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Por acá murió Sherlock Holmes

Conan Doyle estaba harto de su personaje y lo mató… pero su editor lo obligó a resucitarlo. Fue un caso en que el dinero pudo más que la muerte.  

Hay que ponerse en la situación del escritor, que ya llevaba 55 relatos cortos sobre un detective imaginario que algunos todavía creen que existió en carne y hueso. ¿Quién aguanta? Entonces escribió “El problema final” para su editorial The Strand Magazine, cuyo trama se centra en que Moriarty se empeña en asesinar a Holmes y al final lo logra, para estupefacción de los lectores: ¿cuándo se vió que el bueno se muera salvo en las telenovelas argentinas y en el cine negro francés?

En la trama, Watson, que acompañaba a Holmes en un paseo por las montañas suizas, recibe una carta donde el dueño del hotel donde paraban le pide que regrese de inmediato porque una pasajera se enfermó repentinamente. Era la oportunidad que esperaba Moriarty para librarse del detective; de manera que Watson no era únicamente un acompañante que justificaba las sesudas explicaciones de Holmes acerca de quién era el culpable en cada caso y cómo había llevado a cabo su crímen.  Ni a Allan Poe se le había ocurrido ese recurso.

Por un lado mirá lo que es el primoroso pueblito y el original monumento que le dedicaron a Sbherlock. Por otro, tené en cuenta que esos ingleses, tan elegantes y flemáticos, también son capaces de propasarse sin que se les mueva un músculo de esa cara de bronce, como James Bond sin ir más lejos.

Cuando Watson regresa a la montaña desde el pueblito de Meiringen donde estaba el hotel, encuentra junto al precipicio y la catarata de Reichenbach, el famoso bastón del detective y una carta donde le relata que Moriarty y él iban a entablar “la discusión final”. Todo indica que Holmes y Moriarty mueren al caer hacia esa catarata, donde los cuerpos nunca son encontrados. Nada exageradamente creativo, como todo lo de Conan Doyle pero también, nada más efectivo para captar la atención de los lectores en aquellos tiempos sin televisión.

¿Estaría realmente harto Conan Doyle o él también se tentó con un recurso de marketing sabiendo lo que ocurriría? Los lectores escribieron centenares o miles de cartas, algunas realmente indignadas, reclamando el regreso de Holmes. Y entonces apareció “La aventura de la casa deshabitada”, donde a Watson se le aparece Holmes disfrazado de viejo bibliófilo y le cuenta que el único que cayó al precipicio era Moriarty.  En realidad fue la primera de más de una decena de cuentos “post mortem”.

El malvado Moriarty no solo lo mata, hace algo todavía peor : le quita la gorra de la cabeza. Al lado, el balconcito desde el cual podrías tener la suerte de encontrar la gorra.

Pero Conan Doyle hizo sufrir a sus lectores y a la editorial durante tres años, tomándose tiempo para escribir otras  cosas, ninguna con el éxito de la serie detectivesca. No es que Doyle fuera mal escritor, sino que había demasiados y demasiado buenos escribiendo. De él se celebran  El Sabueso de los Baskerville y varias buenas novelas históricas, además de cuentos como El Mundo Perdido, que todavía sigue inspirando novelas y filmes como Mundo Jurásico y tantísimos otros.

Eso sí, como médico era un buen escritor, o al menos eso era lo que creían sus pacientes.  Abrió consultorio en Londres y Doyle le contaba a su madre que en tres meses no había entrado nadie. Seguro que exageraba, pero le gustara o no le gustara, tenía que escribir para ganarse y la vida… y escribir sobre Sherlock Holmes, no me vengas con literatura de alta inspiración.

A partir de acá tenés dos opciones, o la seguís con Sherlock Holmes, para lo cual te recomendamos una web que dice ser la oficial, donde hay más información y gráficos de los que puedas necesitar aún siendo un fanático: http://www.sherlock-holmes.es. Incluye la opción de bajar gratuitamente un montón de sus obras, lo cual hubiera disgustado horriblemente a Conan Doyle que tuvo momentos de dura apretura económica.

La  otra opción es ahora mismo comenzar a armar las valijas para ir a Meiringen y a toda esa zona, lo cual promete no solo un homenaje al fabuloso detective, sino también un hermosísimo paseo en el cual se destacan, aún más que esas cascadas, la impresionante garganta rocosa en el Aar, ese río que nunca pudo ser presidente ni tesorero porque era demasiado vocal.

En este caso te recomendamos lo tradicional: revisar los mapas, recomendaciones, hoteles, excursiones y todo lo demás incluidos los comentarios recontrainteresados de los propietarios de los hoteles y los comentarios negativos puestos por los hoteleros de la competencia. Ya te lo imaginaste, hablamos de TripAdvisor, la mayor web de viajes http://www.tripadvisor.es/Tourism-g188083-Meiringen_Bernese_Oberland-Vacations.html

Entre los atractivos tenés una pista de nieve que tiene la particularidad de tener todavía en servicio un funicular de la época en que Watson y Holmes andaban por allí paseando esa envidiable elegancia británica. Las excursiones te llevan al lugar exacto donde Holmes murió junto con Moriarty.

Las fotos y la información proceden de la web oficial de Sherlock, de la pagina oficial de Meiringen (http://www.meiringen.ch/de), de los usuarios de TripAdvisor y de la empresa que ofrece el servicio de funicular (y otros transportes): http://www.grimselwelt.ch/grimsel-experience/transport-lifts/reichenbach-funicular

¿Querés una razón gastronómica para ir a Meiringen? Pues bien, no es coincidencia que se haya bautizado con la fonética parecida de “merengue” a esa delicia: fue allí donde lo inventó el confitero italiano Gasparini alrededor del 1600. Y hay más, pues la línea ferroviaria Interlaken-Paso de Brunig-Lucerna es algo que todos nos merecemos conocer, lo mismo que la autopista Berna-Thun-Meiringen. En fin, qué te puedo decir de Suiza que vos ya no hayas anhelado.

Guillermo Pérez Rossel