Los mercados navideños alemanes
¡Mirá si los alemanes se iban a perder una oportunidad de festejar! Los festejos comienzan un mes antes…
Salvando las distancias espirituales, es como nuestro Carnaval, que se prolonga 30 días… o más. Ellos comienzan la Navidad con el Tiempo de Adviento y debería prolongarse por 21 o 29 días según las tradiciones cristianas más respetadas. En Uruguay ese festejo no es popular y en Alemania se les va tanto la mano que en lo que refiere a los mercados, continúan funcionando hasta el primer día del año.
En el Tiempo de Adviento, se prepara el nacimiento de Jesús durante los cuatro domingos previos a la Navidad y no solo es de jolgorio, también se debe reflexionar y perdonar. Lo cual no quita que también se tome vino caliente, se coman salchichas y se viva un prolongado período de saludable alegria… y locura de compras.
Todas las tiendas, igual que acá, tienen sus ofertas festivas, pero son los mercados navideños lo que más impresiona al viajero, pues cambian por completo el aspecto de los centros urbanos de las ciudades. A esa costumbre tan alemana está dedicado el artículo publicado por El Universal de México, nuestro socio GDA.
Antes de dar por sentado que es un destino ideal en Navidad, considerá que al atractivo de la nieve le tenés que restar el inconveniente de los días invernales muuuuy cortos.
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La temporada de los típicos mercados navideños en Alemania ya inició, y este año se ve envuelta en sus tradiciones regionales, aseguró el investigador de tendencias Peter Wippermann.
En declaraciones al diario Die Welt, el experto aseguró que «las personas quieren en Navidad volver a sentirse en sus casas», de ahí la importancia de las variedades regionales de estos eventos donde triunfa la artesanía local.
Entre los mercados más destacados figura el del Niño Jesús de Múnich, uno de los más grandes y antiguos de Alemania, que se celebra desde el siglo XIV, y que a partir de 1972, tiene como sede la recocida plaza central Marien.
Es de mencionar que la feria, conocida por la calidad de sus productos alimentarios y artículos de moda, abrió sus puestos el pasado 26 de noviembre y permanecerá hasta el próximo 24 de diciembre.
Algunos de los artículos que podrán conseguirse aquí son: los tradicionales adornos navideños, además del Gluhwein (vino tinto caliente con especies y azúcar), las salchichas Bratwurst y las napolitanas, elementos típicos de la tradición local.
En la Marienplatz fue instalado un árbol navideño de 30 metros de altura, el cual está decorado con cerca de dos mil 500 bombillas. Mientras que en la plaza del Ayuntamiento se instaló un nacimiento gigante, integrado por figuras del escultor muniqués Reinhold Zellner.
Sobresale, además, el mercado navideño de Nurenberg, cuyo significado económico según Wippermann es comparable «al del Oktoberfest, (la fiesta de la cerveza más grande del mundo, que se realiza anualmente en octubre)», por ser el más grande de Baviera.
En Frankfurt también se celebra uno de los mayores y más celebres mercados navideños del país, el cual cuenta con 200 puestos organizados en casitas de madera.
Por su parte, la ciudad de Hamburgo reivindica para si misma el galardón del mayor mercado navideño del norte de Alemania, y cual se ubica entre la plaza Gerhard-Hauptmann y la Iglesia de San Pedro.
La relevancia de este mercado es su particular atención con el pasado, pues exhibe autos de antaño y carruseles antiguos rigurosamente iluminados con un sin fin de luces de colores.
Esta tradición navideña se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la capital alemana, y Berlín ocupa sus plazas más simbólicas: la Potsdamerplatz y la Alexanderplatz.
No obstante, el mercado más celebre de la ciudad y el que tiene la fama de ser el más lujoso es el Gendarmenmarkt, ubicado en la pintoresca plaza que aloja a las iglesias gemelas en el corazón de Berlín, cerca de la Puertas de Brandenburgo.
Por razones de turismo este mercado se queda abierto hasta el 31 de diciembre y cada año genera polémica por contar con un precio de ingreso a partir de las 14 horas.
La tendencia en la capital alemana es cada vez más alternativa, de ahí que en el Pinzessinengarten (Jardín de la Princesa) se monte este fin de semana un mercado de productos sostenibles.
Además, en la Nollendorfplatz se celebra desde hace ya algunos años la feria de Pink Christmas, un mercado navideño que celebra la cultura gay, donde el color rosa sustituye al típico rojo de Navidad.