Los últimos maniseros
Algunos todavía se resisten a ingresar en la historia más afectiva. ¿Por qué estos trabajos unipersonales que cualquiera podía ejercer, ya no rinden para sobrevivir en las crisis?
Por Alberto Moroy
Siempre recuerdo esta estrofa de la novela “El gran Gatsby” de Francis Scott Fitzgerald 1925….”Luchando como barcos contra la corriente, atraídos incesantemente hacia el pasado”. De esto se trata el relato de hoy, de un viaje al pasado. En la portada un manisero con su locomotora en la ciudad de Buenos Aires, haciendo sonar su turuta (Flautita de laton) de pregonero. Mientras hacia las compras en un supermercado de San Isidro en Buenos Aires, un barril cargado de maní con cascara, me llevo a la fría esquina de la calle 18 de Julio y Andes de Montevideo, en pleno invierno, donde solía estar una desvencijada locomotora de manisero, armada con barril de chapa, echando humo blanco por su delgada chimenea ¡Maní, maní, calentito, el maní, maní!”, voceaba como “apantallándolo” la voz con la mano para llegar más lejos. La porción era un cucurucho de papel de diario de generosas dimensiones y con yapa, que además servía para calentarse las manos
Nostálgica foto coloreada para los bisabuelos, 18 de julio y Andes 1918
IGNACIO CORSINI – EL MANICERO – TANGO 1928
Donde “nació” el maní
Un estudio genético publicado en 2016 ha revelado que el maní es un híbrido de dos especies silvestres. Se originó por el cruce del óvulo de A. duranensis (herbacea distribuida en el sur de Bolivia y norte de Argentina y Paraguay) con el polen de A. ipaensis (selva de Brasil y Bolivia). Esta hibridación ocurrió de la mano de la recolección y migración humana, así como con la polinización natural de insectos, hace unos 9400 años. El arqueólogo estadounidense, descubrió los restos de los maníes más antiguos, están datados del año 6494 a.C, en Paiján y en el valle de Ñanchoc (actual Cajamarca, Perú). Su nombre es de origen taino (caribeño), legua usada al norte del Amazonas y el Caribe demás al norte de América del Sur
El origen del manisero y su “locomotora a vapor”
Los primeros maniseros como se los puede ver en Cuba y seguramente en todo el Caribe, fueron ambulantes. Lo llevaban en cestas y morrales ya tostados, más que seguro una forma para despegarse de las esquinas y abarcar más espacio que los instalados en puestos fijos.
Maniseros ambulantes en Cuba
Manisero en Buenos Aires horno portátil 1924 / Asando castañas Roma 1930
Con el tiempo en el Rio de la Plata y posiblemente en Chile apareció el manisero ambulante, portando un pequeño horno colgado de su hombro al estilo de “Frankfurtero” de playa. Sin duda el vendedor de maní instalado en la calle con un medio barril como brasero tostando maní, debió ser moneda corriente bastantes años antes, casi seguro de la mano de emigrantes españoles, italianos y portugueses otrora, vendedores de castañas asadas en las calles de sus respectivos países. “Algunos tenían un cilindro colgando con una correa, Usaban para medir la porción, una lata pequeña de conserva de tomates y agregaban algunos maníes más con la mano, todo despachado en un cucurucho de papel de diario”.
“Recuerdo al manisero quien hacía sonar una pequeña campana y cargaba sobre sus hombros un tacho que debajo tenía un receptáculo con carbones encendidos para mantener calientes los maníes que ofrecía en un cucurucho que armaba de papel” (Santa fe Argentina) El manisero soplaba una corneta de bronce que emitía un sonido característico de inmediata identificación. (Portada Argentina). En Europa una corneta similar era utilizada por el pregonero para comunicar al pueblo los bandos del ayuntamiento (municipalidad) y cualquier noticia que fuera de interés, entre las que estaban la llegada de los titiriteros y los vendedores ambulantes. El pregonero recorría todo el pueblo haciendo sonar su corneta y pronunciando el famoso comienzo; “De parte de la autoridad se hace saber”
Manisero. Pregonera de Maní, Lizeth Pérez Acosta, en La Habana
Este tango del año 28 y la foto de arriba del manisero ambulante con su horno, nos deja en claro la presencia del manisero en las calles Buenos Aires y e Montevideo. Por esta fecha lo que más abundaba era el vendedor ambúlante con el hornito colgando del hombro, tambien debió ser muy habitual los puestos fijos y las primeras locomotoras como destaque, quizás unos años antes. Menciona el origen del maní portugués y brasilero y el español como el del manisero.
Ignacio Corsini El Manisero Tango 1928
La locomotora
Es un adorno con fines de marketing muy usada en toda España y Portugal para vender castañas asadas, tambien y en Chile con forma de barco. Abajo verán algunas que son dignas de admiración. Mas que como vendedores ambulantes la usaban en forma estacionaria, su tamaño en muchas de ellas y tracción humana, no daba para recorrer los barrios.
León España, año de construcción “locomotora”1930 vendedor de castañas
Portugal, vendedor de castaña
Tres generaciones de maniseros en Montevideo (1920/2000) Nelson Silva (2015)
Maní, maní, calentito, maní, maní!”.
Este canto todavía se escucha en la Plaza del Entrevero, en la esquina de 18 de Julio y Julio Herrera y Obes. Es Nelson Silva, un clásico. Cucuruchos de diario, chimenea tirando humo y un carrito relleno de maníes para repartir entre los gustosos del barrio. Hace más de diez años que Silva se instaló en ese cruce, sucediendo, a su vez, a otro emblemático manisero de la zona que le cedió el codiciado punto de venta. Destaca que todavía hoy se ve fidelidad en los clientes, aquellos que día tras día pasan por su puesto para llevarse la ración que más les tiente (revista Paula 2015). En el interior de Uruguay, sobre manera en Salto los hay, me imagino que tambien en otras, claro que la locomotora parece que desapareció, en su lugar la bicicleta.
Buenos Aires 1937
Locomotora manisera 1920 en venta u$s 1000 (mercado Libre)
Manisero con forma de barco Chile 1940
Manisero EE.UU 1925
Una adenda
En Carrasco tenia por vecino a Fernando Seco (Frigorífico Tacuarembó) cuyo padre los traía de ese departamento. ¡Tenía el garaje lleno con bolsas de arpillera! Recuerdo regios dolores de barriga por empacharnos comiéndolos crudos. Ya más grande (11 años) lo consumíamos en el cine Punta Gorda, en los entre-actos de las cuatro películas domingueras, dejando el piso a la miseria con las cascara y zapateándola toda vez que se cortaba la película. Sin duda “éramos unos mal aprendidos”.
Al los maniseros los mato la industria
En 1955 la firma Chips SRL, ubicada en la calle 26 de marzo casi Gabriel Pereira (Pocitos), fue la primera en Sudamérica en fabricar el maní frito en forma industrial, conjuntamente con los primeras palitos fritos y papas fritas de paquete, en Sudamérica. De esta forma un producto escaso, limitado al ámbito de los maniseros, se convirtió en masivo en bares y confiterías como parte de la picada “Copetín”. Al tiempo ya envasado se vendía en los almacenes aunque no era muy consumido por los más chicos. En Buenos Aires, en 1957 la firma BUN SA fue la encargada de producirlos para toda Argentina, en sus variables tostado (similar al del manisero pero sin cáscara), pelado y frito, aunque había otra pequeña fábrica artesanal llamada Maní Rey. A finales de los 70 el mercado Argentino de maní industria (SNACKS SALADO) en todas sus variables de consumo era de 500 mil kg. mensuales. Se imaginaran que ya quedaba poco espacio para el tradicional manisero. La garrapiñada continua en ambas orillas hasta nuestros días, solo que en forma ocasional y por lo general en los centros urbanos. Argentina se convirtió en el principal exportador de maní del mundo: 688.000 toneladas en todas sus variable año 2019.
Interesante ref. Producción mundial y argentina de maní
