Si las sandías fueran cuadradas
…ocuparían menos espacio y no andarían a las vueltas en el carro, como ocurre con los zapallos y con las ideas, hasta que encuentran su ubicación.
¡Nunca digas estas cosas cerca de un japonés porque te toma la palabra y en pocas semanas ya las está cultivando! Y como te digo sandías, te digo melones, calabazas y hasta huevos. O peras con formas de bebés, que no las inventaron en Japón sino en China… aunque andá a saber.
Pero donde estas cosas funcionan es en Japón, donde hay pasión por la naturaleza y por la interacción con ella del ser humano y donde, también y muy particularmente, hay mercado que puede justificar el esfuerzo de producir cosas tan pragmáticas si uno piensa en el packaging, o tan creativas, que ese sí es el caso.
Permitime decirte en homenaje a nuestros horticultores, que si por aquí hubiera gente capaz de pagar por la creatividad justificando y rentabilizando el esfuerzo, te puedo asegurar que los uruguayos también figurábamos en la cartelera de las rarezas gastronómicas… a menos que nos pasara como a Franco Feroldi, un tano de Casalmaggiore, en la Lombardía, a quien se le ocurrió lo de la sandía cuadrada allá por 1995, luego de que en una curva, uno de los mejores ejemplares de su cosecha, que llevaba en su camioneta, rodara hacia un lado y se partiera, perdiendo su valor. ¡Porca miseria! Exclamó, ¡si fueras cuadrada, no andarías a las vueltas!
En 1997 Franco cosechó sus primeras sandías cuadradas, lo que puede probar, porque lo consignó el diario La Reppublica de ese entonces. Ahora, ya se sabe hasta qué punto la burocracia en Italia, en Uruguay y otros países, puede llegar a frustrar la voluntad de los hombres. Prudentemente Franco registró su sandía cuadrada para asegurarse los derechos de autoría y poder cobrar un cannon a quien quisiera imitarlo. El registro de invenciones de Italia le rechazó el pedido “por una falla en la realización de inventario”, sea lo que sea esa disculpa.
Ahora Franco trabaja con ahinco en la creación de una sandía piramidal. ¡¡Mala suerte Franco!! Te damos una malísima noticia: los mismos japoneses que te copiaron la sandía cuadrada, ya están produciendo la sandía triangular, con forma de corazones, de tetas… en fin, de la forma que quieras. Vos a los japoneses los ponés en un trillo y cuando querés acordar, no les ves ni los talones.
¿Quién en definitiva inventó la sandía cuadrada? ¡Andá a saber! Acá los veteranos recordamos la botella de grappa que adentro lucía un limón entero, imposible de introducir por el gollete. Estaban en todos los bares mientras se consumió grappa con limón; luego vino la Coca, el whisky berreta y toda una colección de bebidas y manjares foráneos. De casualidad se salvó la milanesa, pero en el proceso perdimos la Limol y los chorizos al vino blanco.
Imagino que ya sabés como se pone un limón entero adentro de una botella. Simplemente, cuando el limón es chiquito, sin sacarlo de la planta se lo introduce en una botella convenientemente sostenida en posición adecuada. Luego hay que esperar que el limón crezca y madure. Buena la triquiñuela, pero no sirve para explicar cómo diablos se pone un barquito con las velas desplegadas dentro de una botella, cosa que vemos con frecuencia.
No muy diferente es la maniobra para conseguir sandías y melones cuadrados. Cuando todavía son pequeños, se los introduce en una “horma” donde continúan su crecimiento y maduración. ¿Por qué razón a los japoneses les quedaron más prolijas y de mejor sabor que las de Franco Feroldi, cosa que él mismo reconoce pero no le encuentra mejor explicación que una cuestión de clima? Es que son japoneses, Franco, son laburadores de sol a sol, no los distrae un chianti ni unas caderas bamboléandose entre los surcos. Con esa sonrisita eterna entre los labios, son frenéticos laburando. ¡Quevachaché!
Además, tienen un bruto estímulo. ¿Sabés a cuánto puede venderse una sandía cuadrada en Japón? Hasta en 170 euros si es perfecta, ¿a cuánto la podrías vender en la Lombardía o en la mejor feria montevideana? Acá, en el caso de que pudieras venderla, si sacás 10 euros podés darte por contento, ¡de dónde vas a sacar entusiasmo para deslomarte por tan poca plata!
En Japón todo comenzó en Kagawa, donde parece que las inventaron hace como 30 años; mil disculpas nuevamente apreciado Feroldi, seguramente no estabas enterado o esta información es un macanazo, porque en lo personal respeto hasta la admiración a la horticultura italiana.
Para entender mejor este asunto, conviene que sepas antes que nada, que un melón en Japón, no es comparable a un melón en cualquier otro lugar del mundo y si bien una sandía ni se le acerca en cotización, igual está muy por encima de la media mundial. Cuando estuve en Japón, la cordial intérprete y guía me llevó hasta una tienda donde exhibían kimonos de 15.000 dólares y melones de hasta 5.000 dólares. ¡Qué locura! Era visible que el kimono había demandado muchas horas, posiblemente días, de trabajo, pero ¿y el melón?
Bueno, los melones de más de mil dólares se exhibían en primorosas cajitas de madera. No eran melones cualunque, eran los mejores melones de cada cosecha, impecables, sin una arruguita, con el grado de maduración más perfecto y seguramente también el sabor exquisito. Ocurre que así como en Japón dar propina en un restaurante es ofensivo, también agradecer (a un médico, por ejemplo) con un regalo con valor intrínseco, es igualmente agraviante. ¿Cómo se demuestra entonces que uno está particularmente reconocido por algo? Vos dirás que el melón es todavía mucho más costoso que la mejor lapicera o el mejor portafolios. Sí, es más costoso, pero no es imperecedero y ahí está la cuestión. El médico se lo papa junto con su familia, se acuerda del paciente reconocido y ahí terminó la cosa, que eso es justamente lo que se buscaba. Estos japoneses son insólitos, pero también admirables.
¿Y las sandías y melones tallados con la artesanía de un orfebre, como hacen en México? ¿Cuánto se pagarían en Uruguay?
La información consultada habla de un melón que se vendió en 23.500 dólares. Procedía de un cultivo en invernadero, donde a cada planta se le extirpaban todas las demás frutas, para que esa única creciera en absoluta perfección y se la protegía con un sombrero cuando la luz del sol, aún a través del invernadero, superaba lo recomendable. Te aclaro que se trataba de un melón redondo, porque el otro será muy original, pero no es lo tradicional y auténticamente valioso. También te aclaro, estamos hablando de nuestro clásico “melón escrito”, sí señor, ese mismo que en temporada de melones pagamos a algo así como 35 pesos el kilo. A las sandías, en su momento, las pagamos hasta 6 pesos el kilo y se las vende en montoneras que autorizan poner en cualquier lado, porque si no las venden en esa semana, se echan a perder todas ellas.
¿Y cuánto puede valer una sandía redonda en Japón? Por las mismas razones que el melón, puede valer 100 dólares, lo cual igual es un disparate; pero en ese país regalale la sandía a un podólogo que te hizo doler; no se la vayas a regalar a un cardiólogo porque capaz que tenés que reincidir y esas cosas no se perdonan.
Hay quien prefiere sandías con forma de senos de mujer y hay quien prefiere senos de mujer con forma de melones, todo tiene mercado.
Pues bien, las sandías cuadradas se hicieron famosas (no baratas, famosas) en Japón y la idea del cholulismo al cuadrado prendió fuera de fronteras. Los horticultores especializados las exportan desde la ciudad de Zentsuji, con sus correspondientes sellos de calidad, también en cajas especiales como los melones y con un peso casi exacto de seis kilos por unidad. El peso coincide por el asunto del molde y el cuidado especial hasta su maduración.
Este tipo de sandías fueron desarrolladas por un agricultor en Kagawa hace más de 30 años y se cosechan antes de que estén maduras, por lo que son en su mayoría no comestibles, así que en Japón su uso es otro: ser artículos de regalo. No son todavía muchas las unidades que se exportan, pero aseguran en el Japan Times, que Canadá compró unas cien sandías en el 2013 y unas cuantas más fueron colocadas en Moscú, donde las venden a unos 860 dólares la unidad. Igual que en Japón, la funcionalidad de la sandía, es la del obsequio.
Una de las fuentes explica con lujo de detalles cómo se elabora una sandía cuadrada. “El método para poder hacer que las sandías se hagan cuadradas es tan simple que a cualquiera se le hubiera ocurrido. Según Wiki How los pasos a seguir son los siguientes: elije una caja del tamaño que deseas que tenga tu sandía ya madura, ya que la sandía tomará la forma de la caja. En la planta de sandía elige una sandía que acabe de comenzar a formarse, tómala con mucho cuidado y colócala dentro de la caja. Riega con agua tu planta de melón de manera normal, si usas una caja de cartón para la sandía asegúrate de no dañarla con el agua. Cosecha tu sandía cuadrada, cuando la sandía esté madura y haya tomado la forma de la caja”.
Así nomás, pero ni lo intentes porque es un macanazo. Si encerrás la fruta pequeña en una caja de cartón donde no penetra el sol ni se ventila correctamente, tu sandía se malogrará en poquísimos días. La “horma” tiene que respetar las necesidades vitales del fruto. Esto me hace acordar de las recetas de las tías viejas, que hacían algún postre espectacular y al dar las indicaciones, prescribían algo mal, para que nadie fuera capaz de hacer las cosas tan ricas como ellas.
Una cosa bien diferente, pero rigurosamente probada, es la receta para hacer un huevo duro cuadrado. Acá tenés un video que te lo explica y es bien sencillo… en la medida que tengas un “molde para huevos cuadrados de Eddingtons”.
Parece que en España esos moldes ya están disponibles, junto con las instrucciones y las recetas, en las grandes tiendas del tipo de El Corte Inglés. Entonces, te proponen rellenarlos o acompañarlos con crema de atún, cortarlos en rodajas que quedan muy vistosas, etc. “Edingtons” es una marca inglesa de utensilios de cocina. ¿Lo querés encargar por internet? Dicen que el molde cuesta unos 9 dólares. Seguro que lo usarás unas cuantas veces, hasta que con el paso del tiempo, quede arrumbado junto con otras novelerías que compraste y que ahora te ocupan espacio en los anaqueles.
¿Y las peras con cara de bebé? Bueno, esas no son de Japón sino de China… por ahora. China, ya completamente inserta en el consumismo, es capaz de esto y de mucho más. En el caso, es lo mismo. Una adecuada horma colgando del árbol, la fruta creciendo dentro y el árbol cuidado con parsimonia oriental y ¡ya está! ahí viene una pera que no usará pañales, pero parece un bebe. Naturalmente, China también produce sandías, melones y calabazas cuadradas ¿qué cosa no produce China a no ser jugadores de fútbol medianamente buenos como para meterle miedo a un seleccionado?
Para que tengas una idea de cómo viene el asunto del consumismo en China, te cuento que el marketing de venta de estas peras, las presenta como “los bebés Buda”, gorditos, mofletones y con los ojos cerrados, como Sidharta Gautama, con el perdón de los presentes. ¿Qué más producen los horticultores chinos? Pues, por ahora, calabacines con forma de estrella, pepinos con forma de corazón… en fin, la imaginación no tiene límites cuando hay un estímulo monetario ya que con estas cosas no pretenderás que te levanten una estatua, ¿o si?
Guillermo Pérez Rossel
http://www.freshplaza.es/article/9105/La-verdadera-historia-de-la-sand%EDa-cuadrada
