Caccia funghi con Gwyneth Paltrow
Te juro que si yo tuviera uno de esos monísimos hoteles boutique que hay en Colonia y Maldonado, y además supiera cocinar como los dioses, la invitaba a pasar algunas semanas. ¿A lo mejor quién te dice?
Algún tano más vivo que nosotros se nos adelantó. Pero si mirás las fotos y leés las cosas que dice la rubia, te das cuenta que sería muy difícil empardar los méritos de esos anfitriones, la imponencia de sus paisajes y la delicia de los manjares que saben preparar con productos cultivados por ellos mismjos. ¡Hay gente muy afortunada!
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Y desde ya te aclaro: no es que Gwynet sea la mujer más linda del mundo, ni la mejor actriz, ni la mejor cocinera, canta como los dioses … pero si juntás todo eso en una sola mujer y le agregás esa elegancia natural en ella, extraordinaria simpatía y el hecho de que habla español como nosotros, ¿qué querés que te diga? Yo caería derretido ante su sola presencia. Además, en lo que a mi respecta, es la diosa del savoir faire, es una catedrática del buen vivir y tiene la suerte de poder hacer lo que se le antoja. Te aclaro que sabe español porque fue estudiante de intercambio en España.
Pero como en todo, hay dos bibliotecas sobre Gwyneth. Son unas cuantas -todas mujeres, casi todas actrices- las que la odian; pero la odian más de lo que las y los otros la amamos. Dicen que es manipuladora, que es enferma de su regimen alimenticio y de la cábala. El marido dice que era tan difícil convivir, que terminaron divorciados. Ta bien, puede ser, pero ¿no suena a envidia? Todo lo que vas a leer y mirar acá, lo saqué de su blog http://goop.com al cual me suscribí hace tiempo para mirar, de vez en cuando, cómo viven los que saben vivir.
.Pues bien, la Paltrow exploró estos lugares de Italia a propósito de un viaje a Roma para ver la alta costura de Valentino. En el blog (auspiciado por marcas, es un negocio muy rentable), cuenta qué ropa puso en la valija, dónde se compra y cuánto vale; pero eso lo descartamos para esta pequeña aventura que incluyó además de Roma, al Castello di Reschio, Villa Tréville, parte de la Umbria, el borde de la Toscana, algunas clases de cocina y una expedición en busca de trufas con entendidos… y con perros en lugar de cerdos. Fueron trufas y otros hongos, toda una especialidad italiana.
Nada de comprar trufas en la feria: salieron confiados en el gran olfato de Nerón a recorrer estos montes repletos de tesoros gastronómicos.
Funghiciterna, nero, grande. Y las herramientas para sacarlo
266 gramos de puro sabor, suficientes para saltar en el mejor aceite de oliva
Unos higos frescos
Mirá para qué eran los higos.
Se alojó en Citerna un pueblito amurallado que lleva ese nombre por los aljibes o cisternas subterráneos donde recogían el agua de lluvia. Siete de ellos están intactos.
El vino rosso y sagrantino no faltó en la mesa. Lo consiguieron en Reschio
Una selfie de Gyneth, ¿o te creías que ella era inmune a la chongués de moda?. Sirve además para alertar a las lindas de que las selfies te agrandan la nariz. También permite comprobar que las fotos las sacó ella, es decir, que no fue con un ejército de ayudantes… como a veces la acusan las detractoras.
Aristocráticas lechugas orgánicas de los jardines de la condesa Bolzo.
Acá te las arreglás con un bolsito o una de esas heladeritas de playa, pero mirá los tanos como se lucen a la hora de hacer picnic. La nobleza de la madera y la colección de picaditas. ¡Grande Italia!
Gwynet, que es una maga en la cocina, quiso saber cómo preparaban la pasta con la que iba a almorzar. No se perdió detalle de cómo hacen la salsa bolognesa.
Con tallarines caseros, tomates frescos y albahaca como ingredientes principales.
Ahí está en Roma junto a Rosario Nadal, flanqueando a Valentino. “Dios le da pan al que no tiene dientes”.
Para refrescarte en la Villa Tréville, tenés la opción de esta preciosa piscina… para el caso de que no quieras bajar hasta esa playita que se divisa. Dicen que Gwynet hizo ambas cosas.
Ya en Perugia, Gwynet exploró una finca del siglo XI que el conde Antonio Bolza y su esposa Angélica compraron justo donde se juntan la Umbría con la Toscana… y con eso te digo todo. La finca es un tesoro extraordinario, celosamente cuidado por el hijo del conde, el arquitecto Benedikt Bolza y su esposa Nencia. La rubia elogia sin rubores a Nencia, quien dirige e incluso cultiva con sus propias manos, los productos de huerta que luego se degustan en las cenas.
Son 2.600 hectáreas de tierras donde hay lagos, bosques de robles, colinas en todas direcciones, viñedos, olivares, caballerizas y ganado lechero porque ¡claro! los quesos artesanales no podían estar ausentes.
Uno de los lugares donde la llevaron a almorzar. Yo se que a esta mujer no la metés ni a patadas en un Fusca y se también que la austeridad del matrimonio Mujica tiene buen marketing… pero eso no autoriza a nadie a privar a esta rubia de lo que le regalan. No me digas que no sería divertido verlos a los tres en la quintita de Melilla. Me la juego a que todos se adaptan… aunque sea por un ratito.
Atenti que el conde-arquitecto no es ningún señorito adinerado encumbrado solo por este hecho: figura en la lista de los cien mejores arquitectos del mundo en la Architectural Digest y tiene talleres que producen artefactos de iluminación y mobiliario que se construye con materiales de esta finca. Un párrafo aparte le mereció a Gwynet la escalera de mármol travertino que es tan antigua como el palacio… pero está restaurada a nuevo con bloques cortados a mano con tanta precisión que no necesita uniones artificiales. Los lavabos fueron tallados a mano con artesanos de Vaselli Marmo, en el camino a Siena.
Acá la tenés a la condesa Nencia Bolza supervisando su huerta que ella identifica como biodinámica o sinérgica, pues aunque reproduce las plantas en camas elevadas, luego las distribuye sigiendo el cauce del hilo de agua diseñado para que no sea necesaria la intervención humana hasta la madurez… salvo casos excepcionales. Nencia cultiva seis tipos de tomates, calabacines, berenjenas, pimientos, lechuga, col rizada, nero cavolo, albahaca, perejil, calabaza, frijoles y muchas otras hierbas. También tiene plantas que producen flores preferidas por las abejas, pues también hay miel casera. Por ese sector del huerto encontrás tomillo, salvia, romero, lavanda, santolina y alcauciles.
.La condesa Nencia es adicta a una filosofía de jardinería que gira en torno al calendario lunar de Maria Thun . Esta gurú de la huerta falleció en 2012, pero el calendario sigue: Cada año condesa Nencia planea el trabajo en el jardín y en los campos de acuerdo a sus dictados.
.Bueno, ya está, hay más pero paremos por aquí que me parece suficiente. Si querés más, abajo tenés el hipervínculo a esta entrega de Goop, que así se llama el blog de Gwynet. Si te quedaste por la mitad porque empezaba el programa de chismes argentinos, que no te de pena, esto no es para vos… jamás podrás disfrutar la vida de esta manera aunque tengas la oportunidad. ¡Quevachaché!
Guillermo Pérez Rossel
http://goop.com/gps-italian-scrapbook/?utm_source=goop+issue&utm_campaign=c39ef0dbbb-2015_08_20_italianroadtrip&utm_medium=email&utm_term=0_5ad74d5855-c39ef0dbbb-1891477&goal=0_5ad74d5855-c39ef0dbbb-1891477&mc_cid=c39ef0dbbb&mc_eid=3186d42862