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Vamos de paseo…

Algunas recomendaciones de Damián Argul para viajar en auto.


Conducir un  auto es una forma muy válida de viajar. No es la única,   ni mejor ni peor que otras, pero te ofrece múltiples ventajas y placeres. En algunos lugares como  México DF, Roma, Nápoles la India o Bangkok, por las características del tráfico manejar no es muy recomendable.

Para quienes no están acostumbrados a manejar en las alturas hay caminos  en los Picos de Europa (Asturias) o la Alta Cornisa (Costa Azul) que es mejor evitarlos. Para conducir por la izquierda,(volante a la derecha) como en el Reino Unido y otros países que mantienen  esa tradición tenés que estar muy seguro de tus reflejos.

En otros lados es indispensable, como Miami, por ejemplo, donde todo queda lejos, no hay un centro determinado y los taxis son muy caros. Lo mismo pasa en Los Ángeles donde nadie camina. En un cuento de Ray Bradbury un hombre fue detenido por sospechoso, estaba caminando en Los Ángeles.

Pero no necesario ir tan lejos, no es fácil  disfrutar las Sierras de Minas sin un vehículo propio.

Conducir tu propio auto es además es un placer. Dicen que los que elijen manejar en sus viajes se sienten dueños de su destino, sin las imposiciones de la cotidianeidad. Pero, sobre todo,  podés detenerte  cuando quieras, retroceder o dar vuelta para ver algo que te llamó la atención o cambiar de destino sin depender del buen humor de quien nos lleva (ni ver como caen las fichas del taxi.)

Las grandes ciudades pueden parecer abrumadoras por su tráfico lento o las dificultades para estacionar, pero de noche y los días feriados podés aprovechar mucho con tu propio auto. En Nueva York, por ejemplo, es muy bueno alquilar auto los domingos, se conoce muchísimo y siempre encontrás algo nuevo, desde Harlem a Battery Park.

En los alrededores de estas grandes ciudades siempre hay lugares que compensan una escapada. En las cercanías de Madrid, por ejemplo, Chinchón, Alcalá de Henares, Pedraza de la Sierra, Ávila o Toledo merecen el viaje.

Si en estas ciudades tener auto puede resultar ventajoso, el verdadero placer es hacer ruta.

-El Viaje al Cabo de Buena Esperanza desde Ciudad del Cabo (viajando entre los océanos Atlántico e Indico) una encantadora sucesión de  paisajes y  pueblos.

-La Costa Amalfitana cincuenta kilómetros inolvidables desde  a Positano.

-Bordenado el Báltico de Tallinn (Estonia) a Vilnius (Lithuania) atravesando Letonia. Hermosas playas, pueblos detenidos en el tiempo y centros termales.

-Nueva Zelanda. Isla del Sur. La ruta panorámica que desde Milford Sound una Fiordland a  Southland y la costa de Otago.

-El Valle del Loira con incontables castillos llenos de historia y belleza.

Las opciones son infinitas, pero no podemos olvidarnos del viaje por la Costa uruguaya desde Solís a José Ignacio, una ruta que maravilla a todos los viajeros que la recorren.

En estos recorridos uno de los mayores atractivos es perderse y encontrar lugares que de otro modo no hubieses conocido jamás. Otra gran ventaja de esta forma de viajar es la mayor posibilidad de elegir alojamientos  de acuerdo a tus gustos y posibilidades.

Te conviene siempre calcular el tiempo disponible para cada recorrido ya que las visitas y los rodeos generalmente insumen más tiempo del previsto.

Ahora los chóferes tienen  un aliado formidable que te lleva de la mano por cualquier ruta, los GPS o Never Lost. Cuantos altercados matrimoniales se hubiesen ahorrado de haberse inventado antes.

Para planificar un viaje por carretera es muy útil recurrir a mapquest.com o viamichelin.com. Este último te señala la ruta, lo que hay en el camino y hasta te indica el costo de los peajes y de la gasolina que podés gastar.

No queremos dejar de mencionar las “rutas del vino” que son un verdadero placer y una enriquecedora experiencia. En zonas vitícolas como Mendoza, Napa Valley, Alsacia, Epernay o La Rioja.(España) ves paisajes, tradición y cultura que te hacen más disfrutables las degustaciones.

Cabe sugerir que  un chofer   permanezca abstemio. ¿Quien se ofrece?