preparación de platos típicos de la cocina local.
Por la tarde saldremos a pasear por el pueblo, pudiendo visitar varias casas restauradas, así como la Iglesia de San Nicolas, construida en el año 1834. En ella se ha organizado una rica exposición de iconos y esculturas.
Día 10. Zheravna – El valle de las rosas – Bozhentsi (170 km)
Desayuno. Este día atravesaremos el valle de la rosas (famoso por la producción de aceite y esencias) y Kazanlak. Pero esta hermosa llanura entre montañas tiene para nosotros otro gran atractivo: esta es una de las cunas de la civilización tracia. En esta zona han sido descubiertas numerosas tumbas y santuarios de los tracios que muestran una inmensa riqueza cultural: frescos, trabajos en oro y otros metales, conocimientos astronómicos…
Así pues, aquí visitaremos la tumba tracia de Kazanlak (entre los monumentos arqueológicos más importantes, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), la tumba Goliama kosmatka (siglo III a.C), considerada una de las tumbas de mayor valor como muestra del mundo tracio, donde fue enterrado el rey Sevt III. También visitaremos el museo de historia en Kazanlak, que expone algunos de los hallazgos más interesantes de los tracios. Almuerzo.
Seguimos y nos detendremos brevemente en Chipka, donde se levanta una iglesia de 1902, que fue construida como panteón en honor de los héroes, soldados rusos y búlgaros de la guerra ruso-turca (1877-1878). Por ello, esta iglesia nos sorprenderá por su estilo arquitectónico ruso (destaca el azul en sus frescos, así como las cúpulas revestidas de una capa de oro que, si el Sol brilla ese día, resplandecen a gran distancia. Desde aquí iniciamos nuestra entrada en la montaña, en los Montes Balcanes: bosques infinitos, principalmente caducifolios, lo que les otorga un perpetuo manto de hojas. En la cumbre, haremos una breve visita al monumento a una de la grandes batallas de la guerra de liberación… desde donde (si la niebla no lo impide) se puede disfrutar de unas excelentes panorámicas de estos montes. Desde aquí continuamos hacia Gabrovo, capital del humor y de la sátira. (Yonka no lo dice, pero Gabrovo es su pueblo natal. Ojo con criticárselo, mirá que es de buen carácter… pero muy alta y atlética).
Seguimos nuestra ruta hasta el cercano pueblecito de Bozhentsi, donde nos alojaremos en un pequeño hotel familiar con taberna tradicional..
es un típico pueblo de los Balcanes con un precioso patrimonio arquitectónico, que tuvo su máximo esplendor durante la ocupación turca. Estos pueblos fueron el refugio frente al invasor y cada rincón y cada casa tiene su historia, su espíritu especial… Alojamiento y tiempo para relajarse en plena naturaleza o tomar una copa o el típico yogur… La taberna donde cenamos los días que nos alojamos en Bozhentsi ofrece unas especialidades locales que nos sorprenden por su riqueza de sabor y variedad de especias. En la terraza o al lado de la chimenea, aquí la comida puede ser un espectáculo culinario.
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Día 11. Bozhentsi – Etara – Veliko Tarnovo (80 km)
Desayuno tradicional. Salida hacia Etar, museo al aire libre, un conjunto arquitectónico que representa el modelo de un pueblo típico desde los siglos XVIII – XIX. Aquí se mantiene la tradición de la artesanía búlgara: talladores de madera, pintores de iconos, telares de alfombras, peleteros, cobrería… Después de la visita, subimos hasta el cercano monasterio Sokolski: es un convento de monjas, deliciosamente cuidado y con mucho encanto, antiguo refugio de rebeldes. Aquí tendremos la posibilidad de aprender más sobre la vida en los monasterios búlgaros a través de una conversación con la abadesa.
A continuación, nos trasladaremos a Triavna, famoso centro de la escuela de iconos y talla de madera. Almuerzo en una taverna típica. Visitaremos su casco antiguo con los talleres de artesanía, la plaza Abuelo Nikola con la antigua torre de reloj y el puente antiguo, el museo de talla de madera, la iglesia San Mijail, sus galerías de arte, que nos sorprenden con unas verdaderas obras maestras del arte contemporáneo que conserva la linea tradicional de la escuela de Triavna..
Finalmente llegaremos en Veliko Tarnovoo , la capital medieval de la Gran Bulgaria, cuando tenía salida a tres mares (Egeo, Negro y Adriático). Durante la Edad Media se convierte en importante centro cultural y religioso. Alojamiento en un hotel encantador y hospitalario en el casco antiguo con vistas sobre el río Yantra. Hasta la cena tenemos nuestro tiempo para paseos. Por la tarde daremos una vuelta por el mercado antiguo (Samovodska Charshia), entre talleres de artesanos y casas obra del famoso maestro búlgaro Kolio Ficheto. Acabamos nuestro paseo en alguna terraza. Cena.
Día 12. Veliko Tarnovo – Arbanasi – Veliko Tarnovo
Después de desayunar visitaremos Tsarevets, la fortaleza que fue residencia real durante el Segundo Reino búlgaro (siglos XI a XIV)y la iglesia medieval de San Pedro y San Pablo, muy popular, e interesante por sus frescos únicos pues comparten motivos ortodoxos y católicos.
Nos trasladamos al vecino pueblo de Arbanasi, antigua residencia de la nobleza búlgara. Resulta impresionante su arquitectura monumental e iglesias bien conservadas, por lo que el pueblo esta reconocido como museo y reserva arquitectónica: 36 de sus casas están catalogadas como monumentos históricos. Visitaremos la casa de un comerciante del s. XVII (La casa Konstantzalieva) y la iglesia de la Natividad de Cristo, verdadera joya del arte ortodoxo que conserva unos frescos únicos del s.XVI de gran valor artístico. Es aquí donde se conserva uno de los motivos más populares de la iconografía búlgara: la rueda de la vida y unas 3500 imágenes del Antiguo y el nuevo Testamento. Almuerzo en una taverna típica. Con la vuelta en Veliko Tarnovo darémos una vuelta por la el mercado antiguo Samovodska Charshia- se trata de una calle muy populare, de talleres de artesanos y casas obra del famoso maestro búlgaro Kolio Ficheto. Acabamos nuestro paseo en alguna terraza. Tiempo libre. Cena y alojamiento.
Día 13. Veliko Tarnovo – Chiflika (130km)
Desayuno. Salimos hacia el famoso Monasterio de Troyan. Se trata de uno de los monasterios de mayor relevancia, en la época del dominio turco, fue centro espiritual y cultural…. En este lugar se encuentra el milagroso icono de la Virgen de las tres manos. Tambien dentro del monasterio veremos el refugio del héroe mas popular de la revolución búlgara – Vasil Levski. Después de la visita seguiremos hacia Chiflika: típico pueblo en los Balcanes, cerca del monasterio de Troyan, atrae a visitantes de todo el país por sus aguas termales, en un entorno natural de gran valor.
Toda esta región es también muy popular entre los búlgaros por su cerámica y la producción de rakia (aguardiente) de ciruelas. Aquí se celebra incluso una feria en que los productores de estas rakias locales venden su producción. Quien lo desee, tendrá más de una ocasión de probar la rakia! El resto del día disfrutaremos de las aguas termales de nuestro hotel – balneario, rodeados de crestas montañosas y respirando profundamente la paz y la tranquilidad de la montaña. Cena.
Día 14. Chiflika – Sofía (110km)
Desayuno. Salida hacia Sofía. Tiene el atractivo de una capital y ciudad de larga historia. El emperador romano Constantino (que instauró el cristianismo como religión oficial en el Imperio) la tuvo como lugar favorito de descanso, por sus aguas termales y su clima benévolo. La hija del Gran Justiniano vino a Sofía a curarse, y se quedó a vivir en ella. Los zares búlgaros la tomaron como capital al conseguir la liberación de los turcos. Calles adoquinadas, edificios imponentes e iglesias y callejuelas cargadas de vida. Así pues, nos zambulliremos en Sofía, para visitar Alexander Nevski, la gran catedral que se construyó a principios del siglo XX como agradecimiento a Rusia, en honor a los caídos por la liberación de Bulgaria de los turcos. Es de destacar la colección de iconos, situada en su cripta (una de las mejores colecciones de iconos ortodoxos en el mundo, expone originales de los siglos IV d.C. al XIX,C).
Seguimos con Santa Sofía, la pequeña iglesia de la hija de Justiniano, San Jorge (del siglo IV d. C), circular, ínfima, acogedora, la iglesia personal de Constantino el Grande Siempre a pie, recorreremos calles comerciales, mercados populares,,, hasta volver al hotel, o salir a disfrutar de un paseo por esta ciudad. Almuerzo. Tiempo libre. Cena de despedida.
Día 15. Sofia – España
Desayuno. Por la mañana disponemos con tiempo libre para paseos, compras o últimos discubrimientos en Sofía. Traslado al aeropuerto para salir en vuelo de regreso. Llegada y fin del viaje. Si con esto no quedás adecuadamente balcanizado, no tenés remedio, conformate con las sierras de Minas y no te salgas de la grappamiel… que también tiene lo suyo.l
La descripción es de mi amiga Yonka, con la que podés comunicarte por el mail bubiyo@abv.bg o ingresando a su web:
http://www.viajesabulgaria.es/bulgaria.htm
http://www.viajesabulgaria.es
Guillermo Pérez Rossel