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Dale vuelta a la historia, a todo trapo

Los clippers fueron un réquiem para la navegación a vela, pero no del todo.

Todavía podés emprender un crucero en una de las mayores embarcaciones de este tipo jamás construidas: es algo a mitad de camino entre volar como una gaviota y navegar en una embarcación con un lujo inimaginable. A Magallanes nunca le hubieran dado una nave como el Royal Clipper porque si así hubiera sido, no descubrían nada, permanecían abordo dándose la gran vida.

Los inventaron en Escocia ahí por 1830 y revolucionaron la navegación a vela, todo por la llamada “Carrera del té”, que exigía viajar más rápido que los competidores y prosperaron porque aunque ya existían los barcos a vapor, podían continuar devorando millas sin recargar carbón. Lo que los mató fue el Canal de Suez, haciendo desaparecer su ventaja de autonomía.

El Cutty Sark, la fragata Sarmiento y el Royal Clipper. Es el más grande y con más velas, sobradamente.

Quizás  conocés (por el whisky con ese nombre) al Cutty Sark, construido en 1870 y en servicio comercial hasta 1922. Sobrevivió como museo hasta el 20 de mayo de 2007, cuando fue severamente dañado por un incendio quizás intencional. Seguramente viste muchas veces a la Fragata Sarmiento, amarrada en Puerto Madero y todavía una gloria de la navegación a vela. En la Wikipedia se la señala como un clipper americano.  Pero posiblemente no tengas ninguna o muy poca referencia del Royal Clipper, que para algunos es el velero más grande que se haya construido en la historia.

La compañía Star Clippers tiene otros dos veleros además del Royal: el Star Flyer y el Star Clipper, ambos gemelos y más pequeños que el  que es su nave insignia,  pero igualmente imponentes. Con ellos surca los mares del Mediterráneo y del Lejano Oriente, aunque también incursiona en América, llegando a Costa Rica y el Caribe. En otras palabras, no hay ruta de piratas que no recorra. No como los bucaneros, que se arrimaban hasta el Río de la Plata para cometer  tropelías en nombre de alguna nación que los amparaba.

Quizás el Preussen fuera más auténtico, pero no lo podés comparar con el Royal Clipper, particularmente en lo que respecta a la elegancia de la tripulación y los pasajeros. Na’quever.

El Royal Clipper se inspira en el legendario “Preussen”, otro clipper  de 5 mástiles, botado en 1902 con propósitos todavía comerciales. Hay discusión acerca de si aquél fue más grande que este, pero no se discute que cuando se aproximan a puerto con las velas desplegadas , siempre hay exclamaciones de admiración. La otra diferencia es que en el Royal Clipper vos podrías estar abordo, solo es cuestión de ahorrar y ahorrar o castigar irresponsablemente a la tarjeta de crédito.

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Con 134 metros de proa a popa y 42 velas, el Royal es grandioso y navegarlo es un confortable placer que no desmerece la sensación de aventura.  Si bien los tres navíos tienen todas las comodidades necesarias, el lujo no impide que los pasajeros anden entreverados con los marineros que deambulan frenéticos entre las jarcias y hasta dejan que los turistas hagan algunas maniobras.  Ya te vamos aclarando que no es una cuestión como la de Errol Flyn descolgándose con su espada desde el palo mayor; las maniobras más pesadas se realizan con equipos motorizados.

No es el mismo tipo de pasajero que se encuentra en los cruceros convencionales, son más bien personas muy aventureras y románticas, con mucha literatura consumida y con buen resto de vitalidad para el asombro y la buena onda. Pero tampoco creas que vas a pasar privaciones, ni siquiera en un camarote estándar. En las suites podés tener TV Plasma, terraza propia,  comedor separado, baños de mármol con bañera hidromasaje y mayordomo las 24 horas.

Las actividades abordo incluyen clases de submarinismo en algunos lugares de escala, hay varias piscinas, restaurantes, piano bar, spa  y  gastronomía del mejor nivel. Aparte de las excursiones habituales en cada lugar que se visita, hay salidas en kayak y zodiac para los más aventureros.

La vida a bordo del Star Flyer o el Star Clipper que son prácticamente idénticos no es para nada diferente. Ambos veleros son igualmente enormes comparados con el resto de su competencia, pues tienen cuatro mástiles y 36 velas. Cobre pulido y molduras resplandecientes son el orgullo de la tripulación que valora y permite valorar el encanto de la navegación a vela. Naturalmente, tienen motores y muy poderosos, es con ellos que se hacen las maniobras al aproximarse a los puertos y que se navega cuando el viento es excesivo, ¡vamos! la tradición está buena, pero mantenémela lejos del riesgo, por favor.

Vamos a aclarar. Actualmente hay veleros hipotéticos, en los cuales la navegación formal se hace con motores diesel y de vez en cuando se despliegan las velas para deleite, más que para navegar. En cambio el Royal Clipper está hecho para navegar con velas y solo ocasionalmente utilizar los motores. Fue botado en el año 2000, año en que también comenzó a navegar  el Sea Cloud II construido en el astillero asturiano Gondán, otra preciosura.  Con eso te digo que los cruceros a vela comienzan a ser  algo diferentes a una excepción.

Veamos lo que dicen quienes saben en la Wikipedia: El buque dispone de cinco mástiles, con aparejo de bricbarca. El palo mayor tiene una altura máxima de 59,9 metros, y la superficie vélica de las 42 velas es de 5.050 m2., y está realizada en Dacron. Su contemplación desde la cubierta es impresionante. La jarcia móvil no dispone de control por ordenador, pero es sencilla de manejar, y sólo requiere 20 tripulantes. También es digna de ver toda la jarcia fija, realizada en acero inoxidable. Los pasajeros pueden ayudar a recoger velas cuadras más bajas. También pueden acceder a puestos de observación situados en cada uno de los cinco mástiles, situados a 20 metros por encima de la cubierta principal. El buque dispone de un sistema de tanques anti escora, que evitan, junto con el uso prudente del velamen, que aquella sea superior a 8º con vientos fuerza 5. La velocidad sólo con velas puede llegar hasta los 20 nudos.

El sistema de propulsión auxiliar diesel está formado por dos motores Caterpillar 3516, de 1.865 Kw cada uno, a través de una reductora, impulsan una hélice de paso controlable KaMeWa de cuatro palas, y un PTO de 1.200 Kw. Estos motores, junto con dos grupos electrógenos, tienen los escapes dispuestos en los dos mástiles de popa. La velocidad de pruebas con propulsión mecánica fue de 14,75 nudos al 90% MCR. Ambos motores están sobre apoyos de resina. Tal es la preocupación sobre los ruidos en los buques de vela que el Royal Clipper tiene la reductora montada sobre apoyos elásticos, con objeto de reducir 10 db el nivel de ruidos respecto a un montaje rígido. El buque está protegido por 700 sprinklers y 60 cabezas rociadoras.

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Hasta acá la información de los expertos, quienes no dejan de observar que las comodidades exigidas por los cruceristas, disipan en parte la idea sacrificada de los auténticos navegantes a vela, entre los cuales debe estar nuestro amigo Alberto Moroy, de quien espero no se me enoje por haber invadido lo que a esta altura es su jurisdicción bien ganada. Pero no tuve otro remedio que abordar el tema cuando la información me embistió mientras estaba al garete en internet.

Solo faltaría agregar que dependiendo de tu billetera, de tu tiempo y de tu certidumbre de que un viaje a vela colmará tus expectativas, podés escoger desde un itinerario de cinco días por las islas griegas y la costa turca, hasta los 22 a 25 días que impone una travesía oceánica a toda vela, como la que hicieron nuestros bisabuelos seguramente privados de jacuzzi y otros bienestares.

 Guillermo Pérez Rossel

http://xyocruceros.com/navieras/star-clippers-NSTAC

http://es.wikipedia.org/wiki/Cl%C3%ADper