Avergüenza que también al viejo continente  le haya entrado la manía de los hiper rascacielos.

¡Eso es para construir con petrodólares y el oscuro objetivo quizás no racionalmente asumido,  de no repartir ingresos estatales monstruosos y evitar que haya una clase media revoltosa, enemiga de los extremismos políticos y religiosos, de donde vengan!  La patria de nuestros abuelos no necesita nada de eso, solo le reclamamos que cuide lo que tiene, que no se endeude y empiece crisis planetarias, que no nos venga con paternalismos y que no inventen más guerras mundiales ni imperios en el Atlántico Sur. Tampoco se le acabó el espacio como para tener que  elevarse verticalmente justo donde se atesora la historia y la cultura.

No necesitan ningún récord de altura como lo pretenden el Shard Building en Londres, que será el edificio más alto de la Unión Europea o Le Projet Triangle encajado cerca de la Puerta de Versalles en el hasta ahora irrepetible París. Chesterton y Guy de Maupassant  arderían de indignación.

Shard London Bridge Tower .  Comencemos con el Shard promovido con el criterio de que desde su cumbre se puede ver todo Londres. Por el contrario, podría decirse que no se puede evitar verla desde cualquier lugar de la ciudad donde uno se encuentre. Y no es que sea fea, es que la ciudad no necesitaba eso que hubiera quedado formidable a algunos kilómetros de distancia.

Aunque todavía no fue inaugurado, su perfil ya hace sombra en uno de sus énclaves más históricos, cerca de la Torre de Londres, del Teatro Globe de Shakespeare y del Mercado Borough. Cuando salís de la estación London Bridge del subte, se te quiebra el cuello para abarcar la gigantesca torre. El resultado es que las simbólicas edificaciones cercanas, como la Tower Bridge y la Catedral de St. Paul, te parecen enanitos insignificantes.

La obra comenzó cuando todavía no se había instalado la crisis económica y no parecía  un disparate, invertir 1.500 millones de libras esterlinas, que equivalen a unos 2.340 millones de dólares. Pero eso importa poco, pues el proyecto fue financiado por el gobierno de Qatar y el grupo hotelero chino Shangri-la se apresuró a comprar en el pozo la porción que le permitirá invadir Londres sin bombardear, cosa que, claro no se le podía ocurrir a Hitler que además de todo, era un burro enceguecido de prejuicios y complejos.

Son 310 metros de altura, así que ni pica al lado de las otras torres monumentales fuera de Europa, pero sí el primero en un continente que no necesita de eso. Está diseñado por el italiano Renzo Piano, tiene 72 pisos y no se puede negar que es elegante. Puede que uno se acostumbre, como nos acostumbramos a la Torre Eiffel.

Le Projet Triangle. Es una pirámide de 180 metros de altura que se les ocurrió a Jaques Herzog y Pierre de Meuron para el sector de Porte de Versailles. Dicen las informaciones que es un edificio con  50 pisos que no pudo iniciarse hasta que lograron eximirse de un decreto que prohíbe construcciones tan altas en la ciudad.

Los arquitectos explican que la emplazaron fuera del semicírculo que se forma en la Puerta de Versalles, pensando en cambio en el eje que forman la Rue de Vaugirard y la avenida Ernest Renan con el objetivo de revitalizar esta histórica conexión. Todo muy bonito, pero huele a lo que explican en Punta del Este o en la Rambla de Montevideo, cada vez que piden excepciones con los pretextos más simpáticos que se les ocurren.

Más juicioso y elogiable es el hecho de que pensaron al edificio con tecnologías para la captación de energía tanto solar como eólica. Pero reservan muchos de los detalles que interesan a los ecologistas, quizás porque no quieren que nadie se les anticipe. Ojalá que sea por eso.

La forma piramidal no sería una intención faraónica, sino un generoso propósito de no arrojar sombras. De todas maneras, es una construcción gigantesca, que tendrá oficinas comerciales, un centro de conferencias, 400 habitaciones hoteleras, tiendas, restaurantes y cafés. En uno de sus últimos niveles tendrá algo así como una plaza desde la cual se podrá apreciar la ciudad en su casi totalidad, cosa que ya podia hacerse desde encima de Notre Dame y del Arco del Triunfo.  Se supone que quedará inaugurado en el 2014, aunque la crisis debe haber pegado fuerte, tanto en este proyecto como en el de Londres.