Sí, yo sé. El planeta es muy grande y hay muchos lugares impresionantes, pero en este lugar la naturaleza te atropella de tal manera que te marca para siempre.

Y si la aventura es a caballo, sumale el doble de puntos. Si encontrás algo mejor, te devolvemos la diferencia, como diría el marketinero de alguna cadena de supermercados. Si sos extranjero, esto te dará vuelta y si sos uruguayo lo disfrutarás todavía más por la experiencia de cabalgar con baqueanos. No escribas vaqueano, como se ha puesto de moda, porque eso tampoco está mal, pero es la manera de calificar al paisano conocedor, en países como Costa Rica, Bolivia o Nicaragua. Esos vaqueanos sabrán de mucho volcanes, pero si se les arrima un ñandú no saben para dónde rajar.

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Escribo esto con poquísimo tiempo para que te puedas enganchar en la cabalgata que organizan para el sábado 23 y el domingo 24 de enero, las chicas de “Huellas Cabalgatas”, queridas amigas, cultoras de algo que debería ser una liturgia para nosotros, los yoruguas. Te diré más: si la Junta Electoral encuentra a uno de nosotros que nunca anduvo a caballo, debería retirarle la credencial, debería.

En www.huellascabalgatas.com encontrarás todos los datos y los formularios para inscribirte. Es una cabalgata de dos días… pero no presenta dificultades para personas con buena salud y buena onda. A propósito, si sos un enfurruñado, ni se te ocurra. No es que esté prohibido… pero el caballo no tiene por qué aguantarte y los cisnes de cuello negro que aguardan en la Laguna de Castillos, cerca del bosque de ombúes, tienen la sana costumbre de sacar a picotazos a los tipos que vienen a romper el clima de naturaleza a tope que hay por acá.

Te voy a alertar en el sentido de que Huellas Cabalgatas no es la única organización que planifica estas cabalgatas, pero en lo personal adoro lo que hacen y cómo lo hacen María Victoria Miller (Veterinaria) y María Inés Rovella (Ingeniera Agrónoma). Sin embargo, no debo ignorar y también recomendarte a Cabalgatas Valiceras, otro extraordinario proveedor de estos placeres, en este caso circunscripto a esta formidable zona. A los Valiceros los encontrás en Valizas, en la calle Tomás Cambre, frente a la Explanada de los Pescadores, donde brindan múltiples y cotidianos servicios.

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Te diré una de las cosas que más añoro, ahora que no puedo ni andar en bicicleta. Vos montás al noble bicho, luego de dejarte ver y acariciarle el morro, que es la manera con que uno se presenta y dice: voy arriba y mando, pero soy tu igual. Entonces, arrancás al tranquito y no le perdés de vista las orejas, que son la voz y el gesto del caballo, su manera de expresarse. Si las orejas están recostadas para atrás… le causaste mala impresión, te está vigilando y te puede joder. Hablale, tranquilizálo, conquistálo.

Entonces, verás las orejas salir una en cada dirección, señalándose él, pero señalándote también a vos, todo lo que hay de interesante por allí. Las orejas hacia delante y algún bufido inquieto, te están diciendo que tenés que prestar atención a lo que vas a encontrarte. Si no hay riesgo, tranquilizá al bicho, pasale la mano por el pescuezo y tocalo suavemente con la parte interior del pie, paquearranque.

¿Ya son UNO, vos y el bicho? ¿Tenés juventud y bríos? Entonces, en algún momento sentirás que le bulle la sangre por las venas, que las orejas están como en remolino y que da algunos saltos, como invitándote. ¡Quiere galopar, hermano!, soltale la rienda, salí a vivir lo natural, olvidate del asfalto, tirá a la mierda todo lo que te dijo el profesor de Sociología, hacete una bestia por un rato. Y acomodá el cuerpo a los vaivenes del caballo, aflojate que él sabe cómo llevarte sin que aplastes los testículos o desgarres tus senos. ¿Ahora te acordás de que deberías haberte puesto un soutien más ceñido?

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Bué, terminó esta cosa que tengo prendida como un abrojo en la memoria, tenía que soltarla. ¡Si habremos galopado a lo loco, el caballo y yo, no se sabe cuál disfrutó más! Ahora me voy a limitar a copiarte la descripción de las facultativas (no te imagines cosas raras, son académicas, pero también lindas, simpáticas y experientes), sobre esta cabalgata de dos días.

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El punto de partida será en Aguas Dulces por la mañana, dicen. Partimos por la playa hacia Cabo Polonio. Sobre el mediodía paramos a almorzar a la orilla del arroyo Valizas, caudal de agua dulce que une la Laguna de Castillos con el Océano Atlántico. Tras la comida y un breve reposo, retomamos el camino para atravesar las majestuosas dunas rumbo al Cabo.

Subiremos al Cerro de la Buena Vista desde el cual tendremos la más hermosa vista del lugar. Avanzada la tarde entraremos en este pueblo de pescadores para poder contemplar uno de los atardeceres más deslumbrantes del Uruguay. Dormiremos en alojamiento a confirmar.

Al día siguiente partimos en una caminata rumbo a Monte de Ombúes, una de las reservas más emblemáticas del país. Tendremos una visita guiada al monte caminando y en lancha, para no perdernos nada de este paseo.

Carlos Calimares es el autor de la estupenda foto con la lancha (https://www.facebook.com/carlos.calimares). Verás y escucharás más pájaros nativos que nunca en tu vida, incluyendo teros reales. Con suerte algún carpincho se sumergirá cuando pases y las vacas te mirarán asombradas de ver bichos tan estresados como nosotros. Debajo de la superficie, se están criando camarones y enormes cangrejos sirí. No tires porquerías al agua. Y comprale algo a la gente del pueblito junto al puente, pues viven de eso.

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La cabalgata culminará sobre las 3 de la tarde aproximadamente del domingo 24.

La gente de Huellas Cabalgatas, tiene como común denominador que son apasionados por los caballos y por la naturaleza por partes iguales. Buscan “despertar el sentimiento por la Tradición Gaucha a través de la paz y la libertad que transmite el caballo y la tierra uruguaya.

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Queremos –dicen– que los jinetes que nos acompañen en esta aventura, aprecien los hermosos paisajes que caracterizan a nuestro país, como los bañados – hábitat natural de gran variedad de animales-, nuestra costa oceánica con sus médanos, finas arenas y aguas color cielo, y las sierras con su vegetación de montes, quebradas y cursos de agua.

Si tocás la guitarra, no la olvides. Tampoco olvides el mate y mucho menos olvides tus anécdotas y tus historias, pues saldrán a relucir en la noche, ya sea que la pasen en confortable hotel, ya que sea en una acampada, difícilmente falte el fogón campero que es como un imán para las historias, para las amistades y para hacer que un amor como tantos, se transforme en un amor que no pueda compararse con ningún otro… aunque lleven muchos años de casados… o quizás por eso mismo.

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Entrá en www.huellascabalgatas.com e informate bien; o recorré el sitio para ver el calendario del 2016, pues quizás prefieras las sierras, las cabalgatas a la luz de la luna, o los misterios que aguardan al borde del arroyo Solís.

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Guillermo Pérez Rossel

Mirá que no soy ciego… lo del caballo es sublime… pero una cabalgata en gaviota sería tan buena o mejor.