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Drama naval en tres actos, con los héroes americanos

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Como muy pocos sabían leer, el teatro era un recurso válido en un tiempo donde el diablo pretendía convertir en luteranos a los peruanos, mientras el tesoro revolucionario era timbeado en Londres por otro héroe falluto. ¿Qué argumento teatral podía ser tan imaginativo como la propia realidad?

Como “Drama Naval en Tres actos” calificaban este tesoro que encontró para nosotros Alberto Moroy, mostrándonos que ni el teatro se escapaba a la contienda entre realistas, republicanos y auténticos americanistas.

 

Por Alberto Moroy    

En la portada “Vista del ataque dado en El Callao por la escuadra chilena del almirante Thomas Cochrane a la española del brigadier Vacaro” (28 de febrero de 1819). La nota de hoy tiene su origen en un escueto link dentro de un sitio chileno muy interesante, cuyo título es “Fuentes para el estudio de la historia de Chile (link bajo) “El ataque del Callao por Lord Cochrane. Drama Naval” (Obra de comedia en tres actos). Así, esperando encontrar nueva informacion referente a los hechos, se “me presenta” una obra de teatro cuyo título es el que antecede,  anónimo por razones comprensibles… en su tiempo.

¡Muy interesante!

http://www.historia.uchile.cl/CDA/fh_complex/0,1393,SCID%253D15218%2526ISID%253D403%2526JNID%253D12,00.html

 

Después de leerlo y ordenarlo para transcribirlo a fin de que ocupe menos lugar, me sorprendió el contenido, una sátira de los próceres de la época que nada tenía que ver con la historia sino con sus conductas ficticias o no, sociales, morales, religiosas y demás, motivo por el cual entendí el anonimato, habida cuenta que si esto se hubiese representado en Chile de la época (1820), más de una cabeza hubiese rodado.

El ataque del Callao por Lord Cochrane. “Drama Naval en tres actos”

Posiblemente confeccionada en Peru bajo las ordenes del Virrey del Peru Joaquín de la Pezuela (1816-1821) que  para desacreditar a los patriotas utilizaba “comedias de magia” subgénero dramático de la decadencia del teatro barroco español e hispanoamericano. Donde el protagonista era el diablo “Asmodeo” que buscaba persuadir al marino escocés Thomas Cochrane para que implantara la religión luterana en Peru.  Los patriotas también utilizaron las comedias para difundir ideas libertarias en la primera obra patriótica denominada “Patriotas de Lima en la noche Feliz” (1821) drama en dos actos.  Se habla del pan de la Patria para asociar a  los próceres  con los apóstoles,  y a la cena eucarística con la liberación del pueblo oprimido.

Comedias de magia

https://es.wikipedia.org/wiki/Comedia_de_magia

 

Breve introducción histórica

Para que vean en qué contexto histórico fue publicada esta comedia, la que seguramente fue escenificada en Peru por los realistas, al fin de denostar a los patriotas, basta decir que uno de los protagonistas era el diablo Asmodeo que buscaba persuadir al marino británico Lord Cochrane para que implantara la religión luterana en Perú.

Preludio y contratación de Lord Cochrane 

¡Alvares Condarco se timbeo la plata de las comisiones de San Martin y O´Higgins!

Desde Santiago, O`Higgins le hizo saber  que la importante suma de dinero que habían mandado a Londres hacía seis años  con Álvarez Condarco (cuando fue a comprar  barcos para la campaña) para que la depositaran  a  nombre de ambos, éste la había dilapidado haciendo apuestas en la bolsa. “Nos quedan  solamente doce mil quinientos pesos para cada uno- se lamentaba Bernardo en lenguaje cifrado- y el importe suyo lo dejo en manos de Felipe del Solar” (“DON JOSÉ LA VIDA DE SAN MARTÍN” José Ignacio García Hamilton Editorial Sudamericana Junio del 2000 Página 259).

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José Antonio Álvarez Condarco / Tomas Cochrane

 

Carta de José Antonio Álvarez Condarco anunciando la contratación de. 12 de enero de 1818.

Tengo la alta satisfacción de anunciar a V.S. que Lord Cochrane, uno de los más acreditados y acaso el más valiente marino de Gran Bretaña, está enteramente resuelto a pasar a Chile, para dirigir nuestra marina y cooperar decididamente en la consolidación de la libertad e independencia de esa parte de la América. Este personaje es altamente recomendable, no sólo por los principios liberales con que ha sostenido siempre la causa del pueblo inglés en el parlamento, sino que posee un carácter superior a toda pretensión ambiciosa; y, lo que es más, incapaz de ser envuelto en el vértigo de las intrigas ministeriales de Europa, en donde se empieza a acechar con celos el engrandecimiento de la América del Sur.  Me honro repetirme con toda mi consideración, de V.S. su más atento y S.S., José Antonio Álvarez.  Londres 12 de enero de 1818.

 

Los hechos

Mientras San Martín permanecía en Mendoza, iba materializándose en Chile la formación de una escuadra que transportara por el Pacífico a las fuerzas expedicionarias hacia el Perú. Para ello, contó con el respaldo de O`Higgins y el financiamiento de la burguesía chilena, cuyos miembros estaban interesados en vender sus productos –en especial, trigo- libremente en el Callao.

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Zarpe de la Escuadra Nacional el 10 de octubre de 1818 Autor: S. Thomas

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Cercanias del puerto del Callao ( 15 km. al N.)11°51’2.14″S 77°10’15.61″W 1819

 

El 28 de febrero de 1819 una escuadra chilena compuesta por la fragata O’Higgins, navío San Martín (ex Cumberland), fragata Lautaro y la corbeta Chacabuco, al mando del almirante lord Cochrane, se presentó en El Callao, con intención de atacar la flotilla española del brigadier Antonio Vacaro  Llegada las naves a las proximidades del Callao, el almirante comprendió la imposibilidad de atacar al enemigo protegido por la artillería de esa base naval. Sin embargo aprovechó el crucero para informarse de los movimientos de los buques adversarios, como también del conocimiento de la costa y mares del Perú. Regresó a Valparaíso en junio y se alistó para un segundo crucero del que regresó a fines de año. Cuando Cochráne  navegaba al país, concibió el plan de tomar las plazas fuertes de Corral y Valdivia, en poder de los españoles. Realiza su notable acción el 3 y 5 de. Febrero de 1820.

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Puerto del Callao  12° 2’54.54″S 77° 8’54.31″W / F. San Felipe 12° 2’54.54″S 77° 8’54.31″W

Protagonistas principales de la comedia

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San Martin / O’Higgins / La mujer de Cochrane Kitty» Celia Barnes / El demonio Asmodeo

 

La obra “Ataque del Callao por Lord Cochrane. Drama Naval.”

Referencia: Anónimo. Drama naval, en tres actos

Del compilador Para no transcribirla con el formato clásico en que está impresa, debido a la falta de espacio, le agregue separadores a cada línea del diálogo, un poco más complicada su lectura, pero legible.

 

Personas: Jose San Martin. / Thomas Alexander Cochrane, /. Bernardo O’Higgins Riquelme. / William Bennet Stevenson Bennet. / Perico / Demonio (Asmodeo). / Un muchacho. / Ángel /.Lady Cochrane. /  Salubria ./ Martina./ Lima.  / Un vigía./ Comparsa.

Comienzo primer acto

O’Higgins: No hay que dudar: la Fortuna / hoy por Director me ha puesto / para que gobierne y mande de Chile / el florido reino. De mi patria ¡dulce nombre! / de Chile fecundo suelo, / jardín que naturaleza /dio a los hombres por recreo. / ¡Oh, si vivieran mis padres! / ¡Pero que oigo! Altanero / he querido profanar /su memoria. ¡Santo cielo, / mis padres!… O caras prendas/ que el ser natural me dieron./¿Cómo os invoco en la causa/ que han formado mis enredos?/Yo nací español, no hay duda,/pero a la España detesto,/pues soy patriota en esencia/ y por lo mismo en sus fueros./ Si soy libre ¿a qué motivo/  ¿a más leyes me sujeto,/ que el capricho las dictó( a solo su cumplimiento?¿Mas por qué sin razón/ esta noche me desvelo/ cavilando acá a mis solas/ lo que no tiene remedio?/ De Chile, mi amada Patria,/  yo soy Dictador Supremo,/ y he de mandar la Nación/ aunque me cueste el pellejo./¿Pero qué ruido he sentido?

San Martín (Sale): Amigo, que nos perdemos.

O’Higgins: ¿Cómo así, mi General?

San Martín: Llévese el Demonio el pleito.

O’Higgins: Yo no entiendo a V. E. lo que me dice; acabemos.

San Martín: Tome usted, amigo, lea lo que se halla en este pliego.

O’Higgins (Lee):“Sale de Cádiz armada/ una escuadra con esmero, / en que van veinte mil hombres /del florido hispano suelo, / y cuales rugientes leones vienen al sur combatiendo hasta sujetar a España/ el argentino hemisferio”. / ¡Disparate! ¿Quién lo dice? ¡Veinte mil! yo no lo creo.

San Martín: Pues creer o reventar, / y bien que todo es lo mismo. /Veinte mil demonios vienen a echarnos la soga al cuello/, y así es preciso que veamos/ nuestro reparo con tiempo.

O’Higgins: ¿Y qué hemos de hacer, mi amigo?

San Martín: A nuestra trama apelamos, / persigamos la marina/ del Rey de España en sus puertos, /y sin desmayar en nada/aflijamos al comercio: / seamos terror en los mares /en uno y otro hemisferio. / Al son de nuestras pesquisas /horroricemos los pueblos; /y sin que nos cueste mucho/ la victoria cantaremos.

O’Higgins: ¡Cantar la victoria! ¿Cómo?

San Martín: ¿Cómo mi amigo? ¡Comiendo!/ ¿Quiere usted saber el cómo?/ escúcheme en un momento.

O’ Higgins: Escucharé a V. E. / por alcanzar el remedio.

San Martín: Director, no hay que temer:/ vamos al caso: sentémonos./La libertad de América soñada del Plata/  en las provincias tomó cuerpo,/sosteniéndose a costa de la sangre/ de todos sus vecinos y sus pueblos./El nombre de patriota se ha esmaltado/ en todo corazón con tal esmero,/ que es indeleble aun en la dura muerte/ tanto en los nobles, como en los plebeyos/ todos ponen sus bienes y sus vidas/por salir con el logro del intento,/rompiendo la cadena de la Patria/ y los infames grillos sacudiendo,/ entusiasmados los vivientes todos,/caminan a manera de carneros,/ a ser víctimas tristes de la infamia/ en las funestas aras de los yerros./Ellos son los que mueren, Director,/y nosotros nadita que perdemos,/antes ganamos mucho con su muerte,/pues nos apoderamos de los pelos/ del joven, del anciano y de todo hombre/ bien que sea casado o sea soltero./ Rico nuestro tesoro en nuestras arcas,/ si por acaso la nación perdemos/marcharemos al pronto a Filadelfia,/ que es madre general de los protervos./ Allá, mi amigo, viviremos juntos,/y de toda quietud disfrutaremos,/ sin ver alteración en el reposo/ que la suerte prepara a nuestro esmero.

O’Higgins: ¿Y qué haremos para ello, General?

San Martín: Que vuelva nuestra escuadra a los limeños, / pues sé que al presentarse el gran Cochrane /a la famosa vista de su pueblo/todos han de gritar ¡viva la Patria! /y unida Lima a Chile y los porteños, / no hay nación que nos venza ni sujete/ sobre toda la faz del universo.

O’Higgins: Pero, si Lima acaso se resiste/ ¿qué garante sacamos de este pleito?

San Martín: El invicto Cochrane ha preparado /del inmortal Congreve el gran cohete, / los chuzos incendiarios que derriten/ a los montes, los valles y los cerros. / Si no quieren por bien, será a la fuerza, / el Callao, mi amigo, incendiaremos, /y quemados sus buques todititos/ nos apoderaremos de su puerto.

O’Higgins: ¿Y si acaso los cohetes no prendieren/ no es bobera gastar tanto dinero?

San Martín: Vamos a hacer la prueba prontamente /y entonces nuestra armada dispondremos.

O’Higgins: ¿Y quién dice que Lima se halla pronta/ a jurar por la Patria y por sus fueros?

San Martín: El eximio Benito, el gran Bennet, / que estuvo en San Fernando de escuelero/ enseñando el inglés a los muchachos.

O’Higgins: No hay duda, General, testigo bueno, / excelente patriota, sin dudarlo; todo lo que haya dicho yo lo creo.

San Martín: Pues no perdamos tiempo, Director.

O’Higgins: Que se llame a Cochrane en el momento.

San Martín: ¿Y quién le ha de llamar?

O’Higgins: Sea V. E.

San Martín: ¿Pues yo soy ordenanza, majadero?

O’Higgins: ¿Con que intentamos el salvar la Patria y entramos en disputas?

San Martín: Me convenzo; / cuando trato, mi amigo de la Patria/ no hago caso de títeres ni pelos;/ su sagrada defensa me compele a ser su General, y a ser ranchero./Voy a llamarle al punto y sin tardanza…(Vase).

O’Higgins: ¿Qué patria ni qué embeleco?/¿Qué libertad ni demonios?/ Buenos estamos por cierto;/ mi patria, mi libertad,/mi fortuna y mi contento,/mis glorias y mis placeres /y cuanto quiere mi pecho, se cifra en Lady Cochrane, / en Lady, dulce embeleco/ de mi alma y de sus potencias,/ y de cuanto yo apetezco!/ Lady Cochrane, esa ninfa/ que del británico suelo/ vino a hermosear las riberas/ de Chile, mi dulce reino./ Esa diosa sin igual,/en tal situación me ha puesto/ y tan confuso en mi mismo,/que yo mismo no me entiendo./Yo la amo, no hay que dudarlo,/ y mi amor es tan ingenuo,/que por solo poseerla/ renunciara en el momento/ mis haberes, mis honores, / y todo el mando supremo./ Mas ya vuelve San Martín/ ¿y con quién? con el adverso; / con el enemigo infausto / que disfruta lo que aprecio.(Salen Cochrane y San Martín).

Cochrane: Estoy a vuestra obediencia, / grande Director Supremo.

O’Higgins: Lord honorable, en el día/ de la Patria…, los intentos/ fundan todas sus proezas/ en vuestros conocimientos. / El mocito General/ el grande plan me ha propuesto/ de destrozar al limeño/ invadiéndole sus puertos.

Cochrane: ¡O Director, a la empresa / con todo gusto me ofrezco!/ Yo he de conquistar a Lima/ sus castillos demoliendo, sus baluartes arruinando/ con mi brazo y con mi esfuerzo. / Si acaso hace resistencia, / la dejaré sin cimientos, / y que sirva de ejemplar/ a todo pueblo soberbio, / para que el mundo conozca/ que la Patria y su embeleco, / son las dulces atenciones/ de Cochrane, gran guerrero.

San Martín: ¡Bravo! bueno mi Almirante. / ¡Qué día de tanto contento!/ Día de placer sin segundo/ cuando se venza al limeño.

Cochrane: Un Brulote será su ruina/ si se opone a mis intentos.

O’Higgins: Pues al arma, gran Cochrane, / muera el limense soberbio, / y viva la Patria, amigos, /que es nuestro primer anhelo.

Cochrane: Con los cohetes de Congreve / al Limano venceremos; / Dando cuerpo a nuestro estado/ invencibles nos haremos. / En el puerto he de quemar/ un bergantín de los nuestros/ tan solo con siete cohetes.

San Martín: A la experiencia marchemos.

Cochrane: Pues apenas rompa el día/  a la prueba me prometo.

San Martín: Pues vamos a descansar/ hasta saludar a Febo…(Vanse los dos).

O’Higgins:¡Qué Patria ni qué demonio,/vuelvo a repetir de nuevo!/ Mi Patria es Lady Cochrane,/ el imán de mi embeleso,/ bella antorcha de mi vida, norte de mis pensamientos./¿De qué me sirve mandar/ de Chile el florido reino,/ si a Lady bella y divina/ ahora no la poseo?/ Fortuna, me has colocado/ en el muy supremo puesto,/ elévame de mi Lady/ al asiento de su pecho./¡Ay amor, como me oprimes!/ ¿Pero ha habido algún guerrero/ que no haya tenido dama?/ ¡Ninguno! pues imitemos de nuestros predecesores/ amor, espada y respetos./¿Cómo fuera yo esta noche/a aquel delicioso puerto/ del bello Valparaíso?/ Viera a mi Lady,/ Asmodeo ( demonio),  tú que eres mi protector/ protege mis pensamientos.

(Sale Asmodeo por escotillón).

Asmodeo: Al escuchar tus voces, Director,/ desocupé los senos del Averno,/ y vengo a darte auxilio en tus afanes./ Pide: ¿qué quieres? yo soy Asmodeo ( entrada al inframundo)/  el dios de los patriotas; protector/ de todo libertino y de sus yerros./ Mi amparo tienes para todo, amigo:/ pídeme cuanto intentes, que al momento/ serás servido sin excusa alguna./ A tu mandato tienes el infierno,/ él se halla agradecido por las almas/ que le has sacrificado, por el fuego/ de defender constante el patriotismo./Manda, pues Director, que te obedezco.

O’Higgins: Amo a Lady Cochrane con toda el alma, /poseer su belleza es mi deseo; / y quisiera esta noche trasladarme/con toda ligereza para el puerto.

Asmodeo :Pues yo te llevaré, llama al instante/ a tu ayuda de cámara diciendo/que para asuntos de la cara Patria/ te mudas por la posta para el puerto. / Invisible me haré en esa petaca. (Se mete).

O’Higgins: Hola.

Perico (Sale): ¿Qué manda el Director Supremo?

O’Higgins: Voy a Valparaíso para asuntos/  que importan al Estado, en el momento: / cuida de este Palacio.

Perico: / En hora buena.

Asmodeo: Ya se fue tu ayudante, pues marchemos.

O’Higgins: Vamos a ver a Lady, pues por ella daré cuanto me pidas, Asmodeo.

Asmodeo: Acepto la palabra

O’Higgins: Pues, al viaje (vuelan hasta la mitad).

Asmodeo: Es preciso, mi amigo, que ajustemos el flete de este viaje.

O’Higgins: ¿Pues, qué quieres? 

Asmodeo: Tu alma: ¿qué he de querer preguntas, necio?

O’Higgins: Mi alma no te la doy.

Asmodeo: ¿Pues qué me das?

O’Higgins: La del grande Cochrane sin remedio, / la de Lady su esposa, / y de otros muchos que siguen la doctrina de Lutero.

Asmodeo: Fírmame la escritura en el instante.

O’Higgins: No puede ser aquí, pues no hay tintero.

Asmodeo: ¡Ha, de la triste estancia donde habitan/ del duro jacobismo/ los protervos, traed a esta región papel y tinta,/ pues que lo manda el príncipe Asmodeo.(Un dragón sale del escotillón con papel y recado de escribir y firma O’Higgins).

Asmodeo: Está bueno… (Vuelan). Mutación. (Salen Lady y Salubria)

Lady: Ya la noche oscura su manto tendió, /  y el Lord no parece: / ¡desgraciado Lord!/

Tú que prometiste/dar a la Nación un grande triunfo. / Volviste, ¡ay Dios!/sin sacar de Lima

ni un solo blasón. / ¿Si te hallaras preso como sucedió en mi patria, / Londres? ¡Triste corazón!/Si veré la escena del duro rigor/del fatal despojo/ e insignias de Lord? Tirana fortuna,/ cómo se trocó/ el propicio viento/ que un tiempo sopló!/ Y cuando pensaba/volver a mi flor,/ miro a la desgracia/ que es verdugo atroz./ Salió mi Cochrane/con mucho valor,/ y sin garantías/acá regresó:/¡Ay Salubria amada!/ ¿Cómo el Dios de amor,/ el grande Cupido/así me burló?/ Yo pensé en Bretaña/ triunfar con honor/ de toda la corte,/ pero se frustró mi dicha, mi gloria,/ y todo mi honor./ En tantas fatigas,/tenme compasión,/ y lloremos juntas/ a mi ausente Lord.//

Salubria: Tu funesto llanto/me causa dolor, / pero sosegaos, / porque viene el Lord.

Lady: A tus labios bellos/bendígalos Dios. / (Bajan en vuelo O’Higgins y Asmodeo).

Asmodeo: Por dragón vengo mandado, / junto con el Director, /a verte, Lady Cochrane; deja el llanto, pues el Lord/ apenas la aurora rompa/ ha de alumbrar como sol, / siendo honorable Almirante/ de la fuerte expedición.

Lady: ¿Quién eres tú, paraninfo?

Asmodeo: Soy el hijo de Astarot:/Venus bella fue mi madre y mi abuelo el gran Plutón. / Proserpina mi abuelita. / Caín, mi hermano mayor..

Lady: Pues toma por las albricias/ este tamaño orejón.

Asmodeo: Mil gracias: lo comeré/ con mi amigo el Director.

O’Higgins: Venga, porque no he cenado/y tengo hambre cual león.

Asmodeo: Vamos al primer asunto/ que es el que protejo yo .

O’Higgins: Amable Lady, bien sabes/ que por el ingenuo amor/ que profeso a tu beldad, / en la crítica estación/ de salvar la cara Patria, / le he dado el empleo al Lord: / así espero correspondas/ a mi amante corazón/ dándole alivio en sus penas.

Lady: Debido me es, Director, /yo os amo, cual fina inglesa/con la más fina atención.

Salubria: Buenas quedamos, amiga:/¿con que tú quieres a dos?

Lady: Solo hago yo lo que veo.

Asmodeo: Esta es la ley de Astarot.

Lady : A mi Cochrane le aprecio,/pues él por mí se perdió,/ y fue despojado en Londres con infamia de su honor./ Al Director amo fina,/ pues a mi esposo elevó/ a ser excelso Almirante/ contra el Perú y su valor./ Pero ruido de caballos/ en la calle siento yo

Salubria: El General San Martín/viene allí junto con Lord.

O’Higgins: Que miedo tengo, Asmodeo .

Asmodeo: ¿Qué miedo si aquí estoy yo?/ Marchémonos, pues, abajo/ por aqueste escotillón…

(Se hunden). (Salen San Martín, Cochrane y Bennet).

Cochrane: Por la posta hemos venido/ a la nueva expedición, / que así conviene al Estado. / ¿En dónde está el Director?

Lady: Ahora acaba de salir.

Cochrane: ¿A qué horas aquí llegó?

Salubria: Cuando la aurora rompía / cintado, amable Milord… (Al oído).

Cochrane: Importa disimular: / no hay duda que aquí hay traición .

Bennet: Señores, la brevedad/ es el cuidado mayor

San Martín: Eso a todos interesa, / mas ya llega el Director.

O’Higgins (Sale): Yo tomé la delantera /por lograr el galardón/ de ser el primero en todo. Ahora como Director/y que la Patria gobierno, /quiero por mi obligación/ saber si Lady Cochrane/acaso es tu esposa o no.

 

Cochrane: ¿Y qué le importa a la Patria/ que sea su esposo yo?

 

O’Higgins: ¡Que yo lo quiero saber!

 

Lady: Señor, yo su esposa soy.

 

O’Higgins: La prueba la necesito.

 

Cochrane: ¿La prueba? Aquí está el bastón, / no quiero ser Almirante/ cuando se ultraja a mi amor: / con Milady y con mis cohetes / a Liorna la vuelta doy / a vivir en gran quietud / sin los riesgos de mi honor.

 

O´Higgins: No te embarcarás con ella/ porque lo prohíbo yo.

 

Cochrane: Bennet, vengan las pistolas, / decidamos la cuestión. (Sale Asmodeo por escotillón)

.

Asmodeo: ¿Para qué es precipitarte?

 

San Martín: Ciudadanos, el valor/ debe lucir por la Patria/y no por simplezas hoy.

 

Cochrane: Dice bien el General.

 

Bennet (Sale): Las pistolas, mi señor.

 

Cochrane: Ya mudé de parecer.

 

O’Higgins: Pues lo mismo digo yo.

 

Cochrane: ¿Con que quedamos en paz?

 

O’Higgins: Y amigos de corazón.

 

Cochrane: Mis brazos cifren la dicha.

 

O’Higgins: El alma ya respondió.

 

San Martín: ¡Vivan la Patria y sus hijos/ que reservan el valor/ para solo defenderla!

 

O’Higgins: ¡Viva el ínclito Milord!

 

Cochrane: Al Puerto, a hacer la experiencia/ del incendio más atroz/que inventó el grande Congreve.

 

San Martín: Suene el parche en la ocasión. / (Váyanse todos). (Descúbrese el puerto en el cual estará el bergantín y otros buques. / Tocan marcha y salen Cochrane, / Lady, Salubria, San Martín, O’Higgins, Bennet y soldados).

 

O’Higgins: Ciudadanos, para Lima/ vuelve el ínclito Milord/ a conquistar al Perú/

incendiando con rigor/ aquella escuadra opresora. / Lima levanta la voz/ y es necesario auxiliarla, /con el auxilio mejor. / (Dan fuego a los cohetes, incendian el bergantín y concluido dicen)

 

Voces: ¡Bueno, bueno!

 

San Martín: Pues marche la expedición/ Hasta que vuelva triunfante / cual noble conquistador; / sujetando con mi escuadra/ a la limana región.// (Se embarcan; se abrazan; se hace salva; suena la música y cae el telón).

 

 

Del compilador

 

Si llegaron hasta acá es porque les gusto. Para no aburrir a los que prefieren títulos grandilocuentes y iconografía abundante, les dejo el link donde cliqueando accederán a los dos actos que faltan. Es notable como el teatro de entonces y anterior, a manera como hoy lo hacen los medios visuales o gráficos, mediante notas sesgadas, disfrazadas de noticas de neto corte político, denostaban a los adversarios, habida cuenta que en esa época  la gran mayoría de la gente no sabía leer. La diferencia con el presente si bien hay teatro “político” , solo es que la pauta publicitaria manda, dicho de otra forma, el beneficio económico por publicarla, independientemente de la ideología y de las convicciones es suficiente

 

Segundo y tercer acto de La obra “Ataque del Callao por Lord Cochrane. Drama Naval.”

 

http://www.historia.uchile.cl/CDA/fh_complex/0,1393,SCID%253D15218%2526ISID%253D403%2526JNID%253D12,00.html