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Cinque Terre

Los pecadores no nos mereceríamos este lugar que es como un premio de la Providencia y un desafio a las buenas rodillas.

Esta era una zona maravillosa… pero con pocas tierras de cultivo, de manera que hasta el siglo XI apenas si la habitaban algunos cuidadores de cabras. Dice la web oficial del Cinque Terre (http://www.cinqueterre.it) que primero surgieron los pueblos de Monterroso y Vernazza; los demás (Riomaggiore, Manarola y Corniglia) se fueron formando más tarde bajo la hegemonía militar y política de Génova. En el Siglo XVI se reforzaron las viejas fortificaciones y construyeron nuevas torres para defenderse de los ataques de los turcos.

 

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¿Te llaman la atención esos nombres tan presentes en los apellidos de esta zona del mundo? Es que después de ese período de resurgimiento por la importancia militar del énclave, se produjo un declive, hubo un aumento de la pobreza y muchos habitantes optaron por emigrar a lugares en ese entonces más propicios, como lo fueron Montevideo y especialmente para los italianos, Buenos Aires. En 1960 se construyó la vía ferroviaria entre Génova y La Spezia, la zona salió de su aislamiento y llegaron los primeros turistas.

Es justamente ahora que las Cinque Terre viven su mejor período histórico y si te portaste bien, quizás se te permita conocer lo que se ha transformado en un parque nacional y un área marítima protegida que lleva ese nombre. Son nada menos que 18 kilómetros de costa rocosa llena de bahías, playas y fondos profundos vigilados por una cadena de montañas de baja altura que vigilan toda su costa.

Desde la altura o bien todo se precipita en acantilados, o bien se derraman terrazas cultivadas con vides y olivos y todo está unido por senderos y caminos de herradura bordeando las radas. Verás el agua mediterránea de la Liguria y la costa tirrena más transparente que te puedas imaginar. ¿Equipos de snorkel, barcos de alquiler, excursiones embarcado? ¡Claro que sí, por todos lados! En primavera y en verano existen enlaces diarios por mar desde La Spezia, Lerici, Porto Venere, Marina di Carrara y Portofino, con destino a Monterosso al Mare, así que también podés llegar por mar (www.navigazionegolfodeipoeti.it)

En la web oficial de todos los operadores turísticos de la zona (¡mirá que bien, en lugar de sacarse los ojos entre ellos!) encontrarás toda la información y todos los recursos para hacer un viaje inolvidable, aunque no hayas cumplido el requisito de ser buena persona. Ellos son tanos, entienden nuestras debilidades y si mencionás esta web harán una excepción.

Por si se te da la gana de una temporada más extensa a una semana, podrías agregar Portovenere y las islas de Palmaria, Tino y Tinetto que tienen muchos puntos de semejanza y al amparo de los contrastes, permiten disfrutar las variaciones, incluso en gastronomía. Todo pertenece a la Provincia de La Spezia, así que imaginate la pasta que preparan. Todo este conglomerado  fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

MONTEROSSO AL MARE

No pronuncies …rrrrosso como si estuvieras arrancando la moto, por favor. Te va a costar la pronunciación ligur, pero volverás al pago más tano que nunca. Esta es la urbe más poblada de las Cinque Terre y en ella disfrutarás de las playas más extensas de la región. Si te olvidaste del traje de baño no te preocupes, hay playas nudistas en varios lados.

El pueblito está en un pequeño golfo protegido por una escollera. Aquí hay importantes monumentos, entre los que destaca la iglesia de San Juan Bautista todavía en pie. Tuvo más suerte que el castillo del Podestá, del que sólo quedan restos. En las colinas cercanas está el castillo de los Fieschi y el Monasterio de San Francisco con obras de inestimable valor, incluyendo algún Van Dick.

VERNAZZA

Algunos lo consideran el pueblo más bello del conjunto, quizás gracias a la riqueza ocasional que tuvo en la Edad Media, lo que permitió bellos trabajos arquitectónicos, como logias, iglesias, casas-torres y pórticos. Tenía también la principal fortificación de la zona, con un “castrum”, un castillo y una torre cilíndrica.

Verás una única calle central escoltada por escalinatas que llaman “arpaie” que descienden hacia ella. Por allí encontrarás la iglesia de Santa Margarita de Antioquía. Cerca está Nuestra Señora del Reggio, Santuario de Vernazza al que se llega desde un precioso sendero, a 300 metros de altura. El panorama es espectacular. Dentro de ella se venera la Virgen Negra con el Niño, llamada la “Africana”, toda una curiosidad  muy milagrosa.

CORNIGLIA

Es el único de los pueblos que no está en la costa, surge en un promontorio rocoso. Para llegar hay que descender una larga escalinata conocida como Lardarina, compuesta de 33 tramos con un total de 377 escalones. No te preocupes, pues la subida te la podés ahorrar, haciéndote llevar por la carretera que conecta con la estación de ferrocarril. Que conste que casi toda esta descripción la saco de esa web oficial.

El monumento más importante del pueblo es la Iglesia de San Pietro, de estilo gótico-genovés, edificada entorno al 1350 sobre los restos de un precedente edificio. También son interesantes el Oratorio de los Disciplinados, que se remonta al S. XVIII, y desde donde se disfruta de una impresionante vista sobre el mar. La plazuela Taragio, es la plaza principal de Corniglia, verdadera alma del pueblo.

MANAROLA

Es un tesoro urbanístico lleno de las típicas casas-torres, de estilo genovés. Fundada en el S. XII, el pueblo debe probablemente su nombre a una antigua “magna roea”, una gran rueda de molino presente en el pueblo. Los primeros testimonios, que se remontan al S. XIII, son relativos a la historia de los Fieschi, mientras que en el S. XVI se tienen noticias de una valiente resistencia a los ataques de los piratas.

El monumento principal de la aldea es la iglesia de San Lorenzo, cuya construcción se remonta a 1338, obra de los habitantes de Manarola y de Volastra, como recuerda la lápida sobre la fachada. La planta es de tres naves, mientras que la fachada está embellecida por un rosetón de doce columnas. También es importante el campanario separado del cuerpo principal de la iglesia, que probablemente, en sus orígenes, tenía tareas defensivas.

RIOMAGGIORE

Las primeras noticias de Riomaggiore se tienen sólo en 1251, cuando los habitantes del distrito de Carpena, esparcidos por la ladera, juraron fidelidad a la República de Génova. Entre el S. XIII y el S. XIV los habitantes de estos asentamientos decidieron bajar hacia el mar y dar vida al pueblo. Un traslado que se vio favorecido por la consolidación del dominio genovés, que consintió un acceso al mar más tranquilo sobre el cual poder desarrollar comercios rápidos y seguros.

Riomaggiore posee monumentos de gran interés, entre los que destaca San Juan Bautista, una iglesia erigida en 1340 de tres naves, con la central doble con respecto a las laterales (como las otras iglesias de las Cinco Tierras), y el Oratorio de Santa Maria Asunción, que conserva un Tríptico del S. XV y una estatua de madera del S. XIV que representa a la Virgen. También es importante el Castillo que domina el centro histórico.

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LOS SENDEROS

Si te decidís a recorrerlo uno o todos, podemos asegurarte que cuando vuelvas a Montevideo tendrás las mejores piernas del barrio. También puede que luego del primer sendero te quedes en el hotel y le pidas a tus compañeros que traigan fotos, ¡porque hay que caminar tupido, para arriba y para abajo y no hay mountain bike que te salve! Asesorate en el lugar y ni se te ocurra salir vestido y calzado como para una caminata tranqui por nuestra rambla.

Andá haciéndote una idea con los sucesivos tours virtuales que podrás ver en esta web: http://www.cinqueterrevirtuali.com/sentieri/sentieri/tour.html

El sendero de la cresta quizás sea anterior a las actuales poblaciones y se remonte a la época romana; corre a lo largo de la vertiente que separa la costa del interior y termina en Portovenere. Así que son más de 40 kilómetros atravesados por muchos senderos secundarios que bajan hacia el mar desde hasta 800 metros de altura. El Sendero Alto es muy lineal, accesible a casi todo el mundo. Los turistas suelen recorrerlo integralmente pues el espectáculo es alucinante, pero lo hacen  en varias etapas.

https://www.youtube.com/watch?v=xlJtzS62jKc&feature=related

La Vía de los Santuarios te permite recorrer todos los pueblos, pues cada uno tiene su objeto de devoción, de manera que este sendero se transforma en un Via Crucis efectivamente transitado con ese fin durante las festividades y conmemoraciones. Este sí se puede recorrer a pie, a caballo o en bicicleta y tiene la particularidad de que se pueden hacer paradas en huertos y caseríos donde es posible encontrar lugares para descansar y reponer fuerzas.

El Sendero Azul es decididamente peatonal, pero no presenta particulares dificultades. Los paisajes son impresionantes y esa es la razón por la cual cada año congrega a miles de caminantes. Es otro viejísimo sendero medieval, aunque tiene un segmento denominado “Vía del Amor” que es bellísimo, pero como lo sugiere su nombre, es una picardía marketinera del siglo XX. Es posible recorrerlo en un día, pero es un desperdicio hacerlo a las apuradas.

Los tres senderos principales, el Sendero de la Cresta, el de los Santuarios y el Azul, sólo son los itinerarios más importantes de las Cinco Tierras. De hecho son atravesados por decenas de caminos de herradura secundarios que vienen del mar y que atraviesan el vertiente marino de la cadena montañosa, hasta superarla y llegar a La Spezia o al Val di Vara. También son muy importantes y conocidos los senderos que se encuentran en los límites de las Cinco Tierras, como las extensiones que unen el territorio del Parque a los pueblos de Levanto, al oeste, y de Portovenere, al este. O como el circuito peatonal de la Palmaria, la principal isla del pequeño archipiélago que se encuentra delante de Portovenere.

AHORA, A COMER

Estas caminatas despiertan el apetito y la región tiene su particularidad. Acá no encontrarás cocina sofisticada, todo es sencillo y “de la tierra”, lo que quiere decir que se privilegian los ingredientes locales recién cosechados o pescados. Si pedís cátchup o bañás todo con salsas fuertes, perderás el placer de degustar el sabor auténtico de las cosas.

Tampoco hay muchas variedades y ojalá que te gusten los productos del mar, pues eso es lo que aquí se come, enriquecido apenas con tomillo y mayorana, condimentado con aceite de oliva producido a la vuelta de la esquina y regado con los exquisitos vinos blancos que proceden de viñas tan antiguas y particulares como todo lo de la zona.

Así que preparate para darte un festín de anchoas, doradas, lubinas, sepias, pulpos y calamares, acompañados de alguna manera con el fruto de esos huertos que verás por todos lados en las laderas de la montaña. Abundan los alcauciles y los puerros tienen un sabor muy particular. En cuanto a carnes, todo se limita a aves y conejos.

Te podría parecer un poco monótono, pero todo adquiere espiritualidad cuando llegan los vinos, dos de los cuales caracterizan la zona y tienen denominación de origen controlada. El “Cinque Terre” es un vino blanco seco delicado, de color amarillo paja, ideal para acompañar pescados, tartas de verdura y las clásicas focacce. El segundo es el más famoso, el “Sciacchetrà”, un vino pasificado, dulce y licoroso, con mucho cuerpo y aroma, muy adecuado para postres consistentes.

No te aficiones demasiado a este último porque es un vino que se produce en cantidades muy limitadas debido a su prolongado y costoso procedimiento. Se obtiene de las mismas uvas que el otro, pero en este caso se las pone a secar al sol durante tres meses y recién después se las prensa.