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Los parques africanos

No te creas que vas a encontrar leones a la vuelta de la esquina, pero por las dudas, no hagas movimientos bruscos.

Ese y otros consejos es lo que nos trae el nuevo amigo Pedro Pausanias, que estuvo allí y volvió, lo que prueba que lo que a él le recomendaron lo cumplió a rajatabla. No es que haya tanto riesgo porque vas acompañado por gente que sabe protegerte, pero siempre hay algún papanatas y también hay viajeros que no se comportan ¿civilizadamente? en una reserva de flora y fauna. Así que ya supondrás dónde te gritarán que te pongas la lata de cerveza cuando estés a punto de cometer una barbaridad. 

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Llevamos un largo rato recorriendo los caminos del Parque Kruger, después de la excitación al descubrir la primera jirafa mimetizada entre los altos árabes, seguimos admirando manadas de gacelas de diferentes “modelos”, hienas, y cebras  .  Nuestro Lan Rover lo conduce un rubio “ranger” que parece salido de un set de Hollywood, en  un asiento trasero elevado  un rastreador africano (game tracker),  armado con  fusil, busca atentamente los animales más esquivos. Sus huellas, sus rastros y todo lo que indique su invisible presencia. La naturaleza ha previsto que  los animales se mimetice con los colores y dibujos de la vegetación.

De repente un llamado por radio avisa que otro grupo  ha encontrado  unos elefantes y comenzamos una carrera desenfrenada a campo traviesa, dando saltos, derribando arbustos y esquivando ramas, llegamos frente a los grandes animales, uno de los cuales nos mira enojado. No es necesario ser un experto para darse cuenta cuando un elefante está enojado.  El ranger, combina co su colega del otro jeep para que lado salir en caso de una posible embestida. Las máquinas de fotos se disparan incesantemente.

Es el momento culminante de nuestro viaje, atrás quedaron la espectacular belleza de Ciudad del Cabo, la Ruta Jardín, de bien ganado nombre, Durban y su mercado hindú, las cálidas playas del Indico, el país de los zulúes y Swazilandia, un reino independiente que formaba parte de la antigua Basutolandia.

Todavía nos faltaba ver  leones, hipopótamos, búfalos, rinocerontes, el esquivo guepardo (sheeta) y otras de las140 especies de animales mamíferos que pueblan la zona. Las posibilidades de ver tigres no es posible,  no los hay en África.

El servicio de la reserva privada (Game Lodge) donde nos quedamos es impecable Las cenas “braai” alrededor del fuego, (”boma”) y bajo las estrellas se vuelven momentos imborrables.

La carne se asa en el medio y un tentador buffet está servido a la luz de las velas. Música y danzas locales animan la velada. Todo un premio a un agitado día de safaris.

En cuanto a la vestimenta, no quieras ser original. Ni la tontería de Clark Gable y Grace Kelly en Mogambo porque vos no sos tan vistosa como ellos, ni la ridiculez del apego étnico. Sencillito y cómodo, como los de la izquierda.

Junto con el partido Uruguay-Ghana en la Copa FIFA 2011 no debe haber, en Sud Africa, jornada más emocionante que esta. Ubicada en nuestra latitud, y con climas similares los meses de octubre a abril, son los mejores  para visitarla. Hay variadas versiones sobre cual es la mejor época para ver animales, si la temporada seca o la de lluvias, pero lo cierto es que siempre es posible ver  varios de ellos.

Países  como Kenia, Tanzania, Bostwana, Uganda y Namibia ofrecen las posibilidad de  safaris,  siendo Sud África el más recomendable para viajar por el conjunto de atracciones y lugares para conocer. Dentro de ella, la zona de safaris más importante es el Parque Kruger que ocupa  casi dos millones de hectáreas, tiene un largo de sur a norte de 360 kilómetros y un ancho de oeste a este de sesenta.

 

La proporción área-cantidad de animales, aunque son varios miles, indica que no nos vamos a encontrar  con lo que buscamos a la vuelta de la esquina. La búsqueda es   el elemento más excitante de todo el viaje.(“Lo importante es el camino· dijo el maestro Tabárez. )

Dado el tamaño del parque, no es posible abarcarlo en un viaje de duración normal. La zona Sur es la más recomendable, acá la vegetación es de tipo sabana, formada por montes de arbustos, principalmente el llamado mopane. A medida que avanzamos hacia el norte la vegetación va cambiando, es un área menos concurrida, pero la cantidad de animales disminuye, aunque es el mejor lugar para el avistamiento de aves. Hay varios sitios arqueológicos con ruinas de la Edad de Piedra.

En el Norte está en marcha el proyecto del parque transfronterizo Gran Limpopo, que une al parque sudafricano con otros parques de Zimbabwe y Mozambique.

Existen diversas posiblidades de recorrer el parque, incluso hay senderos para bicicletas y recorridos a pie en la cercanías de los campamentos, que se realizan  acompañados por guardias armados. En estos caminos lo que más se aprecia, debidamente explicado por expertos guías, es la vegetación, el avistamiento de pájaros y algunos mamíferos más sociables. De todos modos la mejor forma de ver animales, es en  distintos vehículos descapotables de tamaño mediano.

Las salidas son a toda hora siendo  la más recomendable al amanecer. Las nocturnas son muy emocionantes, pero las posibilidades de avistamiento son menores. Los noctámbulos son generalmente más tímidos.

Para tranquilidad de los viajeros es bueno señalar que los vehículos para safari se estacionan muchos días en el campo para que los animales los vean como parte de su hábitat. En las recorridas  con el olor de la gasolina y los neumáticos los animales no captan nuestra presencia, de ahí la indiferencia de las fieras cuando nos acercamos a elllas. No hacer movimientos bruscos  es aconsejable y andar a pie no está permitido ni aún para aquellos que se creen Indiana Jones.

Hay muchas facilidades para los viajeros, en algunas zonas protegidas se ofrecen todo tipo de servicios, donde no faltan las tiendas de artesanía. También hay un campo de golf de nueve hoyos. Pero no es un parque de atracciones ni un zoológico. Aquí los reyes son los animales, que reciben la máxima protección y hasta se puede sentir que los que estamos encerrados somos los turistas y los bichos nos observan. Dentro del los límites del Parque Nacional hay campamentos con distintas facilidades de alojamiento que  peden ser en campings con carpas o bungalows.  algunos en concesiones privadas de gran nivel.

En los alrededores se encuentran las Reservas Privadas, que son como grandes estancias de miles de hectáreas. Las hay de varias categorías, algunas como Singita, siempre figura entre los mejores hoteles del mundo. La duración aconsejada es de cuatro días y es una buena idea combinar un campamento dentro del Parque con una Reserva Privada.

Algunas optan por otros alojamientos en los alrededores del Parque, en la Provincia de Mpumalanga que tiene  agradables ciudades y más de cien comunidades que mantienen sus costumbres tradicionales. Algunas como las IsiNdebele  continúan decorando sus viviendas con coloridas formas geométricas.

Como la búsqueda y el avistamiento de animales lleva su tiempo, es bueno hacerse un rato para contemplar el paisaje, sentir sus aromas y sonidos, dejarse envolver por esa atmósfera tan especial, recodar lecturas y películas, entresoñar, en fin, vivir una verdadera experiencia africana.