Mandaban a los presos al otro lado del mundo
Gran Bretaña mandó a Australia a 160.000 hombres, mujeres y niños presidiarios. Algunos habían cometido crímenes graves… otros se habían tentado con una prenda de abrigo o un pedazo de tocino. Con esa materia prima se creó uno de los más formidables países.
Del “buenismo” uruguayo a la aterradora crueldad de entonces hay un abismo, pero ese exilio a veces era la manera de zafar la horca. Con esa gente fue creciendo la ciudad de Sidney. Era mejor destino que ser vendido como esclavo en los estados sureños de Estados Unidos.
Por Alberto Moroy
Muchos uruguayos en la década de los 70 marcharon para Australia –algunos preparados y otros no tanto– sin embargo a casi todos les fue bien y hoy disfrutan la bonanza de un estupendo pais que a pesar de la reciente volatilidad de la economía mundial, se ha mantenido con tasas de crecimiento importantes. Penosamente, Australia hoy es noticia por la magnitud de los incendios que están arrasando el país.
Millones de animales murieron
En la portada un cuadro de Ian Hansen, excelente pintor australiano, cuyo título es la llegada de la flota británica a Sídney Cave, ensenada en la orilla sur de la bahía de Sídney Australia (Port Jackson). Hoy vamos detrás de los motivos históricos que llevaron a los británicos a fundar en 1787 el emplazamiento de una colonia penal. Según dicen el término Australia fue utilizado por primera vez por capitán Matthew Flinders hacia 1800, derivado de la antigua referencia mitológica a la Terra Australis, la Gran Tierra del Sur.
Un viaje a Terra Australis Vol. 1 (capitán Matthew Flinders, usar traductor)
http://gutenberg.net.au/ebooks/e00049.html
Pintor Ian Hansen
http://www.ianhansenmarineartist.com/
Una digresión
La “Tierra austral incógnita“, lo que hoy conocemos como Australia, fue descrita por un jesuita español casi cien años antes de que el marino británico James Cook la descubriese en 1770, tal y como demuestra un manuscrito que la inteligencia artificial acaba de sacar a la luz. La carta, dirigida al rey Felipe V de España, es una de las muchas sorpresas que salieron a la luz gracias a Carabela, un proyecto de inteligencia artificial y aprendizaje automático (machine learning) desarrollado por científicos de la Universitat Politécnica de Valencia (UPV) y del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
En relación con este punto “Aguado Bleye45” señala cómo, en el año 1605, salió del puerto del Callao (Virreynato del Perú) una flotilla de tres naves: con 300 personas y provisiones para un año, al mando de Pedro Fernández de Quirós, quien, navegando casi siempre hacia el SO., descubrió muchas islas de los archipiélagos de Tuamotú, de la Unión y Banks, para luego, avanzando luego hacia el Sur, llegó al de Nuevas Hébridas, fondeando en la isla mayor del archipiélago. Creyó Quirós que era esta isla el continente austral y le dio el nombre de Australia del Espíritu Santo, en honor de Felipe III y la casa de Austria.
De padre jesuita Andrés Serrano
Cantidad de convictos
En total, unos 164.000 convictos fueron transportados a las colonias australianas entre 1788 y 1868 a bordo de 806 barcos. La mayoría de los convictos eran ingleses y galeses (70%), irlandeses (24%), escoceses (5%) y el restante 1% procedían de asentamientos británicos en la India y Canadá, maoríes de Nueva Zelanda, chinos de Hong Kong y esclavos negros del Caribe. A muchos convictos se les permitía viajar hasta Nueva Zelanda para comenzar una nueva vida tras recibir una libertad limitada, aunque no se les permitiera regresar a Inglaterra. Durante el período del traslado de convictos, la población australiana de origen europeo era escasa y necesitaba con urgencia mano de obra.
Convictos británicas en las costas de Montevideo 1797
Podríamos decir que fue una casualidad motivada por un motín. El periplo normal o al menos el más común era atravesando el Cabo de Buena Esperanza en el sur del continente africano, previa recalada en las Islas Azores y Rio de Janeiro, en total ¡¡13 mil millas náuticas!! En agosto de 1797 sale del puerto inglés Falmouth la fragata “Lady Shore” (316 Ton, 50% mayor que el Bounty) propiedad de la Compañía de las Indias con casi 170 personas con destino a Botany Bay (Australia). Treinta y tantos días más tarde, se produce un motín a bordo promovido por soldados irlandeses, franceses y algún alemán y polaco, llevan a la nave a Montevideo.
Sesenta y ocho mujeres convictas viajaban a bordo de ésa fragata convertida en cárcel flotante de prostitutas, condenadas por delitos menores y alguna a prisión perpetua. La travesía hacia escala en Rio de Janeiro y de ahí al cabo de Buena Esperanza en África. No obstante el motín los obligo a dirigirse a Montevideo. Entraron al puerto con bandera francesa, pero las autoridades españolas (Virreinato) confiscaron el navío, apresaron a los hombres y distribuyeron a las mujeres entre las familias de ambas orillas del Plata, según el relato de uno de los oficiales, John Black.
El motín de las cortesanas
http://viajes.elpais.com.uy/2018/01/09/el-motin-de-las-cortesanas-una-heroina-desconocida/
Los presos en Londres
Para no morir de hambre o no pasar frio mucha gente de los barrios pobres se veía empujada a delinquir. Los robos eran tan frecuentes que las leyes se endurecieron. Robar unos huevos o una pieza de abrigo podía comportar el destierro e incluso la horca si el delito se había cometido con violencia. A mediados del siglo XVIII las cárceles británicas empezaban a saturarse Ya por ese entonces muchos presos eran conducidos al Rio Támesis, donde eran encerrados en viejos barcos llamado “hulks”. Amontonados, mal alimentados y mal tratados los presos morían a causa de enfermedades.
Tyburn, lugar de ejecución pública en Londres (1388 -1783) 51°30’47.14″N 0° 9’32.35″w
Martes 19 de junio de 1759 Catharine Knowland, la última en colgar del árbol Tyburn
Los barcos carcelarios sobre el Támesis
Los primeros cascos estaban amarrados en el Támesis frente a Woolwich y la orilla opuesta. En el siglo XVIII había pantanos a lo largo de la costa norte y pocas personas vivían allí. En la costa sur, el Woolwich Warren era un laberinto de talleres, almacenes, patios de madera, barracones, fundiciones y campos de tiro. Los más representativos el Justitia, el Censor, el Chathan, el Dunkerque.
Cascos carcelarios ¡Duraron 80 años!
Conocidos como barcos carcelarios, estos buques desarmados fueron utilizados por Gran Bretaña durante los siglos XVIII y XIX para albergar a los prisioneros de guerra y aquellos que esperaban el transporte a las colonias penales. Llenos de muerte, enfermedad y desesperación, los barcos de la prisión reflejan el rincón menos orgulloso de la impresionante historia marítima de Gran Bretaña. Además, algunos cascos convertidos se encontraban entre los buques más famosos de la Armada Real. El uso de Hulks fue visto como una medida temporal, por lo que fue autorizado por el Parlamento por solo dos años.
Pero a pesar de las preocupaciones de algunos miembros que deploraron su inhumanidad, la Ley de 1776 duró 80 años. Fue regularmente renovado y ampliado en su alcance «para el castigo más severo y efectivo de los delincuentes”. En 1874 el gobierno británico aprobó una ley que autorizaba al transporte de los convictos al extranjero en estas cárceles flotantes. Estos barcos eran operados por compañías privadas que funcionaban bajo la fiscalización del gobierno británico.
Hulk en Woolwich principios siglo XVIII rio Tamesis ( Woolwich 51°29’51.31″N 0° 4’31.00″E )
El Discovery en Deptford, 1829 / El Guerrero Hulk (1781) anclado en Woolwich
Un día en la vida. de un condenado
James Hardy Vaux era un prisionero en el Retribution, un antiguo barco español, en Woolwich a principios del siglo XIX. Mientras esperaba ser transportado por segunda vez a Nueva Gales del Sur, recordó: Todas las mañanas, a las siete en punto, todos los condenados capaces de trabajar o, de hecho, todos los que son capaces de subir a los botes, son llevados a tierra a Warren, en donde se encuentran el Royal Arsenal y otros edificios públicos, y allí empleado en varios tipos de trabajo; algunos de ellos muy fatigantes; y mientras está empleado, cada pandilla de dieciséis o veinte hombres es vigilado y dirigido por un compañero llamado guardia. Estos guardias son comúnmente de la clase más baja de seres humanos; desgraciados sin sentimientos; ignorantes en extremo, brutales por naturaleza, y convertidos en tiránicos y crueles por la conciencia del poder que poseen.
https://www.royal-arsenal-history.com/woolwich-arsenal-prison-hulks.html
Prisioneros a América del Norte
A medida que la población carcelaria creció durante el siglo XVIII, el gobierno comenzó a enviar convictos desde Newgate y las prisiones del condado a colonias penales en el extranjero. Al principio fueron enviados a América del Norte durante siete años por delitos no capitales o de por vida para aquellos a quienes se les había conmutado la pena de muerte. En ese momento había más de 150 delitos capitales, incluidos delitos menores… Entre 1770 y 1830, 35.000 personas fueron condenadas a la muerte en Inglaterra y País de Gales, pero solo se llevaron a cabo 7.000 ejecuciones
Las colonias británicas en Norteamérica fueron utilizadas para el destierro penal desde principios del siglo XVII hasta la independencia en 1776. Durante el siglo XVII el viaje se hacía a expensas de los convictos o de los propietarios de los barcos. El primer Acta de Transporte de 1718 permitía a los tribunales sentenciar a los convictos a siete años de destierro a América. En 1720 un anexo autorizaba el pago del estado a los mercaderes contratados para llevar a los convictos a América. Según lo establecido en el Acta de Transporte, regresar del destierro antes del cumplimiento de la pena significa la pena de muerte.
El proceso de transporte terminó con la Guerra Revolucionaria Americana (1775-1783), que impidió que los británicos enviaran a sus convictos al otro lado del Atlántico. El número de convictos transportados a Norteamérica todavía no ha sido verificado con exactitud, aunque el Dr. John Dunmore Lang (ministro presbiteriano 1799-1888) estimo que fueron unos 50.000. Los primeros convictos desterrados a América fueron enviados a Nueva Inglaterra y la gran mayoría eran prisioneros irlandeses y escoceses. Algunos fueron vendidos como esclavos en los estados del sur.
La pérdida de Estados Unidos como un vertedero para los convictos británicos llevó al hacinamiento en las cárceles británicas a medida que los tribunales dictaban más sentencias de transporte. William Eden, el Ministro del Interior, estimó que se necesitarían acomodaciones alternativas cada año para aproximadamente 1000 convictos. Esto fue mucho más de lo que se podía meter en las cárceles ya abarrotadas de Inglaterra. El gobierno demoró la construcción de nuevas cárceles, prefiriendo buscar otros lugares para enviar a los condenados.
Prisioneros a Australia
Se anunció un nuevo plan en enero de 1787 cuando el gobierno decidió transportar a los condenados a Nueva Gales del Sur en Australia. El 22 de enero de 1788, la Primera Flota llegó a Botany Bay para establecer una colonia penitenciaria. Había más de 1500 personas, incluidos 548 hombres y 188 mujeres condenados. En realidad se establecieron en Sídney Cave, no en Botany Bay. A lo largo de los años, alrededor de 160,000 hombres, mujeres y niños fueron enviados a Australia.
Sydney Cove, Port Jackson Francis Fowkes 1788 / Actual
Amantes que van a Botany Bay
»Los ministros y sus compinches a Botany Bay
Los pasajeros y la tripulación de la Primera Flota se establecieron a lo largo de la costa en Sídney Cave en 1788. Habían llegado a Botany Bay, pero el área se consideraba un lugar inadecuado para el establecimiento de la primera colonia penitenciaria en Australia La Casa de Gobierno recientemente construida y el Fuerte Macquarie son visibles en esta pintura (abajo)
Fort Macquarie en Sídney Cave/ Así lo imagino Ian Hansen pintor australiano
El arribo Sydney Cove 1788
Así nació Sydney
Sídney fue fundado como un asentamiento convicto en nombre del gobierno británico por Arthur Phillip, quien llegó a Sídney Cave con una flota de 11 barcos el 26 de enero de 1788. En total, mil quinientas personas viajaban en la flota. De los 775 convictos, 193 eran mujeres, muchas jóvenes prostitutas. La flota zarpó de Portsmouth el 13 de mayo de 1787 y llegó a Botany Bay el 20 de enero del año siguiente, 8 meses para recorrer 12 mil millas marinas.
Más de cuarenta convictos murieron durante el largo viaje. En traslados posteriores la tasa de mortalidad aun fue más elevada. No todos los viajeros eran reclusos. También había entre ellos militares, funcionarios y familiares de éstos; incluso civiles no penados. Nunca se había trasladado tanta gente a un lugar tan lejano. Cuando la flota llegó a Botany Bay, al capitán le pareció que aquel no era el lugar más idóneo para establecerse. El agua escaseaba, la tierra no era muy buena para el cultivo. Por tanto, viajó hacia el norte hasta llegar a un profundo entrante, y decidió poner punto final al viaje allí. Había nacido lo que en el futuro sería Sídney.
Algunos oficiales y convictos escribieron diarios sobre la vida cotidiana en la colonia penal. Los que se han conservado permiten hacernos una idea de los obstáculos que tuvieron que vencer los colonos para sobrevivir en un lugar tan alejado de su país. Especialmente interesantes son los dos libros que escribió el oficial de marina Watkin Tenh
La expedición a Botany Bay, por Watkin Tench (Usar traductor)
https://ebooks.adelaide.edu.au/t/tench/watkin/botany/chapter1.html
Benelong Point 1804
Una vista de Sydney Cove, Nueva Gales del Sur. Artista: Francis Jukes, 1746-1812