Es un poco injusto calificarnos así; hay gente en nuestros países que tiene esta misma sensibilidad…
¡Qué me venís con Halloween! El paroxismo de lo macabro se apreciaba y se podía vivir, en los cabarets de París allá por 1900.
Este no es un artículo para melómanos, sino para quienes solo tenemos la sensibilidad pero carecemos de la capacidad y la tenacidad de los auténticos amantes de la música.
Será de Turismo porque así de raros somos los uruguayos, pero la Semana tiene un profundo sentido religioso y la ilumina una esplendorosa luna llena.
«París tiene 2.000 años» cantaba Maurice Chevalier. Notre Dame acumulaba 850 y todo indicaba que una y otra tenían milenios por delante. Y los tendrán: así lo aseguró Macrón.
“Se non è vero, è ben trovato”. Esta imagen angelical cambió radicalmente al turismo, o al menos puso el disparo de salida para la popularización de los viajes.