Sorpresa: la máquina del tiempo es posible
¿Y cuál es la novedad? Si desde que nacemos viajamos hacia el futuro, aunque no queramos.
Claro que no podemos retroceder luego de averiguar en el futuro los números que saldrán en el Cinco de Oro; o viajando hacia el pasado, corregir todas las macanas que acumulamos y pretendemos no recordar. La estupidez es lamentablemente irreversible.
Pues bien, ni H.G. Wells creía en la máquina del tiempo, lo cual no le impidió escribir una novela que se continúa imprimiendo y filmando. Pero apareció una Universidad dispuesta a respaldar una nueva teoría según la cual es posible recorrer el tiempo. No lo podrán hacer las personas, pero al menos ciertas partículas, por ahora. Los científicos se refieren al bosón de Higgs que se podría producir en el acelerador y colisionador de partículas (LHC) situado en Ginebra. Esa partícula daría lugar a una segunda partícula denominada «Higgs singlet» y esa es la que podría incursionar en el futuro y en el pasado. Y esto armó un gran revuelo del que todavía se habla sin entender demasiado.
Veamos la explicación de Ronald Mallet
Cuando leí La Máquina del Tiempo tenía esa arrogancia de la adolescencia y concluí que no se podía viajar al futuro ni al pasado porque o ya no existen o todavía no son, pero en cambio se podía observar y fotografiar al pasado. ¿Cómo era posible? Sencillo si viajaba más rápido que la luz y luego se enfocaba un imposible telescopio, con el cual si ibas imposiblemente lejos, podías fotografiar tu nacimiento.
Pues bien, dicen que la velocidad de la luz es insuperable y, por otra parte, esa hipótesis de que el universo entero desaparecerá en centésimas de segundo para convertirse en pasado inexistente, te asusta un poco. Según esa teoría que nadie expone pero todos asumimos así nomás, sin reflexionar mucho, resulta que lo único que existe es el HOY, o peor aún, el Este Preciso Instante, en universos que se construyen y se destruyen uno tras otro en vertiginosa secuencia. Esto es al menos un poco complicado, pero mirá como pretenden explicarlo quienes difunden la información:
«Para entender este concepto usemos la popular imagen de una civilización de hormigas viviendo en la superficie de una esfera. Supongamos que estamos en un punto de la esfera y queremos viajar al exactamente el opuesto. En el mundo en el que viven las hormigas sería necesario recorrer la superficie de la esfera. Pero existiría otro método estableciendo una especie de puente interno que conectara las dos posiciones, acortando de esa manera el camino y el tiempo para recorrerlo. Los llamados agujeros de gusano se comportan como esos puentes. Son soluciones de la geometría del espacio-tiempo, utilizando la teoría de la relatividad general que permiten ligar dos regiones muy separadas en el espacio». Puede que a las hormigas les quede clarito, lo que es a mí, me confunde todavía más.
Cuando en 1895 H.G.Wells escribió «La máquina del tiempo», se basó en el Eternalismo, una teoría que todavía hoy permite a algunos la esperanza de transformar en convicciones algo que debería pertenecer al área del «solo se que no sé nada». El eternalismo sostiene que el tiempo y el espacio constituyen otra dimensión del universo físico, de manera que el futuro que vamos a recorrer ya está ahí y el pasado que ya recorrimos nunca dejó de existir. Lo cual es muy cómodo, pero te deja con la perplejidad de que no se podría modificar el futuro, es decir que el destino está escrito y que las cosas en realidad son eternas. Es decir, que ese dolor que sufriste en el dentista algún yo tuyo lo sufrirá toda una eternidad. ¡Qué complicado es todo esto!
Quizá te de la gana de considerar que todas son tonterías, pero mirá que por ahí anda la Teoría de la Relatividad de Alberto Einstein que le da sustento o pretexto a una cantidad de teorías tan curvas como lógicas. En todo caso, Wells no era ningún improvisador, era un tipo que sabía de todo y escribió un tratado de Historia a contracorriente de lo usual en Inglaterra, que sigue siendo una sublime muestra de objetividad. Ahora, si vamos a la Ciencia Ficción, en materia de viajes por el tiempo me quedo con Ray Bradbury, quien en «El sonido del trueno» describe una agencia de viajes (y eso lo coloca en boca para esta web) que recomienda a sus pasajeros temporales que en sus visitas al cuaternario no toquen nada para que nada se altere en el futuro…
Pero nunca falta un desprolijo que pise una mariposa. El Efecto Mariposa, que se prestó para muchas elucubraciones más, es justamente una serie de pequeños cambios que van alterando los factores interrelacionados, por pequeños que sean. Ahora, si el tipo hubiera pisado al primer primate, no estaríamos leyendo esto y el mundo estaría mejor equilibrado.
Es penoso, pero en inglés todo parece más creíble.
Para terminar con esta apresurada revista de la ciencia ficción y las cuestiones temporales, recordemos a otro grande como es Isaac Asimov, quien en su relato «!En blanco!» solucionaba otro de los problemas cruciales que deberá afrontar quien quiera inventar una máquina del tiempo que funcione, no como las leyes físicas lo permiten, sino como los entusiastas lo desean. Porque, vamos a imaginar que la máquina que traslade personas está inventada y vos pulsás el momento justo en que Ghiggia mete el segundo gol en Maracaná. Hasta tuviste la precaución de indicarle el lugar a la máquina, pero resulta que ese lugar en 1950 está en otro lugar del universo, pues nuestro planeta viaja por el universo con endemoniada velocidad. Como ves, es algo de nunca acabar, pese a lo cual a mucha gente le gusta creer, tanto como a otra le gusta mirar el horóscopo, pues vos no podrás hacerlo, pero parece que los astros saben exactamente qué le ocurrirá cada día a cada una de las 12 categorías de personas en que está dividida la humanidad. ¡Eso sí que es cerrarse a la evidencia!
Entonces, independientemente de lo que hayan descubierto en estos días, ¿es posible la invención de una máquina del tiempo?. Nada menos que Stephen Hawking asegura que no, basado en que nadie ha venido desde el futuro a visitarnos. Fue él quien acuñó la «Conjetura de protección de la cronología»… aunque admite la posibilidad de traslados temporales de partículos submicroscópicas. El problema es que, si se pudiera viajar por el tiempo, nos enfrentaríamos a paradojas que te pueden volver loco y que están descriptas en los links que te proporcionamos al final, junto con los links que procuran explicar como funcionaría este vehículo temporal para partículas diminutas.
Por diminutas que sean, no sortean el escollo de las paradojas, pues una partícula puede contener mensajes y los mensajes podrían alterar el pasado tanto o más de lo que podría hacerlo una mariposa. En cuanto al futuro la cosa es todavía más complicada, porque implicaría que existe un destino prefijado… o que hay infinitos destinos que nos están aguardando o que ya están allí, impacientes por nuestra llegada. Y ni te cuento de las responsabilidades de un libre albedrío que no vendría al caso y la horrible injusticia de una eternidad en el infierno para entes como nosotros, en ese caso incapaces de alterar el futuro y, por ende, condenados desde el nacimiento por más esfuerzos que hagan para portarse bien.
No vayas a creer que estos problemas paradojales vienen de ahora, ya ponían de cabeza a griegos del siglo V AC como Parménides y Zenón de Elea, quienes llegaban a negar la existencia del movimiento porque si lo hubiera, entonces detrás de lo que avanza estaría la nada. Y no hay nada tan incomprensible como la nada, pues solo con pensar en ella y ubicar allí tu atención, habrías destruido la inexistencia de todo. Y ya no sería la impenetrable nada.
Mirá, mejor que a la máquina del tiempo no la inventen. Y si lo hacen te sugerimos como primera medida, viajar en el tiempo hasta 1950 a José Ignacio y comprarte las estancias próximas por dos vintenes. Después volvés al 2011 y se las das a Valeria Mazza para que haga un bruto negocio y vos y ella se llenen de oro… solo para descubrir que ese no era el futuro que estaba escrito.
Ahora, antes de indicarte los links, por si querés volverte loco, acá tenés un video referido al mecanismo de Anticitera, un ingenio anterior al nacimiento de Cristo, que no debió ser hallado en caso en que los viajes por el tiempo fueran realmente imposibles.
Guillermo Pérez Rossel
http://es.wikipedia.org/wiki/Bos%C3%B3n_de_Higgs
http://es.wikipedia.org/wiki/Viaje_a_trav%C3%A9s_del_tiempo
http://es.wikipedia.org/wiki/La_m%C3%A1quina_del_tiempo
http://es.wikipedia.org/wiki/Eternalismo