No te quejes si lo que te piden para ser buen católico es ir a misa los domingos; mirá lo que el taoismo le pide a sus fieles.

Extraña paradoja: desde el siglo II la gente trepaba a esta montaña sagrada en busca de la inmortalidad; sin embargo ahora (y seguramente antes también) mueren más de cien personas por año tratando de llegar a la cima. Eso es lo que aseguran varias webs no oficiales, otras lo niegan. Para llegar a la cima hay que trepar por un sendero que quizás sea el más peligroso que existe. Ojo con esto, porque hay opiniones discrepantes: hay quienes sostienen que es un paseíto, a pesar de lo que se ve en las fotos. Habrá que ir.

Hay un tramo de ese camino, conocido como Changong Zhandao, que consiste en una pasarela de unos 30 centímetros inseguramente colgando en las paredes de un acantilado vertical. Algunos dicen que mucho peor es el tramo “Dragón Negro”, excavado en la roca y mucho más angosto que el anterior. Pero, al menos, está fijado en la roca y no suspendido sobre tablones enclenques, sujeto con grampas oxidadas y con unas cadenas también oxidadas en varios tramos. No sé si quien llega al templete arriba de todo conseguirá la inmortalidad, pero se la merece.

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La montaña sagrada de Hua Shan no está en el fin del mundo, no es el final de un camino en el que no hay ninguna otra cosa, no señor. De hecho está a solo 120 kilómetros de Xi’ian, la ciudad a la que van todas las personas que quieren conocer esa maravilla insensata que es el ejército de terracota enterrado a la espera de quien sabe qué llamado a la vida. Está compuesta por cinco picos, de los cuales el más alto es el pico Sur, con 2.160 metros, pero el carácter de sagrado lo tiene toda la montaña.

Es sagrada para los taoístas, o al menos una rama de esa religión o filosofía, la cual considera éste como uno de los caminos hacia la perfección que es la inmortalidad… pero no como nosotros la concebimos. Toda religión tiene su profeta y en este caso lo fue Lao Tse, quien se supone que andaba a las vueltas por el siglo VI antes de Cristo y tenía ideas sustancialmente diferentes a las que animaron a las tres grandes religiones occidentales. El taoísmo venera a los antepasados, a la naturaleza, cuida a los ancianos y considera que el universo está gobernado por tres fuerzas que se oponen y a la vez se complementan para funcionar como una unidad que es el Tao. Si señor, adivinaste, las dos que se anteponen son el Yin y el Yang.

La montaña es un lugar religioso al menos desde el siglo II de nuestra era, cuando ya se describe un templo taoísta en la base del pico del Oeste. Los sacerdotes sosten´kian que en las montañas vivía un dios del mundo subterráneo y que era posible comunicarse con él a través de monjes que tenían ese privilegio. Ya había peregrinos que lograban trepar hasta la cima, no solo por cuestiones religiosas sino también para buscar plantas medicinales.
Dicen las fuentes que Kou Qianzhi (365-448) fue el fundador del movimiento taoísta conocido como Maestros Celestiales del Norte y que fue en esta montaña donde el legendario sabio taoísta Chen Tuan consiguió la inmortalidad. En 1230 todos los templos de la montaña quedaron bajo la autoridad de la Escuela Quanzhen, pero en 1998 la Asociación Taoísta de China se hizo cargo de casi todos los templos por razones no tanto religiosas como medioambientales, pues su objetivo era alejar a los cazadores y leñadores furtivos.

Los conocedores aconsejan tomar el autobús (en lugar del tren) desde Xi’an para llegar a Hua Shan. Lo podés tomar a tu misma llegada a la ciudad, en la propia estación de ferrocarril. Dicho sea de paso, es la misma estación de donde se parte para ir a visitar a los Guerreros de Terracota. El viaje demora dos horas y la experiencia bien vale los 30 yuan que cobran. Otros 10 yuan de taxi te llevan hasta la entrada, aunque puedes ir caminando (15 minutos).

Deberás agregar 180 yuan para entrar al parque, o la mitad en el caso de que puedas demostrar que sos estudiante. Dicen que te dará el tiempo para trepar, desafiar la muerte de ida y de vuelta y todavía tomar un tren de regreso, pues hay servicio hasta medianoche. El autobús termina su servicio antes. Pero los expertos te recomiendan disfrutar de la puesta de sol y el amanecer en plena cumbre, en las casas de huéspedes que solo ofrecen habitaciones compartidas. Al pie de la montaña hay hotelitos y hostales más confortables.

El camino más popular hasta la cumbre norte, comienza con un sendero más que confortable, pero pronto llegarás a unas escaleras que te pondrán los pelos de punta, empinadas hasta casi 90 grados y con unos escaloncitos de nada tallados en la roca. Al costado, una cadena como para agarrarte con uñas y dientes pues si te caés no contás el cuento. ¡Ni se te ocurra emprender el sendero con el palo de selfie! Porque más adelante encontrarás un tramo, que no es demasiado extenso, pero es una prueba de fuego para los que padecemos el más mínimo vértigo.

Por si querés experimentar el terror en carne propia

.Las fotografías y videos abonan lo de la peligrosidad, pero como dije, hay quienes opinan lo contrario y poco menos que aseguran que es un paseíto. El español que escribió el post http://www.saporedicina.com/es/hua-shan-es-el-sendero-mas-peligroso-del-mundo , dice que fuma como un murciélago, que no hace ejercicio y que –sin embargo- no tuvo problema alguno en llegar a la meta. Y Sborto Zhou dice que los viajeros chinos, ninguno de los cuales da una imagen atlética, también llegan aunque la subida les insuma seis horas. Estamos hablando de la más complicada de las tres rutas, pero luego se puede bajar en teleférico (¿y recién ahora me contás que no hay que sufrir lo indecible?).

.Pero en el otro extremo tenés la incontestable realidad de unos tablones grandes, pero enclenques, sujetos a la roca con unas barras de metal oxidado, unas cadenas colgantes sujetas con otras barras, todo con una apariencia de cualquier cosa, menos de fiable. Y el abismo allí abajo, esperando.

Ese tramo del sendero se denomina Hangkong Zhandao, que significa “Camino de tablas en el extenso cielo”. Dice el español que ahora es obligatorio el uso de arnés de seguridad para internarse en este tramo… pero no es lo que muestran algunas de las fotografías, donde puede verse a viajeros internándose donde ya no hay cadenas,  a uno ¡haciendo un paro de manos! sobre los tablones y a un niño encaramándose hacia un destino incierto, seguramente bajo la mirada de los padres. No le eches la culpa a los chinos, que ponen todos los vigilantes que pueden… la gente puede llegar a extremos inimaginables de inconsciencia.

.Para mí están todos locos menos el desgraciado muchacho sin piernas que con una amplia sonrisa que testimonia su fe, sube a la montaña con la ilusión de que las deidades taoistas no prometan en vano como hacen los políticos. En su lugar, aunque muerto de miedo, creo que haría lo mismo.

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A esta ruta complicada la denominan “el sendero de los soldados”, pero hay otra ruta bastante más fácil y menos peligrosa… claro que esa no brinda la esperanza de inmortalidad taoísta, que tampoco debés interpretar como inmortalidad con la misma identidad que tenés ahora. La cosa es bastante más complicada y siempre te tenés que portar bien, es como una manía que tienen todas las religiones de exigirte buena conducta como si fueras a sacar el pasaparte… que algo de eso hay. Y también está la solución del teleférico, pero eso es casi vergonzoso, además de que cuesta unos 150 yenes más de los que ya gastaste.

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Guillermo Pérez Rossel

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• http://www.damo-qigong.net/huashan.htm
• http://www.ssqq.com/ARCHIVE/vinlin27d.htm
• http://www.youtube.com/watch?v=4nq0vtU-LVc
• http://photos.dzavy.net/v/china2009/huashan/
• http://www.youtube.com/watch?v=72rN5zO2T7A