La capital mundial del grafiti

Esta deberías leerla vos, que andás estropeando monumentos.

En apariencia hay dos soluciones para acabar con el fastidio de los que escriben las paredes y no respetan monumentos. Una de ellas es cortarles las manos, como en la edad media, porque la advertencia”prohibido fijar carteles” a esta altura es realmente patética. La otra es dejarlos que hagan lo que les parezca y confiar en que estás cobijando una nueva forma de arte.

Antes de concluir que esto es un disparate pensá de nuevo en dos cosas. La primera es que andar pintando las paredes parece algo absolutamente inseparado del género humano. ¿Se te ocurriría ir a borrar las pinturas rupestres de Altamira? Y la dejo ahí porque capaz que para alguno es una hipótesis de recibo. La otra cosa que podés pensar es la que te proponemos en este artículo sobre Wynwood Art District, en Miami.

Si sos un tipo estructuradamente culto, en este mismo momento hacés zapping y te vas de esta web con un intelectual gesto de asco. ¡Miami! Hablame de Paris, de Bilbao, de Florencia, de Berlín y hasta de Nueva York, pero ¡¡Miaaaami, por favor! Ahora, si sos un tipo culto de verdad, le prestás un poco de atención y después resolvés, o mejor aún, no resolvés nada y dejás decantar el asunto en ese rarísimo crisol donde todo nuestro conocimiento, prejuicios, educación, etc, se rejuntan para elaborar juicios de valor individuales, no transferidos.

El Wynwood Art District es un barrio ubicado al norte, dentro del condado de Miami Dade. Inicialmente era el barrio de los portorriqueños, pero hoy fue conquistado por oficinas, condominios y muy especialmente, por museos y galerías de arte. Si querés saber más andá a http://www.whatmiami.com/news/art-walk-takes-over-wynwood

¿Quién lo hubiera esperado del “Little San Juan” o “El Barrio”? Pero los boricuas se fueron disolviendo ante una imparable oleada de hondureños y nicaragüenses primero, para luego ser conquistado por residentes de segunda generación, es decir, hijos de latinos e inclusive descendientes de gente de Europa y cualquier lugar del mundo que está asistiendo al loco crecimiento de la ciudad que acoge más inmigrantes. Y que abran el ojo todos los odiosos xenófobos del mundo, porque Miami está cada vez mejor.

En cuanto al Wynwood Art District, que tiene unos 15.000 residentes permanentes, debió abrir restaurantes, cafeterías y todo tipo de servicios, para acoger a la gente de paso que llega atraída por los grafitis en las paredes y por las muestras en decenas y decenas de galerías de arte. De día es una maravilla, pero de noche es un educado jolgorio multinacional.

Al final tenés un listado de galerías, todas con su sitio web, de manera que podés consultar las colecciones que tienen actualmente en exhibición, nosotros nos contentaremos con mostrar lo que se ve por la calle y algunas cosas que se muestran en Internet porque a alguien le parecieron maravillosas. Nosotros nos quedamos en el molde porque sobre gustos y artes hay demasiado escrito y porque ya se nos anticiparon en decir disparates tan gigantescos como que, en vida de Van Gogh, se aseguraba que su pintura no valía un pito. Solo la apreciaba su hermano… también Gauguin, mirávo.

Cada segundo sábado todas las galerías abren gratuitamente y se programan espectáculos que atraen a enorme cantidad de personas, porque ahí, la gente de arte colabora entre sí en lugar de andar cerrándole el camino a nadie. En cuanto al barrio de Miami, no quisiera pensar que tanta gente concurre solo por la copa de vino y los bocadillos que se sirven.

Esos días es prácticamente imposible estacionar, de manera que lo que se ha puesto de moda es la visita al distrito en grupos de motonetistas. La iniciativa la tuvo la compañía Roam Rides, que organiza un recorrido de dos horas de duración que comienza todos los días a las 11.00 am en South Beach y corre por Venetian Causeway. Cuesta nada menos que 75 dólares, pero incluye un almuerzo en la zona. Paran en unos cinco lugares donde puede apreciarse la mayor cantidad de grafitis callejeros, entre ellos (por si vas por las tuyas) el viejo edificio de Royal Crown Cola totalmente colonizado por los pintores callejeros.

Tanto éxito tuvo la excursión, que la compañía ya abrió otros dos circuitos: el Gallery Tour que ofrece lo que su nombre indica, y el Collection Tour, que lleva a las colecciones Rubell o Margulies, con un importante acervo de pintura, escultura, instalaciones, videos y fotografías.

Pero aunque el arte te importe un pito, podría interesarte el hecho de que los vehículos de estos tours son auténticas motonetas Vespa de los modelos LX 50 y S 150, virtualmente desaparecidas. Las tienen muy cuidadas, porque saben que es una parte importante del atractivo del tour.