Una cajera de super levanta 94.500 kilos por mes
Avergonzarían a cualquier levantador de pesas. Sin embargo, uno las ve sonrientes y sin quejas. Son heroínas sacrificadas corriendo altísimo riesgo en tiempos de pandemia. Este es un homenaje a ellas y un vistazo al sombrío futuro que las aguarda.
Por Alberto Moroy
La nota de hoy rinde homenaje a las cajeras de los supermercados que en pandemia, le ponen el pecho a un trabajo pesado, hoy riesgoso y poco valorado. Por lo general no me gusta ir al supermercado, las compras “al impulso” no programada me matan la salud y la billetera. Con la pandemia las cosas cambiaron: al menos una vez por semana hago las compras de alimentos, evitando “lo superfluo y las calorías”. Mucha verdura y poco envasado (soy semi- vegetariano desde hace decadas).
Sin pandemia
Pese al poco trabajo que significa bajar las bolsas del auto, se me ocurrió asociarlo con el que tienen las cajeras en su rutina y me sorprendí. Al menos 50 kg. pesa lo que compro semanalmente en alimentos y algunas bebidas. Le pregunté a una cajera si no terminaba cansada y me respondió que físicamente no, pero si mentalmente. Luego si la pandemia tenia parte que ver con ese estrés que menciono y me dijo que sí, que al menos una carga como la mía demora seis minutos en despacharla y sin hacer la cuentas estimó que hay pocas cajeras por la baja en la demanda (Buenos Aires); por consiguiente, las que están trabajan a “full!.
(*) En realidad la jornada es de 8 hs. Pero entre refrigerio, desayuno y almuerzo, mas idas al baño, quedan siete horas laborales efectivas.
Viniendo de la industria de la alimentación tengo en claro que es la ergonomía (adaptación de las máquinas y puestos de trabajo al hombre). Entre otros, su objetivo es seleccionar la tecnología para las herramientas y equipos de trabajo más adecuada al personal disponible y su salud. Así, observando detenidamente el trabajo de las cajeras del supermercado en la pandemia, con un tapaboca y pantalla todo el día, quede sorprendido, ¡tambien por su buena onda! Sin duda al igual que los médicos, se merecen un aplauso y que su actividad sea reconocida como insalubre y riesgosa, mientras dure la pandemia
¡La cajera levanta 94.500 kg por mes!
Pase 10 minutos en la caja de un supermercado en Buenos Aires, por lo que deduzco que la cajera atenderá al menos a 10 clientes por hora. Multiplicado esto por 7 horas diarias, 42 semanales, y más si hacen horas extras, pasarían por sus manos como mínimo 500 kg/hora y 3.500 por jornada. No solamente tiene que traccionar los productos hacia el scanner, sino levantarlos y acomodarlos para que el lector los identifique y depositarlos en la zona de embolsar Dicho de otra forma nuestro cajero (femenino) levanto 94.500 kg. al mes,
Parecido a ejercitarse con mancuernas pero ¡25/27 días al mes! y en el trabajo
Hay trabajos peores
Hace años recibía en mi trabajo (Snacks) al menos tres o cuatro camiones (30.000 kg c/u) de papa por semana. Por entonces las bolsas pesaban 50 kg. y la descarga se hacía a mano. Uno arriba del camión y otro abajo que las hombreaba por unos metros, descosía la bolsa, y la volcaba en un cajón con capacidad de 8 bolsas. Cada camión demora 4 horas en la descarga y quién se subía la bolsa al hombro se ponía 30 mil kilos en este plazo. Pero he visto a uno que se bajaba dos camiones al hombro ¡60.000 kg. en 8 hs.! Me imagino otrora, los changadores del puerto, y hoy los recolectores de residuos domiciliarios, que además de correr levantan miles de kg por día.
¡Dan Ganas de llorar!
Algunas tareas
Las cajeras de los supermercados deben tener una atención superlativa. Controlar el entorno del puesto de trabajo, saludar a los clientes y responder a las preguntas de estos entre otras, sobre productos y servicios. Contar el dinero de la caja para garantizar que las cantidades sean las correctas y que haya suficiente cambio. Si falta plata al fin de la jornada pagan ellas. Establecer o identificar los precios de las mercancías, los servicios o la admisión, totalizar las facturas, en las cajas registradoras, presentar el código de barras la mercadería a los escáneres ópticos, recibir y registrar los pagos en efectivo, por cheque, tarjeta de crédito, vales o débito automático. Entregar recibos, verificar firmas y documentos. Emitir cupones, y aplicar los distintos descuentos según corresponda. Retirar las etiquetas de los precios, los dispositivos especiales de seguridad y en algunos casos empaquetar las mercancías. Mantener limpia y en orden la zona de caja cuando muchos envases pierden o se rompen sobre su cinta o mesa. Surtir la caja de cambio o en su defecto pedirlo a la supervisora, poner los rollos para la caja, bolsas y otros artículos. y quizás hasta ofrecer retirarle dinero en efectivo de sus cuentas a los clientes, en algunos casos imputar los vueltos chicos a obras de beneficencia.
Posnet super / Limpiando el puesto de trabajo
El futuro es mañana
No parece muy halagüeño ver como toda modernidad va fagocitando los puestos de trabajo justo cuando la pandemia dejo un tendal de desocupados por todo el mundo. En este caso el futuro en términos de la década “es mañana” Las cadenas de establecimientos minoristas están desarrollando metodologías para reducir el trabajo de cajera… pero para bajar los costos. Wal-Mart está impulsando el desarrollo de las etiquetas de radiofrecuencia (RFID) que se introducirán en los envases de los productos y cuya información se leerá pasando el carro con todas las bolsas tal cual usted lo cargó, bajo una antena, sin importarle el orden o la forma de la estiba; la caja leerá todo.
Esto es posible gracias al RFID (Radio Frequency Identification)
Básicamente, es una etiqueta, chip o tag que se coloca en el objeto que se quiere identificar. Eso genera una señal de radio-frecuencia (como los teléfonos celulares) para ser recibida por un lector RFID. El funcionamiento de esta tecnología es bastante sencillo. Un receptor envía una señal (baja, alta y ultra frecuencia según la circunstancias), constante dentro de un radio de alcance único. Cuando una etiqueta entra en contacto con dicha señal, remite información que posteriormente el lector interpretará según la programación que posea para así darle el uso y el sentido que se desee (*)
( *) Como siempre “hecha la ley hecha la trampa”. Me imagino inhibidores que puedan interceptar las frecuencias y alterar los valores. Tarea fácil parece la de inhibirlos, aunque me imagino una alarma sonando cuando los registros y cantidades no se encuentran dentro de un “rango normal”. Modificar los valores parece más dificil, pero no imposible
Opción hibrida para pequeños negocios / Etiqueta antena 10 x u$s 5, al por menor
Lo que viene con cajera
Así funciona sin cajera
Comentario
El alto costo de la legalidad (exceso de impuestos y otros) genera informalidad y precariedad laboral, al menos por este lado del mundo. En este contexto ir al super con tarjeta es para unos pocos afortunados que tiene trabajo o ingresos formales. Una enorme cantidad de uruguayos viven en la informalidad por más empeño del Estado en bancarizarlos, peor ahora con las pérdidas de puestos laborales que genera la pandemia. Viendo el vaso medio vacío y una revolución en el cambio de paradigmas comerciales, producto de la “nueva normalidad”, difícilmente con más de lo mismo, evitemos “seguir rascando el bolsillo”. Dicho de otra forma, la modernidad será un beneficio para pocos, lo que implicara demoras en implementar sistemas como el “RFID” que insume tiempo amortizarlo, con bajas ventas y salarios depreciados. El código de barras demoró casi 20 años en regir a pleno y no fue por costos sino por la dificultad tecnológica de leerlos en casi cualquier condición.
Mirando un poco más allá
Para que el sistema RFID funcione se necesita el apoyo de Packaging a efectos de generar unidades cerradas con distintas opciones en cuanto a cantidades y/o gramajes. Tal vez el trabajo extra de empaque en la mercadería que hoy viene a granel, se los trasladen a los proveedores. EL beneficio para los comercios es claro, quizás las maquinas lectoras se la pongan gratis los proveedores de etiquetas que ganaran fortunas, vendiéndoles estas. Para el consumidor sin urgencia de tiempo, el beneficio es poco y nada, y quizás hasta tenga que soportar mayores costos.
¿Y las cajeras? Serán las víctimas nuevamente, a menos que ocurra un milagro.