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El más grande… por dos centímetros

El Allure y el Oasis parecen iguales, pero hay una diferencia mínima sustancial.

Según un artículo recogido por http://www.portaldeamerica.com, fue la vanidad del capitán del primero de ellos, lo que determinó dos centímetros agregados a su longitud, instrascendente en muchos sentidos, pero suficiente para que transformarlo en el crucero más grande del mundo. Arnie Weissman conoce del tema y nos ilustra sobre la evolución que se está registrando en los gigantescos cruceros. Como verán, esos dos centímetros no son las únicas diferencias entre dos naves aparentemente iguales.

El barco de la Royal Caribbean Cruise Ltd., Allure of the Seas, recién bautizado, y su hermano de un año, Oasis of the Seas, tienen notables diferencias. Igualmente cualquier viajero que se embarque en uno de estos barcos de Clase Oasis, va estar impresionado de la misma manera y por las mismas cosas.

Las mayores novedades que ofrece el Allure no estarán entre lo que mas le impresione y cuente a sus amigos cuando vuelva. La tienda Guess de accesorios, Starbuck’s, Rita’Cantina (Restaurant Mexcicano), Hot Dog House, Samba Grill (churrascaría brasileña) y la Galería de Arte Britto pueden ser recordados pero no más que otros restaurantes y tiendas.

¿Se imaginan la cara de nuestros bisabuelos si se enteraran que ahora se puede ir a Europa en un barco pero con estas comodidades?

Que el show del Oasis sea “Hairspray” y el del Oasis sea “Chicago” no hace una gran diferencia. Pocos notarán algunos cambios en la cabina y solo quien conoce bien el Oasis se dará cuenta que los Boardwalk Donuts se movieron de babor a estribor. Pero el Allure mantiene lo más llamativo del Oasis, que radica en su aspecto general y no en los detalles. Lo llamativo es como ambas naves siendo tan grandes ofrezcan tantos rincones de tanta intimidad. Los restaurantes de especialidades son relativamente pequeños y los clubes no son más grandes que los de cualquier otro crucero.
El área del Parque Central es remarcablemente tranquila en ambos barcos. Incluso hay lugares poco publicitados y difíciles de encontrar, en particular si usted se encuentre en la cubierta de sol del deck 14 le parecerá que lo tiene todo para usted. Se accede por un corredor de dormitorios sin ninguna señalización.

Como su hermano mayor, el Oasis, aprovecha su tamaño para ofrecer algo diferente. Nunca vi hot tubs exteriores tan grandes, y el comedor principal de múltiples niveles, por su decoración y tamaño merece el nombre de “Grand”.  Aunque no lo parezca el Allure es, por dos centímetros, el crucero más grande del mundo: el deseo del capitán de presumir, hizo modificar los planos aún por tan poco.

En los cruceros se ve mucha gente por las escaleras, quizás tratando de bajar algún kilo, pero no pasa esto en el Allure donde la verticalidad de las escaleras es un poco intimidante, especialmente si usted sale de la Disco a las 4 am, en el puente 4 y quiere ir a su loft en el piso 17. Como resultado las escaleras son un lugar reservado, decoradas por obras de arte, donde uno puede detenerse a reflexionar y recuperar aliento.

Para mí el Allure y el Oasis plantean una cuestión fundamental a la industria: ¿están las actuales categorías de cruceros: Contemporáneo, Premium y Lujo, todavía adecuadas  a la realidad?

En estas compañías, y otras de  tipo contemporáneo, un pasajero puede tener una experiencia de lujo. Se puede pasar una semana por veinte mil dólares, ocupando un loft de dos pisos y comer en los restaurantes de especialidades tan bien como en cualquier crucero de lujo. Las compañías de cruceros han estado probando este juego de las categorías. El presidente de una compañía Premium me confesó que ellos podían calificar para contemporáneos, pero finalmente habían decidido ser el más barato de los Premium que el más caro de los Contemporáneos.
Le pregunté al CEO de RCCL, Richard Fain, a que categoría pertenecían los barcos clase Oasis, ”durante años sostengo que las categorías no significan nada. Muchas veces se compara un restaurante italiano con uno japonés, no es que uno sea mejor que el otro, son dos cosas diferentes” me contestó Fain. Señaló la gran variedad de gente que hay en sus cruceros: ”algunos  han ahorrado diez años para acceder a la cabina interior más económica. Hay otros que el dinero no les preocupa y viajan en cabinas dos veces y media más grandes que una casa promedio en los EEUU. El Allure y el Oasis están en su propia categoría.”

“Durante muchos años hemos luchado con esto de las terminologías, dijo Fain, “en Azamara hemos decidido desarrollar una una nueva categoría: DeLuxe. Pero Larry ( Larry Pimentel Presidente de e Azamara) dijo que no tiene sentido. Azamara es una línea top de alto nivel y que no tiene sentido hacer diferenciaciones arbitrarias. Decidí abandonar la lucha  de crear una nueva terminología.”

Las compañías de cruceros se preocupan por todo esto y ahora más motivadas por el rápido éxito de Ocean Cruises que está un escalón más arriba de las categorías Premium y Lujo. No recuerdo otra época, como la de estos últimos dos años, donde han aparecido tantos  atractivos barcos nuevos, construidos sin pensar en las categorías tradicionales.

Si las nuevas categorías ya no sirven sugiero tirar por la borda todo eso y abandonar esas nuevas descripciones que confunden y no le aclaran al consumidor sobre lo que están comprando.

fuente: Travel Weekly