No toda la levitación es un cuento chino
En realidad es una cuestión más que occidental, aunque actualmente en China y Japón les haya dado por hacer levitar trenes de pasajeros.
Cuando uno habla de levitación la mente nos lleva a ese extraordinario mundo de libertad extrema, en el cual ni la fuerza de gravedad es capaz de detener nuestros impulsos viajeros. Yves Cousteau nos introdujo a placeres semejantes a la levitación en el mundo submarino y muchos de nosotros tuvimos experiencias oníricas al respecto. En los sueños, uno no tiene vuelo de pájaro o de avión, sino algo así como una experiencia aerostática, donde pedaleando o nadando uno puede desplazarse con dificultad, hasta que un árbol detiene su expedición y el sueño se termina. ¡Quevachaché, Freud te arruina hasta el mejor sueño!
No señor, uno no se imagina nada de eso, sino algo semejante que lo que quedó perfectamente registrado en 1874 en el Quaterly Journal of Science, escrito por William Crookes, el físico inglés que descubrió los rayos catódicos y aisló al tantalio por primera vez. Crookes describe como el 13 de diciembre de 1868, en Victoria Street y ante varios testigos que reputa como serios, el médium Daniel Dunglas Home se elevó del suelo tres veces.
David Dunglas Home en tierra firme y también boyando.
Parece que Dunglas perfeccionó su arte y días más tarde, sin testigos tan copetudos, salió flotando por la ventana de una casa para trasladarse hacia otra bastante alejada y entrar por otra ventana a 24 metros de altura. Si este médium no se hubiera llevado a la tumba semejante secreto, hoy no habría aviones, ni autos, ni contaminación, ni calentamiento global. La gente tendría que indignarse por otras cosas.
En cuanto a la seriedad de los testimonios, miren qué decepción. El descubridor de los rayos catódicos, terminó sus días enamorado de un fantasma que se hacía llamar Katie King, una joven encantadora para quienes la visionaron pese a que había muerto a los 23 años en tiempos del rey Carlos II. Todo lo cual da alivio a los desconcertados escépticos que estuvieran leyendo esto; que se queden tranquilos, no encontramos ningún elemento de juicio capaz de demostrar la existencia de cosas intangibles. Así que pueden continuar con su Fe en la ausencia de Fe.
La levitación está perdiendo toda su aura de misterio hasta el punto de que en países donde no imperan las telenovelas, niños y niñas llegan a interesarse en un juguete que se llama Levitrón (http://www.levitron.com) que de hecho es un giroscopio y demuestra el fenómeno de la levitación magnética estabilizada por rotación. Aunque hay modelos muy automatizados, hay otros con más gracia en los cuales el niño (y el padre, claro) deben colocar contrapesos para compensar la fuerza de gravedad y la magnética.
Pero todavía hay espacio para tipos como David Copperfield, David Blaine y Criss Angel nos dejen con la boca abierta y con unas ganas locas de creer en cualquier cosa. Les aconsejo el video donde Criss Angel te enseña su truco de levitación, que por sí solo es impresionante. Pero ¿porqué Criss te iba a revelar semejante cosa? Sin descartar que sea generoso nomás, y que la vaya de tipo que hace trucos para disimular que es un mago de verdad como Merlín, hay que ver que después que te muestra cómo crear la ilusión de esa manera, la hace de otra completamente distinta y te deja patitieso. Evidentemente, después de Gardel no hay mago como Criss Angel.
No vamos a insultar tu inteligencia explicando y mostrando toda suerte de poleas y arneses; si te interesa mucho el tema andá a http://es.wikipedia.org/wiki/Levitaci%C3%B3n donde al final tenés hipervínculos suficientes como para salir volando.
En resumidas cuentas te podríamos decir que si no hay campo gravitatorio, como en el espacio exterior a la tierra, tu problema no es el de levitar, sino justamente el de estar sujeto a algo para no andar boyando como un bobo por el universo. En cambio, si estás en medio de un campo gravitatorio como es el caso frecuente, necesitás una fuerza opuesta a la gravedad y equilibrada de manera que no te arroje fuera del planeta, sino que te permita flotar confortablemente. De lo contrario, deberías confiar en la magia.
A nadie se le ocurrió que algo misterioso estaba ocurriendo cuando se elevó el primer globo aerostático, o el primer avión, el primer helicóptero. Sin que se le llame levitación, todo eso son triunfos pasajeros sobre la ley de gravedad. Si entrás a ese segmento de la Wikipedia, verás que hay numerosas formas de vencerla y que algunas de ellas son promisorias en el sentido de que podrían brindarnos una vida mejor, particularmente a quienes amamos viajar.
El primer tren magnético funcional y uno de los actuales. Y no pongas tanta cara de sorpresa, pues es posible que la computadora que estés usando en este momento, tenga rodamientos antimagnéticos. La levitación de verdad recién empieza.
En ese sentido, la que está más desarrollada es la levitación magnética debida a imanes. Como bien sabés, si aproximás dos imanes por los extremos con carga semejante, ambos aparatos se repelen con tanta fuerza que a veces no podés lograr unirlos. Tan sencilla como esa es la tecnología de los trenes sin ruedas que están circulando desde 1979 cuando se inauguró una línea experimental en Hamburgo.
¿Y por qué suprimir las ruedas? Porque se acaba el rozamiento y el menor empuje logra desplazar al objeto a cualquier velocidad que se desee, economizando combustible, desgaste y muchas cosas más. ¿Economizando energía? ¡Y cómo mantenemos la carga de los electroimanes si no es con electricidad! Aquí es donde muchas veces se llegó a la desoladora consecuencia de que los trenes magnéticos no sirven para nada.
A pesar de tanta cosa electromagnética, no destruyas la saludable ilusión, pues es tan posible levitar a la antigua como sacar el Cinco de Oro.
Pero las cosas están cambiando, aunque los trenes Maglev evolucionaron rápidamente en Europa, es hacia el extremo oriente donde debemos dirigir nuestras miradas para ver proyectos en los cuales el problema de la energía podría solucionarse con paneles solares y baterías de hidrógeno; lo que equivale a decir que si llega a funcionar, tendría muchas otras aplicaciones. China, Japón y la India, que tienen enorme densidad demográfica son los más interesados en tener trenes rápidos y económicos. Los japoneses proyectan uno que en el 2003 superó los 580 kilómetros por hora; pero no se quedaron conformes pues la velocidad potencial de un tren magnético es de ¡6.400 kph!
Quieren llegar a los 700 kilómetros por hora y la limitación no se encuentra en la tecnología, sino en las vías necesarias y en los procedimientos de frenado. No está demás recomendarte que si viajás en alguno de ellos, no te conviene sacar la cabeza por la ventanilla.
Mucho mejor y más confortable sería sobrevolar Casapueblo o mejor aún Chihuahua, levitando como don Daniel Dunglas Home a quien lo que no se le puede perdonar, es que no haya dejado escrito cómo lograrlo. Esos eran los problemas antes de que existiera el copy right…
Guillermo Pérez Rossel