El Lord Clive y una bala de cañón al rojo
Cuando Portugal e Inglaterra procuraban repartirse la Banda Oriental, podía ocurrir cualquier cosa.
Una poderosísima flota de ambos países se hizo presente en el Río de la Plata y la historia de nuestro país hubiera sido muy diferente, a no ser por algunas órdenes militares disparatadas y por el ingenio de los artilleros que calentaron sus balas al rojo vivo y apuntaron a la Santa Bárbara de la nave insignia invasora.
De hecho, el rescatista Rúben Collado arriesga la opinión de que a no ser por esa bala y por esos errores, no sería de extrañar que nosotros habláramos inglés. Esa es la información que coincidentemente el 18 de abril publicó (El País en http://www.elpais.com.uy/informacion/mujica-autorizo-rescate-navio-guerra.html) al informar que se intentará llegar a la nave hundida.
Por Alberto Moroy
La historia de hoy es un clásico dentro de los lectores de batallas navales, y piratas en el Rio de la Plata. Sin embargo vale la pena recordarla con algunos agregados que le llamaran la atencion. Para los que no la conocen, les recuerdo que sucedió hace 253 años, a pocos metros de la ciudad de Colonia del Sacramento (Uruguay), donde todavía se encuentra el pecio “Lord Clive” debajo de 6 metros de barro y piedras, esperando que los uruguayos resolvamos que hacer con nuestra historia.
Todo haba comenzado en las tabernas de Londres con las habladurías de un tal Joseph Reed, quien habia vivido cinco años en Buenos Aires como empleado de la South Sea Company, (Compañía de asiento de negros). Esto ocurrió seguramente en una fecha anterior a 1750 ya que en esa, Inglaterra renunciaba al asiento de negros en Buenos Aires, contra la entrega de de 100 mil libras esterlinas por parte de España.
En la casa de Retiro (Mansión del gobernador Agustín de Robles en Bs.As. convertida en la sede de la Real compañía de Guinea) el inglés Reed había conocido el sub-mundo del contrabando que pasaba por la Colonia del Sacramento, convertida en una suerte de depósitos donde se acumulaban las mercaderías británicas antes de salir a las provincias interiores. También había aprendido a sortear los bancos de arena del rio y sin dudas conocía todos los vericuetos terrestres hacia Chile y Bolivia, usados por la compañía para enviar esclavos arribados al puerto de Buenos Aires. En la portada el Lord Clive se prende fuego frente a Colonia de Sacramento.
Ruben Collado 22 de jul. 2008 ref. al Lord Clive
En Londres de 1762
A principios del verano de 1762, en un bando aparecido en las calles de Londres, se solicitaban tripulantes aventureros para una expedición, asegurando «libertad absoluta para el saqueo». La expedición tenía un destino, el Río de la Plata. El Almirantazgo de acuerdo con esta actividad corsaria proveyó los fondos y con el aporte de juntas comerciales del imperio se fletaron dos buques el HMS Kingston, bautizado luego como «Lord Clive», un navío de sesenta cañones, construido por Bassel en Hull, en 1697, y la fragata «Ambuscade», de 40 cañones. Ambas embarcaciones fueron puestas a las órdenes del Capitán Robert Mac Namara, un oficial de la East India Company. Ambos navíos partieron para Lisboa en agosto de 1762, donde se le unieron otras dos naves, una de ellas la Fragata portuguesa «Gloria» y seiscientos hombres más.
Algunos meses antes
En Inglaterra habia madurado desde 1762, impulsada por el embajador de Portugal, un plan para intervenir en el Río de la Plata que se inicia en Colonia del Sacramento, plan que implica el gobierno portugués, al gabinete británico de Thomas Pelham-Holles, 1r duque de Newcastle, y a la British East India Company. De acuerdo con este, sería la Banda Oriental para Portugal y el Oeste para los británicos. La compañía organizó la expedición, por lo que la situación jurídica de la propuesta expedición era cuestionable y terminó siendo una operación de corsario.
Robert Clive (Lord) HMS Kingston, luego Lord Clive
¿Quién era Lord Clive?
El mayor general Robert Clive, 1r barón Clive , KB MP FRS también conocido como Clive de la India , era un oficial británico y soldado de fortuna que estableció la supremacía militar y político de la East India Company en Bengala. Junto con Warren Hastings fue una de las figuras clave en la temprana creación de la India británica .El capitan Capitán Robert Mc Namara, era un oficial de la East India Company Con estos antecedentes sumado a que el Barón Clive de Plassey rápidamente era conocido como el «Señor de los Buitres» (Cuando murió en 1774 era ya denostado por toda la sociedad) podemos imaginar quien financio y el porque al barco adquirió su nombre de Lord Clive Robert Clive se suicido en noviembre de 1774, a los 49 años.
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La nave Insignia
La nave insignia de la flota «Lord Clive» era una veterana guerrera de la Armada Inglesa con más de 60 años en sus cuadernas. Había tomado parte de la captura de Gibraltar en 1704, Vélez y Málaga en 1709 y Caspe en 1711, todas posesiones españolas. Había sólo transcurrido en Portsmouth en 1740, participando en los combates de Tolón (1744), Menorca (1756) y en la toma de la Bahía de Quiberón en 1759. Toda su campaña la había realizado como HMS Kingston.
La partida
El 30 de agosto, el “Lord Clive” conjuntamente con la “Embuscade” de 50 cañones (Según otros solo 40) y seis bergantines de 18 a 20, armados de guerra y dos embarcaciones de transporte, con cerca de mil hombres (800 portugueses), pusieron rumbo a Rio de Janeiro con Mc Namara como comandante y Hugo Stackhouse su teniente.
En Rio de Janeiro
Allí su gobernador Gomes Freire de Andrade, Conde de Bobadela reforzado su plantilla con la fragata Nossa Senhora da Gloria, de 38 cañones, ocho bergantines para el transporte, y una fuerza de 600 hombres bajo el mando del teniente coronel Vasco Fernandes Pinto Alpoin. Gomes Freire recomendó a desembarcar en la Ensenada de Barragán (cerca de la ciudad de La Plata), por su profundidad y porque no estaba protegido. El 20 de noviembre la escuadra dejó Río, cruzándose sin saberlo con las embarcaciones que llevaban a los prisioneros portugueses de la Colonia.
Mientras tanto en Colonia…
En los primeros días de enero de 1762 la fragata Victoria, con 26 cañones, comandado por el teniente de navío Carlos José de Sarriá, partió de Cádiz rumbo a Buenos Aires con órdenes de que el gobernador del Río de la Plata, Pedro Antonio de Cevallos, de atacar a la Colonia. Sarriá partió con la flota de 16 barcos hacia la Ensenada de Barragán, en donde permaneció hasta el 29 de octubre con los barcos de su mando: Victoria, Santa Cruz, tres avisos, ocho lanchas y tres buques corsarios.
El 1 de octubre del mismo año las fuerzas comenzaron a moverse hacia Colonia y el 5 de octubre comenzó el sitio de la plaza. 31 de octubre de 1762 Vicente da Silva da Fonseca, el gobernador de la plaza, capituló, entrando los españoles en Colonia el 2 de noviembre de 1762. Arrasaron la plaza fortificada, apoderándose de 140 piezas de artillería y abundantes pertrechos, cumpliendo la orden real del 4 de agosto de 1776. La orden era «Tomada dicha Colonia, la haréis demoler y destruir, cegando su puerto cuanto antes se pueda”.
Asi era Colonia en 1789 (Expedición de Malaespina)
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En Montevideo
Ya en diciembre, en aguas de Montevideo, la escuadra de Mc Namara apresó una pequeña embarcación española que les informó la rendición de la Colonia, por lo que decidió dirigirse directamente sobre Buenos Aires. Sin embargo, careciendo de prácticos del puerto no pudo ubicar el canal de acceso a la ciudad, rodeada de bancos de arena, por lo que retornó a Montevideo.
El 2 de enero, los escuadrones anglo-portugueses estaban apostados fuera Montevideo, con la intención de hacer un ataque, pero al día siguiente vinieron de Rio de Janeiro, órdenes para volver. Un piloto que estaba a bordo les informó que los barcos tenían mucho calado para entrar en Montevideo y aconsejaron traslado a Colonia, cuyos canales de acceso reclamado a conocer bien.
Cerca de Colonia
El 4 de enero 1763 anclados en el Riachuelo, 11 km al N.E de Colonia, ensayando un ataque sorpresa y varios ataques menores de sondear las defensas.
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Al mediodía del 6 de enero, los tres buques mayores se emplazaron por la banda de estribor frente a las principales posiciones fortificadas de la plaza: el Lord Clive frente al Baluarte de Santa Rita, el Ambuscade frente al de San Pedro Alcántara y el Gloria frente al de San Miguel. Aunque la historia dice que el Lord Clive primero comenzó a abatir el baluarte de San Pedro Alcántara.
Plano de Colonia 1762 con sus baluartes
Ubicacion de las naves a 400 mts. de la costa de Colonia
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El 6 de enero de 1763 las tres embarcaciones mayores de la escuadra, Lord Clive, Ambuscade y la fragata portuguesa Gloria entraron al canal del puerto de Colonia e iniciaron el ataque. Al medio dia el Lord Clive se prendió fuego, y duró hasta las cuatro de la tarde. Según el parte de los ingleses, dispararon tres mil treinta y siete cañonazos. Poco después de prenderse fuego, ardió el velamen Hubo 272 víctimas mortales, incluyendo el comandante de la expedición del capitán Robert Mc Namara quien murió durante la acción (Dicen que se dejo quemar) También pereció ”el datero” Joseph Reed. De los 78 sobrevivientes, 4 eran oficiales, 2 Guardiamarinas y 72 marineros. EL gobernador Cevallos luego de que los náufragos fueran interrogados ordenó que se le proporcionara un juego de ropa a cada uno de ellos. Los oficiales fueron juzgados sumariamente y ahorcados en la plaza.
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Del autor
La bala roja o “asada”
… “a las 16 una bala roja, una bala de hierro calentada al rojo vivo, desató un fuerte incendio en el Lord Clive,» Las balas quedaban empotradas en sus objetivos y ardían silenciosamente, sin provocar llamas, hasta que el fuego se desataba cuando nadie lo esperaba. Por lo tanto asumir que “le embocaron” a la santabárbara es una conjetura probable aunque, las crónicas viejas no hacen referencia.
Publicado en 1869 (En 1763, Pág. 39 )
http://archive.org/stream/coleccindedocume02odri/coleccindedocume02odri_djvu.txt
El resto de los tripulantes fue enviado a Buenos Aires y posteriormente internados en las provincias de Mendoza y Córdoba, donde algunos se asentaron, en tanto otros volvieron a su país de origen
Años después, tras la independencia Argentina, algunos de sus descendientes se encontraban entre los firmantes de una presentación efectuada en 1817 ante el general José de San Martín, quien organizaba en la provincia de Mendoza el Ejército de los Andes con el que libertaría Chile y Perú. John Heffernan, W. Manahan, Timothy Lynch, John Brown, John Young, Thomas Hughes, William Carr, Daniel Mac Geoghegan, eran descendientes de los prisioneros de la expedición de 1763.
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Cevallos fue el héroe de esta gesta y muchas otras sin duda la historia reciente esta en deuda. Sarria, capitan de la flota, un cobarde. El 8 de enero, la Victoria (26) estaba entrando en el puerto de Colonia del Sacramento, cuando una tormenta la lanzó contra las rocas. La fragata fue incapaz de echar anclas porque habían sido arrojadas al mar por orden de Sarría. Cevallos poner Sarriá y sus oficiales bajo arresto. En 1766, Sarría fue juzgado y absuelto por cobardía
En febrero de 2004 un equipo de buceadores dirigido por el argentino Rubén Collado encontró los restos del Lord Clive. (Ver video arriba)
Ahora, libre de cualquier amenaza de la escuadra anglo-portugués, Cevallos procedió a una expedición contra Brasil.
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Por su parte, el capitán William Robarts, de la Ambuscade, permaneció en Río al servicio de la marina portuguesa. Participó del escuadrón portugués al mando del británico Robert Mc Douall durante la guerra por Colonia de 1775-1777 donde elaboró un plan para atacar Buenos Aires, el que compartió con el entonces capitán Arthur Phillip, último defensor de Colonia.
Ese plan fue puesto por Phillip en conocimiento del gobierno británico y adoptado por Thomas Townshend, 1° Vizconde Sydney, secretario de estado del gabinete de William Petty Landsdowne. La flota al mando del comodoro Robert Kingsmill (1730–1805) partió el 16 de enero de 1783, pero el fin de la guerra detuvo su ejecución.
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