Vapor de guerra HMS Gordon varado en Montevideo
Hasta parece chiste que un poderoso barco de guerra haya varado en las orillas del arroyo Miguelete. Pero los veteranos del río, la bahía y las tormentas, saben que cuando el infierno se desata, no hay nave ni adiestrado marino que pueda someter esas fuerzas naturales.
Además, Alberto nos describe con lujo de detalles, las armas revolucionarias que potenciaban esos vapores. Inglaterra ya mostraba esa supremacía marítima que pocas veces le discutieron.
Por Alberto Moroy
Juan M. Besnes e Irigoyen fue el pintor y caligrafiasta uruguayo de origen vasco que pintó esta pequeña acuarela desde las cercanías de la calle Francisco Maciel, 8 de la mañana del 10 de mayo de 1844. El título dice: “naufragio vapor Gordon”. En realidad fue una varadura en las cercanías del arroyo Miguelete. El episodio del «Gorgon» llamó la atención de la sociedad montevideana en momentos de alta tensión político-militar, a poco más de un año del inicio del sitio de la ciudad por las tropas de Manuel Oribe.
La acuarela de la portada se encuentra en el Museo Histórico Nacional. Una vez culminados los trabajos de rescate, algunos asombrados residentes de la ciudad sitiada enviaron al Capitán Hotham una carta de reconocimiento; entre los firmantes se encuentra Besnes, nuestro dibujante. En su respuesta, Hotham les dice lo siguiente: “Mi familia sentirá orgullo cuando sepa la noticia; la carta de Uds., quedará como una herencia vinculada, y será una prueba de que los sinceros deseos, unidos a la perseverancia, hallarán siempre su recompensa”.
Del compilador
El papel de Gran Bretaña en la creación de Uruguay fue crucial. Empleó barcos de la Estación de la Costa Sur de América para ayudar a preservar que el estado uruguayo no fuera “tironeado” entre las repúblicas gigantes y antagónicas de Argentina y Brasil. Si bien el objetivo de Gran Bretaña era garantizar que el Río de la Plata y el río Paraná permanecieran abiertos como un medio de comunicación y comercio de sus productos, realizó tareas de patrullaje a fin de preservar sus intereses geopolíticos en esta parte del mundo.
La Historia de hoy bien pudo girar en torno al bloqueo de Montevideo y a las dos batallas posteriores entre argentina y las flotas de Francia e Inglaterra (Vuelta de Obligado y Quebracho) hasta el retiro de los invasores. Para eso les dejo abajo algún video y links de referencia. Pero la nota se centra en la historia de los barcos de guerra a vapor y sobre todo en el que quedó varado en las orillas del Arroyo Miguelet, motivo de la acuarela de Besnes e Irigoyen. La historia posterior, Impensa de este hecho por la imprenta de la Caridad, Montevideo 1845, no tiene desperdicio. Sin duda estamos ante una acción de salvataje poco vista para la época y sobre todo resalta el tesón y la perseverancia de su capitán Charles Hotham, motivado sin duda por la expectativa ante un futuro consejo de guerra, habida cuenta de que vararse es un accidente evitable, en aguas conocidas, aun por motivos de inclemencias meteorológicas, ante las cuales se debieron haber tomado recaudos.
Temporal en la bahia de Montevideo
En la acuarela vemos en primer plano un grupo de seis marineros y un oficial, todos uniformados (casi naif), observando el temporal, el aumento del nivel del agua en la bahía de Montevideo, y a los navíos agrupados, balanceándose peligrosamente, y señalando al vapor Gordon varado. El HMS Gordon permaneció varado por 5 meses, algo alejado de los límites de la ciudad. Ese territorio era entonces dominado por los sitiadores de Montevideo.
El Vapor HMS Gordon y su capitán “estuvieron en todas”
Posteriormente el Gordon intervino en “Batalla de la Vuelta de Obligado” (Rio Paraná hoy San Pedro) el 20 de noviembre de 1845, El “Segundo Combate de San Lorenzo”, batalla ocurrida, dentro de la Guerra del Paraná, el 16 de enero de 1846 y también en “la del Quebracho” (35 km. aguas arriba de la ciudad de Rosario) El 14 de julio de 1847 cesó el bloqueo británico al Río de la Plata. Francia cesó el bloqueo el 16 de junio de 1848. En noviembre de 1848 arribó a Buenos Aires el comisionado británico Southern. Las fuerzas británicas evacuaron la isla Martín García, devolvieron los barcos argentinos capturados ilegalmente y rindieron homenaje a la bandera de la Confederación. El capitán inglés Charles Hotham (Capitán del HMS Gordon) confesará al informar sobre las bajas del Quebracho: “Los buques han sufrido mucho. Escapar con la mayor velocidad posible se convirtió en el único objetivo de las escuadras combinadas de las dos mayores potencias de la época.”
Ampliación acuarela / Imprenta de la Caridad 1845
El HMS Gordon Firebrand Y el Fulton
Integraban la flota menor de la Royal Navy que existió desde 1838 hasta el final del siglo XIX. A mediados de la década de 1840, el contralmirante Samuel Inglefield tomó medidas decisivas para mantener abierto el río Paraná, asegurando la continuidad del comercio durante la Guerra Civil uruguaya. En 1845 las tropas británicas y francesas intervinieron directamente para levantar el asedio de Montevideo bloqueando Buenos Aires, capturando barcos argentinos y desembarcando suministros en la ciudad sitiada. Posteriormente, cuando en Inglaterra se supo del aspecto que tomaba la cuestión del Plata y de la intención que tenía el almirante de forzar el Paraná, se ordenó el envío a toda velocidad de otros tres vapores: el Electo, el Harpy, y el Lizard.
HMS Gordon 1837
Características del HMS Gordon
Longitud 235 pies (71,6 m) (en total)
Eslora 152 pies 2 pulgadas (46,4 m) (quilla) [1]
Manga 16 pies (4,9 m
Calado 7,0 m.
Paletas de 27 pies (8.2 m.)
Velocidad: 9,5 nudos (17,6 km / h
Combustible 400 toneladas de carbón o 16 días de vapor.
Los buques de combate y su armamento
Once buques de combate de la escuadra anglo-francesa navegaban por el río Paraná desde los primeros días de noviembre; estos navíos poseían la tecnología más avanzada en maquinaria militar de la época, impulsados tanto a vela como con motores a vapor. Una parte de ellos estaba parcialmente blindada y todos dotados de grandes piezas de artillería forjadas en hierro, y de rápida recarga como los cañones de 24 libras y cañones de 36 libras, granadas de acción retardada, (los primeros obuses de fragmentación antipersona) y cohetes Congreve
Shrapnel Shell de fragmentación/”
Cohetes Congreve a posiciones argentinas
Capitan Charles Hotham comienza el cañoneo
El combate se inició al amanecer del día 20 de noviembre de 1845, primeramente con una escaramuza unos pocos kilómetros aguas abajo del río Paraná cuando tres lanchones argentinos que patrullaban al río fueron atacados por la artillería de la flota anglo-francesa; a las 08:00 de la mañana. El vapor inglés Gorgon al mando de Charles Hotham comenzó a cañonear las posiciones argentinas sin mucho efecto pero a las 10:30, la flota invasora reunida, con su diluvio de proyectiles comenzó a tener éxito. Se desató un intenso cañoneo y fuertes descargas de cohetes Congreve sobre las baterías argentinas.
Guerra de vapores en el Paraná
Vuelta de Obligado – Canal Encuentro
‘Firebrand’ HMS Steam Frigate Firebrand
Ocho meses despues de la batalla de la vuelta de Obligado
https://www.historiahoy.com.ar/1846-combate-naval-y-terrestre-angostura-del-quebracho-n2148
Imprenta de la Caridad, Montevideo 1845 (HMS Gorgon varado en Montevideo)
Entre los tristes despojos del memorable temporal del 10 de mayo (1844), ninguno despertó mayor interés en Montevideo que el espléndido buque de vapor, cuyo nombre encabeza estas líneas.. Por cinco meses consecutivos, todos los anteojos se enfocaban hacia la playa del Miguelete, observando casi con la misma curiosidad de los sitiadores, el lecho de arena en que descansaba el antes soberbio coloso, despojado de sus galas y de sus fuerzas. Parecía condenado en apariencia, á permanecer allí, como monumento recordatorio del indomable poder de nuestro Rio.
Pero muy pocos saben los obstáculos que se opusieron á esa empresa: casi todos ignoran la inteligencia, los esfuerzos, la perseverancia, más indomable que nuestro Río, con que el capitán Hotham, de la marina real, venció todas las dificultades, y consiguió un triunfo de gran valía para su patria, y de altísimo honor para su nombre.
Charles Hotham en Sudamérica /Hotham gobernador de Victoria Australia 1853
¡Notable! National Maritime Museum, Greenwich, London
Esta litografía tintada muestra el balandro de paletas de madera ‘Gorgon’, 6 cañones, amarrado para reparaciones o reacondicionamientos. Uno de sus mástiles se encuentra en la orilla en primer plano, detrás de dos botes de remos varados. En 1840 participó en el Bombardeo de Acre, luego en 1843 se incorporó al escuadrón de la Royal Navy estacionado en el Río de la Plata durante la Guerra Civil Uruguaya.
Al costado con signos de pregunta dice ¿Sabes más de esto?, quedando en claro que no relacionaron la historia con esta litografía. Al fondo podrán ver el cerro de Montevideo.
https://collections.rmg.co.uk/collections/objects/102901.html
HMS Gordon, tareas para sacarlo de la varadura cercanías del A. Miguelete
Imposible, pára los medios humanos fué evitar el naufragio de aquel buque. La intrepidez y los esfuerzos de cuantos le tripulaban no podían dominar á un tiempo el poder de los elementos, y obstáculos que nacían de defectos en el buque mismo. Según hemos oído al propio capitán Jotham, necesitarian un aumento de esfuerzo de 150 caballos, á mas de los 320 (*) que hoy representan, para corresponder debidamente á su objeto.
(*) Según datos esa potencia era por pala
Agregase á ese defecto otro de muy grave naturaleza. La peculiar construcción de las máquinas del Gorgon implica que las ruedas de las palas sean demasiado grandes. Este tamaño desproporcionado produce excesiva rapidez en las ruedas, y de allí la pérdida de una parte considerable del poder de las máquinas, que se emplea en echar hacia atrás el agua de las palas, en vez de servir á empujar adelante el navío. Por otra parte,están las cajas que cubren las ruedas, siendo de gran superficie la oposición á la acción del viento, aumentan así la resistencia, cuando hay que navegar contra él.
A estos defectos se debió que el » Gorgón » no pudiera vencer, el 10 de Mayo, la violencia del huracán, ni la inmensa cantidad de agua que entraba en la bahía. Motivos de otro orden hacían también Imposible dar á las máquinas mayor poder, aumentando la presión del vapor en las calderas. Fue inútil la lucha desesperada que presenció la población agrupada en la ribera. La fuerza prevaleció sobre el talento, cosa bastante común en la época; y muy pronto se vio encallada en la arena.
Cuando las aguas se retiraron, quedó el » Gorgon” tan en seco que en grandes crecientes posteriores, apenas habla 8 pulgadas (20 cm) de agua hacia la proa. El lecho en el que se hallaba era arena, en la que estaba encallada, la profundidad de trece pies de un costado, y nueve del otro; lo que muestra que quedó ligeramente inclinado.
A pocas personas se le pudo entonces ocurrir que, careciendo absolutamente de los necesarios aparatos mecánicos, se pudiese sacar de esa posición un buque de 1700 toneladas, sin quitarle antes las máquinas, cuyo peso con las calderas y el agua necesaria, es aproximadamente de 300 toneladas. El capitán Hotham acometió la empresa con toda la fe del que sabe, y perseverancia.
Alijando el buque de su artillería, mástiles, pertrechos, y de todo otro accesorio, se emprendió el ímprobo trabajo de abrir un canal hasta el agua, en un suelo de arena movediza. Varias veces sucedió que una creciente destruía en pocos momentos el trabajo de muchos días, llenando de arena la excavación practicada. Muchas y muy laboriosas tentativas hizo el capitán Hotham para evitar este trastorno, hasta que consiguió neutralizar la acción de las mareas, formando una especie de barrera con los botes de fierro pertenecientes á la Draga, que le fueron facilitados por sus dueños. A favor de esa defensa pudo practicar el canal con menos inconvenientes.
Molinetes con los ejes de las palas
Tratábase luego de los medios de mover la inmensa mole del navío. Varios planes imaginó el inteligente capitán. Decidióse desde luego á servirse del poder de sus mismas máquinas, para lo que desarmó completamente las ruedas de las paletas, dejando solo los ejes para envolver en ellos las cadenas
(molinete) de cuatro enormes anclas, fondeadas á convenientes distancias; de modo que, puestas las máquinas en movimiento, el buque fuese retrocediendo.
De mucho sirvieron las máquinas; pero estaban sin embargo muy lejos de bastar por sí solas á hacer correr, sobre un lecho de arena y fango, la mole de 44 m. que no se mueven con la debida rapidez sobre las aguas.
Improvisación de un dique
Después de muchos y variados trabajos para mantenerlo cada vez á mayor altura, ya empleando pipas (barriles) vacías, y otros medios diversos, el capitán Hotham recurrió al poder de los remeros, algo de frecuente uso en Europa, aun para formar diques flotantes. Consiste en enormes cajas de madera, perfectamente calafateadas, de modo que el agua pueda penetrar en ellas, se llenan de agua hasta que se van a pique al costado del buque que se Intenta levantar. Entonces se desagotan con bombas el agua que contienen.
Puede formarse una idea de las dificultades que se han vencido, con solo saber que, durante los trabajos, se han empleado constantemente 200 hombres diarios, y se han removido más de diez y ocho mil toneladas de arena y fango. Los costos todos de la empresa no pasan de 10,000 patacones; y pero dos vidas se han perdido por un accidente casual.
Montevideo Enero 9 de 1845.