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Este 23 de setiembre recordá a Artigas

Aunque sea para llevarle la contra al olvido. Porque a Don José lo desempolvan solo cuando les conviene, continúa siendo un héroe algo incómodo para algunos.

 Menos mal que tenemos a Alberto Moroy, que nos trae este oportuno recuerdo de a un héroe que aunque tuvo victorias militares, más todavía nos importa por su pensamiento, casi único entre los patriotas latinoamericanos de la independencia. Nos lo recuerda en su último tránsito, en Paraguay, pero no a partir de las fuentes habituales, sino surgiendo principalmente de un artículo que Fray Mocho escribió en 1904 para la revista Caras y Caretas. Eso es lo que explica algunos datos que te sorprenderán, pero que el autor no enmienda haciendo honor a aquella recordada pluma rioplatense.

 Por Alberto Moroy

Este 23 de setiembre se cumplirá un nuevo aniversario del fallecimiento del General José Gervasio Artigas (23 de septiembre de 1850) en Paraguay. Como otras efemérides importantes en los últimos años, es posible que pase casi desapercibida. Este artículo servirá para recordarlo y darle un poco de luz a una parte de la vida de nuestro prócer que permanece en la nebulosa. Abajo la vidalita a don José, como para ir «templando las cuerdas» de nuestra historia.

Larbanois & Carrero…a don José

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http://www.youtube.com/watch?v=yVj0VH4q8eI&feature=related

En la portada, la casa donde vivió Artigas en Trinidad, antigua Ibirae (Hoy los barrios Botánico, Santísima Trinidad, Mburucuyá y Cañada del Ybyray), ubicada en los dominios de presidente José Gaspar Rodríguez de Francia, en Trinidad, antigua Ibirae, hoy un barrio de Asunción. El articulo de hoy, trata de explicar porqué el General José Gervasio Artigas se exilió en Paraguay donde permaneció 30 años hasta su muerte. En el año 1904 Fabio Carrizo, cuyo verdadero nombre era José Seferino Álvarez, más conocido como «Fray Mocho», escribió un artículo sobre Artigas en Paraguay en el semanario Caras y Caretas, famosa revista Argentina (Hasta 1898 uruguaya) que tiraba 100.000 ejemplares. Su curiculum vitae (link abajo), deja en claro que galones no le faltaban. En ese artículo se inspira la mayor parte de la información que ahora brindamos.

Así comienza su relato…

Los primeros miembros del partido criollo que protestan en el Rio de la Plata contra la centralización son el ciudadano Francisco Ramírez, en Entre Ríos (Arg.) en 1811, y simultáneamente don Caledonio Escalada Gadea (uruguayo, abuelo de Fray Mocho), en el cabildo de Santo Domingo de Soriano, a quien secunda luego José Gervasio Artigas, que llega pronto a encarnar el sentimiento de protesta en las márgenes orientales, y de los patriotas del Paraguay, cuyo representante es don José Gaspar Francia, constituyéndose después en la dictadura que oscurece los primeros días de la vida institucional del Paraguay

Francisco Ramírez / José Gaspar Francia / Artigas según José L. Zorrilla de San Martin

 

La dificultad de las comunicaciones y la falta de recursos, hacen que la junta de Buenos Aires, aparte su vista del Paraguay, pero no ocurre lo mismo con la Banda Oriental, ni con Entre Ríos. Así se enciende la guerra civil. Artigas en la Banda Oriental realiza proezas para independizarla de la Junta de Buenos Aires, de España, de Portugal y hasta de la anarquía que la devora. Su vida como luchador es admirable, sus gauchos improvisados soldados que son héroes y se multiplican atendiendo a sus enemigos bien armados y pertrechados donde quiera que se presenten. Palmo a palmo defiende su tierra y de la misma forma se la ganan sus adversarios, obligándose a buscar refugio cerca de aquellos que profesan sus propias ideas. «Badea» el rio Uruguay y se presenta al General Francisco Ramírez a quien quiere imponer su ley, en razón de su título protector de los pueblos libres, pero este, escudándose en sus propios principios de autonomía de los Estados le niega obediencia. Artigas no es diplomático sino guerrero y quiere sojuzgarlo.

Carta atribuida a Artigas

El objeto y fines de la convención del Pilar celebrada por V.S. sin mi autorización y conocimiento no han sido otros que confabularse con los enemigos de los pueblos libres para destruir su obra y atacar al jefe supremo que ellos se han dado para que los protegiese, y esto sin hacer merito de muchos otros pormenores maliciosos que contienen las cláusulas de esa inicua convención, y que prueban la apostasía y la traición. He de prevenirlo que si no retrocede en el camino criminal que ha tomado, me veré obligado a usar la fuerza, pues yo también tengo que arrepentirme de haberlo elegido a V.S. y de haberlo propuesto al amor de los pueblos libres para que hoy tenga los medios de traicionarme.

El choque se produce y el general Artigas es vencido por Ramírez en Avalos (Corrientes) Se refugia en Paraguay, ya independiente de poderes extranjeros, aunque esclavo del dictador Francia. Las autoridades portuguesas ofrecieron una amnistía a Artigas, con la condición de ser confinado en Río de Janeiro, pero la rechazó, lo mismo que el ofrecimiento del cónsul estadounidense en Montevideo, quien puso a su disposición los medios para trasladarse a los Estados Unidos. Esta fue la última acción militar de Artigas, derrotado definitivamente, quedó rodeado por Ramírez, los portugueses y los Esteros del Iberá. En permanente huida hacia el norte por el territorio de Misiones, perseguido de cerca por Píriz y por Sití, se acercó a la frontera del Paraguay con 150 hombres.

Asilo en Paraguay

Artigas creía que encontraría en Paraguay amigos y aliados para poder reunir un último ejército, todo fue en vano. En esfuerzo postrero y de infinita generosidad, envío los últimos dineros que le quedaban para que estos fueran distribuidos como auxilio hacia sus oficiales detenidos por los portugueses en la isla das Cobras: Lavalleja, Otorgués, Verdún y Bernabé Rivera, entre otros, y escribió a Rodríguez de Francia pidiéndole asilo.

.Francia relataba el 12 de mayo de 1821: “Reducido a la última fatalidad, vino como fugitivo al paso de Itapúa, y me hizo decir que le permitiese pasar el resto de sus días en algún punto de la República, por verse perseguido aun de los suyos, y que si no se le concedía ese refugio, iría a meterse en los bosques”. Y en 1833 recordaba: “…viniendo sin rubor después de tanto ruido, alboroto y fanfarronadas, ya que se vio arruinado y perseguido…” Dos semanas esperó Artigas, y concedido el asilo por Francia el 5 de septiembre de 1820 entró a Paraguay (Tenia 56 años); acompañado por los 150/200 mencionados lanceros y lanceras, (en su mayoría libertos que se autodenominaron “Artigas Cue” (pueblo de Artigas) y algunos oficiales.

Relató Manuel Antonio Ledesma: “Cuando nos separamos Artigas y varios compañeros llorábamos”. Artigas no podía saber la detención de Yegros, pero su posible esperanza en conseguir apoyo para proseguir la lucha, se disipó ante la actitud de Francia. “El Supremo” autorizó el ingreso de los refugiados, les concedió asilo, les recogió sus armas y los internó en un lugar cercano a Asunción llamado «Loma Campamento». Artigas fue conducido con escolta a la capital, fue recluido en el convento de La Merced, y sus acompañantes distribuidos en varios pueblos. Algunos quedaron en los yerbatales de la Candelaria, otros fueron llevados a Cambacuá (a dos leguas de Asunción). Ramírez, pidió a Francia que le entregara a Artigas para condenarlo, pero Francia encerró al mensajero.

Francia asila al caudillo legendario en aquella su tumba famosa, que parece un pueblo visto de lejos. Evocando resentimientos que no han existido, pero que a él en sus propósitos de su seguridad personal le conviene que existan, se niega a conferenciar con su peligroso huésped a quien retendrá para siempre en su calidad de preso, por más que no lo parezca, disponiendo que se aloje, durante su permanencia en Asunción, en el convento de la Merced, en las cercanías de la actual plaza de la Democracia (antes Independencia) con la orden de que fuera bien tratado pero que «hiciera ejercicios y se confesara», según reza la nota del 20 de septiembre de 1820 Según Isidoro de María (“Artigas”), todos los días mandaba Francia un empleado a preguntarle a Artigas como estaba y finalmente éste le respondió “Como quiere Ud. que me vaya… soldado entre frailes”.

Plaza de la Democracia (Independencia) año 1900, en las cercanías del convento La Merced / Casa donde murió Francia (Ocupada por el correo hasta 1900)

Convento de la Merced 25°17’1.60″S 57°38’7.60″W

 

A los tres meses de permanencia en Asunción fue confinado a San Isidro de Curuguaty, distante a 214 km (línea recta) de la capital donde recibió hasta 1832 una mensualidad de 25 pesos asignada por Francia. Se dice que estando en esa conoció a una joven llamada Clara Gómez Alonso, con la que tuvo dos hijos, Juan Simón Gómez y Maria. Se dedico a pequeños trabajos agrícolas. Lo acompañaban los cinco soldados, último resto de su ejército, pero estos fueron también abandonándole poco a poco y solamente quedó a su lado el Negro Francisco Martínez, su compañera Clara Gómez Alonso y sus hijos. El negro Martínez murió en 1852.

Solar de Artigas 24° 27′ 45.99″ S 55° 42′ 25.95″ W

No quería que se le llamase por su titulo militar, sino Don José. Muerto el dictador Francia, su sucesor, el Presidente Carlos A. López, llamo a la ciudad al desgraciado caudillo, y le dio para vivir una casa en su quinta de Ibirai, a dos leguas de Asunción (año 1900) Allí vivió en silencioso retiro acompañado de su negro Martínez, cultivando una pequeña «capuera» auxiliado pecuniariamente por el presidente López, a cuya esposa señora Juana Carrillo visitaba de vez en cuando.

Artigas 1845 (75 años) / Carlos A. López

Visita a la casa de Artigas 1885 (En realidad era la del presidente Carlos A. López)

Comisión uruguaya en Paraguay

Compuesta por el general Máximo Tajes, doctores Carlos de Castro y Lindoro Forteza Los señores Clodomiro Arteaga y Nicolás Granada Acompañan al presidente de la república General Caballero, visitando en 1885 el sitio en que existió la casa de Artigas para marcar el terreno en el que se levantara el monumento proyectado en memoria del fundador de la nacionalidad uruguaya.

Casa de López en la actualidad

Por ley del 25 de agosto de 1903, el gobierno Paraguayo donó al de la república del Uruguay, el terreno de propiedad fiscal, de 10.000 m2, donde vivió y murió el general José. Gervasio Artigas. Es el conocido como “Solar de Artigas” en el Jardín Botánico.

Plaza Uruguaya / Monumento a Artigas 25°17’5.31″S 57°37’48.27″W

La Plaza Uruguaya

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http://www.youtube.com/watch?v=MzgBChKk4s0

Ibirapyta (árbol) de Artigas / Busto de Artigas

Escuela Artigas (Entrada Jardín Botánico)

Su muerte

Durante muchas tardes alcanzaba en sus paseos hasta la Recoleta (una legua), visitando en su quinta a la señora Viana, esposa del argentino Ramón de la Paz Rodríguez. Su muerte fue casi repentina y ocurrió el 23 de septiembre de 1850, aniversario de la entrada a Asunción, a los 86 años.  El doctor Estanislao Vega enviado especial del gobierno uruguayo gestiono en 1855 la inhumación de los restos de Artigas, y estos fueron trasladados a Montevideo en 1856.

Dice un historiador

En cuanto a Ansina (Lencina), era miembro del Estado Mayor, junto con Martínez, del batallón de Pardos en el Regimiento de Blandengues, recorrió y acompañó a Artigas toda la vida desde que éste le dio la libertad. Actuó como un líder negro y lugarteniente del mismo y no “sólo para cebarle mates”.

Comentarios del autor

Todo parece indicar que a Artigas no le quedaba otra que «huir hacia adelante». Su arribo a Paraguay resulta inevitable, el confinamiento a que lo sometió Francia también, desde lo funcional, habida cuenta que tenia predicamento y valor para desestabilizarlo. Porque no aceptó viajar a Brasil, resulta obvio; no tanto a Estados Unidos. Si analizamos la forma en que se lo consideraba tanto en Argentina como en su propia tierra; que vivía con su mujer y sus dos hijos, Juan Simeón Gómez (Nacido en 1827 Caraguaty, llegó a ser Teniente Coronel en Paraguay (hombre de confianza del Mariscal Francisco Solano López) y María casada con  el militar argentino Santos Correa, que ya nada quedaba de sus tiempos de gloria se entiende el porqué no intentó regresar.  Años más tarde (1840), quizás como pasando «la factura», el General fue invitado a volver a su patria, pero se negó a ello, llegando hasta no querer hablar con una comisión Oriental que lo visito, diciéndolos a su negro Martínez». Converse con esos hombres y dígales que dejen tranquilos a los muertos»

Desavenencias entre Artigas y Ramírez

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_entre_Artigas_y_Ram%C3%ADrez#Desavenencias_entre_Ram.C3.ADrez_y_Artigas

¡Así lo homenajeamos en Montevideo!

Casa en el solar de Artigas en Montevideo 1900 / Infografía (Colón 1501 esq. Cerrito).

El solar de Artigas

La esquina tuvo en sus destinos finales el de café y bar, uno de los tantos que las sucesivas crisis acabaron cerrando en la ciudad. Ahora el boliche cerrado que paradójicamente se llamaba «El Triunfo» (antes almacén del mismo nombre), está en venta. Aunque a nivel parlamentario se han levantado algunas voces solicitando que el Estado adquiera la esquina para destinarlo a un impostergable centro de homenaje al prócer, la decisión parece desmoronarse. (Año 2006)

Esto en carta de los lectores el 27 de junio del 2012

C.R.A. | Montevideo

@| «El 27 de junio pasado el Sr. B.N.T.Z. menciona en su carta el lugar donde nació nuestro prócer. Trabajé muchos años en ese lugar. Era el Café del Triunfo, en la calle Colón 1501 esq. Cerrito. Trabajé con dos de mis hermanos y logramos comprar el negocio. Uno de mis hermanos, hoy fallecido, fue quien compró la propiedad. Sus herederos fuimos sus hermanos. Quisimos vender la propiedad para que se edificara, pero al consultar en la Intendencia Municipal de Montevideo, nos informaron que no estaba permitido ya que ese era el lugar donde había nacido Artigas. Le ofrecí la propiedad al entonces intendente Mariano Arana. Pretendíamos que la Intendencia hiciera tasar la propiedad y se nos abonara el precio acordado con patentes y contribuciones que se irían descontando de la tasación ofrecida. Pero no tuvimos éxito. No resultó de interés para el señor intendente. Finalmente vendimos la propiedad a un particular. Creo que hubiera sido un buen lugar para homenajear a nuestro general, Don José Gervasio Artigas»

Ref.

José Seferino Álvarez, (Fray Mocho)

http://www.lanacion.com.ar/976194-el-gaucho-pescador-en-la-pluma-de-fray-mocho

http://www.lancerosorientales.com/docs/Artigas_en_Paraguay.pdf

http://www.pcr.org.ar/nota/cultura-y-debates/artigas-exiliado-en-el-paraguay

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_entre_Artigas_y_Ram%C3%ADrez______