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El verdadero ceibo patriótico

Es más patriótica la flor blanca, pero la flor roja tiene cierta significación rioplatense que no debería pasarse por alto. Es bueno que argentinos y uruguayos tengamos la misma flor nacional; podría representar esa hermandad que ningún gobierno ni ningún grupito patotero podrá evitar.

Ocurre que será muy hermosa, pero la flor roja del ceibo es nativa de toda la vastísima región  del cono sur excepto Chile, en tanto que el ceibo que da la flor blanca es absolutamente yorugua; fue aquí donde en algún momento se produjo una mutación genética. Ni el porongo del mate es tan auténticamente uruguayo como el ceibo blanco. ¡Y que no me vengan ahora con que es originario de Touluse! Porque hay algunos que son capaces…

La definición de “flor nacional” seguramente estuvo inspirada en la que destaca por su vívido color rojo; pero no encontré ningún documento que haga la precisión, de manera que tanto da una como otra… salvo que alguien nos saque con buenos argumentos esta idea de la cabeza.

Por ahí vamos a encontrar excusas  que no convencen a nadie, como que el  ceibo blanco es el  resultado de injertos, algo así como un hijo adoptivo del ceibo de verdad. Pues no es así si nos atenemos a la palabra de uno que sabía y sabía en fantástica abundancia, como lo fue el Prof. Atlio Lombardo quien ya en 1961 había estudiado detalladamente al arbolito y le puso el nombre científico: Erythrina crista-galli var. Leucochlora. No se puede decir que fue su descubridor, pues en los pagos de Treinta y Tres, donde nació, es recontraconocido desde hace mucho tiempo. Además, al ceibo rojo también es usual que los produzcan mediante esquejes. (*)

De manera que podría no ser mala idea regalarles el ceibo rojo a los argentinos y nosotros diferenciarnos con el hermano blanco de la misma flor. De hecho ya hay un grupo en Facebook que lucha por esa idea y pide que la gente insista en el tema cada uno en su propio Facebook. Por si se te antoja sumarte: https://www.facebook.com/notes/declarar-el-ceibo-blanco-como-flor-nacional-del-uruguay/motivo/157261757653333 . En lo personal me parece que no se necesita una norma, solo haría falta imponer voluntariamente la imagen, bellísima, del ceibo blanco.

(*) Todas las fuentes que consulté, insisten en que es muy difícil obtener ceibos blancos de las semillas, pero si leen los comentarios verán que varios lectores aseguran haber obtenido buenos resultados plantando directamente la semilla. Mantengo el artículo como está, pero hago esta salvedad.

En esa misma página de FB, sin mala voluntad, Patricia Pruner argumenta que el ceibo blanco también se encuentra en la provincia de Entre Ríos, en la localidad de Ceibas. Está bien, pero no alcanza para desacreditar el origen olimareño del ceibo blanco. Yo te aporto otra: también en Disneylandia de Los Ángeles, en la plaza central, hay (o había) un hermoso ceibo blanco que fue el primero que ví en mi vida ¡en 1974!. Un cartelito especificaba el origen uruguayo del árbol, frondoso ya en ese entonces.

A las plantas las diseminan por el mundo pájaros, bichos e insectos de toda clase… y también los seres humanos como Piria y Lussich, antes Larrañaga y otros amantes de la naturaleza. Ellos introducen lo que les parece bello o benéfico, con resultados no siempre positivos. Así que los ejemplares de Entre Ríos, como los de la Florida en Estados Unidos y los registrados en Málaga, España. Es muy probable que esos ceibos fuera de Uruguay hayan llegado allí como arbolitos, pues aunque no es imposible, es difícil lograr un ceibo de flor blanca a partir de la semilla. No se puede negar, en cambio, que  en nuestro departamento de Treinta y Tres el ceibo blanco surgió y se reprodujo de manera espontánea, pero lo habitual en los viveros es que se logren ejemplares mediante estacas o también mediante injertos sobre un pie de ceibo común, aunque en este caso se debe armar un buen lío genético, pues son árboles muy parecidos y hermanos, pero con diferencias importantes.

El Cebollatí, la patria chica del ceibo blanco

En otras palabras, por más pasiones xenófilas que gasten, no podrán lograr discutir que el ceibo blanco es un árbol endémico de Uruguay y de ningún otro lado. No será extremadamente abundante, pero más que escasez de ejemplares, hay escasez de observadores atentos. Por lo demás, Uruguay es el único país donde se señalan ejemplares totalmente silvestres.

En el excelente blog http://floradeluruguay.blogspot.com/2009/01/ceibo-blanco.html de donde proceden casi todas las fotografías, se recuerda que hay uno en General Flores casi pegado al Monumento a Luis Alberto de Herrera, otro en General Flores entre Propios y Salari. Se los señala por su ubicación y por su porte, pero los hay más grandes en el Jardín Botánico, en el anexo del Palacio Legislativo, en Valladolid e Isabella, y por supuesto, en La Charqueada se los ve por todos lados, seguramente porque no fueron plantados sino porque allí mismo surgieron. Los lectores del mismo blog, aportan innumerables otros lugares donde pueden verse ceibos blancos.

Con posterioridad a la publicación, se nos hace notar que la foto donde un ceibo blanco se ve junto al monumento a Luis Alberto de Herrera, pertenece al sitio http://www.jardinenuruguay.com/ceibo_florblanca.htm. No fue de allí donde la obtuvimos, pero de cualquier manera nos apresuramos a pedir disculpas y a recomendar, como otras veces lo hicimos, ese sitio tan completo donde se hace docencia del mejor nivel sobre jardinería y sobre plantas tan queridas por los uruguayos como este ceibo blanco.

Es cierto, reproducirlos cuesta más que un dolor de cabeza. Los entendidos dicen que lo más seguro es mediante una estaca bien escogida y bien cuidada. Cuando se utiliza una semilla, puede ocurrir que luego de un tiempo el árbol produzca flor roja. ¿Lo más fácil? Comprarlo en un vivero ya grandecito y encomendarlo a Aparicio Saravia, porque dado el pago de origen, los nacionalistas procuran apropiarse de esa flor que es blanca como güeso e’bagual.

La canción del ceibo blanco… va a ser difícil convencer a los batllistas, pero una flor es una flor, ¡no vas a boicotear a la rosa o al ceibo rojos por ser colorados!

Imagen de previsualización de YouTube

Y acá la grande, Amalia de la Vega, se juega al ceibo rojo y su opinión es de respeto. ¡No vayas a dejar de escuchar este tesorito!

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El ceibo blanco es un árbol que en su plenitud llega a una altura de entre 5 y 8 metros. Es una especie de smart entre las plantas, pues en su raíz acoge con la magia de la simbiosis, a bacterias que absorben nitrógeno y la ayudan a nutrirse. En la descripción que se ofrece en la Wikipedia, se explica que las plantas florecen de octubre hasta abril. El fruto es una vaina de hasta 20 centímetros de longitud, de color pardo oscuro y las semillas, de forma cilíndrica, se disponen espaciadamente en el interior.

Entonces, podríamos decir que el ceibo blanco es un ceibo rojo paliducho y nada más. De ninguna manera, ambos tienen diferencias importantes. Su follaje, por ejemplo, es verde “glauco”, es decir verde mar o verde claro, en tanto que el ceibo común es más oscuro.

Otras características únicas en el ceibo blanco, que te transcribo textualmente para no errarle a ese léxico tan particular de los botánicos, son las alas triangulares biauriculadas de ápice agudo (redondeado en el ceibo común) de 10 mm por 6 a 7 mm, casi sin uña; el estandarte que suele ser más angosto y que alcanza hasta 3 mm; y el cáliz con dientes de 6 a 8 mm (0,5 a 1 mm en el ceibo común) y tubo de 10 a 12 mm. Además, a simple vista se observan algunas diferencias en el tronco y en las espinas.

Las propiedades del blanco y del rojo son parecidas y además de su uso en paisajismo y jardinería, ambos ceibos tienen una madera blanda y liviana, adecuada para fabricar balsas, boyas para pesca, y hasta aparatos ortopédicos. Diferentes partes de la planta se usan como antinflamatorio, analgésico, sedante, cicatrizante y hasta como narcótico, aunque esto no lo destaca para nada, pues los muchachos que ya sabés, son capaces de transformar en droga desde una cáscara de banana hasta un honguito que nace debajo de la bosta de vaca. En fin, está bien que lo sepas, pero si necesitás un remedio andá al médico… o recurrí a un yuyero de los que saben de verdad.

Se impone una referencia al Plan Ceibal, esa iniciativa uruguaya que contribuyó a hacernos populares, pues una cosa es pregonar que cada niño debe tener una computadora y otra cosa muy distinta es hacerlo realidad. Naturalmente se lo llama Plan Ceibal como una cuestión patriótica, que quizás se lo merece, pero lo singular es la voltereta que tuvieron que dar para darle función de acrónimo a ese título. ¿A que no sabías que C.E.I.B.A.L. significa Conectividad Educativa Informática Básica para el Aprendizaje en Línea. Rebuscado, pero funcional.

El abuelo de todos los ceibos blancos. En el caso de nuestro ceibo blanco, hay quienes aseguran que saben con exactitud, el lugar y el especímen en el cual se produjo la mutación. La información está en http://ceiboblanco.blogspot.com.ar/ , donde, además muestran montones árboles rodeando calles y formando hermosísimos bosques, es decir, “ceibales” que no están en la orilla de los arroyos, como es su costumbre.

Ya se dijo que es originario de La Charqueada y del río Cebollatí. En el blog se insiste en apuntar con mayor precisión, a la localidad de General Enrique Martínez, en el departamento de Treinta y Tres. Dicen los autores del post, que querían ir hasta el establecimiento “El Lavadero”, cosa que lograron el 8 de marzo de 1998, embarcados con Teodoro Pampillón y don Giovanni Araújo, que era quien aseguraba haber visto ese árbol 30 años atrás.

Y explican la manera de llegar: “Navegando por el Cebollatí, hacia la Laguna Merín, al llegar a Los Corralitos, se dobla a la derecha entrando por el furao «El Lavadero» o «Laguna Laurel», hasta el Puerto «El Lavadero». Allí nos bajamos –cuenta- y comenzamos la búsqueda, caminando por antiguos campos de arroceras, bordeando el monte. Luego de andar un largo trecho, surgieron por sobre los demás árboles, las flores blancas del Ceibo.

Está ubicado en la mitad de una franja de vegetación indígena, compuesta por espinillos, arueras, pitangueros, pajonales, cardos y coronillas; esta franja, tiene de largo 300 metros  aproximadamente y de ancho entre 30 y 40 metros. De un lado, hay antiguas arroceras, del otro, bañado; y en el centro de esa franja, un solo ceibo de flor blanca, el CEIBO MADRE, protegido, rodeado por ceibos de flores rojas y mixtas.

Y concluyen muy convencidos, que “hemos llegado a la conclusión de que el Centro de Origen del Ceibo de Flor Blanca se encuentra en la 6ta. sección del departamento de Rocha, zona llamada furao «Del Lavadero» o «Laguna Laurel»; campos que fueron de Don Arturo Barrios, hoy de don Cabrera Tarán y el Centro de Dispersión es el Pueblo Gral. Enrique Martínez, Charqueada”.

De ese ejemplar, se llevó un gajo al pueblo Gral. Enrique Martínez, Charqueada, y se plantó en un terreno ubicado en las calles Dr. José Ellauri y Gral. Agustín Muñoz. Desde este nuevo pie se hicieron los otros ejemplares que están plantados en esa localidad, por ejemplo los de la calle Diego Lamas, por lo que este poblado es su centro de dispersión de cultivo.

Bien podría transformarse en un centro de peregrinación, pues un árbol tan grande y con una historia probable tan apasionante, merece admiración y recogimiento. Estaríamos ante el padre de una nueva especie. ¿O no?

Guillermo Pérez Rossel

http://es.wikipedia.org/wiki/Erythrina_crista-galli_var._leucochlora

http://es.wikipedia.org/wiki/Flor_Nacional_de_Uruguay#El_ceibo_en_Uruguay

http://es.wikipedia.org/wiki/Flor_Nacional_de_Argentina

http://ceiboblanco.blogspot.com.ar

http://es.wikipedia.org/wiki/Atilio_Lombardo