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Darwin por acá; la mirada de un naturalista

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Eran tiempos en los cuales el gobernador de una provincia argentina se entretenía matando indios y vendiendo sus hijos a 3 o 4 libras por cabeza, como si fuera ganado.

 En la civilizadísima Inglaterra no había cardos tan enormes que pudieran ocultar bandoleros a caballo… pero también era riesgoso incursionar por caminos solitarios y su contemporáneo Charles Dickens le podía contar las horribles injusticas que allá también se cometían. Al increíble ritmo de 35 leguas por día, el gentleman que había tocado tierra en una Montevideo sitiada y a merced de quienes debían vigilar, recorrió la campaña, se admiró (y espantó) de nuestros gauchos y de la fauna y flora que el nuevo mundo estaba haciendo conocer en Europa.

 

Por Alberto Moroy

El rincón de Darwin es un espacio público de Uruguay situado en Punta Gorda en el departamento de Colonia, a 3,55 km al sur de Nueva Palmira, sobre el rio Uruguay. Se colocó una placa (Portada) en oportunidad del bicentenario del nacimiento de Darwin. Así relato Darwin su paso por esta, cuando venia de Paraná (Arg.) con destino al puerto de Las Conchas (Ubicación, cercanías de Tigre Hotel, Arg).

“Proseguimos nuestra navegación río Paraná abajo, y al salir al Uruguay pasamos Punta Gorda, donde hay una colonia de indios mansos, procedente de la provincia de Misiones”.

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Rincón de Darwin

Del autor 

Seguramente muchos de ustedes leyeron el «Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo en el navio de S.M. Beagle» escrito en 1839 por Charles Darwin.  En lo personal igual que esas revistas viejas dejadas en la mesa de luz, que releídas una y otra vez,  siempre  nos revelan algo nuevo. A ese fin, se me ocurrió seleccionar lo relacionado con su periplo por el litoral uruguayo (1833) y para que no quede descolgado, asociarlo previamente con su paso por Buenos Aires. Por si quieren leerlo completo esta en el link de abajo ¡Es súper interesante!

Diario de viaje de un naturista alrededor del Mundo

http://escritoriodocentes.educ.ar/datos/recursos/libros/diario_del_viaje_de_un_naturalista.pdf

Los ladrones en los cardos de Luján (Arg.)

Hemos dejado atrás la pequeña ciudad de Luján, donde hay un puente de madera sobre el río, cosa rara en este país. También hemos pasado por Areco. Las llanuras parecían horizontales, esto es, a perfecto nivel; pero no era así en realidad, porque en muchos sitios el horizonte estaba distante. Aquí hay grandes extensiones abandonadas entre estancia y estancia, pues los buenos pastos escasean a causa de estar la tierra cubierta de macizos de trébol acre y cardos gigantes. Estos, bien conocidos por la pintoresca descripción que de ellos hace sir F. Head, no habían alcanzado en esta época del año mas que las dos terceras partes de su altura; en ciertos sitios podían ocultar un caballo, pero en otros no habían brotado aún, y la tierra estaba tan desnuda y polvorienta como la superficie de un camino de gran tránsito. Estos sitios sólo son conocidos por los ladrones, que en la época del año en que estamos se vienen a ellos para salir por la noche a robar y asesinar impunemente. Al preguntar en una casa si había muchos ladrones me contestaron: «Todavía no han acabado de crecer los cardos», respuesta al parecer incongruente, pero muy adecuada. 

La vizcacha

La vizcacha (Lagostomus trichodactylus) se parece algo a un conejo grande, pero sus incisivos son de mayor tamaño y está provista de larga cola; además, sólo tiene tres dedos en las patas traseras, como el agutí. Durante los últimos tres o cuatro años se han enviado a Inglaterra las pieles de estos animales para utilizarlas en peletería.

La visita de estos lugares me importaba poco, ya que apenas se hallan en ellos otros cuadrúpedos y aves que la vizcacha y su compañero ordinario el mochuelo. La vizcacha como es sabido, constituye el rasgo más saliente de la zoología de las Pampas. Se la encuentra hasta el río Negro (Arg) El rio Uruguay ha constituido un obstáculo insuperable a su emigración; a su pesar, la ancha barrera del Paraná ha sido salvada, y la vizcacha es común en Entre Ríos, la provincia entre estos dos grandes ríos. Cerca de Buenos Aires estos animales son excesivamente comunes. Su refugio predilecto parece ser aquellas partes de la llanura que durante una mitad del año están cubiertas de cardos gigantes, con exclusión de otras plantas. Los gauchos afirman que vive de raíces, y este aserto parece probable si se atiende a la robustez, de sus incisivos y a la clase de lugares que frecuenta. Por la noche las vizcachas salen en gran número y se sientan tranquilamente sobre sus ancas en la boca de sus guaridas. En tales horas no se muestran esquivas, y un hombre que pase a caballo junto a ellas les parece un objeto digno sólo de su grave contemplación. Corren muy desgarbadamente, y cuando lo hacen, sin temor al peligro; por sus levantadas colas y cortas patas delanteras se parecen mucho a enormes ratas. Su carne, después de cocida, es muy blanca y saludable, pero se hace escaso consumo de ella”.

Lagostomus es un género de roedor de la familia Chinchillidae. Actualmente sólo hay una especie viva, la vizcacha común (Lagostomus maximus), que mide hasta 60 cm. de largo y habita en Sudamérica, desde el sur de Bolivia y Paraguay hasta el norte de la Patagonia Argentina. En Uruguay fué introducida en 1889 en el Departamento de Salto, pero fue extinguida.

La Vizcacha

 

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Vizcacha / Mochuelo (Búho-lechuza vizcachera)

Continúa Darwin

«La vizcacha tiene la singular costumbre de llevar a la boca de su madriguera todos los objetos duros que halla; en torno de cada una de estas madrigueras se ven reunidos en montón informe numerosos huesos de reses, piedras, tallos de cardos, terrones de tierra endurecida, fango seco, etc., en cantidad suficiente para llenar una carretilla. Me contaron, y tiene visos de verdad, que habiéndosele perdido el reloj a un señor mientras pasaba a caballo por un sitio abundan te en vizcachas, volvió a la mañana siguiente, y registrando los montones de las vizcacheras próximas al camino lo halló, como esperaba. Este hábito de recoger todo lo que haya cerca de su guarida debe imponerle a este roedor un gran trabajo. Para explicar con qué fin se haga no tengo ni la más remota conjetura; desde luego no hay que pensar en la defensa, porque el montón de objetos se halla colocado sobre la boca de la madriguera, que penetra en tierra con una pequeñísima inclinación.

El mochuelo (Athene cunicularia)

Tantas veces citado en las llanuras de Buenos Aires, sólo habita en las vizcacheras; pero en Banda Oriental se fabrica él mismo su vivienda. En pleno día, pero más especialmente por la tarde, pueden verse estas aves en todas las direcciones, reunidas en parejas, frecuentemente sobre los montículos junto a sus madrigueras. Si se las molesta, o se meten en sus escondrijos, o, lanzando una especie de chillido áspero y penetrante, dan un vuelo corto y notablemente ondulatorio, para posarse en un sitio próximo y volverse a mirar de hito en hito a su perseguidor. De cuando en cuando se las oye ulular por la noche. En los estómagos de dos  hallé los restos de un ratón, y un día las vi matar y llevarse una pequeña culebra. Dícese que éstas constituyen sus presas ordinarias durante todo el día.

El mochuelo (Lechuza vizcachera)

 

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Cabalgaban 35 leguas por dia

Por la tarde cruzamos el río Arrecife (Santa fe arg,) en una sencilla almadía, hecha con barricas atadas unas a otras, y pasamos la noche en la casa de postas, en la otra orilla.  En este día pagué el alquiler de mi cabalgadura por 31 leguas, y aunque brillaba un sol ardiente, sentí poca fatiga. Cuando el capitán Head habla de cabalgar 50 leguas por día, no creo que la distancia sea igual a 150 millas inglesas. Comoquiera que sea, las 31 leguas eran sólo 76 millas en línea recta, y caminando por la campiña franca me parece que con añadir cuatro millas más, por los rodeos, hay bastante

El gobernador de Santa Fe (Arg.) Estanislao Lopez cazaba indios

Santa Fe es una pequeña ciudad tranquila, en la que reinan la limpieza y el orden. El gobernador, López, era un soldado raso en tiempo de la revolución, y a la fecha lleva diez y siete años en el cargo. Semejante estabilidad se debe a sus procedimientos tiránico s, pues hasta ahora la tiranía parece adaptarse a estos países mejor que el republicanismo. La ocupa n favorita del gobernador consistía en cazar indios; de poco tiempo a esta parte había matado 48 y vendido los hijos a razón de tres o cuatro libras por cabeza.

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Estanislao Lopez, Lugarteniente de Artigas / Cazando indios en la Patagonia 48 años despues

Caballos Sudamericanos

En el depósito pampeano de la Bajada encontré dientes del Toxodon y mastodonte, junto con el diente de un caballo, todos ellos carcomidos y pasados. El último me interesó grandemente por lo que tuve escrupuloso cuidado de comprobar con toda certeza el hecho de haber quedado sepultado al mismo tiempo que los otros restos, porque a la sazón ignoraba que entre los fósiles de Bahía Blanca hubiera ningún diente de caballo oculto en la roca de origen, ni tampoco se sabía entonces con certeza que abundaran en Norteamérica los restos del caballo. Mr. Lille ha traído a Europa, de los Estados Unidos, un diente de dicho animal, y es interesante que el profesor Owen no pudiera hallar en ninguna especie, fósil o reciente, una ligera, pero peculiar curvatura que le caracteriza, hasta que pensó en compararlo con mi ejemplar aquí hallado. Owen ha llamado a este caballo americano Equis conversidens. ¡Ciertamente es un hecho maravilloso en la historia de los mamíferos que en Sudamérica haya vivido y desaparecido un caballo indígena, sucedido en edades posteriores por las incontables manadas descendientes de los pocos introducidos por los colonos españoles!

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Reconstrucción pelajes y rasgos caballos ancestrales / Equus conversidens

La evolución del caballo, un mamífero de la familia de los équidos, se produjo en un escala de tiempo geológico de 50 millones de años, la transformación de la pequeña, perro de tamaño al menos dos especies de caballos antiguos habían existido en América del Norte: curvidens Equus y otro, que dio el nombre de Equus americanus. Una década más tarde, sin embargo, se encontró con este último nombre ya había sido tomada y le cambió el nombre Equus complicatus El género Equus, que incluye todos los equinos existentes, se cree que han evolucionado a partir de Dinohippus, a través de la forma intermedia Plesippus. Una de las especies más antiguas es simplicidens Equus, descritos como tipo cebra con una cabeza en forma de burro. El fósil más antiguo hasta la fecha es de ~ 3,5 millones de años de Idaho, EE.UU. De acuerdo con estos resultados, parece que el género Equus evolucionó a partir de un ancestro -como Dinohippus ~ 4-7 millones de años

Capitulo VII Banda Oriental

El jaguar en Uruguay

En esas épocas causa también grandes estragos en el ganado vacuno y caballar. Dicen que mata las presas desnucándolas. Si se los ahuyenta de los cadáveres de sus víctimas, rara vez vuelven a buscarlos.  Refieren los gauchos que cuando el jaguar merodea por la noche se ve acosado por los zorros, que le siguen aullando. Es curiosa la coincidencia de este hecho con lo que se afirma generalmente de los chacales, que acompañan con análoga oficiosidad al tigre de la India. El jaguar ruge con frecuencia insistente durante la noche, y en especial en vísperas de mal tiempo. Un día, cazando en las riberas del Uruguay, me enseñaron ciertos árboles a que acuden constantemente estos animales, según se dice, para afilarse las uñas. Vi tres árboles muy comunes; enfrente la corteza estaba desgastada y lisa, como si el animal hubiera frotando el pecho contra ella, y en cada lado había pro fundas arañazos, o surcos, que se extendían en línea oblicua cerca de un metro. Dichas señales pertenecían a diferentes épocas. Un medio ordinario de asegurarse de si hay en las inmediaciones algún jaguar consiste en examinar estos árboles.

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Yaguareté acorralado por los perros / Afilándose las garras

Rugido de Jaguar

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Uruguay, el devorador de centinelas

http://viajes.elpais.com.uy/2015/08/26/uruguay-cronica-de-un-depredador/

 

Montevideo, los centinelas ladrones

Habiéndome visto forzado a detenerme cerca de quince días en la ciudad, me alegré de poder escapar a bordo de un paquebote que iba destinado a Montevideo.  Una ciudad en estado de sitio no puede menos de ser un lugar de residencia desagradable; pero en este caso se vivía además en continua alarma a causa de los ladrones que había dentro. Los centinelas eran los peores de todos, pues por razón de su oficio y llevar armas en la mano, robaban con cierta autoridad, que los demás no podían imitar.

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Asi era el Puerto de Montevideo

¿Cerro Verde o Cerro de Montevideo?

En ciertas horas del día pueden distinguirse desde el puente las dos orillas, ambas extremadamente bajas. Al llegar a Montevideo supe que el Beagle no zarparía por algún tiempo; de modo que me preparé para una corta excursión en esta parte de Banda Oriental. Todo lo que he dicho sobre el país inmediato a Maldonado es aplicable a Montevideo; pero el terreno, con la única excepción del Monte Verde, que se eleva a 135 metros, de donde toma ese nombre, es mucho más horizontal.

Vadeando el rio Santa Lucia, gauchos orientales

Durante el día me entretuve en ver la destreza con que un gaucho obligaba a un caballo recalcitrante a nadar en un río. Se desnudó y, plantándose de un salto a caballo, entró en el agua hasta que su montura perdió tierra, y entonces, deslizándose por la grupa, se agarró a la cola, y siempre que el caballo quería dar la vuelta a retroceder, el hombre le espantaba salpicándole agua en la cara. En cuanto el caballo tocó el fondo en el otro lado, el hombre trepó al lomo ayudándose de la cola, y quedó firmemente montado, brida en mano, antes de salir el animal a la orilla. Un hombre desnudo en un caballo a pelo puede parecer un hermoso espectáculo; no tenía idea del artístico conjunto que forman. La cola del caballo es un apéndice utilísimo; he pasado un río en un bote con cuatro personas, remolcado por un caballo de la misma manera que el gaucho. Si un hombre y un caballo tienen que franquear un ancho río, lo mejor que puede hacer el primero es asirse al pomo del arzón o a la crin y ayudarse con el otro brazo.

La iglesia de Colonia del Sacramento

En 1810 se inaugura un nuevo templo, pero en 1823, la caída de un rayo arrasa con la sacristía, destruyendo el altar mayor y deteriorando en partes su estructura. La explosión fue ocasionada por un polvorín portugués que se encontraba debajo de la sacristía, con municiones que habían sido allí guardadas en la época de la Dominación Cisplatina, derribando así los trabajos de reconstrucción realizados por el eminente arquitecto español Don Tomas Toribio. Darwin «La iglesia es una curiosa, ruina; sirvió de polvorín, y en una de las incontables tempestades del Plata la alcanzó un rayo. Dos terceras partes del edificio fueron voladas hasta los cimientos, y el resto permanece como un curioso monumento del poder del rayo y de la pólvora unida.

Estancia arroyo de San Juan (Colonia)

Cabalgué con mi huésped hasta su estancia en el arroyo de San Juan. Por la tarde dimos un paseo a caballo alrededor de la finca; su extensión era de dos leguas y media cuadradas (23.300 ha.), y estaba situado en lo que se llama un rincón, es decir, que un lado confinaba con el Plata y los otros dos estaban protegidos por arroyos infranqueables. Constituía un puerto excelente para pequeñas embarcaciones, y abundaba en monte bajo, que servía para surtir de leña a Buenos Aires. Tuve curiosidad de saber cuánto valía una estancia tan completa. Había 3.000 cabezas de ganado vacuno en ella, pero podía mantener el triple o cuádruple; 800 yeguas, con 150 caballos sin domar y 600 ovejas. Tenía en abundancia agua y piedra caliza, una casa rústica, excelentes corrales y un huerto de melocotoneros. Por todo ello le habían ofrecido 2.000 libras esterlinas, y sólo quería 500 más, en lo que acaso hubiera alguna rebaja. El   trabajo principal que da una estancia consiste en llevar dos veces por semana el ganado a un sitio céntrico a fin de amansar y contar los animales.

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Rio San Juan (Colonia) / Torre de Anchorena

Interesante división de tropillas

Esta operación última sería difícil en el caso de haber 10.000 o 15.000. Se efectúa fundándose en el principio de que las reses vacunas se dividen invariablemente en pequeños grupos de 40 a100. Se reconoce a cada grupo por unos cuantos animales marcados de un modo especial, y se sabe su número; de modo que si se pierde una entre 10.000, se conoce porque falta una de las tropillas. Durante una noche tempestuosa el ganado se mezcla todo; pero a la mañana siguiente las tropillas se separan corno antes, de suerte que cada animal tiene que conocer a sus compañeros entre otros 10.000.

Bueyes ñatos en la barra de San Juan (Colonia del sacramento, ROU)

«En dos ocasiones he encontrado en esta provincia algunos bueyes de una raza curiosísima, llamada ñata o ñato. Por su aspecto exterior parecen guardar con las otras clases de ganado vacuno la misma relación que los bulldogs con los demás perros. Tiene la frente muy corta y ancha, y las extremidades nasales vueltas hacia arriba, mientras el labio superior está muy recortado. La mandíbula inferior sobresale de la superior y presenta una curvatura correspondiente hacia arriba, resultando de aquí que siempre están enseñando los dientes; sus ojos se proyectan hacia fuera. Las ventanas de la nariz, situadas altas, están muy abiertas. Al andar llevan la cabeza baja, sostenida por un cuello corto, y sus patas traseras, comparadas con las delanteras, son más largas de lo ordinario. Sus dientes al descubierto, frentes anchas y estrechas, y fosas nasales vueltas hacia arriba, les dan un aire ridículo de arrogancia y provocación que supera a todo lo imaginable Créese generalmente que la raza en cuestión procede del ganado, vacuno criado por los indios del sur del Plata, y que entre ellos es la que más abunda. Aun en día de hoy el ganado que pasta en las provincias inmediatas al Plata, muestra su origen más bravío en superar en fiereza a las otras variedades y en que la vaca abandona fácilmente su primera cría si se la visita a menudo o se la molesta.  Cuando el pasto es bastante largo el ganado ñata pace con la lengua y el paladar tan bien como el ganado común; pero en las grandes sequías, cuando perecen tantas bestias, la raza ñata se halla en condiciones desventajosas”.

Bos taurus, perteneciente al tipo oxen o ganado «ñato», Ante la evidencia de ganado cimarrón del tipo «ñato», es relevante consignar, sintéticamente, la información obtenida de bibliografía, de crónicas y de fuentes sobre el tema. Aparentemente, hasta el decenio de 1860 no fue posible la presencia de otras razas vacunas en los territorios de las sociedades de frontera. Hacia 1823 se importaron los primeros toros tarquinos y, más adelante, otras razas inglesas que reemplazarían a las «ñatas», ya en extinción por diversos factores: la sequía de 1830, la persecución constante de los perros cimarrones y los constantes incendios y matanzas autorizadas por el gobierno.

El nombre de «ñata» lo acuña Darwin, quien habla de Ñata Oxen, tal vez porque ochsen en alemán significa ‘ñata’. Su nombre científico es Bos taurus primogenitus. El ganado ñato no es una raza particular o especial, sino que se trata del resultado de una deformación genética de los Bos taurus, la que se ha localizado además en otros taxones. El ganado ñato evidencia atrofia nasal, denominada prognatismo por la medicina veterinaria. Es una enfermedad hereditaria, consecuencia de la mutación en la información genética, que se produce en algunas especies, incluso en la humana También existen antecedentes en los llamados bovinos hamíticos, domesticados en Egipto hacia el 4000 AC y luego llevados a la península Ibérica por el norte de Africa. Se les reconoce haber intervenido en la conformación de ciertas variedades de razas andaluzas, portuguesas y de Castilla. A partir de estos datos sería sencillo suponer que el origen del ganado ñato americano es producto de las razas vacunas españolas. Sin, embargo el envío del ganado español a América tiene una escala que complica la comprensión de su origen. Las fuentes indican que las primeras expediciones colonizadoras desde España no portaban ganado vacuno y que éste fue cargado recién en las islas Canarias. Pero debemos considerar que los ganados de estas islas provenían de la isla portuguesa de Cabo Verde, donde coexistía ganado europeo pero también africano, proveniente de la isla Madeira.

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Hembra ñata en Victoria, Entre Ríos. / Cráneo normal derecha, ñato Izquierda

Más sobre vaca ñata

http://www.angus.org.ar/docs/Revistas/251/vaca_nata.pdf

Singular entrenamiento de los perros ovejeros en Colonia 1832

«Mientras estuve en esta estancia me divirtió mucho lo que vi y oí de los perros pastores del país. Yendo a caballo, es cosa corriente encontrar un gran rebaño de ovejas guardado por uno o dos perros. Con frecuencia me maravillé de cómo podía haberse establecido una amistad tan firme El método de educación consiste en separar los perritos, cuando son muy jóvenes de la madre, y acostumbrarlos a vivir con sus futuros compañeros. Hácese que una de las ovejas dé de mamar al cachorro tres o cuatro veces al día, y al último se le prepara una cama de lana en el corral; además, no se le permite nunca juntarse con otros perros ni con los niños de la familia. Por regla general, se le castra; de modo que cuando alcanza su completo desarrollo apenas tiene afición a los individuos de su especie.

A consecuencia de semejante educación, el perro pastor no siente deseo alguno de dejar el rebaño, y defenderá a éste como los ordinarios suelen defender a sus dueños. Es divertido observar al acercarse a un hato de ovejas cómo el perro avanza inmediatamente ladrando, mientras el ganado se reúne detrás de él, como pudiera hacerlo alrededor del morueco. A estos perros se les enseña también fácilmente a conducir a casa el ganado a cierta hora de la tarde. El defecto más enojoso que tienen, de jóvenes, es su afición a jugar y retozar con las ovejas, pues en tales deportes las hacen, galopar sin misericordia hasta cansarlas.

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Posible perro ovejero que relata Darwin (Posible origen Lobero irlandés, Irish Wolfhound)

El perro pastor acude a casa todos los días por alguna cantidad de carne, y después de recibirla escapa de nuevo, como avergonzado de sí mismo. En tales ocasiones sus congéneres domésticos le hostilizan ferozmente, y el menor de ellos no deja de ladrar y perseguir al extraño. Pero en cuanto éste ha llegado al rebaño se vuelve y empieza a ladrar a sus perseguidores, con lo que todos los perros domésticos huyen a todo correr. De un modo análogo, una cuadrilla de perros salvajes hambrientos difícilmente atacaría alguna vez (nunca, me dijeron) a un rebaño guardado por uno de estos fieles pastores.

Todo este relato me parece un curioso ejemplo de la adaptabilidad de las afecciones en el perro; y, en medio de todo, se ve que, en estado salvaje o doméstico, tiene un sentimiento de respeto y temor a los que se valen de su instinto de asociación. Porque únicamente fundándonos en este supuesto podemos explicarnos que una manada de perros salvajes sea puesta en fuga por un solo perro con su rebaño; y es que los fugitivos deben sentir de una manera confusa que aquel adversario único, al estar asociado, adquiere tanto poder como si tuviera de su parte un número de perros igual al de ovejas que le acompañan. F. Cuvier ha observado que todos los animales de fácil domesticación consideran al hombre como miembro de su sociedad, y satisfacen así su instinto de asociación. En el caso precedente, el perro pastor considera a las ovejas como semejantes suyos, y así, confía en su fuerza, y los perros salvajes, no obstante saber que cada oveja individualmente no es un perro, sino buena presa para comer, acepta su punto de vista solamente cuando las ve en un rebaño con un perro pastor a su cabeza”.

Algunos datos

Barbucho criollo o barbucho patagónico. Pertenece a la raza argentina más antigua; es un perro recuperado hace no más de 70 años. Tehuelches y onas lo usaban para cazar. Se cree que derivó del Lobero irlandés introducido por comerciantes ingleses hacia el 1700 en Tierra del Fuego y la costa patagónica.

El domador

«Una tarde llegó un domador con ánimo de ejercer su oficio en algunos potros. Describiré las diligencias preparatorias de la operación porque creo que no han sido mencionadas por otros viajeros. Meten en el corral, que es un amplio cercado de estacas, una manada de caballos jóvenes sin domar, y cierran la entrada. Supondremos que un hombre solo ha de coger y montar un caballo enteramente extraño a silla y freno. A mi modo de ver sólo un gaucho es capaz de realizar esta hazaña. El gaucho elige su potro ya perfectamente crecido, y mientras el animal corre furioso alrededor de la cerca, le arroja el lazo de modo que enganche las dos patas delanteras. Al punto el caballo rueda por tierra, dando una fuerte caída, y, en tanto que pugna por levantarse, el gaucho, manteniendo prieto el lazo, forma con el resto de la correa un circulo para enganchar una de las patas traseras, precisa mente por debajo del menudillo o cerneja, y tira hasta unir esta pata con las dos delanteras, y sujeta perfectamente las tres. Luego, sentándose en el cuello del caballo, fija una brida fuerte sin bocado a la mandíbula inferior, lo que ejecuta pasando una correa es trecha por los ojales del extremo de las riendas y dan do varias vueltas alrededor de la mandíbula y la lengua Las dos patas delanteras se traban ahora, bien juntas, con una correa fuerte, en la que se hace un nudo corredizo. Aflojado el lazo que sujetaba las tres patas, el caballo se levanta con dificultad.

El gaucho, empuñando fuertemente la brida atada a la mandíbula inferior, saca el caballo del corral. Si hay otro hombre que ayude (pues de otro modo la operación cuesta más trabajo), tiene sujeto al animal por la cabeza mientras el primero le pone los aparejos y la silla, cinchándolos juntos. Durante esta operación, el caballo, con el terror y espanto de verse así atado por medio del cuerpo, se echa a tierra y da incesantes revolcones, sin querer levantarse hasta que se le obliga a palos. Al fin, cuando está ensillado, el pobre animal apenas puede respirar de espanto, y está blanco de espuma y sudor. El hombre se dispone ahora a montar, oprimiendo pesadamente el estribo, de modo que el caballo no pierde el equilibrio, y en el momento de echar la pierna sobre el lomo del animal tira del nudo corredizo que sujeta las patas delanteras, y el caballo queda libre. Algunos domadores quitan esa traba estando el animal derribado, y, poniéndose sobre la silla, le permiten levantarse debajo de ellos. El caballo, loco de terror, da algunos saltos violentísimos, y luego parte a todo galope; cuando se ha fatigado hasta agotar sus fuerzas, el hombre, con paciencia, le trae de nuevo al corral, donde se le suelta envuelto en un vaho de cálido sudor y medio muerto.

Cuando los potros no quieren galopar y se obstinan en echarse en tierra, la doma es mucho más penosa. El procedimiento descrito es terriblemente duro, pero a las dos o tres pruebas el caballo queda domado. Sin embargo, hasta después de algunas semanas no se le monta con bocado de hierro y barboquejo sólido, porque tiene que aprender a asociar la voluntad del jinete con la sensación de la rienda antes de que el más poderoso freno pueda serle de algún servicio

Porqué trabajan poco

En Mercedes pregunté a dos hombres por qué no trabajaban. Uno me respondió, gravemente, que los días eran demasiado largos; y el otro, que por ser demasiado pobre. La abundancia de caballos y profusión de alimentos hace imposible la virtud de la laboriosidad. Además, hay una multitud de días festivos; y, como si esto fuera poco, se cree que nada puede salir bien si no se empieza estando la Luna en cuarto creciente; de modo que la mitad del mes se pierde por estas dos causas.

Montevideo arañas voladoras

En varias    ocasiones,    estando    el    Beagle    dentro    de    la  desembocadura del Plata, las jarcias se cubrieron de telas de una araña menuda. Un día (1 de noviembre de 1832) presté particular atención a este asunto. El tiempo había estado hermoso y claro, y por la mañana el  aire  estaba  lleno  de  copitos  de  telaraña  lanosa,  como  en  un día  de otoño  en  Inglaterra.  El  barco  distaba  de  tierra  60  millas,  mientras soplaba  de  la  costa  una  brisa  constante,  aunque  suave.  Un gran número de pequeñas arañas, de 2,5 milímetros de longitud y color rojo oscuro, estaban pegadas a las telas.  Calculo que habría algunos millares en el barco. Estas minúsculas arañas, al ponerse por primera vez en contacto con el cordaje, se sostenían siempre en un solo hilo fino  en  los  copitos  lanosos,  los  cuales  sólo  parecían  producirse  por apelotonamiento  de los hilos sueltos. Las arañas pertenecían todas a una especie,   y   las   había   de   uno   y otro   sexo,   junto   con   las   crías, distinguiéndose éstas por su menor tamaño y color más oscuro Su provisión de seda parecía inagotable.  Mientras  observaba  a  algunas  que  estaban  suspendidas cada  una  en  su  hilo,  observé  que  el  más  leve  soplo  de  aire  las  hacía desaparecer, arrebatándolas  en  línea  horizontal.

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Lo que faltaba: lluvia de arañas

http://viajes.elpais.com.uy/2015/06/13/lo-que-faltaba-lluvia-de-aranas/