No te creas que vas a encontrar leones a la vuelta de la esquina, pero por las dudas, no hagas movimientos bruscos.
Son canguritos en miniatura, preciosos, pero no los desafíes a jugar rugby porque son la enseña australiana.
A veces nos damos coscorrones, pero no me digas que no es fantástico que seamos vecinos y hermanos.
No te podés olvidar de la sillas de ruedas a menos que haya ocurrido un milagro.